Capítulo 1:

Un día tranquilo para una mascota.


Cuando Blu y Perla escaparon del avión se reunieron con Linda y Tulio en el aeropuerto. Después de eso fueron inmediatamente al laboratorio en donde trabaja Tulio para revisar que no tuvieran heridas graves. Al llegar al laboratorio Perla y Blu fueron llevados a la habitación en donde curaban a las aves rescatadas.

Tulio los colocó sobre una mesa y, junto a uno de sus trabajadores, los revisó. Inspeccionó a Blue, sus alas estaban bien, sus ojos igual, tenía un leve rasguño en su cuello, pero no implicaba ningún riesgo. Perla no dejaba que Tulio o el humano que lo ayudaba se acercaran a ella, usaba sus patas y su pico para rasguñarlos. Intentó aletear para irse volando, pero una de sus alas le dolía cuando la movía haciendo que cerrara los ojos por el dolor.

-No te preocupes Perla, ellos solo quieren ayudarte. – Dijo Blu con la intención de tranquilizarla. Él sabía que no confiaba en los humanos, pero necesitaba que ellos la revisaran para que curaran su ala. – No te preocupes, yo estoy aquí y no dejare que te suceda nada. –

- ¿Estás seguro Blu? – Dijo perla asustada alejándose de una de las manos de Tulio que la intentaba agarrar.

-Sí, confía en mí. –

Perla dejo de atacar a Tulio dándole la oportunidad para que la tomara entre sus manos y la revisara. Aún tenía miedo y rencor hacia los humanos, pero confiaba en las palabras de Blu y sabía que él no dejaría que le hicieran daño.

Tulio examinó a Perla, todo parecía estar bien a excepción de su ala que se encontraba herida – Perdón. – Dijo Tulio cuando puso sus dedos en el ala de Perla quien cerró sus ojos y se agitó a causa del dolor. Luego la volvió a colocar sobre la mesa.

-No veo nada grave, probablemente solo esté lesionada y necesite descansar su ala para poder recuperarse. – Dijo Tulio bastante alegre. - Tal vez le pueda dar algún medicamento para el dolor. – Tulio se acercó a una gaveta y abrió uno de sus cajones, de allí sacó un envase de color gris.

Linda entró por la puerta haciendo gran escándalo, un guardia de seguridad la agarraba de la cintura para sacarla de allí. Tulio y su ayudante fueron con Linda y salieron del lugar para hablar con ella y calmarla dejando a Blu y a Perla solos en la habitación.

-Vez, no te pasó nada. – Dijo Blu burlándose un poco. – Deberías confiar un poco más en los humanos.

-Que haya humanos que ayuden a las aves no significa que todos sean así… y tampoco significa que deba confiar en ellos ciegamente. –

Blu se sintió incomodo por las palabras de Perla, entonces buscó hablar de otra cosa. – ¿Qué días tan alocados no crees? – Blue sonrió incómodamente.

-Nos secuestraron, nos enjaularon, nos encadenaron, recorrimos la ciudad y casi morimos por caer de un avión… sí, creo que fue algo alocado. – Dijo Perla irónicamente.

-Aunque también sucedieron cosas buenas. – Blu sonrió y miró a perla fijamente.

- ¿Si? ¿Qué tipo de cosas? – Preguntó Perla mirándolo con curiosidad.

-Aprendí a volar, hice nuevos amigos, a pesar de que estuvimos en peligro hubo momentos en los que me divertí mucho y… -

- ¿Y?, ¿qué otras cosas buenas han sucedido? – Perla se acercó a Blu y lo miró cariñosamente.

-Bu…bueno. – Blu se puso nervioso por lo cerca que estaba Perla. – Lo mejor que me sucedió fue conocer…- Tulio entró bulliciosamente interrumpiendo la plática de los guacamayos.

Ambos se separaron por la entrada del humano, el ambiente que se formó entre los dos se había esfumado. Tulio cogió a Blu y lo iba a llevar con Linda ya que ella quería verlo. Blu no se resistió, de hecho, tenía ganas de estar con linda, pero mientras se alejaba miró a Perla la cual lo miraba con angustia.

-No te preocupes, volveré en un rato. – Gritó Blu antes de salir con Tulio.

Cuando Blu vio a Linda esperándolo saltó de las manos de Tulio y voló hacia Linda y se paró en su brazo.

-Esa ave te quiere mucho. – Dijo Tulio sonriendo mientras veía a Linda acariciar la cabeza de Blu.

-Sí, somos inseparables. Bueno, yo me tengo que ir, así que nos vemos después Tulio. – Linda metió a Blu dentro de una jaula amarilla y caminó hasta la puerta del laboratorio.

- ¡Espera! – Gritó Tulio alcanzando a Linda. - ¿A dónde iras? -

-Voy a quedarme en un hotel, me llevare a Blu, estoy segura que lo que más quiere en este momento es descansar, últimamente le han sucedido muchas cosas. –

- ¿Por qué no dejas que Blu se quede aquí? –

-Cuando lo dejé aquí fue secuestrado, no estoy diciendo que pasará otra vez si lo dejo, pero prefiero que se quede conmigo. Volveremos después. – Linda salió del laboratorio junto con Blu que a través de la puerta de la jaula miraba la puerta del laboratorio con preocupación.

Tulio volvió al lugar en donde estaba Perla. Saco una jeringa de un cajón y destapó el envase que había sacado antes y metió la jeringa adentro de este llenándola de un líquido amarillento. Luego acercó la jeringa al pico de Perla, pero ella no se quedaba quita, movía su cabeza para ver la puerta, Blu no había vuelto con Tulio y eso la inquietaba.

-Vamos Perla, necesito que tomes la medicina, esto te ayudará a calmar el dolor de tu ala. – Tulio habló con cariño y paciencia, lo último que necesitaba era que Perla se volviera agresiva.

Perla ignoró lo que le decía Tulio, estaba concentrada mirando la puerta con la esperanza de que Blu apareciera. Su angustia pasó a ser enojo «Cómo es posible que esa mascota me dejara sola aquí con los humanos» pensaba Perla.

-Ya entiendo, esperas a Blu ¿verdad? – Perla miró a Tulio esto le hiso darse cuenta de que había acertado. - Él ya no está aquí, se fue con Linda a un hotel, volverá después. –

Tulio dejó la jeringa sobre la mesa y cogió a Perla, esta vez no se resistió. La llevó al aviario en donde ella y Blu se habían conocido, la dejó en el piso y salió de allí cerrando la puerta. Intentó volar, pero, como era de esperarse, su ala herida se lo impidió.


Linda y Blu llegaron al hotel e inmediatamente fueron a su habitación, era algo simple, un baño, una cama, un comedor y una pequeña cocina. Linda dejó la jaula encima del comedor y la abrió para que Blu pudiera salir, él revoloteó por el lugar y aterrizó en la cama.

-Me alegra que ya puedas volar. – Dijo Linda muy feliz sentándose en la cama. – Sabes, cuando te secuestraron me preocupé mucho, pensé que no te volvería a ver o peor, que te hubieran hecho daño. Pero ya estás a salvo. –

-Yo también te extrañe Linda. – Dijo Blu aunque Linda no podía entenderlo.

-Supongo que tienes hambre, iré a buscar algo de comer. No te vallas de aquí. – Linda salió de la habitación y la cerró con llave.

Blu suspiró fuertemente y luego exhalo. – Aquí si me siento cómodo, no como en la selva con sus plantas, depredadores e… insectos. – Su cuerpo se estremeció con solo pensar en la selva.

Encima de la cama estaba el control remoto de una pequeña Tv que estaba frente al comedor, lo cogió y buscó algo de entretenimiento. Cambiaba los canales con velocidad, no encontraba nada interesante que ver y apagó el televisor.

-Que aburrido estoy. – Dijo Blu con la mirada perdida.

Por la ventana cruzaron dos aves volando a una gran velocidad haciendo piruetas en el cielo, esto llamó su atención. Miró sus propias alas y las extendió, se preparó y comenzó a volar.

«Yo también puedo hacer eso», pensó Blu volando por la habitación haciendo una que otra pirueta. Volar lo hacía sonreír, para él era una sensación nueva y emocionante.

-Ja ja ja ja. – Blu reía alegremente mientras hacía una sorprendente pirueta, pero no se fijó en una lámpara que colgaba del techo y se estrelló contra ella. Cayó al suelo por el golpe y quedo tirado con las alas extendidas y la cabeza doliéndole.

Linda volvió a la habitación con una bolsa en su mano, vio a Blu tirado en el piso y corrió hacia él para ayudarlo. Lo alzó y lo puso sobre la cama.

- ¿Qué estabas haciendo? – Preguntó Linda preocupada examinando a Blu para asegurarse de que no estuviera herido. - ¿Acaso estabas volando? –

Blu agachó la cabeza haciéndole entender a Linda de que si había estado volando en la habitación.

-Entiendo que ahora puedes volar, pero debes tener más cuidado, es algo nuevo para ti y podrías lastimarte. –

Linda sacó de la bolsa una manzana, la partió en varias partes y se la dio de comer a Blu. Le acercaba un pedazo de manzana a su pico y él se la comía con gusto. La fruta se acabó y Linda se recostó en la cama. Él la acompaño recostándose a su lado.

-Tengo una idea ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo por la ciudad? – Dijo Linda. Blu graznó para decirle que si le gustaba la idea de salir a conocer la ciudad.

Linda le hizo señales para que entrara a la jaula, pero Blu no quiso hacerlo y se paró en su hombro. – Bueno, supongo que será un paseo sin la jaula. – Ambos salieron del hotel y caminaron por las calles.

El sol iluminaba las calles de la ciudad y fuertes corrientes de viento chocaban contra Blu refrescándolo. Blu iba sobre el hombro de Linda, caminaron un largo rato viendo sitios comerciales en donde vendían todo tipo de cosas. La gente caminaba por las calles, en ocasiones obstruían el paso, y en el cielo volaba una que otra ave.

Una voz llamó a Blu – Hola Blu, me alegra ver que estás sano y salvo. – Era Rafael volando sobre él y Linda.

-Rafael - Dijo Blu mirando hacia arriba. – También me alegra ver que no te sucedió nada. –

-Dime ¿qué estás haciendo por aquí? – Preguntó Rafael.

-Oh, estoy recorriendo la ciudad con Linda. –

- ¿Linda? –

-Sí, ella es la humana que me cuidó. – Blu señaló a Linda.

- ¿Y dónde está Perla? –

- ¿Perla? – Blu abrió sus ojos, se había olvidado por completo de Perla. – Me fui con Linda y me olvidé que Perla estaba conmigo, la dejé sola… con humanos. – Blu tragó saliva.

-Eres un desastre chico. – Dijo Rafael mirándolo con decepción. – Deberías volver con ella antes de que se enoje. –

-Iré con ella. –

-Está bien, pero te recomiendo que no te tardes, solo la harás enojar más. - Rafael se fue alejando poco a poco. – Nos vemos después Blu. –

-Nos vemos. – Gritó Blu viendo a Rafael volando lejos de allí.

-Soy un idiota, como pude olvidarme de Perla. – Blu se golpeó el pico con una de sus patas. – Volveré con ella. – Estaba a punto de irse volando, pero Linda llamó su atención.

-Mira Blu, una librería, me pregunto qué tipo de libros venderán. – Linda y Blu entraron a la librería y ojearon los libros colocados en las estanterías.

Había libros de diferentes géneros, cada estantería era de una temática en específico. Linda fue a hablar con el encargado del lugar y Blu, maravillado por el lugar, buscaba algún libro que le gustara. Leyó los títulos de varios libros, "El caballero sombrío", "Noches de luna azul", "Retornando al pasado", fueron algunos de los títulos que leyó. Un libro de portada carmesí le interesó, "El país del nuevo mundo" era el nombre del libro escrito en la portada con letras doradas. Lo tomó y se lo llevó a Linda.

- ¿Quieres este libro Blu? – Linda agarró el libro.

Blu movió la cabeza para señalarle que sí quería el libro. Linda compró el libro y salieron, volvieron al hotel y se quedaron ahí el resto del día. Linda se entretuvo viendo la tv y Blu estaba completamente sumido en la lectura de su nuevo libro. En la noche cenaron y luego quedaron profundamente dormidos, Linda en la cama y Blu dentro de su jaula abrazando su libro.

Blu dormía tan placenteramente que empezó a soñar. Estaba otra vez en su hogar en Minnesota, se encontraba dentro de su jaula cómodamente escuchando música con un reproductor. Linda apareció y le dejó una taza llena de café junto con un pequeño plato con galletas.

Salió de su jaula y le dio un sorbo al café, luego mordió una de las galletas. –Que delicia. – Dijo limpiándose una mancha de café que le quedó en el pico.

Caminó por el lugar, todo estaba igual que siempre, la paz y el silencio predominaban. Fue hasta una ventana, las calles estaban cubiertas de nieve y las personas, usando ropas muy abrigadoras, caminaban. De repente su tranquilidad fue perturbada por una sensación entristecedora, sentía que algo le faltaba, era como si extrañara algo, pero no sabía que era.

Todo estaba allí, su jaula, sus autos de juguete, los libros y revistas que solía leer en sus tiempos libres, también estaba Linda, sentada tras un escritorio usando un computador. ¿Qué era lo que faltaba?, se preguntaba a sí mismo.

Miró hacia todos los lados hasta que se vio a sí mismo en el reflejo de la ventana. Sin saber porque, extendió sus alas lo más que pudo, respiró con fuerza y aleteó hasta elevarse. Voló por los alrededores, el viento era frio y golpeaba contra su cuerpo. Linda aplaudía y lo felicitaba con emoción haciendo que se sintiera seguro de sí mismo y volara con mayor velocidad.

- ¿Era esto lo que me hacía falta? – Dijo Blu.

En ese momento la silueta de un ave femenina y hermosa se presentó ante él, se alejaba poco a poco y se volvía borrosa. Intentó alcanzarla, pero antes de poder tocarla la silueta se esfumó.

Un fuerte escalofrió recorrió todo su cuerpo, sus alas fallaban, por más que intentara aletear no podía elevarse. Iba cayendo fuera de control, pronto se estrellaría contra el suelo, pero antes de que esto sucediera despertó muy agitado.


Este es el primer capitulo de mi nuevo fic que trata sobre la película "Rio", una película que me gusta bastante.

Espero que les guste y si tienen alguna opinión no duden en dejar su review.