Hola...
Decidí que debía de hacer un cambio en el formato y estructura de la historia. Espero que ahora sea más agradable a la lectura y que me perdonen las personas que seguían esta historia. Cuando lo lean se darán cuenta que hay muchos cambios… yo digo que son bueno pero espero que ustedes los juzguen.
Beyblade no me pertenece ni me pertenecerá nunca. Los únicos que me pertenecen son los pequeños niños que describo y que siguen siendo un amor y la historia que he fantaseado.
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En un departamento de la zona conurbada de Moscú, se podía sentir tensión entre los miembros adultos del lugar. Aun cuando los habitantes de la ciudad ya habían comenzado sus labores, en este pequeño departamento apenas se alistaban para la salida. Y junto con la acalorada discusión, un pelirrojo de nombre Yuriy se terminaba de vestir, acomodando su corbata y mirando de soslayo a su pareja que discutía desde la recamara, donde se peinaba el cabello platinado, que a veces parecía de color lavanda. Mientras dos pequeñines miraban la televisión, ignorando los gritos.
-¿Para qué vas? Es suficiente con lo que tenemos, y además ¿quién va a cuidar a los niños?- Volvía a sacar ese argumento el joven de cabello platinado. Desde la noche anterior había intentado hacerlo desistir de su tonta idea de querer trabajar, sin lograrlo realmente.
- Los voy a dejar en una guardería, mientras yo trabajo, además el dinero que gane de mas es para sus estudios y otras cosas necesarias- respondió el pelirrojo, su pareja, Boris o como le gustaba que le dijeran… Bryan, seguía con la insinuante declaración de que podían seguir viviendo cómodamente con lo que él ganaba. Sin embargo eso no era posible para su salud mental, seguir encerrado de esa manera, asfixiado en esa vida que tenia. Observo a sus hijos, los amaba, pero estos ya eran grandes para ir a una guardería o hasta para entrar a una escuela elemental, claro que eso costaba y para colegiaturas no tenían. Suspiro, recogió lo que le faltaba para poder irse y miro el reloj, estaba a tiempo.- Vamos niños despídanse de papá-
Sus dos pequeños le miraron extrañados, ellos siempre se quedaban en casa hasta las 10 y ayudaban a su mami en las compras o salían al parque. Puras cosas que ellos consideraban divertidas y el haberse levantado temprano y tener que salir justo en el momento en que pasaba uno de sus programas favoritos no era lo ideal para ellos.
- Mami- se quejaron los pequeños, miraron a su mami apagar la tele y mirarlos con severidad, eso fue suficiente para que ellos se levantaran, le dieran un beso en la mejilla a su papá y corrieran a ponerse su suéter, listos para irse.
- Nos vemos en la tarde Bryan- Se despidió, no queriendo escuchar más comentarios al respecto de sus decisiones.
- Pero... vas a cometer el peor error de tu vida- le juro a la puerta cerrada. Tomo su saco y salió cinco minutos después que su familia.
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-Así que ya había trabajado en esto antes, ¿por qué se salió?- pregunto el entrevistador. Le sonreía de manera interesada, desde el momento en que lo vio entrar no pudo evitar sentir algo que no sabía cómo definirlo más que pasión.
La oficina donde se encontraban era de un estilo modernista. Las pruebas paramétricas ya se las había hecho y esa era la última entrevista que le hacían ese día. Estaba ansioso por saber si lo admitirían o no, lo único bueno que sabía era que a pesar de que había sido agotador y algo tedioso, había valido la pena, ya había avanzado hasta ese lugar y solo le faltaba eso.
- Si ya había trabajado en esto, pero tuve que salirme para cuidar a mis hijos, por lo que ahora quiero regresar- Se mantenía tranquilo.
- Entonces tiene hijos, eso es extraño- se puso tenso. Lo último ya no le agrado, después de todo, le interesaba ese trasero y si tenía ya pareja era algo que simplemente no podría violar por su propia política.- Ah entiendo, entonces ¿Son hijos adoptados?- Tal vez una posibilidad mínima…
- No, los geste yo- se sentía avergonzado. Esas preguntas venían de más. Después de todo ellos que rayos les importaba su planificación familiar.
- Mmm ya veo, entonces tiene a su pareja y tiene dos hijos ¿En qué trabaja su pareja?-
- Es contador – Desvió la mirada, ahí se ponía grave la cosa. No podría mentir respecto a lo que ganaba Bryan, pero de esa manera le daría un sueldo muy bajo o tal vez ni lo contratarían.
- Vaya, entonces este trabajo es solo un complemento ¿Cierto?- Sonrió de manera un poco perversa.
- Si – Ya sentía todo perdido.
- Bien, y los niños ¿Qué edad tienen?- Sus preguntas completamente indiscretas le habían dado manera de poder ofrecerle mucho menos cosas. Ventajas de la lucratividad de esa empresa y el bajo interés del gobierno.
- Cinco años – Suspiro. De nada valía el intentar limpiar el lodo que el mismo se había echado del lugar al ser tan sincero.
-Bueno eso es perfecto, porque supongo que van a alguna institución como el jardín de infantes- indago, buscando más cosas. Sonrió complaciente. El nerviosismo del joven le agradaba y excitaba de una manera tan extraña. Era como un instinto animal.
-Sí, justamente ellos acaban de entrar- Se sentía al límite de aguantar por esas preguntas.
- Bueno, pues esto ha sido todo, nosotros le llamaremos, aunque por lo que veo me parece que la vacante es suya, sin embargo aun falta por ver otros candidatos- se levanto, abriendo la puerta y dejando pasar al otro, no sin antes ofrecerle la mano en un saludo cordial- que tenga una buena tarde-
-Sí muchas gracias- acepto la mano del otro y la apretó despidiéndose, sin bajar la mirada- e igualmente- Salió de la oficina, sin percatarse de la mirada que se dirigía a su trasero.
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Sus dos pequeños remolinos de alegría parecían con más energía ese día. El convivir con otros niños de su edad les había ayudado para sacar un poco más de energía además de juegos nuevos que aunque no era lo mismo jugar con dos, era más entretenido que ayudar a "mami" en algunas cosas del hogar.
-…Y después un niño que se llama Cris tiro la pelota y le dio a Aleksei, y se puso a llorar, como siempre- la emoción de contar algo nuevo a su padre que no fueran las compras o el pasar de los autos vistos por la ventana era de alguna manera muy emocionante para ambos- y el profesor salió corriendo y casi se pone a llorar igual que él-
-No deberías reírte de tu hermanito- dijo un poco molesto de esa actitud por parte de su hijo. Aunque intentaban siempre mantenerlos de alguna manera equitativos, la influencia del exterior impactaba mucho en sus niños que no sabían distinguir entre esas burlas crueles y con malicia a las que no lo eran.
-Pero mucha gente lo hace- se defendió el mayor de los hermanos, sin embargo sabía en qué momento debía de parar con sus argumentos. Desapareció de la vista de sus padres, corriendo a su cuarto, a seguir jugando después de la cena.
-No debes ser duro con él, es solo un niño- retiro algunos platos de la anterior cena, a él le tocaba lavar todos los trastes.
-Y tu no deberías ser tan condescendiente con él, debes ser más equitativo- refuto lo dicho ayudando a su pareja llevando mas trastes al fregadero- ¿por qué no escuchas también a Aleksei cuando te cuenta algunas cosas?-
-No es lo mismo- sabía que no tendría la razón- es solo que no puedo comunicarme de la misma manera con él, tu eres mejor en eso-
-Podrías al menos intentarlo- suspiro cansado, el agotamiento natural de un día entero sumado con la entrevista y ese estrés por las peleas con su pareja respecto a sus hijos era por demás exhaustos- voy a dormir a los niños-
No espero respuesta, no la sentía necesaria. Para suerte suya, la pila de sus niños se había bajado con la cena, dejándole las cosas más sencillas, su pequeño Aleksei ya estaba cambiado y su torbellino mayor estaba en esas. Odiaba tener que ver esas enormes comparaciones en sus niños.
Por un lado se encontraba Aleksandr. Era el mayor por 2 horas. El ser el primero le hizo acreedor a un extraño cariño por parte de Bryan, como una conexión demasiado especial. Era más extrovertido que Aleksei. De cierta manera el primero si se parecía demasiado a su padre y su otro pequeño a él. Aleksandr, era más dado a las actividades grupales y para la edad que tenia y a pesar de sus distracciones constantes, le fascinaban las matemáticas y el aprender cosas interesantes.
Sin embargo, Aleksei tenía un don con las cosas artísticas. Era como si fueran cosas naturales. Bueno era natural su don. Y aunque quisiera que su hijo se desarrollara en ese ámbito, encontrar una buena escuela para él era casi imposible si seguían con su manera de vida.
Los dos eran especiales a su modo. Ninguno era mejor que el otro ni peor. Solo eran esas pequeñas diferencias las que los marcaban con sus distintas personalidades.
-¿Ya fueron a lavarse los dientes?- los encamino al baño y vigilo que hicieran todo lo que fuera necesario respecto a la higiene, antes de arroparlos para que durmieran.
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La intranquilidad que sintió toda la mañana con respecto a su pareja y su búsqueda de trabajo no se había disipado, con la plática que tuvo antes de irse a dormir, no era alentadora para él. Yuriy estaba por demás confiado a que le darían el puesto tarde o temprano. Sin embargo y aun sabiendo que era realmente algo muy bueno el que este entrara a trabajar, los celos no le dejaban pensar del todo correctamente. Era como si aparte de que entraría a trabajar y ganaría dinero que sería oportuno, su machismo y su autoestima se verían afectados.
Se levanto de la cama, cobijando de mejor manera a Yuriy para evitar que se despertara. Se dirigió a la sala, pasando por el cuarto de sus hijos viéndolos dormir. Aun recordaba el embarazo de Yuriy. Las pequeñas complicaciones que sufrieron. Después de todo él acababa de salir de la universidad y empezaba a penas con un sueldo que no satisfacía todos sus deseos. Su pareja también había terminado apenas sus estudios y la familia de este, sintiéndose deshonrados casi lo corrieron de casa.
El embarazo múltiple, rechazo por la familia y falta de dinero. Definitivamente no era algo con lo que cualquiera pudiese lidiar. Pero lo lograron y salieron adelante. Aun no sabía exactamente como, pero lo hicieron.
Reviso con la mirada la sala. Algunos juguetes tirados, junto con crayolas y hojas. Dibujos lindos acerca de cosas cotidianas por parte de Alekseia y Aleksandr. Las mochilitas y aparte una chamarra de Yuriy. La abrazo inhalando el olor. Sintiéndose de repente deseoso de tener al pelirrojo desnudo junto a él. Y los celos regresaron con mayor fulgor. Casi como en la mañana, cuando lo vio partir de manera decidida a esa entrevista que sabía no presagiaba nada bueno para ellos.
Se levanto, regreso a su cama y abrazo a Yuriy con posesividad. Realmente sentía la necesidad de aclarar eso. Sin embargo sabía que de esa manera insegura de si, su macho interior quedaría más apaleado por esa debilidad expresada y que seguramente no sería comprendida.
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Bueno intentare cortar mejor los capítulos, durante estos días subiré los siguientes capítulos que tengo escritos. Saludos y espero review
