¡Hola! ¡Aquí estoy con mi prime one-shot!
Soy seguidora de la comunidad en inglés First Tweak, que realiza concursos frecuentes basados en la pareja Kag/Inu. Te dan una palabra y el reto es que debes usarla dentro de la historia. Justamente hoy, me di una vuelta por la página y me encontré que el concurso activo y que vence en dos días se basa en la palabra "wave" y me dio una "oleada" de inspiración. Pero como mi gramática en inglés es más que pésima, decidí ver si podía con el reto en mi precioso idioma.
Así que las reglas son: 301 palabras o más (mi conteo llegó a 334); cualquier pareja o sin parejas; en canon o AU; pero la historia debe estar centrada en Inuyasha y Kagome.
Así que ¡porfis! ¡porfis! Díganme que tal lo hice.
Wave: ola, onda, oleada y saludar con la mano (si hubiera escrito esto en inglés, habría usado la palabra dos veces :)
El chico indicado.
Él sabía que no debía espiarla, pero honestamente, no sentía que lo estaba haciendo. Él simplemente, quería, necesitaba, saber si por fin, el chico indicado había llegado.
El muchacho, alto, moreno, vestido a la última moda y con sonrisa de supermodelo, también era una buena persona. Kagome lo había conocido en el orfanato donde ambos trabajaban como voluntarios- ella tres días por semana, él cinco. El chico era el último en una larga lista de pretendientes que habían intentado ganarse el afecto de la muchacha, y tal vez, solo tal vez…
Desde su posición en la ventana de la sala, podía distinguir las expresiones faciales del chico. El corazón le dio un vuelco al notar como los ojos castaños que habían lucido esperanzados hacía unos minutos, ahora parecían apagarse a causa de la desilusión. Pero como buen muchacho, su rostro presentó una sonrisa educada y aunque a causa de la distancia no podía escuchar lo que decía, resultaba obvio que eran palabras tan corteses como siempre.
El muchacho se alejó por las gradas del templo, y finalmente Kagome se dio la vuelta con semblante apenado, pero en cuanto notó a la persona que la observaba desde la ventana, ofreció una sincera sonrisa y un saludo con la mano. Él le devolvió el saludo.
Todos los que conocían a Kagome, podían asegurar que la joven estaba contenta con su vida. Tenía amigos por montones, le iba bien en la escuela, trabajaba activamente en dos centros de asistencia, contaba con una familia amorosa y, de acuerdo con los muchachos que tenían contacto con ella, cada día estaba más bonita.
Al ver la brillante sonrisa, Sota sintió una oleada de tristeza, pues aunque joven, él entendía. Kagome no era infeliz, pero siendo duramente honestos, tampoco era feliz.
Hacía más de dos años, su hermana había entregado su corazón y no le había sido devuelto. Y él sabía, su hermana sabía, su madre y su abuelo sabían, que mientras el pozo estuviera cerrado, Kagome no recuperaría su corazón
