Título: Aceptación
Autor: Syry

Fandom: House MD
Pairing: House
Rating: PG
Disclaimer: Blablabla, no es mío, no saco beneficio, sólo tal vez, alguna sonrisa.
Advertencia: Spoilers... intento de angs. No romance, general.
Resumen: No buscaba la aceptación de nadie. Porque los monstruos no la merecen.


No querer gustar a la gente, o no buscar desesperadamente la aprobación de los demás no es porque sea un arrogante, engreído. Un amargado pelado con la vida (Que lo es, de eso nadie duda ni un poquito). Pero no, no es por eso.

Es porque cuando tenía cinco años, volvió ilusionado del colegio, con un diploma que decía "Para el alumno más listo" al haber hecho una suma en pocos segundos. De dos cifras –dejando anonadada a la profesora y encandilados a sus compañeros-. Y su padre había rasgado el diploma y pedido –a gritos- que se fuera de ahí.

Es porque cuando tenía ocho años, había ganado un premio de literatura por escribir un bonito poema sobre la primavera. El premio eran dos libros de poesía. Su padre, cómo no, borracho, los había roto, hoja por hoja, y le había castigado por escandaloso.

Es porque cuando cumplió los doce años, le hicieron un test de coeficiente intelectual y sacó un 173. Su padre le llamó monstruo. Aquella noche, empezaron las palizas de verdad.

Es porque con 17 se graduó en el instituto y decidió hacer medicina, la carrera más honorable –aunque con poca fama- desde hacía años. La más difícil. Para salvar vidas. Pero su padre le había dicho que no se creyera tan listo, que por eso no iba a dejar de mirarle como un monstruo.

Es porque, cuando sucedió lo de la pierna, tuvo constancia física de que era un monstruo y las palabras de su padre -ocultas en el lugar más lejano de su memoria- surgieron con fuerza.

Porque pasó toda su vida, luchando con todas sus fuerzas por el reconocimiento de la persona que más admiraba, su padre. Un borracho. Un hombre honorable. Un hombre de bien. Su padre, malo pero suyo. Y no consiguió más que la profecía de morir como un monstruo.

Así que cuando luchas, y luchas, y luchas hasta que no te quedan fuerzas, llega un momento que gritas ¡BASTA! Con lo de Stacy y lo de su pierna la realidad lo golpeó: Estaba cansado de luchar por un reconocimiento que nunca vendría.

Así que se escondió, tras Vicodina y sarcasmo, decidido a no buscar la aprobación más que de sí mismo. Le daba igual lo que le llamaran, salvaría a la gente, no por ellos, por su genio.

Para olvidar que era un monstruo.

Siendo arrogante, engreído, cruel y sarcástico.

Sin buscar aprobación.

Por duro que fuera.


Gracias por leer.