Capítulo 1: Una Nueva Fría Noche.

La lluvia caía sin cesar, ya me faltaban tan sólo un par de pasos para llegar a mi casa y refugio en ella del diluvio. Subí los dos escalones de la puerta principal y entre a mi hogar. Se escuchaba el sonido del televisor desde el comedor, por lo que supuse que mis padres y estaba en casa, también envió el inconfundible olor a carne asada, lo que me daba un sentido que la cena ya estaba en camino. Atravesé el umbral de la entrada y entre en la habitación en el que se encontraban mis padres, al no ver a mis hermanos menores por ningún lado, supuse que estaban en la fiesta de cumpleaños de mi primo, a la cual yo negué rotundamente Ir, tener ya 17 años, una fiesta de cumpleaños de un niño de 8 no me atraía para nada. En fin, el panorama era el habitual,

-Hola- Digo alzando la voz para alertar a mis padres de mi presencia.

-Hola hijo- Me dice mi madre desde la habitación- ¿Cómo fue tu día?

- Lo de siempre mama- Digo sintiendo el cansancio del día sobre mis hombros.

-¿Tienes tarea? - Me pregunta como todos los días, según ella soy un genio, pero que la pereza es mi peor enemigo, por lo que se asegura de que cumpla con mis deberes.

-No mama, con todos los exámenes de hoy, decidieron dejarnos el fin de semana libre- No mentía, habíamos tenido 4 evaluaciones el mismo día, y como si fuera poco, en un viernes lluvioso, ese tipo de días que, además de por solo ser viernes, no te dan energías de hacer otra cosa que dormir.

-Me voy un rato a mi cama, si no me despierto para la cena yme dejas allí-Le dije una vez que subí las escaleras que conducían a los cuartos.

-Está bien Nico, descansa- Dijo mi madre a la vez que me dedicaba una sonrisa a la cual yo respondí.

Entre en mi habitación y automáticamente encendí mi computadora, antes de dormir, siempre habria mi Facebook, pero lo primero que se veía era una y otra vez las páginas de noticias que tanto la gustaba compartir a la gente y solo hablaba sobre el incidente en Nueva York, del trabajo arduo de la BSAA y de las precauciones que se han de tener con estos virus en caso de infectarse y poco más. Las noticias tanto en internet como en la televisión solo hablaban del bioterrorismo y eso ya empezaba a preocuparme por los recientes casos de infección que ocurrían en mi país.

Trate de distraerme para no pensar en eso, hasta que no terminara la secundaria no había mucho que pudiera hacer. Me limito a buscar la canción de '' I am the highway '' de Audioslave buscando alguna forma de entrar en calma y caer perdido en mis sueños. La canción acabo, la cual fue suplantada con '' Californication '' de los Red Hot Chili Peppers, esta canción me hizo recordar muchos momentos de mi infancia, por lo que me sumió en mis recuerdos y de un poco, al son de mi canción de la niñez, mi mente se apagó, y perdí me en un mar de recuerdos felices junto a mi familia y mis amigos con la canción emblemática de fondo. Si me hubiese visto a mí mismo, jurar que me con una sonrisa.

Súbitamente el sonido de mi teléfono me despertó, el reloj marcaba las 5 am. Y la pantalla muestra el número de mi madre. Tratando de ajustar mi vista a la luz, proveniente del pequeño artefacto, logre atender.

-Mamá, son las 5 de la mañana, ¿que necesitas? - Dije con un tono de sueño no fingido.

-No es nada, solo te aviso que deje comida para el mediodía en el horno y algo de plata para el fin de semana, hijo cuídate, te amo, no vemos el lunes- Esas fueron las palabras de mi madre antes de despedirnos.

-Claro si este fin de semana si iban a ver a los abuelos-Pensar en voz alta, auto reprochándome mi falta de memoria y atención.

Sin importarme mucho el haberme olvidado, apoye mi cabeza en la almohada y me deje llevar por la obscuridad de mi cuarto, sumiéndome nuevamente en un sueño, sin embargo esta vez, preferiría haberme quedado despierto ya que solo soñar con ella, creaba un pequeño dolor en mi pecho, cosa que yo odiaba y me dejaba muy deprimido al día siguiente. Si alguien me hubiese dicho que a los 17 años estaría sufriendo por un corazón roto, hubiese acusado esa persona por no conocerme, pero ahora, era patético el solo pensar en eso.

Me desperté con el agrio sabor en la boca de haber visto, aunque fuese en un simple sueño, el rostro de esa chica. No quería recordarla, la quería olvidar, y eso sería fácil con la ayuda de 4 personas a las cuales conocía muy bien, y que con un solo llamado ya estarían allí para hacerme compañía. Velozmente marque el número de mis amigos, los cuales al enterarse de que me encontraba solo en casa un fin de semana entero, se sobresaltaron y colgaron a la vez que decían estar en camino. Paso media hora, al mirar el reloj que colgaba en mi pared, me percate de que ya las cuatro de la tarde, cuando de repente el timbre de mi casa sonó, al abrir la puerta me encontré con la campante figura de Gus, un chico de poco más de 19 años con cabello negro y largo, lucía una barba descuidada de váyase a saber cuántas semanas y como siempre, un bolso colgando de su hombro en el cual traía tres cosas fundamentales, laptop, cargador y cigarrillos.

-¡Wilson!- Grite a modo de broma para recalcar lo desprolijo de su barba.

- Al menos yo tengo algo de barba y vos no- Dijo el en tono burlón conociendo mi complejo de no poseer ni tres pelos locos.

-Solo entra y ya- Le dije al mismo tiempo que le indicaba donde dejar sus cosas. De esta manera, comenzaron a llegar mis amigos. Los demás dijeron que tardarían un poco más en llegar por lo que nos dispusimos a ordenar la mesa y colocar las computadoras.

-¿Vamos a jugar lo de siempre?- Le pregunte con cierto tono de pesadez.

-Obvio ¿Por?- Me contesto con duda.

-Me canso jugar todo los días al RoR- Le dije con aire de hartazgo-Al menos dejemos el jugar para después, vamos por algo de comer o a tomar algo- Propuse levantándome de mi silla y caminando hacia mi cuarto.

-Vamos por una cerveza- Propuso Gus-Le decimos a los chicos que nos vemos en Club a las cinco ¿Te parece?-

Yo no podía estar más de acuerdo, por lo que me limite a asentir y a encaminarme hacia mi habitación para tomar algo de dinero, ponerme ropa limpia y arreglarme un poco. Al terminar fuimos hacia el auto de Gus, un modesto Volkswagen Gol de color blanco. Nos subimos en él y nos dirigimos hacia el centro.

Al llegar al bar, divisamos a Lautaro y a Luis, que nos esperaban sentados fuera del local hablando con unas chicas que no llegamos a reconocer por la distancia. Gus estaciono el coche fuera del local y nos bajamos a saludar. En el momento reconocí a las dos chicas y me apresure a abrazarla, una chica poco más bajita que yo, de pelo azulado, vestía una remera negra del disco ''And Justice For All'' de Metallica, la cual le había regalado yo hacía ya un tiempo y unos shorts de jean que le quedaban de maravilla.

-¡Nico!- Me dijo ella con emoción-Hace mucho no te veía-

-¡Agus te extrañe pendeja!- Le dije a la vez que la abrazaba por la cintura a la vez que la elevaba un poco del suelo.

Luego de mi encuentro con mi mejor amiga, proseguí a saludar a mis queridos amigos. Lautaro era un chico alto y rubio, tenía el cabello corto y era bastante flaco. Estaba a punto de cumplir 18 años y de graduarse de una prestigiosa escuela militar en la cual estudiaba medicina y virología. Luis acababa de cumplir 19, media un poco menos que Lautaro y tenía el cabello semi largo y negro. Estaba estudiando computación y programación, debido a su rápido aprendizaje estaba a punto de graduarse antes de tiempo.

La otra chica que los acompañaba era una amiga de Lautaro, se llamaba Lucia, tenía mi altura, lo que me hacia el tercero más bajo en la escena, tenía 16 años lo que la hacia la mas joven, Lautaro la había conocido en una de sus clases de ciencia y se había ganado la amistad del grupo gracias a su carisma y su actitud positiva y divertida.

Entramos los seis al bar, en el cual debido a nuestra frecuente costumbre de ir allí en los últimos dos años, éramos algo así como clientes reconocidos.

-¡Chicos bienvenidos de nuevo!- Nos saludó el dueño con alegría- ¿Van a tomar lo de siempre?- Nos preguntó a la vez que sacaba un par de vasos chopper y los llenaba de cerveza.

-Hoy son 5 cervezas y uno de tus famosos jugos don- contesto Lautaro a la vez que se acercaba a la barra dispuesto a pagar y recibir los tragos. Lautaro es ese tipo de persona que se gana rápidamente tu confianza y la atesora mucho debido a que su actitud siempre es relajada no se le hace difícil entablar la conversación con alguna persona.

-Don Silva que se cuenta de su vida- Le pregunto al cantinero a la vez que recibía los vasos.

-Lo de siempre joven, trabajar, cuidar a la familia y de vez en cuando una noche desvelado con mi mujer- Le respondió con una sonrisa que se marcaba en su cara con las arrugas que demostraban su edad-

-Eso es bueno don- Le contesto a la vez que sacaba un par de billetes para pagar los tragos.

Se separó de barra y se acercó a la mesa en la que estábamos todos sentados, luego de darle a cada quien su vaso correspondiente propuso un brindis.

-Quiero que brindemos- Dijo con alegría plasmada en su rostro.

-¿Porque razón?- Le pregunte sin mero conocimiento.

-Por qué en dos semanas me voy a Estados Unidos con mi profesor a una conferencia de TerraSave- Nos dijo con euforia tanto en su voz como en su expresión.

-¡Felicidades hermano!- Fue la frase general, sabíamos lo que se había esforzado por conseguir ir a esa conferencia, y saber que lo había conseguido nos llenaba de alegría y de orgullo.

-Don, ¿podría hacernos una pizza especial?- Le pregunte al señor con aires de alegría.

-¿Cómo no joven? Corre una pizza especial- Me respondió con alegría, el también sabia de los esfuerzos de Lautaro, y como prácticamente todos nosotros éramos algo así como sus hijos postizos se llenó de orgullo.

-¿Cuánto seria?- Pregunte a la vez que sacaba algunos billetes de mi billetera.

-Descuide joven, esto va por la casa, el Rubio se lo gano- Dijo el hombre.

Como ya sabíamos que discutir con él era en vano, nos limitamos a asentir.

Los minutos pasaron y llego a nuestra mesa una chica joven, de mi edad supongo yo, con el cabello castaño claro peinado en una trenza que caía en su hombro izquierdo, vestía el clásico uniforme de camarera, el cual no le quedaba para nada mal, trayéndonos la orden.

-Aquí esta lo que pidieron- Nos dijo amablemente.

-Muchas gracias señorita- Respondió Lautaro dedicándole una sonrisa a la chica.

-S-si me d-disculpan- Fue lo que nos dijo la chica avergonzada antes de marcharse de nuestra mesa.

-¡Lautaro! Mas te vale no tratar nada con mi hija ¿ok?- Dijo el señor con tono de burla.

-Descuide don, lo tenemos vigilado- Le conteste entre risas.

Las horas pasaron entre risas y charlas, hasta que el teléfono de Lautaro sonó.

-Chicos discúlpenme es el profesor Mason- Dijo al levantarse hacia afuera para contestar la llamada.

Pasaron los minutos y Lautaro volvió, con una expresión de desconcierto en sus ojos.

-Chicos, necesito que me acompañen a la escuela, algo le paso al profesor-

Bueno chicos, los dejo con el primer capítulo de mi Spin-Off, mi meta era el principal protagonista y las referencias hacia el mundo Resident evil.

Espero que las guste, mañana subir el próximo capítulo: '' La desesperación de un padre '', espérenlo con ansias.

Aquí se despide Shiki, por favor dejen sus comentarios para guiarme un poco más en esta historia.

Nos leemos luego!