Hola a todos! Bienvenidos a mi nuevo fic. Espero que os guste mucho este dramione y que el principio no se os haga muy pesado. En este fic nuestro querido rubio lo pasará muy mal, o mejor dicho: yo se lo haré pasar mal. jajaja

Empecemos:

-.-.-Luna roja-.-.-

Capítulo 1: monstruo.

POV de Draco

Por fin había acabado esa espantosa guerra. Voldemort había sido derrotado. Sí, Voldemort, porque ahora que estabamos seguros de que no volvería nunca más no tenía por qué guardarle respeto a ese maldito asesino que había estado a punto de convertirme a mí en otro. Y todo por proteger a mis padres. Si no hubiese hecho lo que ese monstruo me decía, les habría torturado a ellos hasta la muerte. ¡Que se pudriera en el infierno!

Por suerte para todos, ahora no estaba y jamás volvería. La pesadilla había terminado, y con ella, mis días de mortífago junto a los de mi padre. Esa espantosa marca aún seguía ahí, y no había nada que pudiera quitarla, pero al menos ya no dolía ni me mantenía unido a Voldemort. Todo esto era gracias Potter. Aunque aún así siguieramos odiándonos mutuamente, debía reconocer que me había librado de ese horrible futuro al que me había destinado el señor tenebroso.

Durante las vacaciones de verano se llevó a cabo la reconstrucción del castillo, que había quedado destrozado después de la guerra. Con magia esa tarea les resultó muy sencilla y en cuestión de semanas Hogwarts estaba como nuevo, esperando para recibir a los nuevos estudiantes en Enero.

Mis padres y yo decidimos alejarnos esos meses de allí hasta que todo volviera a la normalidad, así que nos dirigimos a la mansión de unos parientes que nos acogieron sin dudarlo. Era como uno de esos tantos viajes que hacíamos por placer, solo que en este no me estaba divirtiendo en absoluto. Aún estaba algo traumatizado con los últimos acontecimientos.

Mi sorpresa fue enorme cuando una tarde de verano una lechuza llegó a la ventana de la habitación que me habían asignado. El ave traía en la pata una carta en la que reposaba el inconfundible escudo de Hogwarts. Abrí el sobre con rapidez y empecé a leer:

Estimado señor Malfoy:

Nos complace informarle de que, ya terminadas las obras del colegio Hogwarts de magia y hechizería, las clases volverán a su cauce como cada año. Dado que el pasado curso los alumnos no pudieron cursarlo con normalidad, hemos decidido darle una segunda oportunidad a todos y cada uno de ellos para que puedan adquirir todos los conocimientos que el añor anterior no pudieron recibir.

Por lo tanto, esperamos su asistencia en el próximo curso que comenzará, como siempre, el 1 de Enero.

Le manda un cordial saludo.

Minerval Mcgonagal, nueva directora de Hogwarts.

Esa carta fue un golpe de alegría y a la vez de tristeza. Volver a Hogwarts era algo que deseaba sin lugar a dudas. Quería volver a ver a mis amigos. Sobre todo a Pansy, que había demostrado estar a mi lado en todo momento. Con Goyle prefería no volver a juntarme, y estaba seguro que él tampoco conmigo después de la muerte de Crabbe.

Por otra parte, me entristecía pensar que Snape no volvería a darme clases. El hombre que tanto me había protegido cuando me había convertido en mortífago, que hizo tanto por mi, por mi madre y por todas las personas del mundo mágico.

-Padre, madre, regreso a Hogwarts - informé , una vez que hube bajado las escaleras y entrado en el salón donde se hallaban mis padres.

Les enseñé la carta y en cuanto vi su expresión, supe que les alegraba que volviera. Sabían que en cuanto estuvieramos de regreso en casa, empezarían las complicaciones con respecto a los juicios por haber seguido al señor Oscuro, y si yo estaba ocupado con mis estudios no tendría que preocuparme por cosas que les concernían a ellos más que a mí.

Apenas quedaba un mes para que empezara el curso cuando mis padres decidieron que ya era hora de volver a casa después de haber estado dos meses fuera. Emprendimos el viaje y todo fue bien hasta la fatídica noche en la que empezaron mis problemas. La horrible noche en la que me convertí en un monstruo.

Nos hospedabamos en un lujoso hotel. Esa noche fue una de esas muchas en las que no pude dormir y decidí salir al jardín. La luna estaba totalmente llena y miles de estrellas inundaban el oscuro cielo.

Desde el momento en el que pisé el cesped, supe que jamás debería haber salido. Había algo que no iba bien. A pesar de ser "relativamente temprano" , allí no había nadie, ni siquiera alguno de los dueños del hotel limpiando los restos de la fiesta que se había celebrado poco antes en ese lugar.

Oí los gritos de un hombre que me avisaba del peligro desde su balcón.

-¡Chico! ¿Qué haces ahí? ¡Esta es una región de vampiros! ¡No se puede salir de noche!

Me entró el pánico y eché a correr intentando, inútilmente, llegar a la puerta por la que había salido. Pero antes de que pudiera alcanzarla, alguien se me tiró encima. Lo único que vi fue los sedientos ojos negros de una chica joven de pelo totalmente blanco, sus colmillos sobresalían de su boca. No pude quitármela de encima. Fue demasiado rápida para mí. Noté sus colmillos clavándose en mi cuello. Grité, solté un grito cargado de dolor. Lo último que recuerdo que ví fue la luna completamente roja. Después todo se volvió oscuro.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

- Debe de estar a punto de despertar - oí cuando empecé a volver en mí. Las voces eran lejanas, pero algo me decía que estaban muy cerca. Aún no me encontraba con las fuerzas suficientes como para abrir los ojos.

- ¿Cómo está mi hijo, doctor? - preguntó la voz preocupada de mi madre.

- Ahora está bien. Acaba de terminar la transformación.

¡¿Transformación?! - pensé un poco alterado. Al principio no conseguia adivinar a qué se refería, pero después recordé todo lo sucedido, aunque me había parecido una pesadilla. Aún no despertaba, parecía que me encontraba en un sueño en el que podía oir y entender todo lo que sucedía a mi alrededor. Ahora podía comprenderlo todo. Me había convertido en un monstruo, en un vampiro.

-¿Seguro que estará bien? Lleva tres días inconsciente - habló mi padre.

- No se preocupe, señor Malfoy, las transformaciones vampíricas suelen ser largas - explicó el medimago.

-¿Que no me preocupe? ¡¿Cómo cree que no me voy a preocupar cuando mi hijo es un vampiro?! - se alteró mi padre. Era algo usual en Lucius Malfoy.

-¿No se puede hacer nada? - preguntó mi madre.

-Me temo que no. Ya hemos hablado antes de esto. Lo único que deben hacer ahora es tranquilizar a su hijo cuando se entere y...

-Ya me he enterado - mis palabras salieron espontáneamente de mi boca, haciendo que mis padres y el medimago dieran un respingo.

Abrí los ojos y permanecí quieto y, sobre todo, serio. No sabía por qué, pero en ese momento no podía demostrar toda mi frustración. No me salía, aunque era todo lo que quería hacer.

- Draco, hijo, ¿estás bien? - preguntó mi madre, cautelosamente. Noté el miedo en su voz. ¿Acaso mi madre tenía miedo de mí?

Asentí sin nisiquiera mirarles. No quería ver también en sus ojos que me temían por ser una criatura peligrosa.

Pasé la lengua por mis colmillos y los noté ahora más largos y afilados, pero lo suficiente cortos como para ocultarlos con mis labios.

- Te crecerán cuando tengas que utilizarlos - explicó el hombre vestido con una túnica blanca.

Dirigí mi mirada a él y fue entonces cuando me entraron ganas de soltar toda mi ira y tirarme encima de ese idiota que ya estaba dando por hecho que yo mordería a todo el que me viera por el camino. Intenté levantarme con todas las intenciones de atacarle; mis instintos eran más fuertes que mi voluntad, que también era poca, pero cuando estaba a punto de incorporarme me di cuenta de que unos brazaletes de hierro me ataban a la cama en la que estaba. Tiré con más fuerza, pero fue inutil.

-¡Suélteme! - grité por primera vez, forcejeando para liberarme.

-Hijo, cálmate, esto es por tu bien. Buscaremos una solución - dijo mi padre.

-¡¿Solución?! - volví a gritar, desesperado -. ¡No hay solución! ¡Soy un monstruo y siempre lo seré!

-Draco, escúchame, puedes llevar una vida completamente normal. Es más, nadie se tiene por qué enterar. Solo tienes que seguir mis indicaciones y...

-¡No quiero seguir indicaciones!

-Está muy nervioso, tenemos que aplicarle un calmante - informó el medimago.

-Haga lo que crea necesario - dijo mi madre - , pero no le haga daño.

Clavó una inyección en mi brazo izquierdo, y a los pocos segundos apenas podía moverme, pero podía escuchar lo que me decían.

-Draco, sé que esto es duro, sobretodo para alguien joven como tú, pero como te acabo de decir, esto no tiene por qué influir en tu vida. No tienes por qué atacar a nadie; puedes cazar animales o beber sangre de imitación. No te satisfacerá tanto como la de un humano, pero servirá para que no tengas sed. Tus colmillos solo se desarrollarán cuando vayas a atacar, así que no los tendrás que mostar. Y lo único que tienes que hacer es tener voluntad y acostumbrarte a estar con humanos sin tener ganas de lanzarte a sus cuellos.

-¿Y si no puedo aguantarme? - dije en un murmullo, respirando agitadamente.

-Podrás, Draco. Solo necesitas fuerza de voluntad.

-Cazar animales...me parece asqueroso, repulsivo - dije con furia.

-Cuando tengas hambre no te parecerá tan asqueroso - me calmó el medimago.

Se volvió hacia mis padres y habló con ellos por un rato. Estaba tan aturdido que lo único que pude oir antes de volver a dormirme fue:

- Durante el mes que esté en casa, mantenedlo encerrado para que así pueda tener tiempo para concentarse y convencerse a sí mismo de que es capaz de estar con gente sin que pase nada.

- ¿No será peligroso cuando llegué a Hogwarts? Este es su último año. Estaba deseando volver.

-Esperemos que no, Nascissa. Esperemos que no.

Continuará...

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¿Qué os pareció el primer capítulo? Me vino la inspiración y no pude evitar escribirlo. Pornot continuaré mi otro fic. Por el momento, tened paciencia.

Hasta la próxima!

Pétalo-VJ