Disclaimer: Super Smash Bros. no me pertenece.


Super Smash Bros. Brawl: Los Fantasmas de los Peleadores Pasados.

I

—¡Ahhh! —aquel grito fue agudo, horrible y desgarrador. Uno que seguramente lograron escuchar hasta los residentes de Smashville. El niño, culpable te tal exclamación, recibió un golpe en la cabeza, tan fuerte que voló un metro lejos del sillón donde segundos atrás, estuvo sentado, temblando de miedo.

—Enano, cállate —le espetó Ike al pobre Lucas. Seguramente, el mercenario de cabellos azules había sido quien lo golpeó con un cojín del sillón. Solo él era capaz de convertir algo tan suave en un arma mortal.

—Sí, Lucas —dijo Link, en un tono mucho más amable que el de Ike. El de verde era mucho más paciente que su amigo de azul y Lucas ya había perdido la cuenta de cuantas veces gritó—. No dejas ver la película tranquilamente.

—Ustedes podrían ser más amables con él —refutó Samus, lanzándole otro cojín al mercenario, uno que él simplemente detuvo con su mano sin siquiera apartar la vista del televisor.

—Le advertimos que era una película de terror. —Se defendió Link—. Una película que ni siquiera da miedo.

Lucas observó a sus compañeros. Solo los más pequeños parecían tener miedo, el resto estaba perfectamente normal; Ike tenía cara de aburrimiento al igual que Link, Snake parecía haberse quedado dormido y Capitan Falcon también. Pero Lucas había sido el único que gritó varias veces, ni siquiera Luigi pasó por eso.

—C-creo que mejor voy a dormir —anunció Lucas, tartamudeando un poco, todavía tembloroso. Algunos le respondieron y le desearon dulces sueños, otros ni lo miraron, así que Lucas solo se marchó por el largo corredor carente de buena iluminación.

El resto permaneció en la sala, viendo la película hasta un rato después, pasó lo inesperado: Un apagón. El televisor dejó de reproducir la película y las lamparitas encendidas no emitieron más luz, sumiendo todo en la penumbra.

Esta vez, todos los pequeños gritaron, incluyendo a Luigi.

—Silencio, todos tranquilos —dijo Zelda, calmando a los más pequeños.

A través de las cortinas se alcanzaba a ver como los relámpagos de una tormenta surcaban el cielo.

—Que alguien baje al sótano para ver qué está pasando —sugirió Peach, quien abrazaba a Toon Link como si fuera un oso de peluche.

—Que vaya Ike —dijo Samus, con una sonrisa maliciosa, seguramente aun estaba molesta por la manera en la que el mercenario había tratado a Lucas.

Ike rodó los ojos, pero sin decir palabra alguna se puso de pie para ir a ver cuál era el problema, hasta que Falco lo tomó por el hombro.

—Si este grandote va, terminara incendiando toda la casa —dijo en tono burlón—. No sabe nada de tecnología. Es un novato.

Link rió entre dientes.

—Entonces ve tú, pollo —respondió Ike, dejándose caer de nuevo en el sofá.

—Oye…yo…solo bromeaba, no eres un novato, bueno sí, pero no luces como uno —se apresuró a decir—. ¿Por qué no vamos los dos?

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?

—¡Claro que no!

Ike sonrió de lado y sus ojos azules parecían brillar a pesar de la falta de luz.

—¿Seguro?

—Suficiente —intervino Zelda—. Nadie tiene miedo, no hay razón para tener miedo. Ahora, que bajen dos al sótano mientras el resto busca velas, linternas y baterías.

—Yo voy al sótano. —se ofreció Pit, alegre y enérgico como siempre.

—Y yo te acompaño. —secundó Samus.

—Bien, los demás a buscar algo para iluminar.

—Pero Zelda, está muy oscuro como para andar deambulando por ahí —se quejó Link, recibiendo un golpe en la nuca por parte de Ike.

—Anda, que las nenas le tienen miedo a la oscuridad —dijo el mercenario.

Así, tanto el chico de verde como el de azul se marcharon a buscar en los armarios algo con que iluminar, y Pit, junto a Samus, bajaron al sótano, donde la oscuridad era aun más densa.

—O-oye Samus.

—¿Qué ocurre, Pit?

—¿No tienes miedo? —preguntó el ángel, sintiendo un escalofrió recorrerle la espalda. Nunca había sido alguien miedoso, se podía jactar de su valentía, era lo que lo definía y lo que hacía que Palutena confiara tanto en él. Pero en ese momento, en cuanto pusieron un pie dentro de ese oscuro y húmedo lugar, percibió algo que le apretó el pecho. Era la sensación de alguien observándolos.

—No —respondió la chica, con toda seguridad—. ¿Por qué? ¿Tú sí?

—No, qué tontería. —dijo Pit, con una risita nerviosa.

Ambos siguieron bajando, usando el Nintendo 3DS de Pit como única fuente de iluminación. Samus se acercó a la caja de fusibles, examinándolos con cuidado mientras el ángel iluminaba.

Sin embargo, tan nervioso como estaba en ese momento, el muchacho castaño se distrajo al escuchar un ruido justo a su lado derecho. El sótano era inmenso, podía haber ratas ahí, pero Pit supo que no se trataba de una simple rata. Justo detrás de unas cajas alcanzo a ver un resplandor amarillo.

—¿Pikachu? —llamó, esperanzado.

—Pit, necesito la luz —se quejó la rubia.

—No, es que…hay algo ahí, Samus.

La chica rodó los ojos y se acercó al ángel, entornando los ojos para poder ver lo que su compañero señalaba.

—¡Ay, mira! —Exclamó, haciendo respingar a Pit—. ¡Una lámpara! ¡Y tiene baterías!

—Pero…

Samus no lo escuchó y volvió a lo suyo, mientras Pit seguía iluminando aquel lugar, donde había visto el resplandor. Luego escuchó otro ruido y se acercó un poco más, hasta que alcanzó a ver una espada en el suelo. Lucía muy fina y bien cuidada, tanto como las de Ike, Link y Marth, pero Pit nunca había visto una así.

—¿Hola?

De pronto, la espada desapareció cuando un hombre se puso de pie. Estaba vestido de una manera muy parecía a la de Ike, o más bien a la de Marth, tenía el cabello rojo. Llevaba la espada, sujeta firmemente y muy despacio, se dio la media vuelta…

Samus soltó la linterna al escuchar el gritó de Pit. Sentía el corazón latiendo fuertemente contra su pecho.

—Pit —lo llamó, recogiendo la lámpara lo más pronto posible, sin bajar la guardia ni un segundo—. ¡Pit!

Comenzó a buscarlo, un poco desesperada, pero no estaba, era como si se hubiera desvanecido. Lo único que encontró fue su 3DS en el suelo, justo ahí donde había dicho que vio algo.


Bueno, agradezco que hayan llegado hasta aquí.

Las notas del autor siempre estarán al final del capítulo, con agradecimientos y demás.

Ahora, quizá algunos de ustedes ya me conozcan por mis historias "Verdadero Día de Gracias" y "Un Cumpleaños para alguien que lo Odia", ambas historias están clasificadas en el género de humor. Como pueden ver, esta es diferente, así que las personalidades de algunos, la de Ike para ser más específicos, están cambiadas. En los fics de humor tengo a un Ike mucho mas alivianado, el de aquí es…algo amargado y de mal carácter. Para aquellos que no han jugado Fire Emblem: Path of Radiance y Fire Emblem: Radiant Dawn (protagonizados por Ike) quiero decirles que ni el Ike alivianado ni el Ike amargado es el verdadero carácter de dicho personaje. También aclaro que él es un mercenario en los juegos donde aparece, por eso me refiero a él de dicho modo, la verdad no recuerdo si eso lo mencionan en alguna parte del juego de Smash Bros. Ahora, los que han juagado los juegos donde Ike es el protagonista saben que también ahí es…muy fuerte.

En fin, Ike es mi personaje favorito y por eso tuve la necesidad de aclarar todo eso.

A los que esperan "Un Cumpleaños para alguien que lo Odia" (si es que aun hay gente que puede ser tan paciente) les agradezco mucho su apoyo, aun está en mis planes terminarlo, el problema es mi falta de inspiración.

Sin nada más que decir, muchas gracias por leer todo el capitulo y mi choro final. Les agradecería inmensamente un review ya que ahora decido que historias sigo y cuáles no dependiendo de ellos.

Hasta la próxima.