Disclaimer: Los personajes de KND no me pertenecen.

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Bésame

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La lluvia caía sin compasión sobre ambos. Era de noche, y el cielo estaba completamente espeso por las nubes.

Wally no entendía el cambio tan repentino de Kuki… Hace sólo unas horas, los dos estaban disfrutando de su primera cita.

Eran amigos desde niños, pero ya no eran los mismos chiquillos.

Ahora a los quince años, nuevas cosas empezaban a surgir. Ya no podían seguir negándose el uno al otro que se querían. Para los demás era evidente, para ellos comenzaba a hacerlo.

Sin embargo, algo había salido mal durante su cita. Él habría hecho algo que logró enfurecerla y no concebía comprender qué fue lo que pasó como para poner a Kuki en ese estado.

—¿Estas bien, Kuki? —preguntó temeroso, mientras las gotas emergían del cielo. Se sintió como un completo idiota, debió haber traído un paraguas consigo.

Como respuesta sólo obtuvo un largo suspiro por parte de quien en el pasado fuera número 3.

—Kuki… ¿hice algo mal? —se revolvió sus húmedos cabellos rubios, con algo de nerviosismo.

—Quería algo —dijo, con la vista perdida y con tono serio.

—¿Qué?, ¿querías que te comprara algo? Debiste pedírmelo —habló con rapidez. Una oración tras otra.

Otro suspiro. Ahora lo miraba fijamente, con tristeza o con enfado, no lo supo descifrar.

—Sólo un beso es lo que quería…

Wally abrió sus ojos y su corazón latió con fuerza. Esas palabras y el rostro resentido de Kuki lograron mover muchas cosas en él.

Sin esperarlo, sin permiso y sin titubear, la besó.

Unió sus labios con los de ella. Se sentía tan bien, un ambiente de calidez los rodeó a ambos, evadiendo la lluvia que se empeñaba en empaparlos.

Los labios de Kuki eran suaves y exquisitos, pudo sentir como se amoldaban perfectamente a los suyos. Con ese tierno sabor a frambuesa.

Le gustaba. Por primera vez y después de tantos años de amarla en silencio, podía probar sus labios y degustarlos a su antojo, y eso le encantaba.

Fue presa de una corriente eléctrica recorrer su cuerpo cuando Kuki lo abrazó, sintiendo sus delgados brazos rodearle la espalda. Se estaba apoderando de él en ese momento. Wally se dejó llevar y la tomó de la cintura, aproximando más sus cuerpos.

Ambos cerraron los ojos.

Su primer beso, el primero de muchos.

Y la lluvia, como único testigo.

FIN.

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N/A:

La imagen no me pertenece, la encontré en internet y de ahí me inspiré.

Créditos al autor de tan bella imagen.

Gracias por leer.