Elección Prematura

El era demasiado joven como para escoger a su futura mujer, no tenía el carácter, ni la personalidad, ni los gustos definidos. El solamente la eligió por esos cabellos tan extraños…, en realidad, fue su color lo que lo sorprendió. Esas tonalidades no se veían siempre, y lo que su padre le había dicho siempre, era que escogiera a alguien único y valiente, fuerte y audaz.

En el momento que tuvo en frente a las tres máximas herederas de los clanes más poderosos de todo Japón, tenía tan solo cinco años, y las chiquillas que le estaban mostrando, tenían tan solo dos.

Una de ellas era rubia de ojos celestes. Parecía alegre e inquieta, ya que a toda hora y momento deseaba soltarse de la mano de sus padres. La otra era algo más… introvertida. Estaba callada, miraba al suelo y para el colmo, se encontraba sonrojada desde el momento en que pisó la sala mediana. Su cabello era azulado y sus ojos como perlas. Se decía que iba a ser una de las guerreras más poderosas de todo Japón, debido a su línea de antepasados.

La tercera jovencita era la que más le llamó la atención. Cabello rosado como cerezos, y ojos verdes como jades. Se soltaba toda la hora de la mano de su madre, y refunfuñaba sin parar, además de que cada quince minutos miraba mal al pequeño, y en solo una ocasión se atrevió a sacarle la lengua.
Malcriada.

Comportamiento único.

Acciones… valientes.

Carácter, fuerte.

Ella era la persona perfecta de la cual su padre siempre había hablado.

¿Ya tomaste tu decisión, hijo mío?

Claro que sí, padre.

¿A cuál de estas hermosas jovencitas tomarás como tu prometida? – preguntó el jefe del clan mirándolo seriamente.

Todo se quedó en un profundo silencio. Los padres de las herederas se miraron mutuamente, y luego observaron al pequeño que tenían en frente.

Yo…, escojo a la tercera jovencita, padre. – Su manera de dirigirse hacia las personas era totalmente diferente como a la de cualquier otro chico de cinco años.

Oh – exclamó Fugaku. – ¿Estás seguro de tu decisión?

Si, completamente seguro.

El padre de la jovencita de cabellos únicos, miró al jefe del clan Uchiha una y otra vez.

Mi hijo ha escogido ha tu hija, Haruno. Supongo que este compromiso lo deberíamos de cerrar inmediatamente. Considero, si es que me lo permites, decir y opinar que la futura unión de nuestros herederos va a ser fortuito para nuestros clanes, y nuestras habilidades, en sí. Haruno Sakura, Uchiha Sasuke… desde ahora en más, ustedes, van a convertirse en uno de las parejas más extraordinarias de esta época.

Pero creo que no todo era como Uchiha Fugaku se lo planteaba… al menos no después de dieciséis años desde aquel evento…