Disclamer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling

Hola chicas, hace tiempo escribí este one shot, inspirado en una experiencia personal, debo decir que el chico que yo me encontraba en el transporte, era muy guapo y bien podría pasar sin dificultades como un Malfoy (¿Entienden porque me gusto?)

Así que espero que les guste y disfruten de la lectura.

Agradezco enormemente a LadyChocolateLover, por ayudarme a betear esta historia y ser muy amable. Muchas gracias.

By. Alesz


"Las cinco veces en las que Rose se enamoró del mismo chico"

O

"Las cinco veces en las que Rose se enamoró de un extraño y le rompió el corazón"

=Scorpius Malfoy & Rose Weasley=

Rose se encontró al mismo chico cinco veces, cinco veces lo observó y cinco veces se enamoró de él.

Rose Weasley no era de esas chicas que se enamoraban a primera vista, pero esta fue la excepción, pues siempre hay una primera vez ¿no?

Rose quedó encantada con aquel chico de cabello rubio, lacio y largo, ojos grises y piel pálida. Era perfecto.

La primera vez que lo vio, se enamoró de su aire misterioso.

Fue en la combi de regreso del colegio, pensó que era un chico guapísimo, pero no era sólo eso lo que le gustó, sino ese aire misterioso que desprendía por cada poro, vaya que eso la atrajo de una manera imposible.

El chico subió pocos minutos después de que ella lo hizo, se sentó enfrente de la chica, colocó sus audífonos rojos, se acurrucó sobre su mochila y cerró los ojos. Rose aprovechó para mirarlo sin ser descubierta, se grabó cada rasgo de su rostro y no se cansó de hacerlo. Era una mirona, claro que lo era, pero no pudo evitarlo.

Después de casi una hora de viaje, el chico despertó y Rose fue descubierta en su escrutinio, ella abrió mucho los ojos sorprendida, con el rostro cubierto de culpa y totalmente roja, desvió la mirada hacia la ventana. El rubio alzó una ceja.

El chico buscó dinero en el bolsillo de su pantalón y sacó unas monedas, las paso hacia el chofer y dijo de donde venía y bajaba, mientras Rose discretamente le bajó el volumen a la música de su celular, para escuchar la voz del chico encantador. Su voz era perfecta; grave, profunda y principalmente misteriosa.

Rose pensó que jamás lo volvería a ver, que equivocada se encontraba. Tal vez si solo lo hubiese visto esa vez, no se habría encaprichado tanto con él y habría sido sólo un chico guapo que le alegró el día.

La chica bajo de la combi 5 minutos después de que él lo hiciera, y no volvió a pensar en él, en toda la tarde.

El siguiente día despertó temprano para ir al colegio, bajó con su madre a la avenida principal para tomar el autobus, apenas si alcanzó asiento un poco atrás, del lado del pasillo, ni modo, no había ninguno junto a la ventana. Se colocó sus audífonos y se permitió relajarse.

Después de 15 minutos de viaje, el autobus iba llenísimo, el pasillo estaba lleno de personas que iban de pie y agarrándose como podían. Pero alguien llamó su atención. ¡Era el chico de ayer!

Era la segunda vez que lo veía y se enamoró de sus manos pálidas y de dedos largos.

Estaba de pie un asiento delante de ella, de nuevo con sus audífonos rojos y mirando hacia la ventana, Rose aprovecho para mirarlo, vale esto era raro, totalmente acosador y ella no era así, pero poco le importo, lo escrudiñó de nuevo y el chico giró la cabeza y la miró, la reconocía, claro que lo hacía, como "la chica acosadora". Rose nuevamente desvió la miraba totalmente avergonzada.

Estúpida, pensó Rose. ¿Por qué demonios no podía ser más discreta?

Después de eso, ella sentía las miradas que el chico le lanzaba de vez en cuando, se sintió intimidada y no lo miró más, bueno, trató de no hacerlo.

Rose en todo el camino no lo volvió a mirar directamente, aclaramos directamente, mas eso no le impidió mirarlo de reojo. Además las manos de él iban agarradas al tubo de delante de ella, ese lugar era estratégico para que ella mirara y no se delatara tanto, tenía una vista espectacular para observar sus manos, por Dios, ¿era normal que le mirara las manos a un desconocido chico guapo? Sus manos eran blancas y de dedos largos o como muchos dicen, tenía dedos de pianista.

Pronto Rose tuvo que bajar y el chico se sentó en un sitio recién desocupado, supuso que iba al colegio de al lado.

Desde esa segunda vez, no dejó de pensar en él.

Al otro día, conservó la esperanza de que lo encontraría, vaya, no lo vio ni en la mañana ni en la tarde, ni al otro día, ni al día siguiente, ni al que le sigue, básicamente no lo vio en muchos días.

Rose comenzó a perder las esperanza de no volver a verlo jamás, pero después de casi un mes, lo vio de nuevo.

Rose iba directa al colegio, ese día no había tenido tanta suerte y ya no había alcanzado lugar en el autobus, así que iba agarrada a los tubos, cuando casi bajaba, sintió que algo le pegaba en su espalda, giró la cabeza para ver una mochila roja, y el dueño de ella, era el chico rubio.

Esa fue la tercera vez y se enamoró de sus ojos expresivos.

El chico se giró para disculparse, pero se quedó en eso, en una idea, jamás se disculpó y Rose, está segura de que lo miró sin discreción y con los ojos muy abiertos, sin importarle mucho, lo había visto después de mucho tiempo.

El chico también la miró, también la reconoció, aunque mantuvo su rostro inexpresivo, sus ojos no, sus ojos eran todo lo contrario y por eso Rose supo que al menos él, la reconocía.

Poco después el chico desvió la mirada incómodo y cuando la parada de Rose llegó, el autobús comenzó a vaciarse y él tuvo la oportunidad de sentarse y así, evitarla, Rose lo miró una última vez y se bajó con la mirada gacha.

Esa noche, Rose soñó con unos ojos expresivos y grises.

Después llegaron las vacaciones de Navidad y no lo vio en mucho tiempo, y regresando de ellas, tampoco lo vio hasta un mes después, en la tarde después del colegio.

Esa fue la cuarta vez que lo vio y se enamoró de su sonrisa.

Ella iba nuevamente en la combi y él volvió a subir en la siguiente parada después a la suya, ella lo miró con los ojos abiertos y él también la miró de regreso sorprendido, poco después ambos desviaron miradas y él se sentó en los asientos de los lados, un chico se sentó junto a él, eran amigos al parecer.

Ese día Rose no traía sus audífonos y tampoco traía ese libro para leer, tenía que distraerse con algo o lo acosaría con la mirada todo el tiempo, tenía que dejar de hacerlo.

No sabía qué hacer, hasta que se acordó de su clase de Historia y la tarea dejada, bueno a falta de música y de libros, iba a hacer la tarea en la combi.

Saco su libro de historia y se puso a subrayar la lección dejada por su profesora, eso distraía a su mirada, pero no a sus oídos, así que aunque no puso atención a lo que subrayaba, si puso más o menos atención a lo que el chico y su amigo platicaban.

Se enteró de bastantes cosas, cosas que hicieron que le gustara más, escucho que el chico de cabello rubio estaba una banda y tocaba la guitarra, pero sobretodo supo al fin como se llamaba; Scorpius.

Le encantó su nombre, extravagante y exótico, justo como él.

También vio algo que el cautivo por completo, como Rose es, no pudo evitar despegar la mirada del libro y verlo a él, con esa camisa morada y sus jeans negros, y riendo de una broma dicha por su amigo, ¡Dios mío! su sonrisa era extremadamente hermosa. Los dientes blancos y parejos, carcajadas limpias y masculinas, sonrisas felices y contagiosas. Él era perfecto y la enamoró más de lo que ya estaba.

No dejó de pensar en él en muchos días, incluso comenzó a plantearse la idea de hablarle la próxima vez que lo viera, Scorpius en verdad le gustaba, era como amor a primera vista.

No tardó mucho en volverlo a encontrar, apenas una semana, pero a diferencia de otras veces, esta vez hubiera querido jamás encontrarlo en la combi.

Fue la quinta vez que lo veía y se enamoró por lo que la hacía sentir.

Pero también, le rompió el corazón.

Rose subió a la combi y nuevamente el subió minutos después, aunque fue diferente; él le cedió el paso a una chica y ella pensó que solo era amable y caballeroso, pero él se sentó junta a esa chica y le sonrió, comenzando a platicar como si se conocieran, no mejor dicho, se conocían.

Pero no solo como amigos, ellos tenían algo, él la miraba con cariño y ella a él, se abrazaban como si fueran novios, él le susurraba cosas cerca del oído y ella reía como enamorada y le sonreía dulcemente. Scorpius la tomaba de la mano suavemente y ella le daba un apretón de vuelta.

Rose miro todo esto de frente y quiso llorar por tonta, por pensar que a lo mejor había una posibilidad de que le gustara a él también, y Scorpius también la vio, la reconocía.

Rose los miraba de reojo, no debía hacerlo, solo se hacía más daño, pero no podía evitarlo, le dolía y mucho, llego a un punto en el que quiso bajarse de la combi, no importaba tomaría otra, pero entonces él lo sabría, él sabría que le afectaba y no quería verse débil, no, Rose jamás dejaría que Scorpius la viera débil. Jamás.

Entonces Rose subió a todo volumen su música, no importaba que casi le reventara los oídos, solo no quería pensar, solo no quería escuchar. Y entonces llego esa canción y quiso llorar.

'Entonces ¿Qué es esto que veo? Si te estas yendo de mi lado. Y te extraño. Y te necesito. Sí que lo hago. Pero no te vayas, toma mi amor. No te voy a dejar ir. Te estoy diciendo por favor que no te vayas.'

No, esto era una porquería, no sabía si aguantaría más si veía una vez más como él le sonreía dulcemente a ella, no lo sabía, pero tenía que intentarlo.

Respiro profundamente antes de que se le llenaran los ojos de lágrimas y se sereno.

Al fin llego a su fin su tortura, y Scorpius casi bajaba, el comenzó a sacar dinero de su bolsillo, y Rose, que era la más cercana al chofer para pasar el dinero, se lo dio a ella.

-¿Puedes pasarle por favor?- dijo Scorpius amablemente, mientras se disculpaba con la mirada, él lo sabía, sabía que le gusta a ella y que le afectaba que él estuviera con alguien más. El idiota lo sabía.

Ella asintió con la cabeza, no podía hablar, sentía que si lo hacia su voz saldría entrecortada y chillona, estiro la mano para recibir el dinero y sus manos se tocaron y se sintió bien, Rose estaba nerviosa así que, se demoró más de lo normal en tomar el dinero de la mano de Scorpius. Ella trató de evitar su mirada, si lo hacía se derrumbaría. Y amó y odió en partes iguales como la hizo sentir, ese toque y esa mirada. Idiota.

Rose giró su cuerpo sobre su asiento para pasar el dinero al chofer y cuando volvió al frente él la miro de nuevamente y le dijo –Gracias- Rose solo asintió y susurro un –De nada- con la mirada gacha. Él bajo minutos después

Lo último que vio de él, fue riendo con la chica y luego se perdió de vista.

Y fue la última vez que lo vio.

Después de que él bajo, a ella todavía le quedaba unos minutos de viaje y se tuvo que morder los labios fuertemente para no llorar ahí mismo, enfrente de todos.

Cuando Rose llegó a casa, pasó directamente a su habitación, lloró toda la tarde mientras escuchaba música deprimente y quiso odiarlo, y quiso que jamás lo hubiese visto y que jamás le hubiese gustado.

A Rose esa tarde un desconocido le rompió el corazón.

Jamás se volvieron a ver, porque Rose se juró jamás volver a tomar esa combi, a fin de cuentas había otras rutas que ella podía tomar.


¿Qué les pareció? Espero su opinión en un review. Gracias por leer.

Por cierto no sé si en otros países usen la expresión 'Combi', pero en México se le llama así a un tipo de transporte, es como una camioneta o furgoneta básicamente, aunque la gente va más apretada y caben muchas menos personas, las prefieren porque van más rápido. Si quieren ver imágenes busque esto en google: Volkswagen Transporter y le pican en Wikipedia, aparecen imágenes y así son :D

El trozo de canción que puse se llama Gap de The Kooks, deberían escucharla, es hermosa.

Otra cosilla, por si no se entendió, Rose por las mañanas toma el autobús y por las tardes Combi, por si las confundí, lo siento.

LadyChocolateLover me ha sugerido hacer la secuela desde el POV de Scorpius, ¿Qué dicen?

Besos y saludos a todos, desde México.

By. Alesz