Otro one-shot por mero aburrimiento xxD Prota rapha y tened por seguro que no voy a ser buena risa malvada

Disclaimer: estos personajes no son míos porque entonces sería un tío y estoy bastante segura de que no lo soy xxD


YIAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Raphael golpeaba su saco fuerza, estaba furioso, como siempre, furioso, furioso, furioso, ya ni se acordaba del motivo pero ahí estaba su ira que no le abandonaba.

Los demás lo oían todo y no sabían que hacer. Leo decidió subir a hablar con él.

Mala idea. En cuanto apareció por la puerta Rapha le propinó un puñetazo y salió corriendo. Ahora él también enfadado lo siguió.

Rapha sabía que lo seguía así que decidió plantarle cara en mitad de una azotea cualquiera sin fijarse en que habían llegado al Upper East Side de Manhattan. El barrio de los adinerados.

Mientras peleaban, un aburrido matrimonio los vio. Él paso de largo pero ella quiso mirar más de cerca.

Y mientras se acercaban la pelea se encrudecía. Los ojos de Raph brillaban con el fuego del odio que ardía en su interior. Ese odio le confería una fuerza imparable y lo convertían en un arma muy peligrosa. Leo lo sabía y trataba de que se calmara pero era en vano. Raph ni oía ni sentía nada por encima de su ira.

Sus golpes se volvieron más certeros. Más mortales. Hasta que le dio a Leo un golpe fatal en la cabeza.

Unos aplausos sonaron. Allí había dos personas. Una mujer de aspecto radiante y un hombre indiferente.

-¿Qué cuernos…?-comenzó a decir Rapha

-¡Bravo!-aplaudía la mujer tan entusiasmada como podía estarlo una mujer de su nivel-magnifico combate

-un estilo de lucha realmente excepcional-el hombre tenía un fuerte acento inglés- ¿tenéis ya representante?

Rapha los ignoró y se acercó a su hermano. Le besó en la herida y lo abrazó.

-disculpad-volvió a hablar la mujer-mi marido es médico, podría echar un vistazo a su contrincante y así nosotros podríamos hablar.

-¿y de que cree que querría yo hablar con usted señorita…?

-Terence, Terence MacDougal y el es mi marido George.

El hombre hizo un gesto en la cabeza y siguió examinando a Leo. Un instante después se levanto y con la misma calma dijo:

-él está bien, la herida sangra mucho porque se han roto varias arterias pero nada grave, necesitará reposo eso sí, si nos da una dirección puedo mandar a uno de mis criados a que lo dejen donde usted pida, una casa, un hospital…

Rapha desconfiaba de tanta amabilidad pero no podía dejar sentir curiosidad por lo que aquellos humanos que parecían no temerle le ofrecían. Pensó en Leo, si ese hombre era en verdad médico y tenía razón se estaba preocupando por nada y parecía tener delante un negocio muy lucrativo…

Unas horas después April encontró el cadáver de Leo en su piso. Y una nota de Raph en la que decía que no volvería a casa.

Ahora Mickie y Don cuidaban el uno del otro. El maestre Splinter lloró la marcha de sus dos hijos y una tarde en que se fue a meditar no volvió. Con el tiempo dejaron de preguntarse por él y por cuando volvería igual que dejaron de preguntarse por Rapha o por lo que sucedió aquella noche. Habían decido que si no le encontraban era porque él no quería ser encontrado.

Casi acertaron. En realidad eran los guardas de seguridad de la finca de los McDougal quienes se ocupaban de que nadie encontrara a Rapha. Con el tiempo se había ganado muchos enemigos y sus trabajos eran mejor que no los conociese demasiada gente.

-Peleas callejeras-pensaba Rapha tumbado en su cama-quién hubiera pensado que una pandilla de estirados se reuniese en secreto para apostar en peleas ilegales

Rapha se estiró cuan largo era y se deleitó en la opulencia que le rodeaba. Realmente los McDougal debían ganar mucho dinero con él si podían permitirse mantener ese nivel. ¿Pero que le importaba? Un par de peleas al mes y el resto del tiempo era libre de hacer cuanto quisiera.

Sonó el teléfono. Michelle. Aquella chica nunca dejaría de acosarle. Pero le divertía. Le divertía igual que todo aquello. Una vida que jamás habría podido soñar a la sombra de Shredder.

Lo vio una vez y se ignoraron mutuamente. Pero eso no evitó que Rapha se ensañara especialmente con su rival aquella tarde.

El encuentro con Shredder le hizo pensar en su familia. Fue la única vez. Sabiendo que Don perfecto era feliz sin tener que aguantar sus pataletas no se preocupó por saber más. No los echaba en falta. No. Para nada.

-Si, trata de convencerte a ti mismo-dijo una voz dentro de él.

FIN? xxD