Ultimo Encuentro
Entro en el piso con paso retraído y silencioso pese a saber que la casa yacía en soledad a aquellas horas de la tarde. Dejo las llaves en el llavero de la entrada y se apresuro a soltar la mochila sobre el taburete de la cocina, observo el frutero a rebosar de frutas y no pudo resistir la tentación de tomar una gran manzana. La mordió y saboreo su dulce jugo. Se recostó sobre la encimera mientras pensaba en todo lo ocurrido, nada fuera de lo común.
Su padre no se hallaba en casa, y supuso que, como tantas otras veces, había salido por asuntos de trabajo que le requerían a todas horas. No le importaba, desde pequeña había aprendido a valerse por si misma, al menos lo esencial, aun le quedaba mucho por aprender.
No hay mucho que conocer sobre ella, era una persona dentro de lo común, quizás, demasiado retraída y tímida para arrasar allí donde fuera. Tampoco era una persona que destacase, todo lo contrario, prácticamente era invisible a los ojos de los demás y no es que le importase estar sola, sabia vivir con ello, lo había echo toda su vida. Nunca ha dado ningún problema, no que ella supiera. Tampoco tenia amigos, para ella eran indispensables aunque no desechaba la idea de llegar algún día a tener alguno, la idea no le desagradaba pero el problema era su carácter demasiado tímido para entablar conversación sobre los temas mas banales con nadie.
Y aunque su vida no fuera la mejor a sus ojos, nunca perdía la ilusión de encontrarse con algo nuevo e innovador que captara su interés. Nunca perdía la sonrisa tan característica en ella. Caía demasiadas veces (forma literal) pero siempre encontraba el modo de levantarse y sobre ponerse, además de que era algo torpe, todo hay que decirlo.
Después de uno de sus días monótonos y aburridos volvía a casa y se podía refugiar en la soledad de su cuarto, el único sitio donde se sentía protegida y se aislaba de todo el mundo exterior.
Emitió un suspiro resignado y se incorporo, aun tenia que ducharse y preparar la cena antes de poder asistir a su retiro diario. Atravesó el pasillo, no sin antes tomar la mochila que se había llevado para su entrenamiento. Eso era otra cosa, por mucho que quisiera avanzar con su entrenamiento no conseguía superarse mas, Kurenai le daba ánimos y le convencía de que ella podía, lo llevaba en la sangre pero para que engañarnos, ella no era como todos los Hyuugas.
Antes de entrar en su habitación detecto una leve anomalía casi imperceptible pero que a ella no se le pasa por alto, hay alguien en su habitación. Tan solo pensar que puede haberse colado alguien en su habitación le quita el sueño pero no se achanto. Al principio su cerebro piensa que puede ser su padre pero desecha la idea enseguida, no se colaría en su cuarto en su ausencia, tendría muchas mejores cosas que hacer. Consiguió sacar el kunai y aparta la mochila de ella para mejor movilidad por si las moscas y anda lo mas sigilosamente posible. Pese a todas estas precauciones no puede evitar pensar que no va a servir de mucho si el inquilino que se a colado en su habitación sabe algo mas que ella y claro, casi todo el mundo sabe algo mas que ella. Cabe destacar que había conseguido mejorar razonablemente.
Rápidamente se introduce en la habitación y enciende la luz sin previo aviso, alza el kunai y fija la mirada en su cama. Efectivamente hay alguien, el inquilino esta acomodado en su cama, su mirada esta clavada en ella, evidentemente ha conseguido sorprenderle pero no por su sigilo precisamente, pasados unos segundos le sonrie abiertamente.
- ¿Qué..?-consiguió articular después del primer impacto, su corazón vuelve a latir a la normalidad mientras baja el kunai.- ¿Qué haces aquí?
Se trata de su primo Neji, Hyuuga Neji. Es un muchacho de largos cabellos castaños recogidos en una pequeña coleta en la espalda, prácticamente tiene mi misma edad unos meses mas. Tiene, mas o menos, la misma fisiología que yo. Sus ojos son demasiado grandes y de un color blanco perla, lo cual delata que pertenece a mi clan. Una sonrisa se le dibuja en el rostro al ver el rostro desencajado que pone su prima entre una mezcla de sorpresa y miedo. Lleva una sudadera de color marrón claro, los pantalones son de un marrón mas oscuro que le llegan hasta las rodillas, la cinta que hace honor a la villa oculta de la hoja recoge los cabellos de su frente y lleva sus chanclas características color azul.
- Quería verte.-articula en un susurro.
De repente, al contemplar la expresión de Hinata, empieza a dudar de que hubiera sido buena idea visitarla. Sacude la cabeza tratando de ignorar esos pensamientos, Hinata y el se llevaban demasiado bien como para que no quisiera que la visitara.
Ante la inadvertida mirada que le dirige Neji, Hinata se apresura a ladear la cabeza y decir:
- Gomen… estoy bien.-le agradece con una leve sonrisa.- Ahora márchate.
El muchacho parpadea confuso ante la hostilidad que emana de su prima, ella no era así, todo lo contrario era muy dulce con el entonces, ¿a que venia aquella hostilidad?
Se incorporo con un ágil salto y se dirigió hacia ella con la incertidumbre y la duda pintada en el rostro. Hinata agradecía la visita de Neji, por supuesto, pero no era un buen momento y lo menos que pretendía era dolerle con sus palabras por lo que se apresuro a explicar:
- Mi padre estará a punto de llegar. Ya sabes, no le gustan las visitas inesperadas, aunque seas tu el que nos visita.
Desvía la mirada avergonzada, Neji es conocedor de la relacion tan estricta que mantenia con su padre, era algo deplorable.
El rostro de Neji parece contorsionarse en una mueca de repulsión pero tan solo tenia que ser una imaginación, el servía a la rama principal del clan Hyuuga, de ninguna manera podía sentir repulsión hacia ellos. Aunque en un pasado demostró lo contrario, estaba contrariado por la muerte de su padre, gracias a Hiasi conoció la verdadera causa de la muerte de su padre, una muerte noble. A partir de aquel momento comenzó a comprender y a ver las cosas de otra manera, conoció a Hinata y entendió lo frágil y dulce que era, demasiado para tratarse de un Ninja.
- No tardare entonces.- contesto el sabedor del carácter de su tío.- Solo he venido a despedirme.
Hinata clavaba su mirada suplicante y temerosa en el. Aquellas palabras le pillaron por sorpresa, lo menos que necesitaba en aquellos momentos era separarse de su Nii-san, la única persona que emprendía su dolor y que compartía su pena en los peores momentos. Suplicaba interiormente que aquello haya sido un malentendido pero los ojos de Neji muestran seriedad. Alicaída, baja la cabeza.
- No tardare mucho tiempo.- explico Neji ante la tristeza que había visto en los ojos de su prima, para ser sinceros a el también le duele el tener que separarse de su prima pero el era mucho menos expresivo.- Me han asignado una misión fuera de la villa oculta de la hoja.
Hinata simplemente no puede articular ninguna palabra. Sabia que las misiones fuera de la villa oculta de la hoja eran de rango A o B, las mas difíciles, largas y costosas. Lo que mantendrán a su Nii-san lejos de su persona durante un periodo de tiempo indefinido.
Pese a todo no es capaz de pedirle que se quede, es una misión y tiene que acatar las normas al igual que ella. Coje aire y levanta la mirada, tiene por seguro que Neji podrá leer lo que siente en esos precisos momentos con solo mirarla a los ojos pero con todo ello dice a media voz:
- Que… que tengas… suerte.-consigue decir acompañado de una leve sonrisa.
Efectivamente Neji comprende el dolor que le causa, esos ojos suyos son tan transparentes que no es muy difícil conseguir ver lo que le pasa por dentro. Se siente culpable de abandonarla pero no puede hacer nada, tanto el como Hinata saben que el camino de un Ninja es eso.
Ella no consigue mantener mas aquella molesta sonrisa por lo que ladea la cabeza pretendiendo que Neji no atisbe en ella ningún rastro de dolor. "Un Ninja nunca muestra sus sentimientos" se reprende ella misma.
- No tardare, estaré aquí antes de lo que puedas creer.-trata de animarla Neji con una sonrisa de oreja a oreja, luego se le borra, su prima no parece muy convencida por lo que opta por llamar su atención y le alza la cabeza para que le mire a los ojos, extraordinariamente serio dice-: No tardare.
Hinata alza una mano temblorosa hacia el muchacho pero justo en ese momento se ven interrumpidos por un repicoteo de llaves, Hiasa. La muchacha no puede reaccionar, tan solo sus ojos muestran el miedo que tiene ante lo que su padre podría hacerle con tan solo verla de aquella manera con Neji.
"Recuerda, no tardare" suena en lo mas profundo de su corazon la voz de Neji. Vuelve la mirada hacia el sin saber como reaccionar o que hacer pero el ya no esta a su lado, de echo no se encuentra en la habitación, ni tan solo en alguna parte de la casa. Estaría lejos de ella en aquellos momentos.
Continuará...
