TITULO: A Time to Change
AUTOR: Sansa
URL (inglés): www . cipher-wotr . com / viewstory . php?sid 1169&warning R
Harry desea no ser nunca el Niño que Vivió y su deseo es concedido. Ahora tiene que afrontar las consecuencias, sacrificando todo lo que ha ganado para salvar su mundo. Encuentra el amor a lo largo del camino pero, ¿le será arrebatado como todo lo demás? HPSS - Slash
WARNINGS: Lenguaje gráfico, Slash, Violencia.
DISCLAIMER: Nada me pertenece. Todo pertenece a JKR.
TIME TO CHANGE
Para todo hay un ciclo,
un tiempo para todo propósito bajo el cielo.
Un tiempo para amar, y un tiempo para odiar;
Un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz.
Capítulo 1
Severus.
¿Puedes creer que estoy sentado aquí por milésima vez desde que pasó todo esto y preguntándome en qué demonios me he metido esta vez? Estoy seguro de que darías un resoplido indignado y descartarías mi pregunta con un gesto de '¿y qué hay de nuevo?' Aunque, vamos a pensarlo, eso es algo que tu antiguo ser haría. He empezado a notar que a tu nuevo ser le importan mis sentimientos de una forma enteramente diferente, maravillosa. No estoy seguro de cuál de vosotros me pone más nervioso.
12 de Febrero, 1997, nueva línea temporal.
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Harry caminaba con desgana de habitación en habitación, en Grimmauld Place, sin llevar la cuenta de su progreso o dirección, simplemente moviéndose por hacer algo. Cosa rara, se sentía más seguro si se mantenía en movimiento. Impedía que los pensamientos y sentimientos asfixiantes le abrumaran. Incluso sentía que si iba a sentarse en algún lugar, encontraría imposible levantarse otra vez. En su depresión, hasta fantaseaba en caer contra una de las mullidas sillas y desaparecer en la tapicería donde podía quedarse para siempre, caliente por el fuego e innecesario. No superfluo. Sólo innecesario.
Se sentía completamente cansado de ser necesitado. Ser necesitado había tomado unas connotaciones desagradables esos últimos meses. Le necesitaban para enfrentarse al Señor Oscuro y matarle, le necesitaban para coordinar los refuerzos defensivos de los estudiantes de nivel superior en el colegio y, para mantener la moral, le necesitaban alegre durante las vacaciones. Después de todo, no querría alterar a nadie al admitir que todo el mundo mágico estaba hundiéndose a su alrededor. A la realidad no le correspondía levantar su fea cabeza cerca de las Navidades. Deja que la gente entierre sus proverbiales cabezas en la arena, pensó. No iba a cambiar nada.
Harry se encogía ante la realidad que todos estaban ignorando. Muchos buenos magos y brujas eran masacrados todos los días. De uno en uno, las demás razas mágicas del mundo estaban cayendo, o en batalla contra Voldemort o por deserción a su causa. Harry casi podía sentir la maldad filtrándose a escala en su camino.
Y hasta ahora, día tras día, Harry no hacía nada. Asistía a clases. No quería perderse ésas, séptimo curso es tan importante y debía seguir centrado en los NEWTS, pensó con sarcasmo. Si no le iba bien, ¿qué haría con su vida? Harry se rió con amargura, el sonido rebotando alrededor de la gran habitación vacía.
No estoy hacienda nada, se dijo. Me siento y espero a aquellos que creen que saben qué está pasando para que me digan qué hacer, y aún así se muere más gente, pensó. Dios, sin embargo estaba cansado. Cansado de luchar y harto de intentar convencer a Dumbledore y a la Orden de que era necesario más acción preventiva.
Harry detuvo su andar inquieto mientras pasaba por el mantel. Fotografías hermosamente enmarcadas decoraban la superficie. Pasó sus manos frías y húmedas sobre sus vaqueros, antes de alargar la mano para deslizar sus dedos sobre las diversas imágenes. Figuras que se movían de un lado a otro del marco, riéndose y saludándole con la mano. La mayoría eran de sus padres, Remus y Sirius.
Sirius. Yo le maté. Ese pensamiento, no importaba cuán viejo o usado, siempre dejaba sin aliento a Harry. Que pudiera haber hecho tanto daño, con su negligencia e inexperiencia, nunca dejaba de quitarle la capacidad de respirar.
El silencio del despacho se hizo opresivo, pero Harry no se fue. En cambio, paseó por la habitación, de un lado a otro, recordando la reunión de la Orden hacía poco rato.
Snape estaba sentado, completamente estoico como siempre, mientras informaba sobre las muertes e incursiones más recientes. Sus ojos habían vuelto hacia Harry más de una vez y, contra su voluntad, sentía encogerse bajo la fría mirada del más mayor. Eres inadecuado, decía la mirada. Eres un fracaso. Harry había apartado la mirada, suspirando y restregándose sus doloridos ojos bajo sus gafas.
Aunque Snape no era el peor. Ni una posibilidad remota. También estaban aquellos miembros de la Orden que miraban a Harry como si esperaran que hiciera algo. Harry sabía que estaban suplicando en silencio que detuviera esa locura. Después de todo, eso era para lo que había nacido. Ponte a ello, le gritaban silenciosamente esas personas.
Pero incluso ésos no eran lo peor de todo. No, ese honor estaba reservado para gente como Remus y Dumbledore. La compasión en sus ojos estaba tan mal disimulada que un niño de dos años se habría dado cuenta. No dejes que te afecte, lo transmitían con sus ojos y sus roces reconfortantes. Nada de esto es culpa tuya.
Harry se sentía más traicionado por las flagrantes mentiras de esos dos, sus dos mentores y amigos de más confianza, que los miles que le culpaban en silencio. Claro que es culpa mía, les gritaba en silencio en su mente. Había mantenido sus ojos sobre cada interlocutor sucesivamente, manteniendo las apariencias de participación en la reunión, pero en su mente protestaba furiosamente contra ellos. Mi pasividad causa más muertes absurdas, ambas muggles y mágicas, cada día.
Harry se dejó caer contra la silla más cercana y se inclinó hacia delante apoyando su cabeza en sus manos. No por primera vez, deseó que el destino le hubiera repartido una mano diferente. Estaba agotado. Tan cansado de todo, la responsabilidad, las cargas y la culpa. Todo lo que deseaba a veces era el tipo de vida que tenía su amigo Ron: la seguridad de una familia cariñosa, una infancia feliz y, sobre todo, libertad de su maldita cicatriz y todo lo que llegaba a representar.
- Odio esto - Susurró con vehemencia - Odio esta vida y… voy a odiarme a mí mismo - Cosa sorprendente, expresar con palabras este pensamiento le condujo a esa sencilla verdad. A Harry le quedaba muy poco de sí mismo de lo que estar orgulloso.
Mientras Harry se apoyaba en la silla, cubriéndose los ojos con el brazo, un susurro tenue se arrastraba dentro de su cabeza. Al principio no se dio cuenta, al estar hipnotizado por el pesado silencio de la habitación. Sin embargo, después de unos minutos, se dio cuenta de su incongruencia con los sonidos normales de la casa.
Harry se levantó y giro lentamente en un círculo, intentando localizar el origen de los susurros. Mientras alcanzaba su varita en alarma, una luz tenue desde una de las estanterías le llamó la atención. Se movió lentamente hacia la librería, observando el objeto extraño que parecía llamarle.
Era un disco pequeño, en realidad parecía una pequeña roca, y a pesar de que Harry nunca la había notado antes específicamente, parecía familiar. La cogió y le dio vueltas en su mano, buscando algún indicio de su origen o uso. Inmediatamente, el susurro se amplificó a una voz clara, inconfundible.
- Soy inofensivo. Soy un amigo - Susurró la voz - ¿Por qué te lamentas?
- Me odio - Respondió Harry. Se sentó otra vez en el sillón y acarició suavemente la piedra lisa en su mano. Sólo el simple acto de tocarlo parecía ayudarle a sentirse mejor.
En su mente racional estaba sonando una alarma. La casa de su padrino aún estaba llena de cosas relacionadas con las Artes Oscuras. Se le había advertido más de una vez por un condescendiente Maestro de Pociones que tuviera cuidado de cualquier objeto mágico desconocido que pudiera encontrar en la casa. La charla sobre el tema habría sido más apropiada para un niño, pero Harry se había sentado en silencio y escuchado la despectiva voz sermoneándole.
No toques nada si no sabes qué es. No te comuniques con libros, objetos, retratos o algo más que intente comunicarse contigo. Informa de cualquier cosa que parezca fuera de lugar, aparezca de ninguna parte y en general te dé la sensación de ser oscuro o sospechoso. Harry sonrió brevemente ante el recuerdo. A pesar del abuso de Snape, por lo menos Harry podía tomar lo que hacía y decía como algo de valor.
- En general, Potter, eres un idiota, así que no espero que de verdad sigas algún consejo sabio, a pesar del hecho de que sigas vivo es de la mayor importancia para todos nosotros. Simplemente intenta que no te mates antes de que hagas tu trabajo, ¿hmmm? - Y con eso, Snape se había ido rápidamente de la habitación, la ropa ondeándole detrás suyo.
Harry dejó que el recuerdo se desvaneciera. Mientras acariciaba una grieta en la piedra con su dedo, su satisfacción aumentó. Con resolución, enterró la advertencia sobre el objeto en su mente. Había pasado demasiado tiempo desde que había sentido siquiera el menor placer.
- ¿Es a ti mismo a quien odias, Harry Potter, o solo las circunstancias de tu vida? - Preguntó la voz.
Harry no dudó. Gryffindor por naturaleza y sangre, su respuesta era rápida y sincera - Las circunstancias de mi vida - Respondió en voz alta.
- Entonces cámbialas, Harry Potter - Susurró la voz seductoramente - Desea una nueva vida. Vive una nueva vida ¿No es éste el deseo de tu corazón?
- El deseo de mi corazón - Susurró Harry. El espejo de Oesed le había mostrado el deseo de su corazón en su primer año en Hogwarts. Aunque era siete años más mayor, se dio cuenta al instante de que no había cambiado
- Sí, lo es - Dijo - Quiero una vida con mis padres. Nunca quise ser maldecido con esta cicatriz - Hizo una pausa, sus lágrimas ahogando sus palabras mientras abría su corazón a la voz - Sólo quiero ser feliz.
Harry perdió la compostura y cayó sobre sus rodillas en el suelo. Sus sollozos eran silenciosos pero atormentados mientras cedía a su desesperación y miedo. Envuelto en su dolor, Harry nunca oyó a la voz contestar su última petición.
- Entonces así sea.
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Notas de la Traductora:
Pero… pero bueno, ¿qué nueva locura es ésta? Imagino que se estarán preguntando…
¿Os digo ya qué pareja es? O dejo que lo descubran por sí mismos… Vaaaale, seré buena, es un Harry Potter/Severus Snape, una de las mejores que he leído hasta ahora, esta historia ganó el tercer premio en Quills Award 2004 - 2005, en la categoría de Drama, y bien merecido por cierto. Es uno de los más intrigantes que he leído, combina drama, intriga, angst…, su lectura me dejó al borde de la silla, leyendo sin parar hasta llegar al último capítulo. Y eso no me pasa con cualquier historia.
Y no se preocupen, seguiré adelante con Priceless Gift, es sólo que no me pude resistir a esta historia, era como si me llamara, me dijera "Tradúceme"
Dedico esta traducción a todos los autores y lectores Slash, ¿qué sería de mí sin vosotros y vuestras maravillosas historias? Igual me habría puesto a escribir yo misma ¡Horror! Mejor os libro de semejante destino. Especial mención a Alisevv, que no dejó de pedirme un Harry/Severus siempre que empezaba alguna nueva historia ¡Espero que te guste!
¡Y espero que disfruten todos como niños (ya creciditos) con esta historia!
