Hola, queridos lectores. Como todo hay que decirlo, éste es mi primer fic en este Fandom, CCSakura, (los personajes pertenecen a CLAMP). Para romper el hielo, acepto todo tipos de opiniones, a sí que no os cortéis; siempre me viene bien conocer la opinión del lector, la vuestra. ¿No lo crees? Un review me hace muy feliz, y contenta éste fic.
Para empezar, mi fic trata de que pasó después a los personajes desde la última película de CCSakura; ¿qué le pasó a Sakura¿Y a Shaoran¿Y a Tomoyo?...En este capítulo, es un prólogo, Sakura tiene dieciséis años, como los demás y contaré que pasó con ella y sus amigos. Naturalmente no me centraré en ella, si no también en otros personajes principales. Pero os voy a dejar una clara, ADVERTENCIA: Se centrará en la pareja Sakura & Shaoran..."¡la adoro!", también me centraré en otro tipo de parejas, como la de Tomoyo.
En este fic encontraréis de todo: romance, misterios, humor, peleas, aventuras...y mucha magia. Sin más dilación que empiece la lectura, y que no se os olvide de vuestro review...¡Qué no os tiemble la mano al apretar el GO!
-.PRÓLOGO.-
"Shaoran y Sakura se abrazaron tiernamente. Sakura sujetaba con nerviosismo la carta Esperanza y lloraba de felicidad; por el contrario, Shaoran la abrazaba fuertemente por la cintura para no dejarla escapar, para no dejarla ir. Ya no quería sentirse más solo; sólo y triste. Pasaron segundos, incluso minutos para que uno de los dos hablasen.
-Sakura...tranquila...no llores más¿no me ves? Estoy contigo, a tu lado.-la animó Shaoran acariciándole el cabello con los dedos y mirándola a los ojos.-Mírame, por favor.
-Ya lo sé Shaoran, ya lo sé.-susurró emocionada, llorando y sonriendo feliz. Luego, le enseñó la carta a él, muy contenta y alegre.-Mira, es Esperanza.
-Menuda carta. Esperanza, bonito sentimiento. ¿Verdad Sakura?-preguntó Shaoran, tomándola de la cintura para apegarla más a su cuerpo.-Por cierto...
-Dime Shaoran.-dijo Sakura, totalmente sonrosada por el gesto que hizo el joven.-Te escucho.
-¿Es verdad lo que me has dicho? –preguntó con nerviosismo Shaoran, que incluso le temblaba la mano y a lo siguiente tartamudeaba.-¿Es verdad que me amas?
-Esto...-comentó Sakura, muy avergonzanda e intentando mirar al suelo cosa que Shaoran se lo impidió, poniéndole una mano en la barbilla.-Si, te amo.
-Uff...tenía que oírlo de tus labios, Sakura.-opinó Shaoran totalmente aliviado, y se le revolvía el estómago al decir ese nombre que le agradaba tanto decir, de gritar a los cuatros vientos: Sakura.
Unos segundos después, sin quererlo los jóvenes acercaron sus rostros, sus bocas. Ya sentía la respiración del otro, oía sus latidos. Una unión. Sus ojos se cerraron, sus labios se entreabrieron. Esperaba el uno al otro, necesitaba que alguien diera el primer paso. Lo necesitaban..."
El despertador sonaba desde ya hacía rato. Siempre ese molestoso sonido, que más te acosaba y para colmo le tienes que obedecer. Pero¿quién ese el culpable de tal aberración? O mejor aún¿del timbre? Sonidos repetitivos, sonoros...en el cual podría cambiar la musiquita por una más cursi o mejor aún, por una más sonora.
El guardián de las cartas, Keroberos, pero Kero para los amigos. Intentaba en vano, despertar a su ama, cogió el despertador y lo paseó por todo el dormitorio. Pero al ver que eso no funcionaba probó a colocarlo en su oído; ¿funcionó?...Si. Sakura se sobresaltó al escuchar aquel sonoro timbre, que dio una vuelta y fue a parar al suelo.
-Kero...-bufó ella, levantándose con cuidado del suelo, para no resbalar de con las sábanas. Pero al caer en la cuenta, corrió a ducharse murmurando.-¡Llego tarde, llego tarde...!
-Nunca cambiará.
Sakura completamente arreglada, aunque algo despeinada salió hacia la cocina, donde estaba su hermano Touya que fregaba unos platos sucios. Sakura al llegar se sentó en la mesa, y le preguntó, un tanto preocupada.
-Hermano¿papá ya se ha ido?
-Hace ya veinte minutos, al ver que no despertabas, se fue...-comentó Touya, dándole un plato de arroz y a su lado uno de huevo y salchichas.-Pero he llegado a la conclusión de que en esta época del año, los monstruos hibernan. ¿No?
-Hermano...-bufó pero con una grata sonrisa en el rostro.-Siempre igual.
-Por cierto que no se te olvide de que hoy tienes el turno de limpieza.-comentó Touya, al ver que su joven hermana de sólo catorce años, inocente e ingenua...se disponía a marcharse a la escuela superior.-¡Adiós!
-Shaoran espérame.-gritó una chica de pelo oscuro y de ojos casi rojos, su nombre Meiling Lee.-No puedo correr tan rápido, no soy como tú de veloz.
-Meiling, por favor no grites.-comentó Shaoran, un tanto arisco. Sin mirar hacia atrás, y menos esperar a su prima.-No es mi culpa que te levantes tarde. ¿O si?
-Pero Shaoran...-dijo ella, con tono desaprobación, llegando hasta él un poco cansada de tanta carrera.-Con esa actitud nunca llegarás a tener esposa.
-Bah...no me hables de ese tema. Suficiente tengo con la presión del Clan Lee, las exigencias y mandatos de mi madre, y ahora tú.-comentó un tanto borde, parándose para contemplar el suelo.-Prefiero que no saques éste tema, ya es suficiente.-luego la miró a los ojos de ella; le lanzó un mirada heladora, desafiante.-Llegaremos tarde al instituto, y no quiero que me regañen. Debo de mantener mi expediente intachable y limpio...digno, como nuestro apellido.
-Si...-balbuceó asustada Meiling. Nunca en su vida le había visto así, tan triste, tan desolado, tan frío, tan solo...y toda la culpa la tenía el Clan Lee¿o quién sino la tendría?
"Dos semanas. Catorce días, habían tardado en manifestar su amor. En declararlo a todos, a toda su familia. Con alegría, con timidez, con devoción. Con el anhelado enfado de Touya, un poco sobre protector con su hermana, pero interiormente se sentía afortunado de que haya sido el mocoso, no otro.
La dulce pareja paseaban agarradas de la mano con timidez y sonrosada. Se sentían alegres de mostrar su amor al mundo, a los demás, aunque con cierta cortedad. La calle la adornaban los pequeños pétalos de cerezo, que ya le daba ese toque primaveral.
-¡Oh...qué bonito!-exclamó Sakura admirada por el atardecer que contemplaba con su amado.-Es precioso.
-Pero no se compara a ti.-respondió tartamudeando Shaoran, sumamente colorado y sin querer apretando más fuerte su mano, haciéndole un poco de daño a ella..
-Gracias.-agradeció Sakura, mirando al suelo muy sonrosada. Desde un principio no lo había entendido, pero al ver los gestos y su actitud, lo entrelazó todo, y lo comprendió.-Es hora de irnos.
-Está bien.
Llegaron a la casa de ella, como buen caballero. Shaoran dejó a su pequeña dama primero. No se quedó por mucho tiempo porque su hermano le acechaba con la mirada, un tanto amenazadora y de que guardara las distancias. Antes de irse, Shaoran besó la mano de su enamorada con ternura y se marchó, un poco cohibido por tal gesto.
Unas horas más tarde...
-Sakura...-dijo la voz de Lee un tanto insegura, nerviosa y con mucha tristeza.-Sé que esto es muy frío, pero te lo tengo que decir.
-Pasajeros con destino a Hong Kong, suban en el avión, la puerta doscientos treinta y dos.
-¿Shaoran¿Dónde te encuentras?-preguntó Sakura muy asustada; su voz le temblaba y se mordía los labios para no llorar.
-Sakura...sé que me vas a odiar por esto. Pero es ahora o nunca. Me voy a Hong Kong...-debido a las turbulencias Sakura no le había escuchado bien, y Shaoran seguía sin saber que Sakura no le oía bien.-Te amo, eso no lo dudes. Mi familia...Sakura...Es hora de que me vaya...Adiós.
-Espera Shaoran¿cómo es eso de qué te vas?-interrogó Sakura medio gritando al teléfono.-Shaoran¡Shaoran!-exclamó llorando, con el teléfono en la mano. Su hermano, al oír sus gritos y observar su desesperación, corrió a abrazarla y la recostó en su pecho para que se desahogara.
-Sakura, dime¿qué te ha hecho el Mocoso?-interrogó Touya, cargándola hacia su habitación. Él se encontraba muy preocupado, un tanto sorprendido y muy furioso, pero¿qué le había hecho el tal Lee?
-Hermano..."
-No tardes Meiling.-refunfuñó Shaoran, despertando a su prima con una palmada en la espalda.-Que no te pase como ayer.-luego miró al frente, y ya podía contemplar el grandioso edificio, su instituto. Pero él lo definiría mejor como una jaula pero sin rejas.
-Señorita Tomoyo, su coche ya está preparado.-comentó unas de sus guardaespaldas, a una joven chica de unos dieciséis años.
Su nombre era Tomoyo, era de estatura media y de piel nácar. Sus ojos destellaban calidez y alegría, de carácter inconformista y un tanto obsesionada con su mejor amiga, Sakura. Le preocupaba mucho desde el día que Shaoran se había ido, Sakura no había dejado de llorar por los rincones cuando estaba sola o cuando creía estarlo, pero por ésto se había convertido en una chica más fuerte, un poco más segura. Daba gracias al cielo, que no hubiera cambiado tanto su personalidad, todavía siendo una niña inocente, ingenua, alegre, esperanzadora...Una chiquilla.
-Gracias, ahora iré.-dijo Tomoyo a su guardaespaldas, con una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro.-Sólo me falta leer el último trozo de ésta carta.
En otro lugar donde el día amaneció nublado y con amenaza de lluvia. Un chico con gafas, cerraba las cortinas; su expresión era un tanto seria y preocupante. Luego miró a sus guardianes expectante, y se sentó en su sillón favorito pensativo.
-La rueda está girando, y pronto se parará. Se depararán los nuevos destinos de nuestros compañeros y sobre todo los de ellos dos...Sakura...Shaoran...Pronto lo veremos.-comunicó el chico de las gafas, con la vista fija al suelo.-Debemos estar preparados.
-Amo...-dijeron a la vez sus guardianes, sin expresión alguna y mirando a su joven señor, que no levantaba la vista del suelo.-Lo estaremos.
-Queda poco, para volvernos a reecontrar...-comentó él, un tanto misterioso y de mirada enigmática. Se dispuso a irse pero ante le comunicó a sus fieles sirvientes, con una expresión más alegre y una grata sonrisa se asomaba en su rostro.-Haced la maletas, tenemos que hacer una pequeña visita a mi descendiente...y a su familia.
-Buenos días Sakura¿qué haces aquí tan temprano?-preguntó la recién llegada, entrando por la puerta. Con una cálida expresión, mirando a su mejor amiga que observaba por la ventana.
-Es que no quiero llegar tarde como otros días.-contestó Sakura sonriente, comtemplando el bello paisaje.-Últimamente Kero me levanta más temprano para que no me quede dormida.-añade sinceramente, y sumamente avergonzada.
-Él quiere lo mejor para ti¿no?-preguntó Tomoyo, aunque más parecía una clara afirmación. Se sentó en la silla y sacó el libro de música, y empiezó a leer las partituras silenciosamente, levantó la cabeza levemente para preguntar a su mejor amiga.-Por cierto Sakura¿has estudiado matemáticas?
-¿Matemáticas¡Matemáticas!-se interrogó Sakura. Su cara se tornó de un azul, pasando por un blanco. Miró a Tomoyo que sonreía divertida esa escena, que por el contrario a ella no le hacía ni una gracia, sino todo lo contrario. Y terminó dando vueltas a la clase, buscando una posible solución a sus problemas.-¿Seguro que había matemáticas?-preguntó esperanzada, esperando que la respuesta fuera negativa.
-Lo siento Sakura. Pero sí, teníamos deberes y estudiar los apuntes, que tú comentabas que era tan largos y aburridos. ¿Te acuerdas de ese día?-interrogó Tomoyo, haciendo una pequeña pauta, para refrescarle la memoria a su olvidadiza compañera.
"-Sakura, sal a la pizarra y completa ese ejercicio...¿Sakura¿Señorita Kinomoto?-preguntó fuértemente la profesora de matemáticas colocándose bien sus extrambóticas gafas y despertando a su alumna, que yacía medio dormida en su clase.
-Si profesora.-afirmó Sakura, dudando en que si sabría resolver aquel difícil ejercicio en la pizarra. Aunque esa actividad la había hecho anteriormente no se contentaba que se le había olvidado como resolverla, al final, con ayuda de sus compañeros de clase más la paciencia de su profesora. Resolvió el ejercicio correctamente y sin ninguna dificultad.
-La próxima vez señorita, no seré tan venébola.-comentó sarcástica su profesora. Admiraba fuertemente el compañerismo de la clase y la unión, se complementaban. Sin peleas, sin rencores...sólo amistad, sin beneficio.-Para mañana las dos siguientes páginas, y por cierto señorita Kinomoto, será la primera a quien le pregunte. ¿Entendido?
-Si.-al marcharse la profesora, le susurró a Tomoyo.-Creo que le he caído mal a la profesora¿será ese día que le tiré el cubo de agua sin querer? Además...-añadió en un suspiro, releyendo las dos páginas.-nos ha mandado las páginas más difícil de aprender del tema, además de las más aburridas y extensas...No se me da bien las matemáticas.
-Sakura..."
-Creo que ese día fui muy pesimista.-añadió la flor de cerezo, resignada.
-Si, me ha mirado.
-A mi me ha guiñado el ojo.
-No seáis tonta, Lee es mío.-comentó una chica de pelo rubio, de ojos marrones cubiertos por unas gafas. Llevaba el uniforme de la escuela pulcro, sin ninguna mancha, impecable y digno como ella. Miró a la muchedumbre de chicas, que se amontonaba alrededor de Lee, su club de fans.
Un poco más abajo se encontraba Shaoran que miraba con desprecio a tales chicas, siempre acosándole, buscándole...ya tenía suficiente en su casa, que incluso en la escuela le metieran más presión. Era una tortura. Las chicas, su club de fans más concreto, se creaban falsas esperanzas...que si me ha mirado, que si me ha sonreído...auténticas burradas. Él mundo conspiraba contra él.
-Sakura...-susurró en un breve murmullo su razón de vivir.
-Ya he llegado.-comentó Sakura, en el pasillo de su casa. Tenía media sonrisa en su rostro, más una cara de satisfacción. Caminó hacia la cocina donde salía un rico olor a comida, y el señor que la preparaba, su padre.-¿Qué haces aquí?
-Parece que no te alegra verme.-opinó el señor Kinomoto, sonriendo abiertamente. A los pocos segundos entró Touya, que puso la misma cara de duda que anteriormente su hermana había puesto. Esto le causaba gracia.-Sentaos os tengo que dar una agradable noticia.
-¡Qué emocionante!-exclamó Sakura, aplaudiendo contenta.
-Calla monstruo.-reprochó su hermano, aunque no tardó en recibir el pisotón de su querida hermana. Después de un exiguo dolor, le miró rencorosamente y le murmuró.-Ya me las pagarás.
-Escuchadme.-regañó su padre, realizando un fuerte tosido. Luego cambió su expresión para una más compresiva y alegre.-Tengo grandes noticias. Gracias a la señorita Sonomi, que me ha ayudado en todo, he conseguido un ascenso en mi trabajo. Es algo emocionante.
-Enhorabuena papá.-les felicitó sus hijos educadamente.
-Pero...-los chicos cambiaron de expresión, una confusa y dubitativa.-Lo que pasa...que mi trabajo no es aquí.
-¿Qué es lo que nos quieres decir papá?-formuló su hijo mayor, un tanto serio y confuso.
-Nos vamos a Hong Kong.-aclaró Fujitaka, y esperando la respuesta de sus jóvenes hijos.
-¿Qué?-gritaron los dos.
Bueno emocionante¿no? Comentarios, dudas o sugerencias; aclarárselo al botón Go. Para más información de éste fic, entrar en mi profile. Un saludo a todos y a todas. B.E.S.O.S.
