Tokyo Ghoul no me pertenece, tampoco la imagen utilizada para este proyecto sacada de mi loca materia gris.

No tengo idea si considerar este primer capítulo como una prólogo, yo creo que sí. Disculpen los horrores ortográficos.

Originalmente, iba a participar con este fic en una convocatoria de Tokyo Ghoul de un grupo en facebook, pero a pesar de que tuve el "tiempo" necesario, me concentré en otras cosas aparte de esto, y no lo he terminado. No sé cuanto tiempo me lleve terminarlo, pero no lo terminaré este mes, así que no participaré. Igual, esto va dedicado a ese gran grupo.

Le quiero agredecer a mi amiga Aldu por apoyarme... Seriedad ante todo(?). Bueno, sin más, ojalá les guste.


―... Estoy embarazado. Estoy esperando un hijo tuyo ―demostró cierta inquietud en su rostro al igual que su voz apenas y era audible, pero firme ante lo que se escabulló de sus labios; lo único diferente allí eran sus grandes ojos que mostraban cierta alegría y al mismo tiempo una profunda tristeza. Había que ser sinceros, quién iría a creer que, siendo hombre y un híbrido entre un asesino a sangre fría ―como lo era un ghoul― y un humano, estarías en cinta de otro de tu mismo sexo y en el peor de los casos un inspector, una "paloma" que haría hasta lo impensable por exterminar a los que ahora eran tu familia. Absolutamente, nadie...

―... ―nada, ni un inentendible balbuceo. Aquello era muy doloroso, reconocía que eso era algo difícil de creer, pero al menos pudo haber hecho una mueca, espetado un despreciable insulto hacia su persona e incluso, en lo más lejano de sus pensamientos, que un brillo apareciera en sus pupilas en un destello de alegría. ―Kaneki, mira... Lo nuestro perduró por mucho tiempo, pero has de estar bromeando. Si fueras una chica lo entendería y asumiría toda la responsabilidad de mi acto, pero eres un chico, en la naturaleza humana es biológicamente imposible que un hombre esté embarazado... ―esa explicación a pesar de que la dijo sin algún problema, su voz casi se quiebra por un instante, era cierto aquello, ¿no? Ah... Olvidó un gran detalle muy importante.

―Soy mitad ghoul... Tal vez, ahora mismo te preguntes qué tiene que ver eso si según se sabe, un ghoul masculino al igual que un humano sólo puede procrear con una mujer. Pero la verdad es que estoy tan sorprendido como tú... No sólo me convertí en un ghoul de un ojo, si no que mi cuerpo ahora puede dar vida... ¿No es eso genial? Pero la realidad tristemente puede ser que el bebé muera ―esbozó una diminuta sonrisa con un deje de tristeza. ―En el caso en que un hombre humano tenga un bebé con su pareja "enemiga", lo más probable es que se aborte de manera natural debido a que su cuerpo rechazaría al embrión o lo confundiría con alimento. Pero hay una oportunidad conmigo, yo tengo esa diminuta esperanza. ―A paso lento se acercó al de mayor en edad, y lo tomó por la corbata jalándolo para poder plantar un beso en sus labios. Aunque ya no fueran nada, lo seguía queriendo―. No pido que seas su padre, sólo quería decírtelo.

―Ken, yo... Yo prometí nunca decir nada acerca de lo que eres, de mantenerte lo más alejado posible de mi trabajo, y eso siempre seguirá en pie. Pero, te sugiero que no te encariñes con tu bebé, y lo abortes... si es que existe.

Después de esas frías palabras, calló, no valía la pena seguir insistiendo si ni siquiera intentaría creerle, por más irreal que fuera lo que anteriormente escuchó. Aquella mirada que era cálida y transmitía un sentimiento de soledad, antes de aquel miserable suceso que la transformó en una más sádica, se desmoronó en menos de unos segundos.

―No es momento de suplicas, Amon... ―sonrió dolorosamente, apartándose suavemente de quien meses pasados fue su amante, la tercera persona en que más confió, la segunda que más amo y la primera a la que se entregó completamente en cuerpo y alma en un acto prohibido, en tabú por muchos otros; ahora... sólo alguien más que se presentó en su vida, no sabía si para bien o para mal. ―Te seré sincero, mi pecho duele, duele mucho... Esta desagradable sensación es mucho peor que cuando mi madre falleció. Deseo con todas mis fuerzas arrancarme el corazón para cesar el dolor que en este instante siento. Lamentablemente, ahora vivo por dos y el método más viable, pero el más lento es olvidarte―. No dio tiempo de reacción a su acompañante pues se marchó si más, con la cabeza en alto y sin una pizca de debilidad.

―... Así es mejor, ninguno de los dos saldrá lastimado desde ahora―. Mientras tanto, el padre del niño suspiró irritado viéndolo irse, quería detenerlo, mas parecía que ese impulsó no lo dominó por completo. Además, esta era una gran oportunidad para dejar a un lado las tonterías de ghouls embarazados y concentrarse en la próxima investigación, también una forma de olvidarlo que no desaprovecharía.

―Tsukiyama ―. Un pequeño escalofrío recorrió mi columna vertebral, estaba seguro que mi distancia era prudente y moderada― ¿No te han dicho que escuchar conversaciones ajenas es de muy mala educación? Vaya sorpresa descubrir que fuiste tú el que nos espiaba... ―. Naturalmente, me volteé mostrando una fina curva en mis labios.

―Kaneki-kun, no sólo yo me entrometí en algo tan privado como esto... ―intenté tocar su vientre, sin embargo, me tomó de la mano con fuerza impidiéndome realizar algún movimiento― Los demás también están aquí... ―. No se inmutó, claro que sabía eso. Una figura gruesa seguida de tres más delgadas y una más pequeña y delicada aparecieron detrás de él. ―¿Nos lo vas a explicar o lo guardarás contigo? ―aflojó el agarré de mi mano... ¿Pero qué? Mi asombro fue tal que quede anonado; llevó mi mano hasta su vientre y allí mismo sentí algo palpitar, por más plano que su estómago fuese había algo, no, alguien adentro― Increíble...

―Ya expliqué todo...