Escrito para el "Amigo Invisible navideño 2016-2017" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

Nuestro Amigo Invisible es: Xotug. Dudamos acerca de que esto pueda llegar a gustarte, pero realmente nos divertimos/sufrimos escribiéndolo, así que esperamos que puedas leerlo hasta el final sin odiarlo tanto. Elegimos el reto difícil…Por cierto un "detallito" el reto decía que teníamos que hacer solo la última prueba…Nosotras hicimos el torneo de los tres magos completo y con un protagonista "peculiar". Son un total de 4 capítulos y un epilogo.

Sin más tú regalo:

Capitulo primero: La esperanza es lo primero que muere

Ansió no ser uno más
Probó antiguas pociones
Y en ese rito insomne de obsesión
Calco el molde a la perfección

Eruca Sativa

Acto primero: No prometida

— ¡Cancelaste nuestro compromiso!

Criseida Travers se sobresaltó, ¿Cómo es que ese idiota había entrado a su sala común? Sus ojos castaños recorrieron la figura de su ex prometido, no llevaba su corbata y aunque su ropa estuviera pulcra y en su lugar su cara seguía siendo la de un bicho raro que no había dormido en su vida. Suspiró y dejo a un lado el pergamino que estaba revisando.

— ¿Cómo entraste? —Preguntó cruzándose de brazos. Elián al escuchar su pregunta alzó una ceja e hizo una serie de ademanes extraños con las manos.

Algunas personas se asomaron interesadas para ver qué pasaba.

—Su contraseña es una pregunta estúpida…—Criseida al oírlo frunció el ceño dispuesta a protestar, pero Elián se adelantó: —Y, de cualquier forma, ¿a quién mierda le importa cómo entré? ¡Cancelaste nuestro compromiso!—Chilló él, logrando que las personas de la sala común comenzaran a cuchichear.

—Cuida tu lenguaje Selwyn…—Él chasqueo la lengua. —Y por supuesto que cancele nuestro compromiso.

— ¿¡Por qué!?—Exclamó él mientras se aproximaba, desde su posición Criseida arrugo la nariz al recibir el olor que este emanaba.

— ¿Estás borracho?

Elián enfoco sus ojos ámbar en un punto indefinido tras ella.

—No lo estoy…—Criseida elevo ambas cejas. —Bueno, quizás…un poco…—Dijo antes de regalarle una amplia sonrisa divertida, —sí, lo estoy.

— ¿Y todavía preguntas por qué cancele nuestro compromiso?

—Sí, eso estoy haciendo, ¿verdad?—Y la sonrisa divertida se ensancho. Criseida empezó a temer que estuviera lo suficientemente borracho como para vomitarle encima o algo así. —Además…

—Selwyn, hazte un favor y vuelve a tu sala común.

Elián no pudo responder nada porque en ese momento la puerta de la sala común se abrió y Cornelio Crossland, su mejor amigo, entró:

— ¡Oh, estabas aquí con tu no prometida!—Exclamo acercándose hacia él. Criseida sintió el olor a alcohol que el también desprendía, ¿de verdad? Lo miró con disgusto.

—Ella es mi prometida.

—No, ya no lo es. —No le dio tiempo de objetar nada más y lo sujeto de un brazo. —Vamos, ya te acostumbraras ahora hay que encontrar a Neme y…—se detuvo a mitad de frase y se quedó mirando un punto fijo en la nada. —…hacer esas cosas que hacemos nosotros. —Dijo arrastrándolo a la salida.

Criseida y los demás ocupantes de la sala común los miraron con asco.

—Crossland, no puedo creer que hayas entablado amistad con él, tenías futuro.

Él aludido ya estaba en la puerta, no obstante, volteó hacia ella con un gesto burlón.

—Al menos yo si tengo amigos, Travers.

Y se fue.

La sala estalló en susurros.

Acto segundo: Cajas que brillan

—No puedo creer que me haya dejado, ¡soy un buen partido!—Elián miró a sus amigos a los ojos en busca de apoyo.

—Vamos, no puedes estar diciendo eso. Esa frígida no te merece, claro que eres un buen partido Elián. —Nemesia acarició su espalda con cariño. —Claro que eres un excelente partido, tienes un buen estatus de sangre, todavía conservas tú fortuna, un problema con ciertas plantas alucinógenas, y el alcohol.

—Sí, eres un partido de primera. No tengo idea de por qué te dejo.

Elián los miró, traicionado.

—Por supuesto que soy un buen partido, no hacía falta el sarcasmo.

—Sí que lo hacía, le hace bien a mi corazón ver tu desgracia. —Nemesia tenía una sonrisa suave instalada en su cara desde hacía rato, una sospechosa sonrisa.

Elián se desparramo sobre el escritorio en desuso. Estaban en uno de esos salones abandonados del quinto piso, ese salón en particular era uno de los lugares que más ocupaban.

— ¿Saben que alegra mi corazón?—Pregunto Cornelio de pronto, Elián se revolvió un poco había olvidado que estaba allí, también había olvidado lo irritante que le resultaba su voz cuando estaba borracho. Dejo escapar un gruñido como toda respuesta, Nemesia en cambio parecía haberse quedado dormida o algo, porque no daba señales de vida. — ¡Esto!—Gritó Cornelio arrojándole un frasquito con un líquido marrón brillante en su interior.

— ¿Qué es esto?—Investigo desconfiado, esa cosa tenía un color extraño.

—Mierda de hipogrifo. —Intervino Nemesia. Por lo visto si estaba viva. Soltó una risita perezosa.

—Este es mi elixir para un corazón roto. —Dijo Cornelio quitándole el tapón a su frasco.

— ¿Del uno al diez cuan peligroso crees que sea beber esto?—Su amigo solo se alzó de hombros, desinteresado y se bebió todo el contenido del frasquito de un trago. Volteó hacia su mejor amiga, pero ella ya había terminado con su elixir y ahora miraba el horizonte con una gran sonrisa estúpida. Se alzó de hombros y los imito.

Hubo una larga pausa en lo único que se escuchó fueron risas y comentarios estúpidos acerca de lo divertidas que se veían las paredes de la habitación.

—Esta mierda de hipogrifo está muy buena. —Dijo Cornelio cambiando de tema.

—Sí, Nemesia se lució con esto.

— ¿Neme? Pensé que el de la idea había sido yo. —Comento Cornelio confundido.

—No, había sido yo. —Insistió Elián.

Nemesia estallo en una risa histérica.

—Es obvio que fui yo…—Afirmó ella. Los dos asintieron desorientados, en ese momento cualquiera podría convérselos de cualquier cosa. En realidad, el creador del elixir había sido Cornelio. —No me gusta el uniforme de Durmstrang enseña muy poco.

—Los uniformes no enseñan nada.

—Quizás no hoy, pero en trescientos años…

—No empieces con tus mierdas…

—Solo digo que en trescientos años habrá unas cajas que brillan y…

—Elián, me está asustando.

—Neme, cierra tu puta boca.

—Pero, de verdad, brillan y suenan. Son muggles y hay gente encerrada ahí…

—¡Nemesia!

—Ellos no saben que…

Un frasco se estrelló contra la frente de Nemesia que cerró la boca automáticamente. Ella en lugar de quejarse del golpe rompió en carcajadas histéricas, sus amigos la imitaron. Luego hubo un silencio.

— ¿Saben?—Comento Cornelio estirándose como un gato.

— ¿Mmh?

—Quizás si haya una forma de arreglar tu reputación y recuperar a Criseida.

Elián negó con la cabeza, intentando decidir a cuál de los tres Cornelios prestarle atención.

—Mi reputación no necesita arreglo.

—Debes entrar en el torneo de los tres magos.

Elián Selwyn se rio con fuerza, tanta que le dolía el estómago.

—Sí, debo hacerlo.

Ese mismo día, entre trompicones, depositaron su nombre en el cáliz de fuego.

Acto tercero: Sólo un idiota

Esa mañana, Elián supo que algo malo iba a ocurrir. Lo sentía en sus huesos. Bueno, quizá lo que sentía no era más que los residuos de una noche de la que no estaba seguro de si debía enorgullecerse o no. Abrió las cortinas verdes del dosel y se arrastró perezoso fuera de la cama.

Asterion Black lo miraba desde su propia cama.

—Oí que hiciste el ridículo en la sala común de Ravenclaw.

— ¿Cómo haces para saberlo todo?—Elián lo observo durante unos segundos más antes de agregar: —y para lucir tan bien antes de las diez de la mañana.

—A diferencia de ti, duermo durante la noche. Y tengo mis métodos para saber las cosas que me interesan, Selwyn.

Cuando la puerta se cerró detrás de Asterion, Elián continuaba debatiéndose el levantarse o quedarse en la cama el resto del día; hasta que recordó un pequeño, mínimo, minúsculo detalle: Criseida había roto el compromiso. ¿Cómo se atrevía a hacer eso, cuando el compromiso llevaba AÑOS existiendo? No podía permitir que eso ocurriese. Salto de la cama y se vistió. Tenía un día muy largo tratando de recuperar a su prometida.

Cuando entró en el gran comedor se dirigió directamente a Criseida. Toda la mesa de Ravenclaw se giró para verlo, no podían creer que quisiese continuar con su humillación, esta vez no solo delante de ellos, sino de todo el colegio. Tomó asiento a un lado de Criseida, y alcanzó un bollo.

—Buenos días Crisi, creo que tenemos una conversación pendiente de anoche.

La nombrada se giró hacía él con una ceja alzada.

—No hay ninguna conversación, Selwyn.

Elián mordió su bollo antes de responder, mirándola a los ojos, con una sonrisa tensa.

—Sí la hay, una en la que me explicas por qué razón has decidido romper un compromiso creado por nuestros padres, uno que uniría las dos familias, ¿pensaste, querida, como se sentirán tus padres cuando se enteren que su preciosa niña no quiere casarse con un descendiente de los más puros, poderosos y antiguos linajes? ¿Has pensado en la decepción?—acabó de comer el bollo, y tomo la taza de té perteneciente a Criseida, le dio un largo sorbo bajo la dura mirada de la joven.

—Mi padre ha permitido que esto ocurra, sino sería imposible que el compromiso este roto para esta altura, querido. —Criseida, le arrebató la taza y la posó con suavidad en la mesa, lejos de las manos de Elián, mientras le otorgaba una sonrisa burlona.

— ¿Y también permitirá que contraigas matrimonio con Woodpecker? ¿Con un hombre no solo de menor linaje, poder, fortuna y que está a un paso de la traición a la sangre? No, a tu padre le gustan las apuestas seguras.

—Por eso mismo no estamos ya más comprometidos, ¿Qué le asegura que tu no serás una deshonra para tu familia? Bueno, más de lo que eres en la actualidad.

Elián estaba por responder, cuando por las enormes puertas dobles ingresaron los estudiantes de Durmstrang, seguidos por los de Beauxbatons. Alzó una ceja, en la semana que llevaban en Hogwarts, únicamente compartían las cenas; los desayunos y almuerzos no habían sido parte de la rutina para "estrechar lazos y blah blah blah".

— ¡Elián! Vamos con Neme, están por sortear quiénes serán los participantes del torneo. —El nombrado se giró hacía su izquierda, encontrando a Cornelio con su corbata azul y bronce a medio anudar y una sonrisa destellante. —Señorita-sin-amigos, discúlpeme por interrumpir su conversación, pero debo quitarle a su no-prometido por unos instantes; será devuelto en breve, lo prometo. —Mientras dejaba escapar estas palabras, Cornelio había tomado a Elián del hombro y lo empujaba fuera de la banca.

—Puedes quedártelo, tú mismo lo dijiste, no es mi prometido.

Mientras era arrastrado hacia su mesa, Elián no podía dejar de pensar alguna manera de que Criseida aceptara el compromiso nuevamente, tenía que hacer algo al respecto.

—Elián, hazme un favor, y deja de pensar en ese gusarajo un momento. Céntrate en cosas más importantes por un rato, como: cuántos galeons ganaremos apostando a quién sale de Hogwarts.

—Yo voy cinco galeons a Woodpecker. —Habló Asterion, que se encontraba a uno de los lados de Nemesia.

—Yo también—añadió ella.

—Pongo cinco a Potter. —todos giraron a ver a Hermes Malfoy.

— ¿En serio, Potter? Pero si es un troglodita. —El asco escapaba de los labios de Elián.

—Sí, Potter, será un troglodita, pero es el mejor duelista de todo Hogwarts.

—Pero Woodpecker no es un mal duelista, pero es más inteligente. —Nemesia estaba dispuesta a defender su apuesta de por vida.

—Si tanto les gusta Woodpecker, ¿por qué no se casan con él?

Los cuatro voltearon a verlo.

—Selwyn, lo mejor que puede hacer Woodpecker es morir en esa competencia.

Elián se paralizó unos segundos.

— ¿Saben? Yo también pongo cinco a Woodpecker.

— ¿Pues sí? Pongo cinco a que sale Elián. —Todos lo miraron confundidos.

—Explícate, Crossland. —Black habló por todos los presentes.

—Anoche, cuando Elián se lamentaba por la pérdida de su prometida, decidió que era una buena idea echar su nombre en el cáliz. —tres miradas horrorizadas se posaron en él.

—No sé por qué se asustan tanto, alguien como él jamás saldrá del cáliz.

Y cuando Hermes termino de decir esas palabras, la ceremonia comenzó.

El fuego del cáliz se tornó azul, y un papel doblado a la mitad salió expulsado de él. El director Trimble lo atrapó al vuelo y lo leyó.

—Ragna Shry.

Una muchacha de cabello oscuro y sujeto en una cola de caballo se alzó en la otra punta de la mesa de Slytherin. Era alta, muy alta, más alta que cualquier mujer que Elián haya visto antes, era casi tan alta como él mismo. Llevaba la capa roja forrada en piel susurrando a la espalda y una expresión de superioridad propia de la realeza. Caminó con decisión hacia el director de Hogwarts, estrecho su mano y se encamino a la puerta que se encontraba detrás de la mesa de profesores.

A los pocos segundos que la campeona de Durmstrang salió del comedor, el fuego volvió a tornarse azul, esta vez liberando un papel rosa plegado como si fuese un barco. Desdoblo el barco y leyó:

—Charlotte Moyenard.

Una joven pelirroja se puso de pie en la mesa de Ravenclaw. Era de baja estatura y sus rasgos eran angulosos. Una sonrisa resplandeciente se abría paso entre miles de pecas, mientras se acercaba con rapidez a la mesa de profesores, jugando con sus dedos y miraba el piso. Estrecho con brevedad la mano del director Trimble y desapareció tras la puerta.

Por tercera vez en esa noche, y ultima hasta dentro de casi dos siglos después, el fuego cambio su color a azul, y escupió un último nombre. Era un papel arrugado, hecho una bola muy apretada. El director fue desdoblándolo con paciencia hasta que fue legible. Sus ojos se ensancharon y su boca se abrió de forma graciosa. Alzó la mirada unos segundos y la situó en la mesamás cercana a la puerta.

—Oh por Merlín, está mirando hacia aquí. —Hermes no cabía en sí de asombro. —Asterion, ¿pusiste tu nombre en el cáliz?

— ¡Por supuesto que no! Solo un idio—Asterion cortó su susurro. —Por Circe, dime que es una mentira que pusiste tu nombre en el cáliz, Selwyn.

— ¡No puedo prometer nada, estaba muy drogado!

Asterion lucia aterrorizado por alguna razón; vamos, que ni Elián mismo creía ser él el seleccionado.

Cuan equivocado estaba.

—Elián Stravos Selwyn.

El director portaba una mirada descorazonada, como si hubiese resignado el hecho que la copa no sería suya en ese torneo, que el campeón era un desastre.

Elián se levantó del banco, analizando seriamente la posibilidad de pedir que se sorteara nuevamente al campeón de Hogwarts, pero la noticia lo había dejado medio mareado y no se dio cuenta cuando llego junto al director de su escuela. Todo era tan irreal. ¿Estaría drogado en alguno de los pasillos abandonados del castillo? La mano que estrechó la suya se sentía demasiado real, y al atravesar el umbral de la puerta y encontrar a las campeonas de Durmstrang y Beauxbatons, supo que era cierto.

Ningún aplauso se oyó en el comedor.

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Si leiste hasta aqui: eres valiente (? Y si Elián es atipico, como la mayor parte del fic u.u

Esperamos que te haya gustado aunque sea un poquito y que le des una oportunidad y lo leas entero.

Nos vemos