Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.

-Bla bla - Diálogo.

-Bla bla - Pensamientos.


~oO::: Nada Quedará :::Oo~

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Prólogo

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~oOoOoOo~


No pudo controlarse. La sensación quemante en su cuerpo, le clamaron satisfacer la necesidad exigente que bombeaba en su sangre cargada de excitación, sin siquiera pensar en las consecuencias.

No tuvo consciencia de cómo, y por qué estaba allí. Y mucho menos el por qué diablos estaba haciendo aquello.

Sólo tenía un vago recuerdo de cómo se había iniciado todo, y lo demás es historia. Se había perdido en la atmósfera de deseo que rodeaba a ambos cuerpos desnudos y sudorosos.

El apetito carnal la estaba enloqueciendo.

-¡Ahh! – soltó un quejido de satisfacción, mientras él la embestía con más fuerza y rapidez.

Él le besaba el cuello con desesperación, sin dejar de moverse en el interior de ella.

Su visión se nubló, y comenzó a acompañar con sus caderas las placenteras arremetidas, que casi la hacían delirar de éxtasis.

-¡Oh mierda! – gritó sin intención, cuando poco a poco sentía la llegada del clímax.

Él, se detuvo, y se arrodilló en la cama. Levantó las caderas de Ino, y la invadió una vez más, sin cuidado alguno, introduciéndose profundamente en su centro, aumentando la lujuria que ya comenzaba a culminar.

Una descarga eléctrica, se deslizó por su columna vertebral, viajando por todo el recorrido de sus nervios, cuando sintió su cuerpo temblar, y miles de sensaciones en su interior, comenzaron a brotar, hasta erizar su piel perlada.

Él la arremetió con más fuerza, descargando toda la lascivia en aquellos salvajes movimientos. Apretó con fuerza los glúteos de Ino, la embistió unas cuantas veces seguidas, y acabó.

Ella cegada por las sensaciones, gritó sensualmente la llegada del orgasmo al momento que sus músculos se tensaban de tanto placer.

Se recostó a un lado de la cama, lo más alejada posible de él, evitando cualquier tipo de roce, pues con eso ya era suficiente.

Respiró profundamente, tratando de regularizar su respiración.

No pasó mucho tiempo, cuando la imagen de su novio, se aventuró en su mente. Sintió un amargo sabor en su boca, y su cuerpo sucio.

-Yo... metí la pata...

¡Maldición! Ella solamente iba de regreso a Konoha, luego de su exitosa misión, eso era todo, pero la situación cambió cuando alojó en un hotel del país del arroz, en dónde pasó a descansar. Se había encontrado con él, compartieron unas copas, y de ahí no recuerda cómo mierda había llegado a la habitación de él.

Mordió su labio inferior, y cerró sus ojos.

Ese era el momento de la claridad tardía, que no predijo antes de sus acciones excedidas. Cuando la lujuria se disipaba rápidamente, una vez que culminaba el estímulo, y el placer por sus poros.

Se sintió la peor mujer del mundo. Una basura, una escoria que no merecía perdón.

Se levantó rápidamente, aún cuando sentía su cuerpo débil, sin energías, y sus piernas temblorosas. Buscó sus ropas con agilidad digna de un shinobi.

En ningún momento hizo contacto con él, pese a que sentía la mirada lasciva vagar en su cuerpo desnudo de manera insoportable, e incómoda por cada acción que realizaba.

En breves minutos, eternos para ella, ya estaba vestida.

Suspiró.

Sabía que nada podía decirle él, al menos eso creía, y ella tampoco tenía ganas de hablar. Todo lo sucedido había sido un estúpido error y eso era todo. No había vuelta atrás, ni conversaciones, ni nada. Todo quedaría en el olvido, y asunto arreglado. Aunque no era tan fácil, sobretodo por el arrepentimiento que sentía en ese momento, que iba en aumento a cada segundo que pasaba.

-¿No quieres otra ronda? – rodó sus ojos, y realizó una mueca de asco ignorándolo completamente.

Salió de la habitación, tratando de borrar en su mente, la equivocación más grande de su vida… había sido infiel.

-Lo siento Shikamaru…

TO BE CONTINUED...