Prologo
-Un año… un año afuera, Serena estará sorprendida de verme para navidad… -Darien recogió su maleta de la barra transportadora del aeropuerto y se encaminó a su departamento.
Era 24 de diciembre en la tarde, apenas tenía un par de horas para pasar al edificio, buscar el deportivo e ir a comprar un regalo para su novia. No sabía exactamente que le daría, pero estaba seguro que lo que fuera debía ser grande y romántico para compensar la poca comunicación que habían tenido durante ese tiempo fuera de Japón.
La verdad es que ningún día había dejado de pensar en ella y el estar fuera sólo había reafirmado sus sentimientos. Puede que en un tiempo hubiera dudado que una chica bulliciosa y consentida fuera lo que realmente quería para su vida, pero lejos de ella se vio como una quinceañera enamorada invocándola en recuerdos, viendo las fotos que de vez en cuando ella enviaba a su correo, sufriendo por no poder amarla como desearía, pero siguiendo adelante sólo para poder darle lo mejor a su princesa.
Jamás lo admitiría, pero cada vez que pensaba en los pretendientes que tuvo Serena, su sangre hervía y debía contenerse para no tomar el primer avión hacia Japón. Sabía que ella iba creciendo y sabía también que iba adoptando formas bellas y armoniosas; no es que antes no las tuviera, pero ahora ya no era una niña.
Con ese pensamiento, cada vez que veía sus fotos no podía, ni quería, evitar pensamientos morbosos y se sentía horrible por eso, pero era hombre y desde que había empezado con ella, cuando apenas tenía 14 y era una flor intocable, no tenía ningún acercamiento sexual con nadie, porque a diferencia de lo que se piensa del género masculino, él la respetaba y estaba dispuesto a esperar por ella sin engañarla ni presionarla.
Pero ya había pasado mucho tiempo.
Ese año ella cumpliría los 19 y él no le hallaba más sentido a seguir esperando si iban a casarse de todas formas en un futuro.
Todo sería adecuado, romántico y perfecto, se esforzaría porque ella disfrutara y deseara hacer el amor y él se encargaría de ser el caballero que llegara en un corcel blanco para reclamar lo que el amor le había concedido.
Llegó al departamento apresurado, dejó sin cuidado alguno sus cosas sobre la cama, tomó su billetera, las llaves de su auto y se marchó, saludando brevemente al encargado del edificio.
Aceleró hasta llegar al centro de Tokio, llenando su cabeza de recuerdos que lo hacían sonreír; era extraño, pero la chica siempre había tenido esa capacidad en él. Claro, jamás lo admitiría en voz alta porque lo más seguro es que aumentara la cantidad de cosas vergonzosas que usualmente hacía.
Luego de estacionar, caminó sin rumbo, pero con prisa, pasando de tienda en tienda y si bien encontraba miles de cosas que le podían gustar a Serena, ninguna era como lo que había pensado.
Finalmente, y algo desanimado, mientras miraba el escaparate de una lujosa librería, lo vio: un bolígrafo de metal.
Era un lápiz sencillo y delicado, pero el pequeño detalle que lo coronaba le llamó la atención.
Entró sin pensarlo, se lo debía regalar; la Luna y la Tierra entrelazadas como decoración era la fiel representación de su milenario amor.
Hablando con el vendedor descubrió que no era tan sencillo como aparentaba; hecho en aleación de titanio y decorado con la Luna bañada en oro y la Tierra de lapislázuli y malaquita era definitivamente muy caro.
De hecho no habría podido comprar si no hubiera ahorrado todo aquel año para darle esa grata sorpresa a Serena.
Y no sólo había pensado en el regalo, realmente no era la Navidad lo que más le importaba, sino que por fin tomaría a Serena y le pediría matrimonio después de un amor milenario.
Flores, champagne, velas… quizá demasiado clásico, pero dentro de todo él iba a ser médico y la verdad es que no disfrutaba de buena imaginación y por más que se había esforzado en pensar algo original todo terminaba pareciendo una película porno.
Él cocinaría… no es que lo hiciera perfecto y de hecho sólo conocía aquella receta que usaría para la noche, pero tenía la esperanza de que quedara bueno.
Aceleró el deportivo con el corazón palpitando a mil por hora, ya no habría más vuelta, luego de esto Serena sólo sería suya.
Tenía pensado llevársela a Estados Unidos el siguiente año; sabía que estaba siendo egoísta, que lo más seguro es que Serena quería estudias algo en Tokio, más que mal por eso se esforzó tanto todos los días para ir a la casa de Rei a aprender junto a sus amigas. Pero ya no aguantaba… sólo quería estar con ella, gritarle a todos que sólo era suya y que podían empezar a alejar sus manos y sus sucias intenciones de la muchacha.
Eran las 11.30 de la noche cuando, arreglado y lleno de emoción aparcó frente a la casa Tsukino dispuesto a raptarse a la princesa.
De ahí en adelante todo ocurrió demasiado lento.
Tocó el timbre y con impaciencia esperó que alguien atendiera. Se abrió la puerta y a contraluz apareció la figura que tanto ansiaba ver, estaba bella… aún más que como la recordaba.
Lo miró confundida, pero él no le dio tiempo de preguntar; simplemente se acercó, la abrazó por la cintura y con ansias le comió los labios, con todas las ganas de un largo año sin verla. Pero jamás esperó, ni en sus más locos sueños, lo siguiente que ocurriría.
Ella lo empujó.
Intentó reclamar, preguntar el por qué, pero las palabras de Serena fueron más rápidas que una bala.
Y más hirientes también.
-Disculpe señor ¡pero… quién es usted!
Bien… se que me adelanté en subir el prologo… aún más sin tener escrito ninguna cosa más… ni un capítulo, no estoy muy segura qué es exactamente lo que quiero hacer, sólo lo estoy haciendo.
Debería estar terminando 'Bienvenidos al Host Club'… pero… no se…. De pronto me dio la tontera… tuve que escribir esto, pero dudo que dé para mantener dos historias… me tendré que conseguir un beta urgente!! Ojala con ideas, sugerencias y aportes… paso el dato xD mi mail está en mi perfil, jiji.
Mmmm, la verdad es que subiré el prologo de atarantada que soy y de hecho el título de la historia se lo robé a una novela que estoy escribiendo xD ni eso tenía claro. Hagamos un trato… lo subo hoy y quienes lo leen y quieran dejarme algún comentario me avisan si deje pasar algún detalle de redacción u ortografía, si es muy grande creo que puedo escribir el capítulo de nuevo… y también creo que más adelante también cambiare todos los nombres del fics por sus originales en japonés… los encuentro lindos, jiji.
Y eso! Ojala les agrade la idea, creo que es bueno hacer sufrir un poco a ese maldiiiiito perro de Darien… ¬¬ le tengo sangre en el ojo xD.
En fin… hablando en serio lo que tengo muy claro con esta historia es que las cosas se van a complicar y se pondrán color de hormiga para Darien… muy, muy malas… tendrá que esforzarse mucho para recuperar lo que descuidó, pero él sufrirá lo que Serena sufrió al aguantar tantas cosas…
