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Género: (Drama-Romance)
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Clasificación: (+18)
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Advertencia: (Lime, Lemon, etc.)
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Diclaimer: Naruto y sus personajes NO .
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Resumen: "Ella se metió entre nosotros y el amor que sentimos" "Yo nunca te ame… solamente me case contigo para obtener mi patrimonio" .
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*Prologo*
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"No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde"
La mayoría de las personas tienden a no cuidar las cosas preciadas.
La monotonía, el aburrimiento y la falta de interés, les hacen simplemente ignorar a los sentimientos, les hacen perder de vista lo importante.
Lamentablemente cuando finalmente se dan cuenta, tiende a ser muy tarde, demasiado tarde.
Y es cuando solo quedan los recuerdos, por más insignificante que sean. Arrepentirse no funciona y a veces recapacitar no sirve de nada. No cuando el daño ya está hecho.
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El siempre la tuvo a su lado pero nunca la aprecio, no supo valorarla, la ignoro. Los sentimientos que ella le profesaba los pisoteo, engañándola pero…
Ella se entero y a pesar de el gran amor que sentía por él, la traición fue dolorosa y simplemente insoportable. Ella se cansó.
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Nunca supiste apreciar lo que tuviste hasta que lo perdiste ¿Cierto Sasuke?
Y ahora por tu arrogancia, perderás lo que antes creíste que nunca se iría de tu lado.
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No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde
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*Capitulo 1*
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"Engaño"
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Respiro profundamente apretando con fuerza sus labios, uno contra el otro, tratando así de reprimir cualquier sonido que quisiera salir de su boca. Su cuerpo tembló y las lágrimas descendieron dolorosamente por sus mejillas rodando en un camino de fuego hasta su barbilla.
Sakura Uchiha dio un paso hacia atrás tratando de mantener el equilibrio que su cuerpo perdía, exponiéndose al beso del agua de lluvia. Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando las pequeñas gotas tocaron su piel desnuda. Ella se sentía helada por dentro y el frío exterior parecía acompañarla en su tormento.
Su mirada estaba fija enfrente, nublada por las lágrimas que brotaban continuamente de sus ojos y la densidad de la tormenta. Su mirada que no se apartaba de aquella escena que tanto la dañaba.
Sus amigos le habían advertido muchas veces aquel suceso, adelantándole su actual pesadilla, pero ella no los quiso escuchar. Porque Sakura estúpidamente confiaba en él y quería creer que lo que decían no era más que una farsa.
Ella simplemente lo amaba tanto que más de una vez se cuestionó si lo merecía.
Una sonrisa amarga surco sus labios ante ese pensamiento. El nudo en su garganta se acentuó y sin poder seguirlo reprimiendo, abrió los labios dejando salir débiles y entrecortados gimoteos.
-¿Por qué?- pensó con dolor al ver esa escena frente a sus ojos.
A escasos metros de donde estaba, se encontraba un lujoso restaurante. Una ventana de cristal le permitía ver una mesa en especial, en la que su esposo besaba a otra mujer.
Sakura no podía parar de preguntarse porque le hacía eso, cuando ella le había entregado todo. Su corazón, sus cuidados, su vida entera que estaba dedicada únicamente a él
¿Qué había hecho mal?
Sakura observo como ambos se levantaban y encaminaban a la salida del lugar, él de la mano de su acompañante. Su mirada jade se centro en las manos juntas y el nudo en su garganta se hizo aun más insoportable. Sakura dio un paso hacia atrás, tentativamente queriendo salir de ese lugar, pero se detuvo un segundo luego, al sentir como sus miembros se negaban a responder.
Sasuke Uchiha salió del lugar hablando suavemente con la mujer a su lado. Sakura no podía escuchar el intercambio de palabras, aunque realmente no le importaba. Dolorosamente tomo consciencia del porque seguía allí. Era una manera de enfrentarse a la realidad, de aceptar lo que sucedía y de endurecer su corazón dolido.
La agonía de ver a su esposo con otra mujer, en una posición sin duda íntima y familiar, no le hacía otra cosa más que lastimarla. Sakura sentía como su corazón se rompía solo un poco más con la continuidad de los segundos. Sabía que debía dar media vuelta e irse. Seguir viéndoles juntos solo lograba lastimarla a niveles insospechables. Sin embargo, Sakura empezó a considerarse a sí misma una masoquista.
La realidad era una perra y le abofeteaba la cara sin anestesia.
Sakura se sentía en ese momento seca y vacía por dentro. El dolor era intenso, profundo y tan real que era casi físico.
Sasuke siguió caminando hacia el estacionamiento, se acercaba a ella y por un momento estuvo tentada a esconderse. Él no la observaba aún, aunque amargamente la pelirrosa se preguntó si en algún momento lo había hecho. En ese instante, consciente más que nunca del engaño de su esposo, Sakura también pudo ver más allá de lo que nunca lo había hecho.
Sasuke levantó la mirada finalmente y los orbes ónix que toda una vida había amado la miraron, al principio con incredulidad, luego con seriedad y finalmente con frialdad. En ese momento su mirada llena de hielo no pudo herirla, Sasuke no podía romper aún más su corazón. Ya estaba en pedazos.
Ambas personas detuvieron el paso. El Uchiha dejó caer los brazos a los costados de su cuerpo, la mujer pelirroja cínicamente siguió pegada a su lado.
Por primera vez en toda una vida, Sakura pudo sostener la mirada de su esposo fijamente, sin apartarla como siempre lo hacía, sin sonrojos, ni titubeos. El silencio reino. Nadie dijo nada por lo que parecieron horas y Sakura solo reaccionó para desviar su mirada a la mujer que se encontraba abrazada a su esposo. Era pelirroja natural, alta y esbelta. Muy guapa y deslumbrante. El corazón de Sakura tartamudeo solo un poco cuando ella le dedico una sonrisa, cínica y burlista. La mujer se reía de su dolor sin ocultarlo. Sakura no tenía fuerzas ni siquiera para odiarla.
-Maldita sea.- susurro Sasuke haciendo que la pelirroja le soltara. La mujer le dejó ir sin resistirse y Sasuke salió del abrigo del techo y se acercó a Sakura a un paso demasiado tranquilo.
Su expresión era neutral y sus pasos lentos. Sasuke buscó tapar con su cuerpo la figura de su acompañante e hizo que toda la atención de Sakura se centrará en él. Luego lentamente se acercó. Intentó esconder el escalofrío que su cuerpo sintió ante el frío de la lluvia, su mirada estaba fija absolutamente en su esposa. Sasuke intentaba mantener el control de la situación, siempre había sido bueno manipulando a Sakura y esa ocasión no sería la excepción.
Sin embargo Sakura en ese momento se sentía diferente, todo era diferente. De pronto tomo consciencia de su alrededor y no pudo evitar avergonzarse. Estaba en el estacionamiento del restaurante en el que había hallado a su esposo con su amante, de brazos caídos, mojaba hasta los huesos y observándole como idiota. La situación era patética y saberlo le hizo sentir aun peor. Sakura por primera vez sintió pena por si misma y sollozó con los labios temblorosos. Sasuke se acercaba lentamente y notarlo le hizo finamente actuar
-No te acerques.- le dijo con más determinación de la que tenía, sabiendo que si Sasuke se acercaba, ella simplemente perdería su voluntad. Se maldijo por ello y lo maldijo a él por ser su mayor debilidad
¿Por qué no podía odiarlo?
Sasuke la había engañado, tal vez no solo esa vez, y ella era solo una estúpida enamorada que tontamente no podía dejar de amarlo.
El Uchiha por su parte, detuvo su andar de golpe y su ceño se frunció instintivamente al oír esas palabras salir de los labios de ella. Decididamente dio un paso al frente pero Sakura retrocedió al instante. Sasuke frunció aun más el ceño y avanzo otro paso con la intención de finalmente acercarse a ella, pero Sakura había anticipado esa actitud por lo que rápidamente dio media vuelta y corrió hacia su auto, estacionado solo un par de metros tras ella.
En cuanto se encerró en la comodidad de su vehículo, Sakura finalmente sintió la realidad caer en sus hombros, fue como si por un momento lo que sucedió afuera hubiera sido solo una horrible y cruel pesadilla, sin embargo, en un segundo todo se volvió tan real que no pudo evitar ponerse a llorar. Un gemido de dolor se escucho y tardíamente noto que ella lo había emitido. Desvío la mirada hacia Sasuke y le observó fijamente sintiendo el profundo y agonizante desgarre de su corazón, luego, al ver que él se acercaba ella tomó su decisión y sin esperar un segundo arrancó rápidamente con un único objetivo en mente. Alejarse de él.
Sasuke se detuvo justo en el lugar en el que Sakura había estado y observó como su auto se perdía al doblar en una calle. Sus músculos se tensaron inevitablemente y apretó los puños mientras lanzaba una maldición al aire. Sin perder tiempo valioso Sasuke se acerco a su vehículo sin dirigirle una mirada a su acompañante, entró y encendió el motor inmediatamente.
Realmente esperaba que Sakura no hiciera nada estúpido
-Mierda.- susurro antes de arrancar rápidamente, con el único objetivo de encontrarla.
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Sakura se limpió rápidamente los ojos evitando que su mirada se nublara. Estaba en carretera y llevaba manejando lo que parecía una eternidad. Las lágrimas sin embargo aún no se habían detenido y en todo caso aumentaban. El dolor en su corazón seguía latente, vivo y tan hiriente que le quemaba por dentro.
Sakura apretó el volante entre sus manos hasta herir su piel contra el cuero. Su corazón continuamente se revelaba en contra de lo que había visto. Era tan difícil de creer aún cuando ella misma lo había presenciado. Y es que, una parte en su interior simplemente deseaba ignorar aquel suceso y continuar su vida como siempre.
Recordó la primera vez en que le habían dicho que Sasuke la engañaba. Había sido Ino Yamanaka, una de sus mejores amigas. La mujer no había tenido pruebas que presentar, pero se lo había dicho de cualquier manera para evitar que le rompieran el corazón de esa manera. Sakura en aquel entonces se había reído y la había ignorado alegando que Sasuke jamás se atrevería a hacerle daño. Que estupida había sido.
No obstante, a pesar de haber mostrado seguridad en sus palabras, una parte de ella, muy en el fondo había tenido sus dudas. Y había dolido horrores imaginar su traición, pero no se comparaba con la verdad.
Sakura se puso a llorar. Gimoteo, sollozo y gimió continuamente muy consciente del inmenso dolor. Con el tiempo su garganta empezó a arder y lentamente todo sonido se detuvo. Las lágrimas siguieron su curso, si alguien había dicho que en algún momento que se acababan, mentía. El frío empezó a calar sus huesos y se sentía muy dentro. Sakura se sentía tan herida, tan sola.
Rápidamente buscó su celular y marcó sin dudarlo el número de Ino, sin embargo se detuvo antes de llamar pues a pesar de que sabía que con ella obtendría consuelo, Sakura solo necesitaba una persona que la comprendería, la escucharía y no la juzgaría. Alguien que solo estuviera allí, en silencio. Sosteniéndola cuando más lo necesitaba. No quería reclamos, ni un "te lo dije", no necesitaba sentirse peor.
Un nombre vino a su mente y la ansiedad se alzó en ella. Con la mano temblorosa, Sakura no dudó en marcar aquel número que sabía de memoria y acercar rápidamente el celular a su oído.
Sai Yamamoto era sido su mejor amigo desde siempre. Sakura le había conocido en la escuela, cuando era una niña recién llegada a la ciudad, sola y demasiado tímida para hablar con los demás. Sai había llegado a ella con una linda sonrisa. Él siempre había sido un niño muy serio e inexpresivo, pero con ella su personalidad cambiaba totalmente. Sai era él mismo y le daba la oportunidad de ser ella también.
Sakura había ganado confianza en su compañía, había hecho muchos amigos y aun así, el chico siempre había estado a su lado. Hasta que ella había conocido a Sasuke, el hombre perfecto.
Su relación con Sai había continuado, pero en cuanto el Uchiha tuvo su derecho sobre ella no dudó en prohibirle la comunicación. Sakura se había negado en un inicio, pero con el tiempo y las constantes discusiones y peleas entre ambos hombres había sido el mismo Sai que se había alejado, alegando que no quería hacer mal en su relación.
Sakura le había rogado a Sasuke cambiar por el bien de su amistad, pero él egoístamente había reclamado que muchas veces sentía que ella quería a Sai más de lo que lo quería a él.
Al final Sakura había tenido que resignarse. Había llorado y sufrido pero tan enamorada como estaba, lo acepto. Sin embargo aún a escondidas de Sasuke, ella conversaba unas pocas veces al mes con Sai.
Sakura volvió al presente cuando escucho el teléfono sonar. Rogó al cielo que Sai contestara y sollozó cuando finalmente cayó la contestadora. Con la mano temblorosa colgó la llamada y lo intento de nuevo, y otra vez, hasta que en la cuarta ocasión, sollozando y con lágrimas en los ojos se decidió a dejar un mensaje.
-Sai necesito ha-hablar contigo.- suspiro temblorosamente-. Te necesito, pue-puedes llamarme en cuanto escuches el mensaje por favor.- susurro con la voz quebrada antes de colgar la llamada.
Sakura cerro el celular rápidamente y fijo la mirada en la carretera.
Media hora más tarde la pelirrosa parqueó el auto en una calle extensa y solitaria. La lluvia seguía y parecía estar en su mejor punto, dando un ambiente lúgubre a su situación. Sakura suspiro apoyando la frente en el manubrio de su auto. Su cuerpo tiritaba ligeramente debido al frío y sus cabellos húmedos se pegaban a los costados de su rostro.
Sakura pasó interminables minutos en aquella postura, hasta que una vocecita en la cabeza le recordó que podía coger una pulmonía o de tener suerte, un resfriado. La pelirrosa bajo del auto y lentamente se encaminó a su casa. Había dejado el auto unas cuadras atras, pues triste y vulnerable como se sentía, Sakura no deseaba que Sasuke supiera que estaba allí. En ese momento, no quería que nadie lo supiera.
Su casa era hermosa. De dos plantas, bello jardín frontal, una puerta doble estilo inglés y un interior diseñado especialmente a su gusto. Sakura siempre había pensado en aquella como la casa de sus sueños. Mikoto y Fugaku Uchiha se las habían dado como regalo de bodas. Sakura se sentía gratamente agradecida cada vez que recordaba el bello detalle que sus suegros habían tenido. Ellos habían pensado que como un matrimonio joven, Sakura y Sasuke necesitaban espacio y les había dicho que una casa era el primer paso a una vida juntos.
Mientras entraba a la casa, Sakura no pudo evitar pensar en cuan desolada la encontraba. Todo estaba allí, tal como lo había dejado aquella mañana, sin embargo, algo había cambiado de tal manera que nada se sentía igual. O tal vez era ella la que se sentía diferente. Sakura sentía frío desde adentro.
La pelirrosa se dirigió rápidamente hacia las escaleras sin molestarse en encender las luces, aún era suficientemente claro para saber donde se encontraba. Subió a la segunda planta sintiendo realmente cansada, luego se dirigió automáticamente hacia su habitación, Sakura no pudo evitar detenerse en el marco de la puerta, demasiado consciente de todo. Sus orbes empezaron a arder y las lagrimas no se hicieron a esperar.
Abriendo la puerta y dándole un ligero empujón, Sakura tuvo una nueva visión de la habitación matrimonial. La cama parecía burlarse de ella y la pelirrosa sintió un intenso dolor en el pecho.
Sasuke y Sakura habían contraído matrimonio a mediados del año pasado, en Mayo. Había pasado exactamente quince meses desde que era oficialmente el joven matrimonio Uchiha. Con mucha desolación Sakura recordó la ingenua felicidad que había sentido ese día.
Lamentablemente debido al trabajo de Sasuke, habían pospuesto por demasiado tiempo su luna de miel. Sin embargo eso no había impedido que Sakura se sintiera feliz. En ese momento, con todo desde una nueva perspectiva, ella podía ver más allá de lo que realmente había sucedido.
Desde el primer día ambos habían dormido juntos, no obstante Sasuke nunca le había hecho el amor. Sakura había supuesto que él le estaba dando tiempo para acostumbrarse, pero con el paso de los meses tampoco hubo un cambio. Por eso Sakura había sido la paciente. El Uchiha muchas veces le había dicho que esos momentos se darían en su luna de miel, pero tan ocupado en su trabajo como él estaba, el tiempo había corrido con mucha velocidad. Ahora ella sabía que simplemente Sasuke jamás la había deseado.
Sakura cerró la puerta lentamente y el sonido se extendió por toda la casa, causando una sensación de soledad y suspenso. Un escalofrío la recorrió, la casa se sentía fría y su piel estaba demasiado helada. Sakura se encamino lentamente hacia la habitación que estaba al final del pasillo. La habitación de huéspedes.
Cuando se adentró, cerró la puerta con el pie y guío las manos a la chaqueta que vestía, desabotonando en un chasquido cada botón. Lastela se deslizó por sus hombros cayendo al suelo y el pantalón le siguió.
Sakura se dirigió en ropa interior al baño, la habitación era relativamente grande y estaba bien equipada. La pelirrosa cerró la puerta y con movimientos lentos se detuvo frente al lavabo. Por un instante fue como si su cuerpo pesara, se sentía tan cansada que incluso el mínimo movimiento implicaba un gran esfuerzo.
Sakura observó su reflejo en el espejo y fue como si se viera por primera vez. Su rostro estaba más pálido de lo usual, sus ojos estaban rojos y ligeramente hinchados. Sakura no pudo evitar dar una rápida mirada a su cuerpo preguntándose la manera en que Sasuke la veía. Sabía que aquello la dañaba, que era mejor olvidar el tema y no pensar en nada en específico, sin embargo no pudo evitar juzgar cada cosa que consideraba mala de si misma.
Sasuke la había engañado, buscando en otra mujer lo que ella no le daba, y no era porque no quería. Sakura había esperado mucho por estar en la intimidad con él, era más bien el hecho de que Sasuke no la deseaba, era muy evidente ahora.
Pensar realmente dolía, pero Sakura no se permitió caer en ese momento. Lentamente se quitó la camisa interior quedando en sujetador, luego deslizó la braga por sus piernas y desabrocho el sostén. Segundos después, ingresó a la ducha y abrió el grifo, regulando el agua y permitiendo que esta bañara su cuerpo. El cabello le cayó enfrente obstruyéndole cualquier mirada. Las gotas de agua se filtraron por su rostro cayendo por todos lados. Sakura tiró la cabeza hacia atrás, dejándole que el mismo chorro de agua le peinara el cabello. El agua caliente contrajo sus músculos agarrotados y ella se quedó varios minutos únicamente bajo el chorro, hasta que finalmente se apoyó en la pared y se dejó caer en los pisos de cerámica.
Abrazándose las piernas, la pelirrosa se encogió en su rincón, donde gran parte del agua caía.
Sus ojos empezaron a arder, Sakura rápidamente los cerró y bajo el rostro a sus rodillas. El contraste de la calidez de sus lagrimas con el agua, que aún caliente se sentía fría en su cuerpo le hizo muy consciente que lloraba. Sakura no pudo reprimirse entonces. Los sollozos se crearon en su pecho, un nudo se formó en su garganta y el llanto estalló. Sakura se permitió llorar libremente justo cuando creyó que no podía más.
El tiempo transcurrió demasiado lento. El agua se deslizaba por su cuerpo como seda, con las piernas aún abrazadas a su pecho y su rostro apoyado en sus rodillas, Sakura tenia la mirada perdida al frente
No era consciente de cuánto tiempo había pasado, en ese momento aquello era totalmente irrelevante. Era como si su mente se hubiera despegado completamente de su cuerpo, vagando sin rumbo. No había ningún pensamiento consciente.
Sakura tenía los ojos fijos en la pared del frente. Las lágrimas se habían detenido en un punto. La presión en su pecho no desistía, pero ya no era tan agobiante, y el nudo en su garganta había desaparecido. Sin embargo algo dentro de ella aún dolía.
Se levanto lentamente del suelo, recordando que no podía permanecer mucho tiempo bajo el agua, sin importar que está fuera caliente. Sus músculos se sentían entumecidos y le fue difícil por unos segundos lograr estabilidad. Apoyándose en la pared, la pelirrosa permitió que la movilidad volviera antes de cerrar el grifo. Salir de la ducha fue un logro. Sakura se quedó parada en la alfombra de afuera mientras con la mirada buscaba algo con que taparse. Lamentablemente había estado tan ensimismada en su dolor que lo demás había pasado a segundo plano. Por suerte había una toalla en la estantería sobre el inodoro, no era grande pero era lo suficientemente ancha para cubrirla. Sakura envolvió su cuerpo con ella y salió del baño rápidamente.
Un escalofrío recorrió su cuerpo en cuando entro a la habitación. La temperatura había bajado considerablemente y una de las ventanas estaba abierta. Sakura observó la ventana por unos segundos y luego se acercó a ella para cerrarla sintiéndose estupida. Era como si de pronto no pudiera siquiera centrarse en un pensamiento. Estaba tan desorientada y cansada que le era difícil incluso pensar con lucidez.
Mientras recogía la ropa mojada del suelo, la pelirrosa se dijo que debía buscar algo seco que ponerse. Hacía demasiado frío y no podía quedarse desnuda sabiendo que Sasuke en cualquier momento podría llegar. Sakura regresó al baño por la ropa interior, salió de la habitación y bajo hacia el área de lavado que estaba en el primer piso. Luego subió las escaleras lentamente deteniéndose en la habitación principal.
En ese momento su mano tembló mientras se cerraba entorno a la perilla. La Uchiha sintió una presión en el pecho y mucho más consciente de todo detesto la sola idea de entrar a aquella habitación. Finalmente, el saber que no tenía demasiadas opciones fue lo que le hizo accionar con rapidez. La puerta cedió con un empujón y chilló mientras se abría. Sakura dio una mirada dentro de la habitación centrándose únicamente en el armario. La cama era solo un recordatorio de su infeliz vida matrimonial y tan tranquila como se sentía, no deseaba nada que le recordaba el dolor que tenía muy dentro.
Sakura se adentró en la habitación con pasos rápidos. Abrió el armario y saco un conjunto de ropa interior y algo liviano, luego tan rápido como entro, así mismo salió procurando dejar todo de la misma manera como lo había encontrado.
En cuanto volvió a la habitación de huéspedes, la pelirrosa cerró y dejó caer la toalla antes de vestirse. Primero se puso la braga, deslizándola por sus piernas y acomodándola en sus caderas, dejó de lado el sostén, pues en ese momento solo pensó en vestirse y entrar a la cama, mientras cogía la camisa blanca de tirantes, su celular sonó. Sakura avanzó hacia la mesita donde había dejado el aparato. Las luces del teléfono se prendían y apagaban con los segundos. Sakura decidió ignorarlo por esa ocasión y se termino de vestir optando por dejar el short de lado también. Dobló las prendas restantes y las puso a un lado de la cama, las usaría cuando tuviera que salir.
Mientras se metía a la cama, Sakura escucho nuevamente la canción que tenía por llamada entrante. Distraídamente cogio el teléfono y observó la pantalla táctil. Su corazón se contrajo y sus dedos temblaron ligeramente. Sakura se negó a tener ningún cruce de palabras y rápidamente canceló la llamada sin consideración.
-Sasuke.- susurro sin emoción observando la pantalla del celular. Tenia doce llamadas perdidas y la mayoría eran precisamente de su esposo. Negándose a pensar siquiera en él, Sakura dejo en la mesita de noche antes de acostarse en la cama de costado.
Las lágrimas cayeron sin consideración, pero por ese momento ella se negó a dejarlas fluir. Deseaba descansar y ya había llorado demasiado como para seguirlo haciendo. Sakura cerró los ojos e intento sucumbir a Morfeo.
Deseando por un segundo olvidarse de su desgraciada vida.
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Sasuke Uchiha entro a su casa totalmente frustrado y empapado. El agua escurría por sus ropas juntándose en sus pies, su cabello se pegaba a su piel cubriéndole la mirada y el frío calaba sus huesos haciéndole incluso tiritar. Sasuke había pasado más de dos horas buscando a su esposa.
Luego del encuentro en el restaurante, el moreno no había dudado un segundo en seguirla, temía que en el estado en que la había visto, Sakura cometiera una estupidez que atentara contra su vida. Por eso la había buscado por todos lados, empezando en el hospital, yendo a la casa de sus amigos e incluso comunicándose como último recurso, con sus padres. Lamentablemente nadie sabía de su paradero y Sasuke había agotado todas las opciones que conocía.
Finalmente había decidido ir a su casa, esperando que estuviera allí, sin embargo el coche de Sakura no estaba parqueado afuera por lo que Sasuke deducía que tampoco se encontraba.
Se había encargado de llamar muchas veces a su teléfono esperando que ella le contestara. Sakura no sólo había ignorado sus llamadas, sino que incluso le había cortado la última. En ese punto Sasuke estaba furioso, cansado y de muy mal humor. No podía concibirse a sí mismo en aquella situación en la que su descuido le había puesto.
Murmurando entre dientes, Sasuke sacó su celular sacudiéndolo ligeramente, el agua se había colado muy dentro de su ropa sintiéndose contra la piel, seguramente su teléfono móvil tendría un final desastroso. Mientras se encaminaba a las escaleras decidió hacer un último esfuerzo y marcó el celular de Sakura. La llamada cayó en segundos y Sasuke esperó, hasta que un ruido le distrajo.
Frunciendo el ceño e intentando agudizar su oído, el moreno alejo el teléfono y se esforzó por escuchar, pero el sonido cesó con rapidez. Mientras dirigía la mirada al celular, Sasuke se dio cuenta que la llamada había sido cortada. Dando una mirada a la segunda planta Sasuke empezó a subir las escaleras una a una mientras volvía a marcar el número de Sakura, con una sospecha en mente, misma que se vio confirmada cuando el sonido en la segunda planta volvió a escucharse cuando la llamada entró. Esta vez no fue por más de unos segundos, pues al final la comunicación fue cortada. Sasuke volvió a llamar con el ceño fruncido mientras terminaba de subir a la segunda planta, dirigiéndose de una vez al dormitorio principal. En cuanto abrió la puerta observo la habitación con detalle buscando indicios de que alguien hubiera estado allí, sin embargo las sabanas estaban hechas y todo estaba en orden. Sasuke se dirigió al baño de la habitación solo para verificar que Sakura no estuviera allí. Segundos después se dio cuenta que no había rastro alguno de la chica. Sasuke frunció el ceño y agarró su celular llamando una última vez a su esposa. Esta vez la llamada se desvió de una vez al buzón de voz, al parecer ella había apagados su móvil en esa ocasión.
-Maldita sea.- gruñó Sasuke, negándose a creer que lo que había escuchado había sido solo su imaginación. Había estado seguro que ese era el sonido de la canción que Sakura tenía como tono de llamada. El moreno suspiro considerando profundamente el qué hacer, hasta que un pensamiento cruzó su mente, haciéndole molestar.
Sasuke salió de la habitación y camino por el pasillo hasta llegar a la ultima puerta a la derecha, abriendo con brusquedad.
Sakura en ese momento se acomodaba derecha en la cama, se había inclinado hacia solo unos segundos en busca de su celular, cuando el mismo sonaba repetidamente debido a la llamada entrante. Al final había optado por apagar el móvil con el fin de tener un poco de descanso. Sakura tenia en mente dormir por las próximas horas, para así no pensar, hacerlo dolía y ella estaba cansada. Mientras se arrecostaba en la cama, la puerta sonó y se abrió con brusquedad chocando fuertemente contra la pared. Sakura se sobresalto ante el bruto e inesperado ruido y dirigió su mirada a la puerta instintivamente.
En el instante en que sus ojos chocaron con los orbes que por tanto tiempo había amado, su corazón pareció detenerse por unos segundos.
Sasuke se dedico a observarla fijamente, con el ceño aún fruncido e intentando darle sentido a aquella molestia tan arrolladora que le provocaba encontrarla en aquella habitación. Se detuvo en el marco de la puerta, con el cuerpo tenso y observando para su sorpresa el temor reflejado en los ojos de Sakura. Ella se encontraba sentada en la cama, con la espalda apoyada en el respaldar, aferraba a su cuerpo una delgada sábana blanca, pero eso no cubría su estado. Estaba casi desnuda, solo con una camisa sin mangas, de un blanco casi transparente y una braga. Por alguna razón la molestia e irritación que hacía un momento le había puesto de mal humor, desapareció. Y por primera vez Sasuke pudo apreciar ciertos detalles que por mucho tiempo habían pasado desapercibidos frente a sus ojos.
En el año y medio que llevaban casados Sasuke se había ensimismado en su propia vida, dejando a un lado a Sakura. Sasuke se había casado con un objetivo en mente y una vez cumplido no había visto la necesidad de seguir fingiendo algo que no sentía. Por eso mismo había tenido la bondad de que, una vez hecho el mal, no le haría mas daño a aquella chica y por ello se había alejado de tal manera que, realmente eran pocas las cosas que sabía de ella, no así, Sakura sabía mucho de él, pues ella en cambio trataba empecinadamente de participar en su vida.
Sasuke había procurado alejarse tanto de ella en todo ámbito, que ni siquiera había llegado al plano físico de la relación, nunca había visto a Sakura con poca ropa como en ese momento.
Y por alguna extraña razón, al observarla aferrar sus manos a las sabanas de la cama, con su voluptuoso cuerpo a la vista y observándolo de esa manera, hizo que algo dentro de él se encendiera.
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FIN DEL CAPÍTULO
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