Disclaimer: los personajes de Harry Potter pertenecen exclusivamente a la autoras de la saga, J. K. Rowling.
Prólogo
Era una tarde soleada de principios de septiembre. Con un acantilado de fondo, una imponente casa, cuya estructura maciza de dos pisos y un ático a dos aguas, presidía las inmensas llanuras verdes de los paisajes de Escocia. Las paredes eran de un azul oscuro combinado con la madera, también oscura, que recortaba puertas y ventanas. El camino que llevaba a la casa casi había desaparecido, como si nadie lo hubiera pisado en años. Adyacente a ésta se distinguían varias estructuras menores: establos, cobertizos y un par de picaderos. En uno de ellos se podía ver a un hombre montando en un magnífico caballo negro dando vueltas en torno a otro marrón que parecía muy nervioso.
Ajeno de todo, un hombre vestido con una gran túnica negra decorada con ribetes arabescos de color marrón, observaba la escena bajo la sombra de un árbol. Contrastando con sus ojos, una sonrisa torcida se asomaba por sus labios. "Quizás", pensaba el hombre, "las cosas en este difícil y terrible viaje iban a mejorar, después de todo".
Se encaminó tranquilamente a la entrada principal de la gran casa.
El hombre que hasta hacía unos instantes cabalgaba tranquilamente, levantó la cabeza en el mismo momento en que la figura se acercaba a la casa. En esa finca tan solo vivían él y su mujer y un par de elfos domésticos, y la vestimenta del hombre, poco habitual hasta para su poco habitual mundo, le trajeron a la memoria recuerdos de otra vida y un escalofrío. Hincó espuelas en los flancos del caballo y lo puso al galope saltando por encima de la valla del picadero, justo cuando el hombre llamaba a la puerta. El seguía galopando a tan solo un par de metros del sujeto cuando su mujer abrió y sus ojos se abrieron de la sorpresa.
- ¡ déjala ! - gritó el hombre llenándose de impotencia, sin embargo en el marco de la puerta nadie se movió. El caballo se paró de golpe y al punto el hombre saltó y se puso entre el desconocido y su mujer. Entonces miró por primera vez al desconocido a la cara. No era quien él había creído que era, su asesino.
El hombre, si es que se podía definir así, era en realidad un joven de aproximadamente unos veinte años. Tenía el pelo negro como la noche, largo y atado en una coleta que dejaba al descubierto una amplia y despejada frente. Sus facciones eran fuertes, muy marcadas, sus labios, finos y poseía un gran cuello. Sin embargo, fueron sus ojos los que le dejaron sin aliento. Habitualmente fríos, ahora se podía leer en ellos añoranza, fuerza, soledad y determinación, a pesar de que se podía apreciar la sombra de una sonrisa en la comisura de sus labios.
- buenas tardes. Me gustaría mantener una conversación con ustedes. Creo que hay muchas cosas que contar.
Sus palabras terminaron abruptamente puesto que en ese momento la mujer se desmayó.
Me gustaría explicar que es así de corto por que se trata de un prologo, no de un chapter independiente de la historia. Como los que han entrado a leer esto han podido comprobar no quiero desvelar nada de la trama principal en torno a la que se va a desarrollar la historia, sin embargo contestare gustosa a los reviews que me dejéis, en la medida de lo posible. Tengo que reconocerlo, me encanta que me acribillen a preguntas jejeje no lo puedo evitar. Bueno intentare actualizar cada una o dos semanas pero no lo se seguro por que en breve me voy del país a trabajar. Aun así lo intentaré. Kiss.
