Las calles de Londres se encuentran inmersas de gente realizando las compras de último momento para navidad, todas ellas lucían rebosantes de felicidad por la época a pesar de encontrarse con prisa consiguiendo lo que les faltaba o llegaron olvidar para este día, era evidente notar esa alegría en ellos pues sus caras lo reflejaban, he de suponer que tal vez se encontrarían con sus seres queridos o simplemente se veían con esa energía pues podrían disfrutar de la temporada decembrina, yo por mi parte los envidiaba con todo mi ser quisiera decir que este año la navidad la pasare con mis seres queridos o mi persona especial pero eso sería imposible, cabe mencionar que cada año como es de costumbre mi tía junto con mis primas estarían en la fiesta navideña que ofrece de manera oficial una de las clínicas médicas de las cuales somos dueñas, las tres de ellas me habían invitado para estar presente a lo que yo decliné más de una vez, juraría que en verdad trataron hasta lo imposible para convencerme para asistir a la gran reunión donde todo el personal médico y algunos familiares importantes se reunirían, inclusive me dijeron que por primera vez después de 7 años mi primo Andrew vendría de visita a pasar las festividades por acá en Londres, Andrew Hanbridge no solo es mi primo sino también mi mayor confidente en esta vida, tenemos mucho en común no solo compartimos la idea de continuar con el gran legado de la familia en el área medica con mucho orgullo también tenemos el gran gusto por ayudar a la gente mientras se nos sea posible; la mayor parte la adolescencia y mi tiempo como estudiante en la Universidad lo compartí con él sin embargo nos separamos, claro no por tener diferencias sino todo lo contrario le ofrecieron la oportunidad de terminar sus estudios en el extranjero por obvias razones él sin dudarlo aceptó, como era de esperarse nos dejamos de ver desde entonces claro que gracias al internet y las redes sociales no perdimos el contacto ni huella de nuestras vidas, en un inicio su estadía en el extranjero se suponía que duraría solo dos años pero este terminó en una estadía prolongada impidiendo que volviéramos a vernos.
En verdad hubiese querido mostrarme entusiasmada al saber sobre la llegada de Andrew pero lamentablemente había algo en mi consciencia que no me permitía disfrutarlo como era debido, precisamente hace un año en esta misma fecha cometí uno de los peores errores que pude haber hecho en mi vida. ¿Por qué fui tan ciega para no notarlo con tiempo? Ese era el pensamiento que agobiaba mi mente desde que me levante esta mañana, todo lo que veía en mi hogar me hacía recordar todo lo bueno que perdí y todo debido a preferir mi trabajo sobre la persona que más amo, por esa razón sin hesitarlo demasiado me arreglé y salí a caminar por la ciudad sin un rumbo en específico procurando olvidarme mi soledad.
El frío se empezaba a sentir con mayor intensidad, lo digo pues el abrigo que llevaba puesto junto con mis guantes no me ayudaban en nada para mantener el calor en mí.
Sin ser consciente del lugar hacia donde me dirigía camine observando a todas la persona que pasaban a mi lado recordando lo feliz que fui hace mucho tiempo, cuando menos lo pensé llegué precisamente al parque donde hablé por última vez con Akko, Green Park.
¿Seré tan masoquista conmigo misma que por eso mismo regreso a este lugar a recordarme que torpe fui hace un año?
Con lentitud recorrí el camino de entrada del parque hasta llegar a la banca donde abandoné a Akko, todo lucía idéntico como aquella ocasión con excepción de que ya no solo había una farola a lado de la banca negra solitaria cubierta de nieve sino ahora había una pequeña fuente a manera de adorno, una vez que estuve frente a aquella banquilla negra no pude evitar recordar a la perfección las palabras con las que nunca imagine daría fin a nuestra relación.
La navidad pasada
-Vaya, creo que hasta en un día tan especial prefieres estar ocupada con tu trabajo en vez de estar conmigo- fue lo primero que escuché decir a Akko en el justo instante que llegué al lugar donde me había citado con tanta urgencia.
-Por favor no me digas que me hiciste salir del hospital solo para discutir la misma situación de siempre, ya te había dicho con antelación que hay muchos pendientes de suma importancia que debo de atender-
Akko arcó una de sus cejas en señal de enojo por mi respuesta inclusive se cruzó de brazos y me miraba con mucha desaprobación.
-¿Hablas en serio? Ni siquiera eres capaz de tener tiempo libre en esta fecha tan especial-
-Entiéndelo, no puedo dejar todo el papeleo pendiente para otro día esto de verdad es de gran valor para mi- expliqué intentando contener mi enojo ante el simple berrinche que ella me hacía, por unos momentos se creó un silencio entre las dos, no era uno de los que antes teníamos donde se disfrutaba de la compañía de una de la otra y la incomodidad no era un elemento presente, ahora se podía sentir a la perfección la tensión en el ambiente, sin esperarlo Akko inhalo con profundidad antes de levantarse y ponerse frente a frente conmigo.
-Ha sido suficiente Diana, no es la primera vez que pones primero a tu estúpido trabajo antes que a los demás, acaso no recuerdas hace dos semanas cuando prometiste llegar a la cena con mis padres y al final nunca te presentaste y solo enviaste un maldito mensaje diciendo "No llegaré nos vemos en la casa" o aquellas veces donde dejaste a nuestros amigos y a mi esperando por ti, cuando antes de que asumieras el cargo de toda la clínica estabas presente y puntual con nosotros- ella no se contuvo y todo lo anterior lo dijo con un tono elevado de voz casi gritándome en la cara, hasta me empujo por el hombro con su dedo índice
-Akko si sólo se iba a tratar de hacerme reclamos mejor ni me hubiera presentado- informé con demasiada furia ¿Cómo rayos se atrevía a decir que no me importaba? Y más que nada a hacer reproches innecesarios.
-De acuerdo te lo pondré más simple y rápido- comentó con determinación dejando de lado sus quejas.
-¿Qué quieres decir con eso?- pregunté desconcertada ante su cambio tan repentino de actitud
-Necesito que escojas que prefieres ¿Tu trabajo o nuestra relación?-
-¡Qué!- dije escandalizada, no tiene sentido esa pregunta es tan absurda, ella no puede hacerme esto.
-Lo que escuchaste Cavendish ¿Tu trabajo o nuestra relación? La decisión que tomes ahora será la definitiva-
-No lo hagas Akko, sabes que no puedo hacerlo- pedí queriendo hacerla terminar con esto.
-Tienes hasta la cuenta de 3, si para cuando haya terminado de contar no decides tendré sobre entendida tu elección-
-Akko entiéndelo- traté de mantener la compostura sin embargo sentí que la sangre me hervía justo en el instante que ella dijo uno.
-No tenemos por qué hacerlo, somos personas adultas y podemos dialogar-
-Dos-
-Akko terminemos con todo este teatrito y dejémoslo por la paz-
-Tres- terminó de contar sin embargo había colmado mi paciencia.
-¡Basta, no me importa que sobreentiendas, todo lo que haces es inmaduro y tonto no sé como puedes seguir haciendo estas niñerías mejor regresaré a la clínica y aclararemos todo este asunto en casa!- Nunca antes le había gritado a Akko como recién lo hice pero si no hablaba con firmeza ella continuaría haciendo escenitas como la de ahora en cualquier lugar por ello preferí hablarle así sin darle importancia a como se sentiría ella.
-No son niñerías todo lo que te digo es verdad inclusive tus amigas, Hannah y Bárbara saben que has cambiado-
-Ellas no tienen nada que ver con lo que tanto alegas además, es de poca relevancia lo que piensen los demás, nos vemos más tarde, Adiós- di media vuelta para retirarme del lugar e ir a terminar mis deberes.
-Diana- sentí la mano de Akko sobre la mía intentando detenerme, no quise voltear a verla pues mi decisión ya estaba hecha no había vuelta atrás, incluso a pesar de escuchar un leve sollozo por parte de Akko no me inmuté.
-¿Esa es tu decisión final entonces?- dijo entre pequeños sollozos, de verdad que no quería verla de esta manera así que sin responder, solté con brusquedad mi mano de su agarré y retomé mi camino no sin antes decirle un "Nos vemos más tarde" dejándola ahí en el parque sola y llorando.
Fin del Flashback
Si hubiese sabido que esa sería la última vez que la vería y todo lo que me dijo era cierto no me habría ido de su lado y el trabajo lo hubiese olvidado por completo para aferrarme a lo nuestro y no dejarlo ir tan rápido como sucedió, por fin después de un año quise regresar el tiempo para cambiar mis acciones, tristemente eso no era posible lo único que me quedó de ese día fue una simple carta en mi casa que decía "Te amo con todo mi corazón sin embargo ha sido suficiente, adiós" ella desapareció de mi vida desde entonces, en un instante sentí algo húmedo sobre mi mejilla pensé empezaría a llover pero cuando menos lo esperé descubrí que me encontraba llorando desconsoladamente sin ser consciente de ello, por lo que veo nunca me perdonaré la forma en que traté a Akko, no se lo merecía debí haber sido más atenta, las lágrimas no se detenían pareciese que no tenía control sobre ellas, traté en vano detener mi llanto pero fue inútil, por ello mejor me permití expresar lo que sentía en aquel momento y me senté en aquella banca a llorar por el gran vacío que sentía en mi corazón.
No supe cuanto tiempo estuve sentada arrepintiéndome de mis acciones del pasado pero tan solo bastó observar hacia el cielo para darme cuenta de que ya era tarde, la puesta de sol estaba por comenzar, limpié mis ojos retirando algún rastro de llanto y me levanté dispuesta a irme de allí.
Salí del parque y no puede evitar notar que había muchas parejas circulando por el lugar deseándose lo mejor y pasando un buen tiempo lo cual me llevó a pensar inútilmente ¿Qué pasaría si te volviera a ver? ¿Acaso ella Me saludaría y desearía una Feliz Navidad? ¿Tendríamos la oportunidad de intentarlo de nuevo y estar juntas otra vez?
Reí ante aquellas ideas eran unas suposiciones muy tontas, sin embargo no las ignoré y empecé a cuestionarme lo siguiente, si te tuviera de frente otra vez ¿Acaso lloraría? ¿Tendría el valor suficiente para hablarte y mirarte a la cara sin ningún remordimiento? La verdad no lo tengo muy claro pero sé de sobra que justo ahora soy una persona diferente a la de hace un año y no te fallaría en nada.
De pronto al llegar la noche la nieve comenzó y el frío se tornó más gélido a como estaba hace unas horas, por ello aproveché el hecho de estar en la zona céntrica y entrar en la cafetería más cercana lo antes posible para no congelarme más de lo que ya estaba, a toda prisa me dirigí al café que estaba a dos puestos de donde yo me encontraba, tanta era mi prisa que justo antes de que pudiera evitarlo al estar en la entra del local la puerta de la cafetería se abrió de golpe ocasionando que chocara y cayera al suelo por el empujón.
-¡Auch!- decía mientras intentaba levantarme del suelo y retirarme un poco de la nieve que se quedó impregnada a mi ropa.
-Disculpa mi ineptitud, debí haberme fijado- decía una voz que he de suponer era de la persona que abrió la puerta, no le presté demasiada atención pues preferí sacudir bien mi ropa aunque por alguna extraña razón aquel timbre de voz me era familiar.
-No te preocupes fue mi culpa a cualquiera…- no pude terminar de hablar porque cuando levanté la mirada vi a la persona que menos creí ver el día de hoy.
-Diana- La escuché decir antes de quedar congelada y no precisamente por el clima helado, Akko estaba delante mío.
