Disclaimer: La saga crepúsculo y sus personajes son propiedad de, como todos saben, Stephenie Meyer, solo me adjudico la historia que leerán aquí, sacada de mi imaginación.


Summary: Cansada de las peleas diarias, Esme toma una decisión extraña. Por una semana, Emmett tendrá la posibilidad de organizar las salidas familiares y nadie podrá negarse a lo que él decida. Situado entre Crepúsculo y Luna Nueva.


Capítulo1: Esme está loca

Bella Pov.

— ¡Basta! — exclamó Esme enojada, algo que pocas veces había llegado a ver en el tiempo que la conocía.

Era sábado por la tarde y hacía media hora — o tal vez más — que Rosalie, Emmett y Alice discutían a los gritos, mirándose entre si con rabia, como si fueran los peores enemigos.

— ¿Qué pasa Esme? — preguntó la rubia con voz contenida, mientras fulminaba a su marido con la mirada y él sonreía abiertamente.

— ¡No!— gritó Alice exasperada, y en aquel instante Edward se levantó de su lugar, contrariado.

— Es injusto ¡Ni Bella ni yo nos hemos inmiscuido en esa discusión! — gritó enojado y me sorprendí al verlo hablarle en ese tono a Esme. Edward muy pocas veces le levantaba la voz a su "madre". Tomé su mano para que se tranquilizara y él se dio vuelta, regalándome su hermosa sonrisa torcida, aunque notaba perfectamente que él no estaba precisamente alegre.

— Lo siento Edward, será una semana cada uno, sin excepciones. — respondió ella con tono tranquilo.

— Pero, ¿por qué? ¿No podemos simplemente nosotros irnos por nuestro lado y que ellos hagan lo que quieran? — Emmett, Jasper, Rosalie y yo los mirábamos confundidos mientras hablaban.

— ¿Puede alguien explicar de qué rayos están hablando? — Rosalie, quien no estaba de muy buen humor, preguntó con su hermosa pero a la vez venenosa voz.

— Esme ha decidido que cada semana será un integrante de la familia el que decida qué cosas haremos. — comentó Edward. — Como se la pasan peleando todo el día por esa razón, ella decidió ponerle fin a ello.

— ¿Qué? — pregunté confundida a Alice, quien ya se había sentado nuevamente, dándose por vencida.

— Lo que escuchaste Bella. — Comentó Esme sonriéndome. — Hace años que los chicos no pasan tiempo juntos como familia, siempre discutiendo entre ellos, o luchando contra malvados vampiros, pero nunca salen a divertirse juntos como los hermanos que son. —

— Así que… — alentó Jasper para que explicara cual era su idea.

— Así que he decidido que por estas seis semanas que quedan de vacaciones, cada uno podrá decidir por una semana, que harán todos como familia, sin posibilidad de replicas.

— Lo que significa que si en mi semana decido que escalaremos el Aconcagua, lo haremos. — Dijo Edward enojado, sentándose junto a mí y pasando su brazo por mi cintura.

— Por supuesto que no, Edward. No podrán elegir ninguna actividad que implique riesgos para Bella, no queremos que salga lastimada. — Esme lo miró como si tuviera dos cabezas. — ¿Cómo se te ocurre pensar que yo permitiría poner a Bella en peligro?

— Lo siento Esme, pero permitir que ciertas personas decidan lo que haremos por toda una semana, es ponerla en peligro. — Edward miraba a Rosalie, quien le devolvió la mirada ofendida.

— No soy una perra Edward, o sí, pero no tanto. — Comentó mirándolo despectivamente.

Yo aún no comprendía del todo la idea. Si bien había entendido que por una semana cada uno tendría permitido decidir qué haríamos todos como familia, no sabía hasta que punto podríamos decidir qué haría el otro.

— Las cosas serán así. En su semana, podrán decidir que actividades harán cada día, sin que los demás puedan quejarse, siempre y cuando sea algo lógico, productivo y… –

— Ir de compras es algo lógico y productivo. – Sonrió felizmente Alice, seguramente pensando en todo lo que podría comprar durante esos siete días que todos estaríamos a su disposición.

— … y no se podrán repetir las salidas. Si el martes van de compras, genial, no podrán volver a hacerlo ninguno de los demás días. — Explicó Carlisle entrando a la sala y abrazando por la cintura a su mujer. ¿Acaso se habían puesto de acuerdo para esto?

— Hay un problema Esme, Charlie no me dejará venir a aquí los siete días de la semana por seis semanas más. — Comenté mirándola sonriente.

— Oh Bella, ¿tu padre no te lo ha dicho? — Esme preguntó preocupada. — Billy Black lo ha invitado a un viaje de pesca por ocho días en los que te quedarás con nosotros. —

— Exactamente, nos preguntó si podías quedarte aquí hasta que él volviese y obviamente aceptamos. Luego veremos que hacer con las demás semanas. — continuó Carlisle.

Los miré extrañada. ¿Desde cuándo Charlie se iba por más de una semana y no me avisaba? Hablaría con él cuando llegara a casa.

— Muy bien, entonces, ¿quién será el encargado de decidir qué haremos esta semana? — Preguntó Rosalie con el ceño fruncido.

— Emmett. — Respondió una muy alegre Esme antes de retirarse con su marido, robando un grito de júbilo del susodicho.

Rosalie Pov.

¿Cómo Esme podía ser tan insensata? ¿Y cómo, por los Volturi y toda su guardia, Carlisle apoyaba sus ideas?

Emmett. ¿Quién en su sano juicio permitía que Emmett hiciera y deshiciera en nuestra vida, o no vida, a su antojo?

Amo a mi esposo, es lo mejor que me pasó en mi vida vampírica, pero después de todo, era Emmett. Todos sabían que no se podía confiar en él para cosas como esta.

— ¡Ya tengo una idea! – Exclamó Emmett a mi lado, y todos centraron su atención en él. — ¡Vayamos todos a jugar el baseball! — lo miré con el ceño fruncido.

— Emmett, idiota ¿Cómo vamos a jugar al baseball cuando siquiera está lloviendo? Además, ¿ya olvidaste lo que dijo Esme? Nada de poner la vida de la humana en peligro. — comenté mirando a Bella con desprecio.

— Detesto decir esto, pero Rosalie tiene razón, ¿quieres atraer la atención de todo el pueblo a nosotros? Sabía que esta era una responsabilidad demasiado grande para ti. — Edward pasaba su mano distraídamente por el cabello de Isabella, mientras ella tamborileaba distraídamente los dedos por el mango del sofá, seguramente tratando de mantener la paz.

— Pues, está bien. ¿Quieren algo sin riegos? Tendremos algo sin riesgos. — comentó Emmett enojado.

Emmett Pov.

Observé enojado a mi familia. Raramente me enojaba con ellos, pero me molestaba que me trataran de idiota. Si bien podía ser algo infantil, y me gustaba mucho divertirme jugándoles bromas, no era estúpido, y no los haría hacer algo que pudiera poner la integridad de mi hermanita en riesgo.

— ¿Qué pretendes que hagamos, entonces? — preguntó Jasper tratando de calmarme con su poder. Odiaba que hiciera eso, porque funcionaba. Las pocas veces que me enojaba con mi familia, él tenía que manipular mis emociones. ¡Era injusto!

— Nos quedaremos en casa todo el día. — comenté alargando la 'o' en la palabra todo, con dramatismo. — Y jugaremos a la Wii.—

— ¿Qué? ¡No! No pienso quedarme encerrada todo el día viendo como ustedes, marmotas, juegan a esos aburridos juegos. Ni se les ocurra. — comentó Alice alzando el rostro de forma desafiante y cruzando sus brazos frente a su pecho.

— Lamento llevarte la contra Emmett, pero Esme dijo que teníamos que hacer cosas productivas. Y definitivamente, quedarnos en casa jugando con la Wii, no es para nada productivo. — Bella habló por primera vez desde que Esme anunció que esta semana sería yo el que eligiera que hacer.

— Oh, lo siento. Pero como todas mis ideas son idiotas, no se me ocurre otra cosa. — comenté ofendido.

Edward Pov.

Pocas veces lográbamos ofender a Emmett, él siempre se tomaba nuestras bromas a la ligera, no era una persona resentida ni mucho menos. De igual forma, ahora estaba enojado y eso solo podía traer cosas malas cuando nuestra semana entera dependía de él.

— Oye osito, no quiero que estés enojado. — Rose se acercó a mi hermano sonriéndole suavemente, como solo con él hacía.

Sabía que funcionaría, luego de uno o dos besos, Emmett volvería a ser el gran oso feliz que era siempre.

— Pero es que Rosie, bebé, ustedes piensan que soy estúpido. ¡Y no lo soy! — exclamó Emmett tristemente. Todo su show de "soy un pobre inocente al que maltratan" nos estaba cansando a todos. Solo queríamos librarnos de este castigo que Esme nos había puesto.

No recordaba porque le hacíamos caso. Realmente ni ella ni Carlisle eran nuestros verdaderos padres.

Luego vino a mi mente todo lo que hacían por nosotros. Los autos, la ropa, las casas. Sin contar el apoyo incondicional que nos brindaban. Todo lo que nos habían dado, y seguían dando diariamente.

Sí, tenían derecho a darnos órdenes como nuestros verdaderos padres, ya que actuaban de tal forma.

Trataba de mantener los pensamientos de todos bloqueados, ya que todos sugerían lo mismo: Esme está siendo tan injusta. ¿Emmett? El arruinará nuestra semana.

Luego de unos minutos hablando, Rosalie había logrado ablandar a Emmett, logrando que se pusiera a pensar y dejara su enojo en el olvido.

— ¡Sí! — exclamó Alice feliz. — Esa es una magnífica idea Emmett. En serio, perdón si te herí diciéndote idiota. ¡Eres tan inteligente! — todos miramos a Alice extrañados, y luego de eso, decidí dejar de bloquear sus pensamientos.

Alice nos veía a los seis bailando en un pub en Seattle, Bella tomaba un trago alegremente mientras que mis hermanos bailaban felizmente en la pista.

— Pues para mi es una idea absurda. Somos vampiros Emmett, no humanos. Deben entender eso de una vez. — comenté enojado. No dejaría que Bella se emborrachara.

Alice Pov.

Salté en mi lugar, feliz. Por fin Emmett tenía una buena idea. Y no permitiría que el amargado de Edward lo arruinara. ¿Qué si Bella se emborrachaba solo un poquito? Era joven, tenía tan solo 17 años, algún día pasaría.

— Oh vamos Edward, siempre quise ir a uno de esos lugares. ¿Por qué ser lo que somos nos lo impide? — pregunté haciendo un puchero.

— Siento interrumpir su grata conversación, pero hay gente aquí que no ve el futuro ni lee mentes. — comentó mi marido con voz calmada. Sabía que no estaba molesto realmente, podía sentir mi felicidad y eso lo hacía feliz a él también.

— Creo que podemos ir a un pub que abre esta noche en Seattle. Escuché a Newton hablando por teléfono diciendo que sería el evento del verano cuando pasó cerca de mi zona de caza, la tarde anterior. — comentó Emmett sonriendo inocentemente.

— ¿Un pub? — preguntó Bella sorprendida. — ¿Por qué querrían ir a uno?

— Nunca hemos estado en uno Bella, nos gustaría saber como es. — comentó Rosalie. ¡Sí! Ella estaba de nuestro lado.

— Pues yo si estuve en uno, y déjenme decirles, es algo muy aburrido. — respondió mi humana amiga observando a Jasper. Si él se negaba, seríamos tres contra tres.

— No lo sé… — comentó mi esposo inseguro. Enseguida supe lo que lo preocupaba.

— No lastimarás a nadie Jazz, iremos de casa ahora y estarás perfectamente alimentado para que aquello no te afecte. —

Jasper Pov.

Observé con duda a Alice.

— Tus visiones no siempre son certeras Alice. —

— ¿Estás desconfiando de mi? — preguntó fingiendo estar ofendida, aún así sabía que ella me entendía.

— No desconfío de ti. Desconfío de mí — aclaré mirándola suavemente.

Pensé en el lugar al que probablemente iríamos, atestado de humanos. Podía imaginarme cientos de corazones latiendo rápidamente mientras sus portadores bailaban divertidos. Podía imaginar la sangre caliente recorriendo sus cuerpos. Llamándome. Tentándome. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal al imaginarme bebiendo de ellos.

No sabía si lo que me afectaba era el temor por hacerlo, por arruinar todo lo que había construido con mi familia, o el hecho de desear aquello.

Traté de mantener la calma y no pensar en ello.

Reí por la ironía de mi vida. Podía manejar las emociones de cualquiera en esta habitación sin problemas, sentir lo que sentían, y cambiarlo. Pero no podía controlar las mías.

Sí, irónico.

— Por favor Jazz, nos la pasaremos genial. ¿No te da un poco de curiosidad pensar en cómo será ir a uno de esos pubs de los que siempre escuchamos hablar? Que hayamos nacido hace décadas no significa que no sigamos siendo adolescentes. Vampiros o no, seguimos siéndolo, y me gustaría tener alguna experiencia más… humana, y acorde a nuestra edad. — Alice se había acercado hasta situarse frente a mí.

Aún cuando yo estaba sentado y ella parada, apenas podía llevarme unos pocos centímetros.

Observé su rostro lleno de contenida alegría. Sabía que esto le hacía mucha ilusión, siempre lo había sabido. Cada vez que alguien hablaba de esos lugares, aunque tratara de ocultarlo, podía sentir su curiosidad.

— Me apunto. — comenté simplemente. Jamás podría negarle nada al amor de mi no-vida.

— Entonces, perfecto. ¡Los Cullen y la pequeña Swan tendrán noche de fiesta! — exclamó Emmett.

Sonreí, no podría ser tan malo…

¿Cierto?


Bueno, primero que nada, me presento.

Mi nombre es Rosario, tengo 17 años, y bla bla bla, podrán encontrar el resto en mi perfil.

Espero que la historia sea de su agrado, hace bastante comencé a escribirla — aproximadamente un año — y nunca la seguí luego del Rosalie Pov. Pero hace unos días, revisando mi carpeta de documentos, en el que tengo millones de historias sin terminar — soy un poco inconstante — la encontré y pensé que sería bueno continuarla.

No será siempre así, con los Pov's de los seis personajes en cada capítulo, pero quería darles una introducción a cada uno.

La historia se centra en esas vacaciones que Bella menciona en Luna Nueva, como las mejores de su vida.

Por otro lado, me gustaría que pasaran por mi perfil, donde se informaran sobre mi otra cuenta en FF. Quizás alguna ya leyó historias mías, y la que no lo hizo y tiene curiosidad por otras cosas escritas por mí, puede pasarse por mi otra cuenta.

Sin más, espero sus reviews, si no llego a 5 como minimo no continuaré la historia, no voy a seguir algo que nadie lee. Así que no importa si tienen cuenta o no en FF, todas pueden comentar ya que son los que me animarán a continuar.

Saludos para todos, RosarioG.