FLAME
CAP 1
"Un dia duro"
El hombre de la cicatriz sobre la nariz se quedó observando hacia el vacío de la noche, en el borde de aquel edificio mientras la villa a sus pies continuaba con su vida nocturna sin darse cuenta que aquel hombre se encontraba en la delgada línea que lo dividía todo entre seguir con vida o pasar a la otra
Estaba desesperado?
Si, de hecho sí.
Estaba seguro de que en cualquier momento los anbu enviados por aquel sujeto lo encontrarían y tratarían de detenerlo de hacer aquello; después de todo, estarían totalmente interesados en lo que se encontraba reposando en su interior y harían todo lo posible por retenerlo en un hospital hasta que el tiempo necesario transcurriese y pudiesen arrebatárselo. Jamás hubiera pensado que algún día él se encontraría en la línea experimental de Raíz, pero…
Qué mas podía hacer ahora?
Se asomó un poco mas por encima del borde de aquel edificio y suspiró antes de cerrar los ojos
Había tardado realmente mucho en darse cuenta…
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-Hagan silencio de una buena vez… vamos a comenzar la clase y no quiero pasar otras dos horas intentando que pongan atención!
Los alumnos se vieron los unos a los otros antes de muy despacio comenzar a volver cada uno a sus lugares aunque continuaban platicando entre ellos como si aquel hombre no fuese capaz de verlos o distinguir quien molestaba a quién; por lo general no le importaba tanto que se comportaran tan hiperactivos, después de todo se trataba de niños y estos tardaban su buen rato en madurar y tomar las cosas en serio pero últimamente sentía que las emociones las tenía a flor de piel.
Entornó un poco los ojos antes de hablar con un tono de voz mas duro y seco, que le sorprendió a sí mismo
-Sarakuya, como tú y Himiko continúen charlando las enviaré a hacerlo al salón de la profesora Natashii. Makoto, retira ese papel ensalivado de la cabeza de Tamako o el siguiente papel que veas será el de tu reporte para la dirección escolar…
Los alumnos parpadearon varias veces con gesto de sorpresa y con los vellos del cuerpo algo erizados para luego, enderezarse en su lugar
El hombre de la cicatriz sobre la nariz la rascó suavemente antes de emitir un gemido
Lo recordaba ahora.
Su actitud había comenzado una mañana cuando abriese los ojos sintiendo que el mundo parecía odiarlo y que debía de prestar mejor atención al momento de cocinar de madrugada cuando llegase tarde del trabajo a su apartamento.
No estaba seguro de porqué se había distraído tanto (si estando mas dormido que despierto no acostumbraba a fallar aún así) pero realmente debía de haber estado peor de lo que se imaginaba como para haber terminado intoxicado; había batallado en levantarse de la cama puesto que tan solo con intentar moverse podía sentir como si el líquido de su estómago se bambolease de un lado a otro por estar encima de un barco
Había tragado pesado y luego, había colocado una mano en el suelo intentando sostenerse y encontrar algo de firmeza
Eso hasta que una quemadura ardiente comenzó a brotar desde el interior de su cuerpo y tomar camino rápido hacia la garganta… provocando que el hombre saliese disparado mas rápido que en cualquier practica ninja que hubiese tenido en su vida hasta ese entonces; apenas y había conseguido aferrarse a como había podido al retrete del baño para vaciar el estómago de golpe preguntándose por qué aquellas náuseas habían aparecido tan repentinamente y con tanta fuerza.
Cuando todo terminó pudo finalmente ponerse de pie y entonces, dirigirse a preparar el desayuno no sin antes tomar unas cuantas píldoras de su pequeño botiquín
Esperaba que con eso todo se tranquilizase
Una vez en la cocina permaneció media hora observándola sin estar seguro de que quería cocinar para alimentarse para finalmente darse por vencido y salir corriendo para no llegar tarde a clases
En verdad que era una situación desesperante. Especialmente cuando a mitad de camino de la academia su estómago gruñó con fuerza y tuvo que detenerse a comprar unos cuantos paquetes de alimentos que en ese momento simplemente vio apetitosos para después, darse cuenta de que en la gran mayoría se trataba de comida chatarra que ni de broma se atrevería a comer de una sola sentada por mucho que su ansiedad en ese momento se lo ordenara
Y lo peor…
Lo peor había venido cuando ya salía de la tienda llevando las bolsas de alimentos que seguramente botaría a la basura a la primer oportunidad cuando a su nariz llegó el aroma de un buen café matutino; por lo general aquello haría que se le subiera el ánimo pensando en la máquina de café de la sala de profesores y que seguramente utilizaría para prepararse uno antes de acudir al salón de clases con sus queridos alumnos…
Pero no en ese momento
En cuanto la esencia en el aire tocó sus fosas nasales su estómago, que ya parecía mas feliz volvió a removerse provocando que el pobre hombre tuviese que correr tirando sus preciadas compras a un lado para poder aferrarse al triste macetero que tuvo que soportar el ser usado como recipiente temporal
Después de disculparse hasta mas no poder con el dueño de aquel objeto y prometerle compensarlo de alguna forma finalmente el ninja había conseguido llegar a la academia pálido, sudoroso, mareado… y con mucho mas hambre que horas atrás. Logró llegar hasta una de las sillas de la sala de maestros en la cuál se dejó caer y se pasó una mano por la frente para secar el sudor de esta pensando que el universo no podía odiarlo mas de lo que ya lo hacía.
-Iruka-sensei… creo que se olvidó de esto
Otro de los profesores lo había alcanzado finalmente y le colocaba a un lado aquella pobre bolsa de compras casi rota, sucia pero aún con su contenido intacto; el maestro de ojos castaños sonrió un poco y suspiró profundamente antes de sonerir con amabilidad y enderezarse en su silla
-Es muy amable, Takuya-sensei -agradeció inclinando un poco la cabeza para luego, asomarse al interior de la bolsa recibida y comenzar a removerla con una mano como buscando algo en esta; el profesor a su lado le observó con interés y paciencia- aunque no debió de haberse molestado… fue mi culpa ser descuidado y olvidar las cosas en la calle
-Bueno, yo me encontraba en la misma tienda y pude ver que se sintió enfermo
Dijo el otro mientras que Iruka se tensaba y se sonrojaba con fuerza, tensándose al pensar que alguien aparte del dueño del macetero lo hubiera visto en aquel estado
-Se encuentra bien como para estar trabajando el día de hoy?- inquirió el otro ninja manteniendo su vista en el Umino que asintió con suavidad, manteniendo sus ojos fijos en aquellos alimentos que había comprado por puro impulso- no se ve muy saludable. Tal vez debería pedirle a la enfermera de la academia que lo revise
-No, en absoluto- replicó rápidamente el de la cicatriz en la nariz antes de sacar un pequeño paquete transparente con un pan glaseado de blanco en su interior- ya me encuentro mejor, agradezco su preocupación. Solamente… algo me cayó mal de la cena, supongo
-Entiendo
Suspiró aquel profesor antes de parpadear al ver delante suyo aquel alimento ofrecido por el ninja moreno
-Tenga. Es un bollo dulce de frambuesa y queso- dijo con suavidad a lo que el otro profesor movió las manos
-No, ni hablar… usted requiere de alimentarse eh… aunque sea de algo así- añadió riendo un poco antes de ver que el hombre con toda la calma del mundo volvía a mover aquello cerca suyo
-Por favor acéptelo. De todas maneras, no pienso comer todo esto- suspiró con algo de cansancio a lo que finalmente el otro ninja lo recibió, inclinando parte del cuerpo a modo de agradecimiento
-Es usted muy amable Iruka-sensei…
-No tiene que agradecerlo. Al contrario, soy yo el agradecido porque se ha tomado la molestia de traerme mis cosas- sonrió con suavidad el hombre antes de emitir un gemido al ponerse de pie y luego, llevar la bolsa hasta su lugar
Al menos ahí podría estar bien hasta que fuera la hora del almuerzo y si tenía suerte, los maestros llegarían y se llevarían sus cosas sin pedirle permiso con lo que podría deshacerse de gran parte de toda aquella basura poco nutritiva que en esos momentos seguramente solo empeoraría su situación; se sacudió las manos unos segundos… para luego sacar una diminuta bolsa de patatas naturales que no estaban fritas pero estaban cubiertas de canela dulce
De los males el menos dañino o al menos eso esperaba
Finalmente emitió un suspiro profundo y luego, se dirigió hacia el exterior de la sala de profesores, siendo observado por su compañero que parecía auténticamente preocupado por el aspecto que mostraba el Umino; en verdad así de mal se veía como para tener con esa expresión a ese profesor y a los otros dos con los que se topó de camino a su propio salón de clases? Esperaba que no fuera a ser nada grave o lo regañarían (nuevamente) por descuidarse la salud como terminaba haciéndolo cada que se desvelaba por terminar a tiempo con todo su trabajo
Se detuvo frente a la puerta de sus alumnos y suspiró con paciencia escuchando sus voces alteradas del otro lado
Aquel iba a ser verdaderamente un día largo y pesado
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