Pues, hola.
Antes que nada le hare publicidad al concurso que estoy organizando con otras chicas de FF, se llama The Sadness Story Contest, el cual el objeto es escribir un OS con final triste. Pueden pasar por mi perfil ahí está el link del perfil del concurso para leer las condiciones y los premios si están interesadas en participar.
Ahora.
Aquí traigo un drable (¿?) que escribí hace mucho tiempo. Realmente me gusta porque cada vez que lo leo me hace llorar. Entonces espero que les guste.
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Como podía ser tan cruel, tan insensible. ¿Seria que le encantaba hacerme sufrir? ¿O acaso no se daba cuenta de lo que hacía?
Una vez más jugaba conmigo.
Sabía que el momento que leí el mensaje del MSN debía cerrar la sesión. Sabía que no debía hablar con él, pero mi parte tonta no me dejo. Cuando me saludo, con el simple: "Hola" que siempre me escribía hizo que mi corazón saltara.
Era patético, y yo lo sabía, pero no podía evitar las reacciones que tenia ante él.
Como siempre la plática era de lo más monótona, como era siempre, entre dos amigos. Al menos eso quería que fuera. Pero cuando empezaba con sus insinuaciones de salir juntos, era como si me torturara.
Desde la secundaria él jugaba ese tortuoso juego conmigo, me ilusionaba, me halagaba, y luego ¡Bam! golpe contra el pavimento.
El siempre había sido un don Juan, desde el momento en que lo conocí. Pero el fue mi único amigo en la escuela nueva. Y como era de esperarse, me enamore como una tonta de él.
El actuaba de manera distinta a como habían actuado los otros muchachos conmigo. Realmente parecía como si yo le interesara, y eso me hacia feliz. Me hacía sentir especial, querida. Con el tiempo tome la iniciativa, y al año siguiente le dije que me gustaba. Y me contesto lo que esperaba: "Tu no me gustas". Solo le atine a sonreír y sentarme en mi lugar. Me sentí tan estúpida. Pero días después, el me beso. Fue mi primer beso, y él lo tomo. Una vez más fui feliz, pero claro era un juego para él y una tortura para mí.
Los días pasaban, y el tenia novia tras novia y yo seguía siendo su amiga. A veces, el me besaba y yo sentía que tenía una oportunidad pero claro esta jamás llego. Yo seguía siendo su tonta amiga. Por fin terminamos la escuela, y cada quien se fue a una universidad distinta.
Pero el no dejaba de torturarme. Por el MSN hablábamos, me preguntaba de mi vida y que hacía. Hasta que una noche me sincere con él. Me pidió perdón por haberme hecho sufrir así, pero claro solo fue de dientes para afuera. El jamás se lamento de haber jugado con mis sentimientos. Y aun dos años después lo seguía haciendo.
-¿Cuando estrena la película que querías ver?- escribió
-Dentro de un mes. ¿Por…?-
-Quiero invitarte a ir, si tú quieres, claro.- tecleo simplemente.
No otra vez. No me des ilusiones otra vez, pensé.
Era tonta lo sabía, pero cada vez que hablaba con él, recordaba un poco de lo que había sentido por él y deseaba que él se diera cuenta de eso.
Pero eso jamás sucedería.
Era tonta, y lo sabía. Lo había sido por cuatro años y lo era una vez más. Porque aun guardaba la esperanza que él se fijara en mi. Vanas esperanzas.
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¿Review?
