Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

La historia: está inspirado en un doujinshi The Coin Story (así lo nombraron en ingles) e ideas locas de mi cabeza

Advertencia: es un Universo Alternativo (AU) moderno por lo que algunos personajes tienen un ligero o un marcado "fuera de personaje"(OoC) pero todo esto será aclarado según avance la historia.

Algunos cometarios al final del capítulo

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Capítulo 1 Desde hace ocho años

La mañana empezaba en la ciudad de Konoha, ciudad ancestral con enormes rascacielos y parques extensos, La tecnología se podía ver en todas las esquinas. televisores de pantallas planas y aparatos portátiles eran comunes a lo largo y ancho de la ciudad

En una modesta casa en los suburbios se podía escuchar la incansable alarma que avisaba a su dueño que ya era hora de levantarse

SI NO TE LEVANTAS YA, TE VOY A DEJAR COMO SIEMPRE — se escuchó la voz de una mujer algo enojada

— cinco minutos más — murmuro una somnolienta voz acomodándose mejor en sus acogedoras cobijas

ME QUEDE DORMIDA — cuarenta y cinco minutos después se escuchó el grito aterrado de la misma voz

De un brinco salió una joven adolecente de quince años con el cabello rubio tan largo que le tapaba los glúteos; y tan enredado por dormir sin amarrarlo que a cualquier otra adolecente le aterraría verlo; con un cuerpo de reloj de arena bien agraciado y dotado en sus caderas y pecho junto a unos ojos azul cielo y unas marcas de nacimiento en las mejillas parecidas a unos bigotes conformaban sus rasgos. Era muy notorio lo que sería el segundo de sus mayores traumas, siendo su estatura inferior al promedio

En cinco minutos se bañó y logro desenredar su cabello; años de experiencia con la misma rutina la ayudaron con tal odisea; al vestiste se puso unas vendas en sus prominentes pechos haciéndolos lucir más pequeños de lo que en realidad eran, denotando cual era el trauma que encabezaba la lista

— siguen creciendo — dijo con un poco de preocupación y miedo, maldiciendo a la genética de su queridísima abuela

El recuerdo de cómo se burlaron de ella y la marginaron cuando su cuerpo se empezó a desarrollar antes que todas sus compañeras, la hizo respirar agitada

Sacudió con fuerza su cabeza en un intento de disipar su trauma, tomando dos ligas azules desgastadas para amarrar su cabello en dos coletas

Salió de su cuarto con su uniforme de la escuela que era una falda gris claro y blusa blanca con una corbata naranja muy llamativa; en realidad debería ser roja pero ella se enfrascaba en siempre llevar ese color en su vestimenta aunque fuera en un accesorio; no era obligatorio llevar la chaqueta de su uniforme del mismo gris de su falda pero ella nunca olvidaba ponérsela aunque fuera dos tallas más grande de la que debería ser, al igual que nunca salía sin maquillarse sus marcas de nacimiento para que no se notaran

Suspiro al no escuchar ruido alguno en su casa

— otra vez la abuela me dejo — se quejó en un susurro al ver su desayuno servido cubierto con una tapa de plástico para que no perdiera sabor

Desayuno sin ganas y después de cerrar su vivienda se dirigió a la escuela. su abuela entraba a trabajar una hora antes que ella a sus clases por lo que siempre pedía acompañarla para no sentir la soledad que la seguía a lo largo del día, pero nunca se lograba levantar a tiempo

—tengo suficiente tiempo para llegar — se dijo a si misma al ver la hora

con paso calmado se encamino al más prestigioso colegio de la ciudad de Konoha

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Naruko, llegas tarde — se escuchó la voz firme del maestro en turno

— lo siento Iruka-sensei — se disculpó la chica apenada

Al final resoplo un poco enojada al ver la cara de decepción de su maestro

—"si no fuera por esas, hubiera llegado a tiempo"— pensó mientras caminaba cohibida por las miradas de burla de sus compañeras y tres tristes que eran de sus amigas — "espero que la mancha salga, no puedo comprar otro uniforme hasta fin de mes" — suspiro viendo la chaqueta doblada en su maletín con una enorme mancha de soda negra en la espalda

El profesor no paso por alto la chaqueta manchada en las manos de su alumna. Dando un suspiro cansado siguió con las clases

Horas después, al escuchar los tres tonos de la campanilla de la escuela que indicaban el fin de las clases, fue el momento para que dos chicas se acercaron a una distraída Naruko arreglando sus cosas para irse a casa

OYE NARU, QUE PASO EN LA MAÑANA — una pelirrosa fue la que la sacó de sus pensamientos con un grito molesto

— nada Sakura-chan — contesto un poco cohibida la rubia de coletas

Sakura Haruno era una adolecente de piel clara y cuerpo delgado con ojos verde jade junto a un inusual tono rosa natural de cabello que le llegaba a los hombros con una diadema que le permitía a sus cabellos no taparle el rostro

FUERON ESAS TIPAS VERDAD — grito y azoto un puño en la mesa que estaba junto a ella

— no sé de qué hablas — Naruko desvió la mirada y no quiso encarar a su amiga

— frentona, ya déjala, suficiente tiene con Kim y su sequito para que también la atormentes tu — regaño una rubia platinada

— es por eso mismo cerda, quiero que se defienda, ya es suficiente. desde que tenemos ocho años no la deja en paz — contesto exasperada Sakura

Naruko solo se movió incomoda en su lugar, no le gustaba imponerse a las personas, no después que la última vez que lo hizo todo resultara mal

— Sa… Sakura — una tercera voz muy tímida hizo que el duelo de mirada se interrumpiera — estoy… estoy de acuerdo contigo, pero hasta que ella nos diga que paso esa vez no podremos entender sus razones — con unos ojos suplicantes color lila muy suaves vio a su querida amiga rubia, pedía que les contara que paso hace seis meses que la hizo cerrarse más de lo que ya era

— buenas tardes Haruno-san, Yamanaka-san y Hyūga-san — el profesor se acercó a donde el grupo de amigas hablaba interrumpiendo la platica

Ino Yamanaka una joven delgada bien proporcionada con cabello rubio platinado hasta el término de sus glúteos amarrado en una coleta alta y ojos azules

Hinata Hyūga una joven muy voluptuosa, que al igual que Naruko se ocultaba bajo capas de ropa de mayor talla para no llamar la atención. Con un cabello lacio, negro azulado, largo a la mitad de la espalda

Naruko se sonrojo al sentir tan de cerca a su profesor

Él era alto con el cabello castaño amarrado en una extraña cola de caballo que hacía que se parara las puntas, vestido con un traje negro. Lo más llamativo era una vieja cicatriz que cruzaba por su nariz de pómulo a pómulo

El corazón de la rubia de coletas latía muy rápido, se conocían desde hacía mucho tiempo y la distancia de diez años no era un impedimento para que su corazón se sintiera atraído a el

Iruka solo hizo una mueca triste al recordar como conoció a la niña que lo veía con mucha admiración

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Siete años antes

— buenas noches Sarutobi-sensei — dijo una afligida mujer de alrededor de cuarenta y cinco años muy bien conservada para la edad sin ninguna arruga aparente en su rostro con una cabellera larga rubia amarrada con dos coletas en su espalda a la mitad del largo de su cabello — gracias por venir tan rápido —

— era lo menos que podía hacer por una de mis estudiantes más queridas — dijo un hombre de unos setenta años un poco calvo con los lados de su cabeza adornados con una despeinada mata de cabello blanco

La mujer estaba con la mirada un poco perdida, tanto así que no se dio cuenta del joven de dieciocho años que acompañaba a su viejo maestro y mentor

El joven castaño con una cicatriz en la nariz y un peinado que desafiaba a la gravedad se quedó viendo al recinto con cierta desgana

Él no quería estar en ese lugar, le traía recuerdos dolorosos, pero lo hizo porque fue un pedido muy especial de su maestro y del único hombre que se hizo cargo de él desde que sus familiares murieron cuando un camión se quedó sin frenos y se estrelló con el auto familiar donde iba junto a sus padres y su pequeña hermana, siendo el a los diez años de edad el único que sobrevivió

Su mirada se quedó fija en una niña rubia con el cabello a los hombros con un brazo enyesado y algunos moretones en su rostro. Lo que más le llamo la atención fue la mirada sin vida que tenía viendo a lo que descansaba al centro del recinto

¿Quién demonios es ese tipo? —mascullo enojada la rubia mayor al ver como un hombre joven se acercaba a platicar con su pequeña nieta

— no te preocupes Tsunade — la voz de su maestro más un confortante toque con sus manos la detuvo de mandar al hospital al que hozo hacerse a lo único que le quedaba de su hijo — es conocido mío y lo traje porque sé que será de ayuda —

Dio una sonrisa que desconcertó a su ex alumna

— ¿Cómo sigue? — pregunto preocupado viendo como su pupilo se sentaba sin decir nada junto a la niña que ni cuenta se dio que alguien estaba junto a ella

— no está bien, se sigue culpando por el accidente — dijo con tristeza Tsunade

— los niños suelen reaccionar así ante cosas que no comprenden, sobre todo si fue su deseo ir a ese lugar — dijo un poco meditativo el maestro Sarutobi — ¿y tu como te encuentras? —

— bien… supongo — dijo con la mirada baja — no puedo creer no volver a verlos — una lagrima salió de sus ojos

— ¿y donde esta Jiraiya?, pensé que estaría aquí— pregunto buscándolo con la mirada

— llega mañana, el accidente nos tomó tan improviso que él estaba de viaje por el país de hierro promocionando su nuevo libro — Tsunade resoplo un poco enojada de que no se apurada en regresar — mi esposo llega mañana a primera hora, justo para presenciar el funeral —

Unas lágrimas salieron de sus ojos color miel

— gracias a la ayuda de Orochimaru logre poner todo en regla… no tiene mucho que se fue, vino con la menor de sus hijas pensando que ayudaría a Naruko — recordó un poco como fue su peor día en la vida — pero ni eso funciono para que mi niña pudiera hablar de nuevo — un silencio invadió a ambos adultos sumergiéndolos en sus propios pensamientos

La plática murió al prestarle atención a las dos personas que se acaban de conocer

El silencio reinaba para el castaño y la rubia que se quedaron sentados viendo fijamente a las dos cajas de madera colocados al centro de la habitación

— ¿cómo te llamas? — pregunto el castaño

La niña no hizo señal alguna de haberlo escuchado

— yo me llamo Iruka Umino — se presentó sin molestarse en que eso parecía más un monologo

De nuevo la niña solo se quedó viendo al infinito

— se cómo te sientes… mis padres y mi hermanita también murieron cuando yo tenía casi tu edad — continuo sin despegar su vista del centro de la habitación

La niña solo se removió incomoda con esas palabras

— pero dejar de hablar con las personas no los traerá de vuelta y lo más seguro es que se entristezcan mientras te vigilan que nada malo te pase — continuo Iruka

— fue mi culpa — salió de la garganta rasposa de la niña — por mi culpa papa se quedó dormido y se salió del camino —

— eso no es verdad, tu padre no creo que te culpara de sus errores — siguió como si nada Iruka

— él me dijo que estaba muy cansado, que había trabajado mucho esa semana, pero no le hice caso, yo quería que me llevara al parque de diversiones como me lo prometió para mi cumpleaños — las lágrimas salieron de los azules ojos de la niña — yo le grite y me enoje con él, al final accedió junto a mami en ir ese día —

Iruka la acerco con cuidado rodeándola con un solo brazo

— sé que es difícil de entender, pero estoy seguro que querían llevarte donde te prometieron, al igual estoy seguro que se alegran que tú estás con tus abuelos, sana y a salvo — continuo Iruka

Todo el tiempo dentro de su chaqueta con su mano libre estuvo sosteniendo con cierta fuerza una pequeña bolsa de plástico

— si me prometes que dejaras de culparte y seguirás con la vida que tus padres querían para ti, te voy a regalar algo muy especial para mí — esas palabras llamaron la atención de la niña curiosa y más a él mismo por pensar en desprenderse de ese objeto que lo había acompañado durante todos esos años

Con un tímido asentimiento de cabeza la niña dio a entender que lo haría

— mira — Iruka saco de su bolsillo un paquetito con dos ligas para el cabello color azul cielo — estas ligas son muy especiales para mi… llevo cargándolas todos los días desde hace ocho años — el paquete de celofán estaba muy maltratado paro su contenido estaba en perfectas condiciones — esto sería el regalo de cumpleaños de mi hermanita, pero creo que tú le darás un buen uso — abrió el paquete y peino con cuidado el rubio cabello de la niña

Por alguna razón la niña se sintió feliz y la vez muy triste, tanto que no pudo evitar llorar todo lo que no había llorado desde el accidente

—Naruko Namikaze — susurro con la cara roja la niña, después de llorar unos minutos en el pecho de Iruka

—¿he? —dijo desconcertado el castaño

— mi nombre es Naruko Namikaze — dijo más fuerte y más avergonzada

— mucho gusto — contesto Iruka con una gran sonrisa

Tiempo actual

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desde ese día su relación fue cercana ya que él era el único que la lograba sacar de la depresión que la envergaba en ocasiones, hasta que el destino los convirtió en maestro y alumna

Sakura se quedó resoplando, sabía la historia alrededor de su maestro y amiga así que tenía la esperanza que el lograra que entrara en razón en esta ocasión

NARU — grito Sakura cuando vio que se retiraban — toma — saco algo del bolsillo de su chaqueta y lo lanzo a las manos de la rubia de coletas

— ¿Qué es? —pregunto Naru viendo una delgada cadena de plata para llevarse en el cuello que sujetaba una moneda extranjera de plata que en una de sus caras se podía apreciar tallado con una navaja la palabra "Naru"

— póntelo y mañana te explico — contesto Sakura con una sonrisa que Naruko no supo descifrar

— ¿estas segura de eso?, sabes muy bien que ella no cree en nada de esas cosas — pregunto Ino cuando se fueron maestro y alumna

— sea verdad o mentira, yo creo que es lo que más necesita en el mundo, ya sabes que después de que se casó Iruka-sensei no ha sonreído sinceramente— comento pensativa Sakura

— tampoco ayudo lo que sea que le hizo el idiota de mi primo ese día — para sombro de sus dos amigas la tímida pelinegra lo dijo con cierto resentimiento y sin tartamudear

Una gota de sudor resbalo por la nuca de la pelirrosa y la rubia al recordar que su amiga era un tanto bipolar cuando se enojaba sacando un lado más agresivo que no dudaba en defender a sus personas queridas

— tienes razón, tu primo es un idiota — contestaron las dos al mismo tiempo

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la silenciosa oscuridad en el hogar de Naruko fue interrumpida al llegar la rubia con cara cansada. La tarde la paso junto a su maestro quien intento por centésima vez convencerla de hablar con su abuela. La rubia solo agradecía que su amigo fuera fiel a la promesa de tantos años antes y no hubiera delatado a la que tanto la había hecho sufrir, aunque tampoco le molesto que cuando se convirtió en su maestro logro mandar a otro grupo a una de las personas que tanto la molestaban protegiéndola tanto como le era posible desde su posición de maestro

No era agradable para nada ser acosada por Shion y Tayuyá mientras era observada por la que alguna vez considero amiga Kim, no quería que su abuela se peleara con uno de los únicos amigos que tenía cuando le dijera que su hija era una de las que más la molestaban y no la dejaban olvidar sus errores

Suspiro y sacudió la cabeza para olvidar todo lo que la hacía sufrir

se tocó su pecho al sentarse en la sala de su casa, su corazón todavía no normalizaba su errático andar. no importaba que estuviera casado su maestro, su corazón lo seguía viendo como la persona más especial del universo

— es buena persona… pero… — pensó en voz alta al recordar a la esposa de Iruka

se sentía traicionada en cierto sentido porque fue gracias a ella que Iruka y su esposa se conocieron. Era una muy buena amiga que consideraba como una hermana, pero no podía dejar de sentir enojo cada vez que los veía juntos

sus cavilaciones fueron interrumpidas por el sonido del teléfono de la casa

— residencia Namikaze, diga — contesto con la alegría que no sentía realmente

— hola, tiempo sin escucharte — converso con la persona al otro lado de la línea — ¿dos meses?, ¿no era más tiempo?… no, la abuela Tsunade no está, sabes que desde que es la directora no pasa mucho tiempo en casa… el pervertido, no sé, creo que está perdido en algún desierto del país del viento… está bien, yo les digo… te esperamos para esa fecha — colgó y una mueca entre felicidad y tristeza se apropió de su rostro

fatigada se dirigió a su habitación, estaba muy cansada y no quería saber nada más ese día

— cinco días… la quiero mucho, pero es más entrometida que Ino y Sakura juntas — pensó mientras arrastraba sus pies y maletín a su cuarto

La vivienda era algo grande para una familia mediana y siendo Naruko la única en ella la mayor parte del tiempo era enorme

— una semana para ese día — susurro con cierta tristeza y rencor —Si estuviera en mis manos desaparecería esa fecha del calendario —

Con un resoplido se dejó caer en la cama. Los pequeños saltos que dio su cuerpo al impactar en el colchón fueron sufrientes para que el metal de la moneda sujeta a su cuello rebotara en su pecho

Con curiosidad vio el regalo de su amiga, en ocasiones no entendía las locuras que hacían esas dos. Tal vez en otro tiempo y lugar seria mas intrépida pero no la persona que examinaba la moneda, no con todo el dolor que ha ocasionado

—Naru— susurro al leer de nuevo el grabado

No lo entendía, por ese nombre solo la llamaban sus más allegadas personas. Al cabo de unos minutos solo resoplo enojada y cansada

— solo debe ser otro de sus estúpidos amuletos para atraer a chicos — dijo con cierto enojo recordando que a ella no le ha ido muy bien en ese campo

— no las entiendo, cambian de novios como si fuera ropa interior — se burló un poco, no decía que fueran promiscuas, pero no le agradaba que parecía más una competencia que realmente buscar a su otra mitad

— y todo por "enamorarse"— con los dedos hizo el además en la última palabra ya que ella dudaba que realmente se hubieran enamorado a la edad de doce años de alguien que solo habían visto una vez por los pasillos de la escuela — esa estúpida competencia empezó por ser rechazadas por ese tal Sasuke-kun — el nombre del chico lo hizo con una pésima imitación de la voz embelesada que daban sus amigas o compañeras cada vez que mencionaban el nombre del chico más popular del instituto

Naruko no conocía a esa persona y no le interesaba conocerlo, solo sabía que Sakura e Ino después del rechazo empezaron una estúpida competencia de ver cuantos chicos se podían enamorar de ellas para demostrarse que no eran un mal partido

Sin darse cuenta se quedó profundamente dormida pensando en amuletos de amor y chicos populares

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el despertador sonó a la misma hora que todos los días. Tan pronto el primer pitido se oyó una mano lo detuvo

un joven adolecente de diecisiete años se levantó. Tomo sus cosas y se dio un baño, con su pulcra apariencia de siempre salió de su dormitorio para desayunar junto a su madre

bajo por las escaleras con su uniforme de la escuela que consistía de un pantalón negro y un saco gris claro sobre una camisa blanca con una corbata roja

su ceño se endureció un poco al pasar frete a una foto que mostraba a una mujer de larga cabellera castaña abrazando a una niña

— buenos días hijo — saludo una joven mujer de cabellera negra y ojos de igual color con una sonrisa en el rostro

Su hijo que por lo regular mostraba una mirada seria y apática no pudo dejar de relajar su ceño y regalarle una cálida sonrisa. Sonrisa que solo esa mujer era capaz de obtener y ella lo sabia

Su madre le dio un desayuno ligero antes de tener que salir ella a su propio trabajo como abogada. Su hijo solo tardo unos minutos en terminar el desayuno que su madre siempre intentaba darle todas las mañanas y salió también rumbo al instituto de Konoha

Leyendo unos de los muchos libros que siempre cargaba se preparaba para las clases de la escuela ya que su sueño era convertirse en un exitoso médico para que ninguna otra familia sufriera lo mismo que sufrió la suya

El camino se lo sabía de memoria, así que sin despegar su vista del libro se encamino a una desviación que poca gente ocupaba, bajo una rampa y siguió su camino por un desnivel que era parte del drenaje de la ciudad construido para ser un rio artificial en tiempos de lluvia

El lugar era poco transitado por la gente. ideal para él que estaba harto de todas las fanáticas que por alguna razón siempre intentaban coquetear y convencerlo de ser su novio

— tonterías — pensó en voz baja al recordar como tenía que lidiar con una docena de chicas que le declaraban su supuesto amor todos los días

Tan metido estaba en sus estudios que no escucho un grito de advertencia hasta que fue muy tarde

QUÍTATE… IDIOTA — fue lo último que escucho antes de que lo golpeara un borrón amarillo y suave

El impacto los hizo rodar por la pequeña elevación de mantenimiento del rio y caer en las cristalinas aguas acumuladas por la lluvia de la noche anterior

El adolecente se levantó de inmediato furioso con lo que sea que lo hubiera arrojado al rio; que por fortuna solo tenía unos diez centímetros de profundidad; quedando petrificado al ver la figura que todavía estaba sentada en el piso

Su vista recorrió a la adolecente con cara de niña que estaba sentada todavía sobre el agua sobándose la cabeza, su largo cabello rubio y suelto flotaba como una manta en el agua, su prominente busto era mostrado con claridad gracias a lo mojada de su blusa. Por inercia bajo un poco más su mirada sonrojándose casi al instante al ver que la rubia no se había dado cuenta que por la caída y posición de sus piernas daba una clara imagen de su ropa intima

Saliendo de su estupor el enojo se había esfumado por lo que su lado caballeroso; lado que su madre se había esforzado mucho en pulir; salió a flote para tenderle una mano y ayudar a la desconocida

— ¿estás bien? — pregunto al extenderle una mano

La rubia levanto la vista dejando ver mejor las facciones de su rostro, junto a sus enormes ojos azules y unas marcas como tres bigotes a cada lado de sus mejillas que la hacían ver tierna a ojos del adolecente

Naruko al levantar la mirada sintió como su pulso se elevó y sus mejillas se sonrojaron al ver como una figura de un hombre estaba frente a ella con el cabello negro mojado pegado a su rostro y la ropa en igual condiciones que dejaban ver a pesar de ser delgado podía considerarse que tenía un cuerpo ejercitado. Su rostro y facciones en general eran ocultas por la sombra que daba el sol a sus espaldas

Divago unos segundos con el pelinegro frente a ella hasta que sintió una ráfaga de aire donde no debería sentirla

PERVERTIDO — fue lo que grito al darse cuenta de la posición de sus piernas, y en un rápido movimiento se arrodillo juntando lo más posible sus piernas jalando su falda para que tapara sus muslos

¿disculpa? — dijo un poco enojado el pelinegro

que eres un pervertido, como te atreves a ver debajo de mi falda — recrimino Naruko

— espera. eres idiota o solo lo aparentas serlo, tú fuiste la que me golpeo a mí y después me mostro lo que tiene debajo de la falda— se defendió enojado con una vena notoria en la frente, acercándose a la arrodillada rubia mostrando unos ojos negros como la noche que hicieron sonrojar un poco más a Naruko — definitivamente eres una Dobe(estúpido/a) —lo último lo dijo entre dientes casi inaudible al percatarse que esa imagen no se le iría de la mente fácilmente

eso también fue tu culpa, te grite muchas veces que te quitaras cuando estaba cayendo — se levantó y cruzo los brazos debajo de su pecho que por el efecto de compresión obtuvieron más volumen

El ojinegro solo se quedó callado al ver el espectáculo que sin querer le estaba dando la rubia

Naruko se quedó viendo como el pelinegro frente suyo se perdía en el infinito. Al seguir la vista se dio cuenta de su error de no llevar ni sus vendas o un sujetador

El sonrojo llego a niveles que solo se habían visto en su tímida amiga

PE… PERVERTIDO, QUE TANTO MIRAS — con una mano se tapó la transparencia de su blusa y la otra dio una cachetada

— creo que eso si me lo merecía — dijo divertido con la situación mientras se sobaba su amoratada mejilla

tu… tu… —Naruko se sentía avergonzada que ni siquiera su temperamento explosivo; un poco oxidado por no ocuparlo desde hacía algunos años; podía superar a la vergüenza — ERES UN MALDITO TEME (CABRON) DATTEBAYO

HOY NO ESCAPARAS — se escuchó el grito de una castaña de cabello largo con una pañoleta blanca en la cabeza y un mandil blanco

Naruko no pudo relacionar el grito con la razón por la cual estaba huyendo así que cuando su mente logro trabajar adecuadamente ya la castaña la tenía entre sus garras

— hoy no te iras sin pagar — dijo la castaña con suficiencia por haberla atrapado ese día — GRACIAS AMIGO. CUANDO PASES POR ICHIRAKU YO TE INVITO UN PLATO — grito mientras se alejaba

ESPERA — grito la rubia a lo lejos — COMO QUE A ESE TEME PERVERTIDO SI LE PUEDES REGALAR COMIDA Y A MÍ NO — se quejó mientras era arrastrada por el cuello de su blusa

— porque solo le regalare un plato, y tu hoy te comiste diez y no pagaste — la discusión se fue alejando mientras el pelinegro procesaba lo que había ocurrido

Agitando su cabeza para salir del estupor se dispuso a recoger sus cosas que flotaban en el tranquilo rio. Sus maldiciones en contra de la adolecente dejaron de escucharse cuando un brillo en el agua le llamo la atención

— Naru — dijo en voz alta al leer la inscripción del collar que seguramente se le cayó a la rubia

Con una sonrisa discreta guardo sus cosas y siguió a la escuela. Ese pequeño incidente no arruinaría su récor perfecto de asistencia

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el sonido de los tres timbres que indicaban el final de las actividades del día por fin se escuchó por los corredores del instituto de Konoha, los suspiros de alivio no se hicieron esperar

en un salón; en el ala perteneciente a la preparatoria; que se vaciaba lentamente se encontraba un pelinegro viendo detenidamente a la moneda girar sostenida de la cadena plateada. Tan metido en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta de la mirada de ensoñación y curiosidad que daban muchas de las mujeres de su grupo y otras tantas que entraban buscándolo

para todas fue una sorpresa ver al siempre pulcro y arreglado pelinegro llegar a sus clases sin el saco del uniforme, con su cabello despeinado dándole un aire rebelde junto a la camisa desabrochada mostrando una playera negra debajo. Todas sin excepción no pudieron contener el suspiro de ensoñación

ignorando las miradas indiscretas el pelinegro solo veía el collar

—"¿Quién eres?"— se preguntaba

No lo admitiría, pero esa chica se metió muy profundo en sus pensamientos, tanto que no pudo prestar atención en todo el día y para hacer más extraño los movimientos del adolecentes que nunca salía de su rutina diaria, camino por todos los pasillos de la escuela con la intención de encontrarla ya que pudo notar que ella también estaba estudiando en la academia

Se interesó en ella al ver que lo trato como cualquier otra persona, no hizo nunca intento de coqueteo; por lo menos no intencionado ya que su definición de romanticismo no entraba que lo tiraran a un rio; y el color azul de sus ojos lo recordaba cada vez que volteaba a la ventana

Su expresión se endureció al recordar que no la encontró por ningún lado

—"¿estará en otro curso?"— se preguntó al pensar que talvez estaría en secundaria todavía al no verla en el área de la preparatoria —"estaba muy desarrollada, pero tenía un aire infantil"— se sonrojo un poco al recordar lo que ocurrió en el rio por la mañana y como llego a la conclusión de que era algo infantil la rubia

Con la mirada fría guardo el collar en una de las bolsas de su pantalón y se dispuso a irse

hey Sasuke —se escuchó una voz un tanto agresiva — por fin al frio y sin sentimientos Uchiha lo lograron domar — un castaño con extrañas marcas triangulares en las mejillas se acercó con una mueca de burla

— no tengo tiempo para estas tonterías Kiba— recrimino al darse cuenta lo que pasaba, nunca dejaría que ese tipo se diera cuenta de la verdad

También estaba enojado de considerar en rebajarse a preguntar por la rubia que no salía de sus pensamientos, el no haría algo así nunca

Se levantó dejando al castaño con las palabras en la boca. Seguido por una docena de adolecentes hormonales salió con paso apresurado de la escuela. todavía tenía muchas cosas que realizar antes de que el día acabara

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el rechinido de la puerta de madera rompió el silencio formado por la noche en la vivienda

con paso cansado una rubia entro por el portal arrastrando los pies del cansancio. De por si su día era cansado y más si la hacían trabajar para pagar su comida

resoplando cansada se encamino al segundo piso, solo quería tomar un baño y dormir una semana

— como haz crecido mi pequeña Naru — una voz la tomo de improviso por la espalda y un par de manos invadieron su espacio personal para masajear con cierta brusquedad sus pechos

KYYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAAA — se escuchó en la calle solitaria frente a la vivienda seguido del sonido característico de una cachetada

ERES UNA IDIOTA DA…— grito con ira la rubia cortando la última palabra antes de terminarla — ¿Qué haces aquí?, te esperaba hasta dentro de unos días

— hola — saludo la silueta oculta en la penumbra sobándose su hinchada mejilla

nada de hola, Karin — se quejó Naruko inflando sus cachetes por el enojo — YA TE DIJE QUE NO ME MANOSEES O ME ESPANTES, MUCHO MENOS LAS DOS COSAS JUNTAS — grito exasperada viendo con dureza a la llamada Karin Uzumaki quien era su prima

— jejejejeje — se rio Karin

La mencionada encendió las luces para mostrar a una adolecente casi mujer de dieciocho años pelirroja de cabello corto a los hombros un poco despeinado por ser algo rizado, con una mirada rojiza detrás de unos lentes graduados. Su discreta figura era engrandecida por la ropa entallada que llevaba siendo unos pantalones negros pegados hasta los tobillos que dejaban ver sus torneadas y largas piernas junto a una blusa delgada manga larga de color morada con un escote que dejaba ver el nacimiento de sus pequeños pechos

— logre conseguir una transferencia a la universidad de tu academia y quería darte la sorpresa — dijo alegre la pelirroja

— y ese es motivo para asustarme — dijo indignada la rubia mientras se cubría el pecho por la mirada rara que le daba Karin

— sí, aunque ahora la duda es porque estas al natural, y no me digas que no, porque lo sentí muy bien — las últimas palabras Karin las arrastro con un tono muy sugerente, el cual hizo que un escalofrió recorriera toda la espalda de Naruko

— ha… etto… — no supo que contestar solo dando un suspiro resignado al final. Ese había sido uno de sus peores días en mucho tiempo

— mi día fue un desastre. Empezando… — con calma empezó a contar su día

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en la mañana de ese mismo día

la alarma de su despertado llevaba veinte minutos sonando como todos los días cuando una delgada mano salió por debajo de sus cobijas

—¿he?—se cuestionó al no sentir el aparto donde siempre lo dejaba

Con duda y cansada del incesante sonido saco la cabeza de las cobijas y vio que su despertador mágicamente se encontraba al otro lado de su habitación muy lejos de donde recordaba haberlo dejado y mucho más lejos para intentarlo apagar sin levantarse

Somnolienta pero muy enojada se levantó para apagar el infernal aparato, al dar el segundo paso solo pudo volver a saltar de regreso a su cama

— au… au… au… — se quejó mientras se sobaba su adolorido pie, algo la había pinchado quitándole todo rastro de sueño en el acto

Maldiciendo a su desordenada forma de ser, y por pisar un prendedor para el cabello, apago el aparto y aprovechando el momento de lucidez entro a bañarse

se tomó su tiempo para acicalarse saliendo al final envuelta en una toalla

—¿Qué demonios? —se quejó al ver que no tenía ropa interior en sus cajones y en un rápido movimiento de ojos al calendario vio que era día de lavado así que no tenía mucha ropa disponible hasta que su abuela se la entregara el día siguiente

— maldita sea — gruño al darse cuenta que solo tenía unas bragas que no le gustaban. A pesar de ser de su talla eran en extremo infantiles

— esto me pasa por no sacar mi ropa el anterior día de lavado — se quejó al recordar que no lavaba su ropa desde hacía un tiempo y era lógico que ya no tuviera limpia. con un sonrojo se puso su ropa íntima con un estampado muy caricaturesco y un corte conservador e infantil que no reflejaba en nada lo adulta que ya se sentía

Se quedó parada unos segundos viéndose en un espejo de cuerpo entero donde se percató de algo importante

— ¿no me digas? — se quedó pasmada la recordar que despertó con su piyama puesta

Corriendo se dirigió a revisar otro de sus cajones, específicamente donde escondía sus vendas para encontrarlo vacío solo con un sujetador en su lugar

— como pude ser tan descuidada — se golpeó la frente al recordar que la noche anterior no se quitó la ropa del colegio y viendo que en algún momento su abuela entro para sacar la ropa sucia. ella debió ser la que la cambio de ropa apoderándose de sus vendas

Naruko ya te he dicho una infinidad de veces que no es sano que comprimas tanto tus pechos y la próxima vez que te vea asiéndolo te quitare esas estúpidas vendas — arremedo frustrada las palabras de su querida abuela

Después de diez minutos peleando con la infernal prenda se dio por vencida al ver que su abuela la había subestimado demasiado en cuanto las medidas de su pecho, decidió solo llevar una camiseta blanca algo ajustada debajo de su blusa

—mi blusa es dos tallas más grande y es gruesa, nadie se dará cuenta — pensó para convencerse frente al espejo que esa era una buena idea; a pesar que las aparentes dos tallas extras apenas daban un poco de holgura en el área del pecho para no considerarse ajustada

Después de la sesión de auto-convencimiento, como todas las mañanas desde que tenía ocho años, tomo las ligas color azul y se dispuso a hacerse su típico peinado hasta que el desastre sucedió. Las ligas se rompieron por el uso de tantos años

— bueno… era de esperarse — dijo un tanto triste con unas lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos porque por fin sucedió lo previsto después del uso rudo que habían sufrido esos elásticos

Contando hasta cien por lo mal que había iniciado el día bajo a desayunar encontrándose que solo había vegetales en su plato

Con una mueca de desprecio los guardo en el refrigerador

Viendo el reloj salió de su casa sintiendo un poco de frio al no llevar su chaqueta por estar manchada todavía

o-o-o

— y este es el décimo — conto los platos que llevaba al bajar el ultimo recipiente vacío en ese pequeño local de comida

es bastante para alguien tan enana — la voz de una mujer se escuchó desde atrás de una pared que dividía la cocina con el área de los clientes

— no le hagas caso, sigue molesta por ganarle en la última competencia — dijo un hombre adulto que se encargaba de servir la comida

COMO NO GANAR, TEUCHI-SAN SU RAMEN ES EL MEJOR, NADA SE LE COMPARA — grito Naruko con estrellitas en los ojos

— ha, vas a hacer que se sonroje este viejo rostro — dijo entre carcajadas Teuchi — bien entonces serian… — en el segundo que aparto la vista para hacer las cuentas la rubia sin sus características coletas ya había desaparecido

— jajajajajaja — se rio — esa niña es todo un caso — pudo articular entre la risa — AYAME, LO VOLVIÓ A HACER — grito para avisar a la persona del otro lado de la cocina y sin darle importancia siguió con lo suyo

ESA PEQUEÑA ALIMAÑA — grito la mujer

Teuchi solo rio más al ver como un borrón castaño paso junto a él para perseguir a Naruko

— ellas no cambian, verdad — escucho una voz de un hombre entrando al local

— no, y espero que nunca lo hagan, solo que es una lástima que se fueran antes de que llegaras — le contesto el más viejo de los dos

— de cualquier modo, ya voy tarde, me despide de su hija — con esas palabras un castaño salía del lugar

o-o-o

una risa se escuchaba pasar deprisa por las calles de los suburbios, la rubia en cierto modo se veía feliz de que una castaña con un cucharon en mano la estuviera persiguiendo

ERES MUY LENTA, SUERTE PARA LA PRÓXIMA VEZ — grito al ver el desnivel que servía como rio artificial

Salto y se preparó para la caída de unos dos metros de altura que la dejaría en el camino de mantenimiento

QUÍTATE, QUÍTATE IDIOTA — grito desesperada al no esperar que un pelinegro estuviera donde se disponía a aterrizar

El golpe seguido por el agua fría la aturdieron unos segundos

— ¿estas bien? — la voz de ese chico la sacaron de su aturdimiento

Un ligero rubor apareció en su rostro al verlo parada frente a ella contra la luz y dándole un aura de misterio la sombra que no lo dejaba ver bien

Unos segundos después sintió frio en todo el cuerpo, temiendo primero que el maquillaje de su cara se lavara y mostrara las marcas que le llevaron a tener muchas burlas se intentó cubrir el rostro, antes una ráfaga de viento hizo que se diera cuenta la posición de sus piernas

PERVERTIDO — grito

Se arrodillo y se cubrió maldiciéndose mentalmente por llevar esa ropa nada sexi

—"en que estoy pensando"— se recrimino mientras se levantaba y cruzaba los brazos

En retrospectiva no sabía porque, pero no se acordaba de mucho solo estaba perdida en el infinito de los pozos negros de sus ojos, solo estaba muy presente que nunca más saldría de su hogar sin sus vendas o ropa interior de su talla

— "que es esto, nunca lo sentí, ni con Iruka, ni… con... Neji"— empezó a meditar la situación. La vergüenza era tal que no recordaba mucho más, solo fue consciente de su ser cuando escucho a Ayame ofrecer comida gratis al pervertido que lo retraso

Se dejó llevar desconociendo por completo el sentimiento que se empezaba a formar en su pecho

o-o-o

—estoy muerta— se escuchó el golpe de la cabeza de la rubia en la barra del restaurante Ichiraku

— no seas melodramática, solo lavaste los platos — se burló la castaña que seguía preparando la comida para los que decidieran cenar en su local

si fueron cientos dat… — se cayó abruptamente — quiero decir, que no era el trato lavarlos todo el día — al final retomo la compostura

— tú fuiste la que quería una excusa para faltar hoy a la escuela, y yo solo te la di — Ayame mostro una sonrisa siniestra

— bruja — murmuro Naruko

— ¿Qué dijiste? —la voz de una persona atrás de Naruko hizo que se irguiera tan firme como una tabla y sudara un mar

— i… Iruka-sensei… ¿Qué hace aquí? —pregunto temerosa

— ¿te sientes bien? — Iruka la tomo de la frente sonrojándola en el acto — sabes muy bien que aquí vivo y vengo a cenar con mi familia —

— bienvenido Iruka — la castaña salió con una sonrisa de la cocina recibiéndolo con un abrazo y un pequeño beso en los labios — listo para cenar mi amor —

Naruko se removió incomoda en su asiento y se levantó para irse a su casa

— ¿dónde vas? — pregunto Iruka

— he… etto — no supo que contestar la rubia

— en seguida traigo los platos — dijo la castaña en una sonrisa cálida dirigida a la rubia

— todavía no me dices porque faltaste hoy a clases — dijo serio Iruka mientras hacía que Naruko se volviera a sentar — también dije que quería cenar con mi familia — comento con una sonrisa mientras su esposa llegaba con tres platos de Ramen

Naruko solo dio una sonrisa sincera y agradeció la comida

— hoy tenía pensado darte esto antes de clases, pero nunca llegaste y ya que estas aquí, toma — de una de las bolsas de su saco, tomo un paquetito con unas ligas muy parecidas a las que se le rompieron en la mañana solo que estas eran de color verde oscuro — me di cuenta que las que te regale hace tiempo estaban a punto de romperse y te compre estas para sustituirlas, no puedo permitir que mi pequeña hermanita no tenga con que amarrarse el cabello —

Naruko solo dio una gran sonrisa casi derramando lágrimas, ella no era como las demás adolecentes que sentirían hacerse trisas su corazón cuando les dijera su persona amada que eran sus hermanitas. no, ella se alegraba y emocionaba, sentirse protegida era lo que adoraba cuando estaba cerca de Iruka

— entonces me dirás porque faltaste hoy a mis clases — continuo Iruka

—etto— se avergonzó y se hundió en su asiento ganándose la risa de la castaña sentada junta a ella

Esa noche no se salvó de ser avergonzada por la bruja que quería como si fuera su hermana mayor

Tiempo actual

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la risa incontrolable de una pelirroja no se hizo esperar

— entonces eso ocurrió — dijo más calmada secándose las lagrimas

Naruko solo asintió avergonzada sentada en un sillón de la sala

— déjame verlas — dijo sin miramientos Karin

¿HE?, NO — grito Naruko al entender lo que quería su prima

— mi pequeña Naruko, no te das cuenta que este es tu castigo por no cumplir tu promesa de dejar de ocultar tu cuerpo… yo ya quisiera unas cosas como las tuyas — dijo la pelirroja con lastima tocándose sus pequeños pechos

— te di esas bragas para darte a entender que eres muy infantil con ese miedo… si, sé que se burlaron y hasta te golpearon porque te empezaste a desarrollar antes que tus supuestas amigas, pero entiende que solo fue por envidia y celos — intento razonar Karin

Naruko solo bajo la mirada, su vida había sido algo solitaria. su prima; que era hija única de la hermana de su madre; vivía muy lejos para verse todo el tiempo, su abuelo estaba muy ocupado viajando por el mundo y su abuela dirigiendo una escuela enorme que comprendía desde guarderías hasta universidad. Sus problemas los tuvo que resolver sola o callar sus inseguridades. desarrollarse antes y más que muchas de sus compañeras no fue fácil para ella

— Naruko — dijo Karin con una sonrisa extraña y moviendo los dedos de forma escalofriante

La rubia solo dio un salto más unos pasos hacia atrás asustada, quería a su prima, pero sabía de sus gustos extraños así que prefería no arriesgarse

— está bien — dijo con tiernas lágrimas en los ojos al saber que no se detendría hasta que se las mostrara

Levantando un poco su falda mostro su ropa interior ganándose de nuevo media hora de risas de su prima

o-o-o

¿QUE HICISTE QUE? — se escuchó el grito de una pelirrosada en el primer descanso que tuvieron en el día

— lo… lo siento Sakura-chan pero no sé dónde la deje — dijo apenada Naruko — PERO NO SE PARA QUE ME LA DISTE, YA DEDUJE QUE ES OTRO DE TUS ESTÚPIDOS AMULETOS PARA ENCONTRAR NOVIO — la señalo acusadoramente

— sí, que hay de malo en ello — dijo calmada Sakura mientras quitaba el dedo índice de su amiga de en medio de sus ojos — todas las chicas incluyéndote — la voz de la pelirrosa detuvo a la rubia de contradecirla — tiene la esperanza de encontrar a su príncipe azul —

no es cierto — no pudo evitar decirlo Naruko — ni Hinata ni yo estamos desesperadas por encontrar a un idiota que no nos aprecie… sobre todo si cometemos errores — lo ultimo lo dijo como un susurro triste

— Na… Naruko — dijo tímidamente Hinata triste por haber sido ella la que le presento a su primo. Siendo el claramente el mencionado por su amiga

— no me digas — Naruko se puso pálida al pensar que las tímidas palabras de su amiga significaban otra cosas

— etto — Hinata se sonrojo al percatarse que su amiga intuía su mayor secreto

Con un sonrojo que superaba por mucho el nivel alcanzado por cualquier otro humano tomo con cuidado una cadena plateada oculta en su cuello

— tú también — dijo un tanto decepcionada de que ella era la única que no quería aceptar el sentimiento que le hacía recordar los fríos ojos de la persona con quien se encontró el día anterior

— si — dijo muy tímida

Para asombro de Ino y Sakura parecía que vapor salía de las orejas de Hinata antes de caer desmallada por admitir por primera vez que también estaba interesada en los chicos

— te… tengo que ir… por… comida — dijo un tanto perdida Naruko

Ver a su tímida amiga admitir lo que ella estaba intentando reprimir desde el día anterior la dejo muy perturbada de no saber qué hacer

— ¿seguirás intentando que encuentre a alguien? — pregunto Ino mientras ayuda a Sakura a cargar a su amiga para llevarla a la enfermería

— si, pero la dejare unos días en paz — contesto Sakura viendo al final del pasillo caminar triste a la rubia — quiero ver si ese encantamiento sirve —

A Ino se le formo una gota de sudor en la nuca

—"es un mito que encontraste en internet"— pensó dudando de la sanidad mental de su amiga

hacerse el tonto con esos temas de vez en cuando no hacía daño en su opinión; tal como probaba ella en esos momentos con la cadena que colgaba de su cuello; pero pensar ciegamente en que era verdad era muy diferente

— también quiero averiguar algo — continuo Sakura

—¿Qué estás pensando? —pregunto Ino al ver la cara enojada de Sakura

—ayer escuche algo en los baños… algo relacionado a una llamada al padre de Hinata y quiero comprobarlo antes de decírselo— dijo un tanto enojada Sakura

— si es para ayudarla yo te apoyo — dijo Ino sin saber en lo que se metía realmente

— esperaba eso, primero tenemos que hablar con Neji, tiene muchas cosas que explicarnos — dijo muy decidida Sakura

Ino solo hizo una mueca, tenía seis meses que le hacían la ley del hielo por lo que le hizo a su amiga y esperaba que dura mucho tiempo mas

o-o-o

Sasuke caminaba perezosamente por el corredor de la escuela, su mirada era muy dura y murmuraba cosas inteligibles por lo frustrado que se estaba

Se sentía un poco mal, acababa de hacer algo que si su madre se enteraba no le gustaría para nada. Desde el primer día que ella se enteró del club de fans de Sasuke le había dejado claro que no jugara con ninguna y fuera sincero en su sentir hacia ellas

— lo que menos quiero es entristecerla— murmuro de forma más clara — no después de lo que le paso a mi hermano y lo que hizo mi padre —

El remordimiento de ocupar la ensoñación de la adolecente que ayudaba en la dirección académica no lo dejaba estar tranquilo, más sabiendo que buscar directamente en los archivos de todos los alumnos de la academia no había dado frutos

Ni una sola de las mujeres que competían el nombre de Naru eran rubias

YA TE DIJE QUE YO NO DEJE ESA NOTA — grito una adolecente al final del pasillo

Sasuke se quedó pensando que la voz la había escuchado en otra parte

ver que enfrente de él se encontraba una de las personas que no soportaba hizo que pensara seriamente en dar media vuelta y buscar otra ruta para su destino

— Shion no sé cómo soportas a esta mutante, si la nota hubiera sido dirigida a mí no me conformaría solo con hablarle — se escuchó otra voz desconocida

Sasuke de nuevo detuvo su caminar, pensó que estaba sucediendo una de las tantas peleas de su club de admiradoras al enterarse que alguien se había declarado sin el consentimiento de la mayoría. Sobre todo, estando la presencia de la autonombrada presidenta de su club de fanáticas

— Kim — murmuro viendo a la figura que por primera vez en la historia que compartían lo estaba ignorando siendo mucho más divertido ver como acosaban a la pobre víctima de la tarde

Kim era una adolecente de la misma edad que Sasuke con el cabello lacio largo a la mitad de la espalda sujeta con una diadema de tela adornada con un estampado de una infinidad de manchas blancas y negras que le cubrían ligeramente la frente, su cuerpo era delgado con la forma de un delicado reloj de arena con unos pechos promedio, vestida con el uniforme de la escuela

Lo que hizo que Sasuke se decidiera por completo en ir a ver lo que sucedía fue notar la mueca de sadismo en su cara, nunca la había visto antes. Él no la soportaba teniéndola más presente que al resto de sus seguidoras por ser la única de todas ellas que había sido perseverante durante años y si no supiera que era considerada una genio antes de que el hiciera acto de presencia también diría que sus calificaciones; muy cercanas a las del pelinegro que ostentaba el primer lugar en toda la academia siendo ella la segunda con mejor promedio; serian también una forma muy rebuscada de estar junto a el

¿Qué sucede? — dijo de forma imponente cuando vio que dos adolescentes; una rubia y otra pelirroja con destellos rosados; acosaban a una niña. La rubia veía sin hacer nada como la pelirroja tenia sujeta contra la pared a una niña rubia de coletas

— sa… Sasuke-kun… no… esto no es nada, solo un intercambio de ideas — contesto Kim que por estar divirtiéndose no se dio cuenta de la llegada de su obsesión

he escuchado sobre ideas agresivas, pero esto es demasiado, dejen a la pobre niña — dijo Sasuke con tono molesto

La rubia más pequeña en estatura que todos los presentes solo abrió mucho los ojos mientras que la pelirroja y la pelinegra empezaron a reír muy escandalosamente, en cambio la rubia mas alta se le quedo viendo con una cara enojada… casi como si tuviera celos de la situación

es mejor que se larguen si no quieren que le diga a la directora Senju que están molestando a las chicas de grados de secundaria — Sasuke acostumbrado a que todos hicieran lo que ordenaba las carcajadas que dieron como respuesta no les gusto en nada

— no te preocupes… ya nos íbamos — la que hablo fue la rubia con un cabello rubio pálido a las rodillas y ojos color lavanda que vio al pelinegro como si fuera basura

— adiós Uchiha-kun — dijo muy cohibida la pelirroja que segundos antes era la más agresiva de todas

— no te deberías preocupar por personas como ella, solo traen desgracias a todos los que le rodean — dijo con una sonrisa extraña Kim siguiendo a las otras dos

— ¿te encuentras bien? — se acercó el Uchiha a la rubia de orbes azules que lo veía con los ojos muy abiertos y respirando un poco agitada

"¿QUÉ HACE AQUÍ?" — grito en su mente Naruko al ver a la persona con la que menos se quería encontrar ese día. su cara se puso roja y sus ojos se movían en todas direcciones en claro pánico de no saber interpretar lo que sentía su cuerpo en ese momento

El sentimiento extraño que se formaba en su pecho desde el día anterior y creció desmedidamente mientras el pelinegro la defendía de las otras tres adolescentes. Nadie lo había hecho antes

— niña, ¿estas segura que no te hicieron nada?, tu cara está muy roja — Sasuke se acercó mucho a la chica, tanto que tuvo que bajar la mirada para poder verla a los ojos por la diferencia de estaturas de más de una cabeza

Eso fue todo, Naruko no lo soporto más y salió corriendo en dirección contraria a donde estaba el Uchiha

— que niña más extraña — obvio la clara falta de respeto y modales de la rubia al pensar que le recordaba a alguien esa chica

— me dieron ganas de comer una ensalada con muchos tomates — pensó en voz alta al desesperarse de no encontrar donde había visto a esa niña de mejillas sonrojadas y cuerpo un poco más desarrollado de lo que debería ser la media de su corta edad

Con las manos en las bolsas recordando a la esquiva muchacha del día anterior se dirigió a la cafetería

Todo fue visto por una pelirroja de lentes oculta en los baños que daban de frente al pasillo donde todo ocurrió, había visto todo y su enojo paso a la felicidad al ver; a través de la puerta apenas cerrada; como reacciono la rubia de coletas a la ayuda del pelinegro desconocido

— con que se te antojaron unos tomates ¿he? — fue su turno de pensar en voz alta mientras veía como el pelinegro se dirigía a quien sabe donde

— esto será muy divertido — dio una sonrisa a la mitad de ser de felicidad genuina y de una sádica que le traería muchos problemas a la rubia mirando la pantalla de su celular color rojo fuego

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— de nuevo está viendo ese collar — se escuchó la voz de una de las tantas fanáticas de Sasuke

— ¿quién es la zorra que se lo dio? — dijo otra más enojada

Sasuke solo las ignoraba, ya había pasado tres días desde su encuentro con esa extraña chica y su cabeza no podía olvidarla

— ¿ya vieron a las chicas del primer curso? — se escuchó la voz de Kiba mientras miraba por la ventana

— me gusta la pelinegra de cabello largo — se escuchó la voz de otro hombre viendo como las chicas se encontraban en su clase de educación física con sus respectivos uniformes ocupando unos shorts que más bien eran unos gruesos trajes de baño, los cuales dejaban ver sus hermosas piernas y cuerpos en desarrollo

— en lo personal me gusta la más pequeña de todas, la rubia — dijo Kiba sin despegar los ojos de una rubia de coletas

— creo que se llama Naru… así creo que la escuche llamarla a una de sus amigas — se escuchó la voz pensativa de otro de los que observaba el espectáculo

Las últimas palabras fueron como un choque eléctrico para el pelinegro que se levantó como si su vida dependerá de ello y se acercó a la ventana

Sasuke por fin das señales de que te gusten las mujeres — se burló Kiba — dime mi pequeño amigo, cual de todas esas linduras es la que te intereso

Sasuke ignoro por completo las palabras en doble sentido de su supuesto amigo y con la mirada recorrió a todas las mujeres que podía ver desde la ventana de su salón. Casi de inmediato su mirada se posó en una rubia de coletas un tanto más baja que todas las demás adolecentes

Su mente la reconoció como chica que pensó el día anterior era una niña del primer curso de secundaria, verla en el ala de preparatoria hizo que relacionara los ojos azules de ella con los de la chica de sus recuerdos

— ella, ¿cómo dijiste que se llamaba? — señalo a la rubia

— se llama Naruko — una voz desde la espalda de Sasuke sorprendí a todos los que estaban viendo por la ventana

— hmp, gracias Hyūga — dijo indiferente Sasuke

El chico que le respondió, un castaño de su misma estatura con el cabello largo con el uniforme de la escuela lo observaba duramente con sus ojos color lila tan claros que parecían ser completamente blancos

solo lo diré una vez — dijo con dureza el castaño — aléjate de ella, suficientes problemas tiene como para que tu solo juegues con su roto corazón — las últimas palabras salieron con más melancolía que amenaza

¿y tú crees que tienes el poder para obligarme a alejarme? — Sasuke con oír el nombre perdió interés, aunque la amenaza del Hyūga solo lo avivo por orgullo de que le prohibirán algo

solo ten presente que no permitiré que nadie más le haga daño — dijo frio el castaño antes de salir con paso rápido del salón

Neji espera — una de las estudiantes que se había quedado callada viendo la escena salió corriendo tras el Hyūga

Sasuke se quedó viendo a la adolecente que fue tras el Hyūga

Era de las pocas estudiantes de su salón que no manifestaba atracción alguna por Sasuke siendo en extremo callada desde que la conoció al inicio del semestre. ondeaba su largo cabello suelto color castaño con un cuerpo delgado y proporcionado, lo más interesante de ella era sus ojos color chocolate que reflejaban arrepentimiento y dolor

pensé que dijiste que se llamaba Naru — reprocho Kiba a quien dio la información errónea

— así lo llamo la pelinegra… creo que es prima de Hyūga-san — cavilo un poco lo que sabía — y también puede ser que sea una especie de apodo, Naruko y Naru son muy similares —

La discusión siguió solo que Sasuke se quedó pensando si era cierto eso, si Naru solo era la abreviación de Naruko

Chasqueo la lengua y sintiendo a su orgullo herido de muerte se encamino por donde desapareció el Hyūga para hacer lo que nunca se imaginó por una mujer, al pedirle que le dijera todo lo que sabía de Naruko

Todo fue visto con sumo detalle por unos ojos negros que no le gusto en nada que su obsesión preguntara precisamente por esa chica

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— no Tenten, no te puedo perdonar todavía — Sasuke se quedó quieto al escuchar la voz enojada de la persona que necesita encontrar

— lo siento, no pensé que sería así yo… yo… solo déjame explicarte — continuo la voz quebrada por el llanto de una chica. Sasuke de inmediato la relaciono con la chica callada que salió detrás del Hyūga — es que pensé… —

— no, yo confiaba en ti y ocupaste lo que te dije para destruir lo que tenía con ella junto al cariño y respeto de Hinata-sama, así que por favor déjame solo — la voz de Neji se escuchaba enojada y fría

Sasuke solo se hizo a un lado para dejar pasar a la pobre chica que corría por el pasillo llorando descontroladamente

— ¿Qué quieres Uchiha? —dijo enojado Neji sin verlo dándole la espalda

—¿puedo preguntar que fue eso? —dijo un poco desubicado Sasuke ya que Neji compartía una personalidad muy parecida con él y nunca lo había visto tan alterado

— no, no puedes — dijo tajante Neji

esta bien, pero lo sí me dirás, aunque te lo saque a golpes es que me confirmes si Naru y Naruko son la misma persona — la mirada dura de Sasuke indicaba que no estaba alardeando

es mejor que te alejes de ella, y si le haces daño yo en persona te pateare el trasero hasta fuera de la cuidad — dijo enojado Neji mientras se retiraba sin mirar atrás

NO ME IGNORES — subió la voz el pelinegro

Sasuke no perdió tiempo y sujeto del hombro al Hyūga para evitar que se fuera

Neji no lo soporto, estaba demasiado alterado para pensar bien por lo que solo levanto el brazo en un intento de golpear a Sasuke en la cara

¿Qué sucede aquí? — se escuchó lo voz firme de una mujer

Neji se quedó congelado con su puño a medio camino de su destino al igual que Sasuke que tenía el propio dirigiéndose al rostro del Hyūga

— nada — contesto Sasuke regresando a su forma fría de ser — solo le quería preguntar a Hyūga-san algunas cosas — termino como si nada y se fue caminando con actitud de que nada hubiera ocurrido

Neji solo suspiro pesadamente al sentir la mirada pesada de la mujer

—buenos días directora Senju, Uzumaki-san, me retiro — dando una leve reverencia se fue por donde Sasuke había desaparecido

— si solo lo pudiera echar de aquí — mascullo enojada Tsunade, el castaño hozo meterse con lo que más quería en el mundo — si tan solo Naru me dijera que sucedió ese día —

— creo que hay más de lo que se aprecia a simple vista — dijo Karin pensando que sentía muchas cosas en el ambiente, pero ninguna era odio… que no proviniera de su abuela solo de nombre

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Bien, se que dije en mi otra historia que no haría esto, según yo solo iba a ser un one-shot de unas cinco mil palabras, pero bueno me emocione un poco y se convirtió en una historia corta de alrededor de treinta mil palabras

Es mi primer intento de romance con un poco de drama, no sé cómo me quedo, no soy mucho de hacer sufrir a los personajes espero sus reviews para saber que tal me quedo este experimento

También como mencione en las advertencias esta historia esta inspirado en un doujinshi que si lo desean puedo publicar en mi Facebook y me pueden encontrar como Ancestro Fic

Hey me prometiste un NaruSasu

Tu aquí también (pensé que había cambiado la contraseña de mi cuenta)

Recuerda que soy tu alma gemela tu Doppelganger en la tierra así que es fácil saber tu contraseña para mi

No me cambies el tema, porque no es un NaruSasu

Espera un momento que esta idea fue tuya; bueno amenaza más que nada, pensé que había ocultado bien quien borro esa base de datos; y cumplí mi promesa con un SasuNaru así que no sé de qué te quejas

Es que no es un NaruSasu pero es a la vez es un NaruSasu ( . ). Me duele la cabeza, necesito un abogado siento que aquí hay algo raro

Bueno dejando a esta loca que resulta ser una amiga del trabajo me despido

No les puedo prometer una fecha de publicación, lo que si les puedo decir con seguridad es que terminare esta historia me cueste lo que me cueste