Capítulo 1
Problemas y Desconocidos
Simba, el Rey de las Tierras, vivía una de las crisis más grandes de su liderazgo de la manada, inclusive considerando la crisis previa a su acceso al liderazgo. Esta vez el Reino de Simba está bajo el ataque de forasteros que desean quitarle su poder y no solamente desterrarlo, querían acabar con Simba y todo el Reino que por años había construido.
Los forasteros habían atacado el Reino ya desde hace medio año, pero los ataques se habían acrecentado mucho en las últimas semanas y la crisis era casi irreversible.
- Todo está perdido, ya no podremos resistir más tiempo. – Decía un angustiado Simba, quien se paseaba de un lado a otro de la roca.
- Tranquilo esposo mío, presiento que ya los tiempos mejorarán… - le contestó Nala, mientras la hija de ambos Kiara miraba el horizonte. – Sabes que todo saldrá adelante, trata de mantener la calma, asustas al pequeño Asikari – agregó Nala.
Asikari era el segundo hijo de Simba y Nala, era un cachorro macho muy activo de una mirada muy tierna, su nombre significaba "Guerrero".
- Estas son las Tierras por las que Todos los Leones y Reyes han luchado y yo no puedo entregársela a los forasteros…
- ¡Avisadle al Rey Simba que se acerca una gran manada de forasteros! – irrumpió el grito del general de las Tropas del Reino.
- No puede ser... Nala, permanece aquí con Asikari y con Kiara. En eso Simba se acerca al borde de la Gran Roca.
"Tómelo con calma mi Rey" fueron las palabras que Zazú el consejero Real y amigo de la familia alcanzó a decir a Simba quien bajó de la Roca.
El ambiente era tenso, las tropas de Simba habían creado una defensa frente a la Roca. Los forasteros venían con un ejercito dos veces mayor en número al de Simba y también crearon una defensa para cubrir a cuatro animales que venían en el centro.
"Estos forasteros tienen una apariencia extraña, pero se me hacen familiares en mi mente". Simba miro con extrañada la apariencia de los forasteros, eran normales, salvo por el detalle de sus ojos. Los ojos de los forasteros eran la mayoría celestes (salvo pocos casos que eran de ojos verdes) y brillaban con un intenso pero cálido fulgor.
Simba saltó delante de sus tropas y se paró con una mirada que transmitía mucho valor y determinación. - ¿Quiénes son?, ¿Qué desean? – Preguntó Simba al grupo de forasteros.
Del grupo de los cuatro animales centrales apareció un Tigre Blanco quien era del mismo tamaño que Simba, avanzó y de un salto se colocó delante del grupo forastero.
- Mi nombre es Ares, y esta es la "Manada Nocturna"- Dijo el Tigre que estaba frente a frente con Simba.
Simba a quien esto no le aclaró nada acerca de las intenciones del grupo preguntó esta vez con mucho enojo - ¿Qué quieres de mí y mi Reino"?-.
- Estamos acá para volver a estas Tierras, "nuestras Tierras"- Dijo Ares y camino un poco cambiando su posición y esta vez mirando a Simba de costado.
Simba quedó impactado con las palabras de Ares. Pensó en las palabras de Nala y Zazú: "Calma…". - ¿Qué me has dicho?… "Nuestras Tierras".
- Si, he dicho "Nuestras Tierras" – Ares reafirmó su frase. – Recuerda…- fue lo que agregó a la frase que por segunda vez perturbó la mente de Simba.
Extrañas sensaciones invadieron la mente de Simba, el sabía que su Reino no era de nadie más que suyo y de quienes en el habitaban. Algo detonó en Simba tal confusión que los segundos eran eternos.
"Nuestras Tierras…", "Recuerda…", "Ares…"… Algo en este extraño conflicto parecía ser algo conocido para la mente del León Rey de estas tierras.
