Hola!, vengo hacer mi pequeño aporte con este one-shot, es muy triste que existan tan pocos fics de TWD en español y bueno la idea simplemente me llegó y la plasmé en estas líneas. Espero les guste.
Ni la serie ni el cómic me pertenecen.
Charla de hombre a hombre.
Nuevamente ante los inexpresivos ojos de Carl estaba ella…
Beth Greene...
La joven mecía pacíficamente entre sus pálidos y delgados brazos a la pequeña Judith Grimes. El hijo mayor de Rick seguía atentamente con sus pupilas cada movimiento que ella hacía, no sabía con certeza desde cuando estaba viéndola hacer eso, ni tampoco conocía el porqué de estar sintiéndose extraño cada vez que la miraba detenidamente, sólo estaba seguro de una cosa, esa muchachita rubia de expresión simpática e inocente despertaba en él sensaciones totalmente nuevas.
Carl llevaba observándola una buena cantidad de tiempo sin reparar en ello, no era consciente de la expresión de fascinación que cargaba en dicho instante al contemplarle, pero sabía que esa joven llamaba su atención como jamás lo había hecho otra chica antes.
Y pensar que hace un par de años atrás decía a toda voz que las mujeres eran odiosas y complicadas, claro que exceptuaba a su madre en esa definición. Carl era de aquellos niños que cuando presenciaban un beso de alguna pareja hacía una mueca de asco, no comprendía la insistencia de los más grandes en realizar aquella acción repulsiva.
Pero eso era antes, por dos grandes razones:
Una de ellas era, porque él ya no era un niño y no por decisión propia, sino porque el destino así lo había planeado, no se le podía llamar "niño" a una persona que a sus cortos años de vida había visto y hecho tantas cosas traumáticas y perturbadoras como él.
Y la segunda razón era simple, si tan sólo se le presentase la oportunidad de poder besar aquellos labios rosados que poseía Beth, simplemente no se negaría y lo haría. Sin embargo, sabía que la posibilidad de concretar algo así era muy precaria.
Ante sus orbes, ella era hermosa, casi perfecta… cuando esa muchacha le dedicaba una tranquilizadora y acogedora sonrisa, Carl perdía la noción del tiempo y se dejaba llevar por ese rostro angelical. Gracias a eso conseguía olvidar por unos instantes que el mundo se había ido a la misma mierda, después de todo, la llegada de sus nuevos compañeros de supervivencia no había resultado ser tan nefasta.
Ya estaba anocheciendo y la luz se hacía cada vez más escasa, al menos la pequeña Judith se relajaba con la oscuridad y conseguía dormirse más rápido.
Daryl entró al pabellón de la prisión escandalosamente, los únicos presentes se giraron a él con cara de pocos amigos, su brusquedad y falta de sutileza, muy propia de él, provocaron que todo el esfuerzo que había estado haciendo Beth por dormir a la bebé se fueran por el retrete. No entendían cómo podía cazar si era tan bullicioso al momento de abrir una miserable reja.
Y como era de esperarse, Judith no tardó en estallar en llanto. Carl liberó un bufido de extenuación y Daryl curvó sus labios en un gesto de arrepentimiento.
—Mierda, lo siento —Se disculpó el menor de los Dixon aproximándose a la rubia, Beth lo miró y le sonrió.
—Descuida, se volverá a dormir —Daryl asintió levemente con la cabeza y observó a la diminuta Judith, al parecer había bajado la intensidad de sus molestos llantos. — ¿Quién se quedó haciendo la guardia? — Inquirió con preocupación al notar que el cazador había abandonado su puesto.
—Maggie y Glenn, pero dudo que estén vigilando precisamente —Beth soltó una risita con un ápice de picardía, entendió perfectamente a lo que se refería Daryl, el cual terminó por contagiarse de la risa de la joven y sonrió sutilmente. Carl los observaba con el ceño fruncido. — Sólo vine a comer algo, mi maldito estómago no para de rugir.
—¿Puedes sostenerla mientras te preparo algo? —le sugirió mirándolo fijamente, el hombre la miró con escepticismo durante unos segundos y ella no pudo evitar intimidarse un poco. — Claro, si es que quieres...—complementó.
—¿No te molesta? —Cuestionó extrañado, no estaba acostumbrado a ser atendido a decir verdad, menos por la hija menor del granjero con quien apenas cruzaba palabras. Beth negó con la cabeza sonriendo un poco sonrojada, le tendió a la pequeña y Daryl la recibió con cierta dificultad.
—¡Hey! Pequeña patea traseros, ¿Cómo estás? —La saludó mientras la sostenía, Judith bostezó y estiró sus pequeñas manitas.
Beth sonrió más ampliamente al tiempo en que posicionaba su mano derecha en el hombro del castaño. Daryl la observó de soslayo, siempre le había parecido que esa chiquilla tomaba confianza demasiado rápido, la rubia nuevamente se sintió extraña ante la mirada intimidante del arquero, así que solamente le dio un ligero apretón y como acto seguido se dirigió a prepararle algo de comer.
Carl observó toda la escena sin que su entrecejo se separase, parecían una estúpida pareja feliz admirando a su pequeña hija, ¿Qué acaso Beth, su Beth, se sentía atraída por Daryl?, además… ¿Desde cuándo que el Dixon se sonreía tanto? Y… ¿Desde cuándo Beth se sonrojaba con él?
"Maldito Daryl", pensaba Carl completamente celoso.
—Carl, pásame el biberón. —La voz del cazador lo sacó de sus divagaciones, sin embargo, el pequeño castaño de mirada penetrante ignoró la petición y se aproximó a Daryl que lo miraba visiblemente confundido. – Oye, ¿Me estás escuchando?, trae el puto biberón si no quieres que la niña nos haga pedazos los jodidos tímpanos con sus chillidos. — Lo advirtió mirando a la bebé que hacía pucheros y amenazaba con estallar en llanto nuevamente.
—¿Qué traes con Beth? —Inquirió el menor sin poder ocultar el tono celoso en su voz.
Daryl arqueó una ceja y fijó sus ojos azules en el niño. Carl continuaba fulminándolo con la mirada y él no sabía si reír divertido o mandar al mocoso al diablo por insinuar cosas que no eran. Pero no era necesario, tampoco había que ser un genio ni una madre cercana a sus retoños para saber qué le sucedía a Carl.
—Te gusta la hija del viejo Hershel, ¿no?
Carl se sintió acorralado entre la espada y la pared, se sentía como un criminal siendo descubierto infraganti. Arrepentido y maldiciéndose internamente por ser tan obvio, descendió su vista y se relajó un poco.
—No…yo…yo sólo preguntaba.
Daryl dejó a la pequeña en su improvisada cuna y tomó como nota mental conseguir algo más decente en donde Judith pudiese dormirse , daba gracias a todos los dioses porque la niña no se había puesto a llorar, terminó de acomodarla y se acercó a Carl.
—Y… ¿Si yo tuviera algo con ella qué? —El cazador usó un tono de voz desafiante, quería provocar al niño y por la expresión que éste mantenía en su rostro lo estaba consiguiendo.
—No es un poco pequeña para ti. —Masculló Carl con rabia.
—No es un poco mayor para ti. —Replicó Daryl en voz baja, asegurándose de que Beth no escuchara nada, el hijo del ex- sheriff bajó la vista avergonzado, no sabía si lo hacía porque ahora otra persona conocía su secreto o tal vez era porque Daryl realmente era dueño de una mirada intimidante. — Oye, enano, te diré algo de hombre a hombre, todas las mujeres son complicadas, no importa cuanto te empeñes por hacer lo que ellas quieren, nunca estarán conformes… la edad no importa de todos modos son complicadas, histéricas y manipuladoras, no te dejes engatusar por la carita de ángel que ella tiene.
—¿Alguna ves te gustó una mujer mayor que tú? —Le preguntó con interés, Daryl liberó un bufido.
—No creo que cuenten las prostitutas que conocía Merle —comentó con desagrado, por un instante olvidó que su interlocutor era un niño.
Recordó cuando él y Merle visitaban un prostíbulo por obligación de Jack, el maldito viejo miserable argumentaba que así se convertirían en hombres, así que cuando cumplían la mayoría de edad los llevaba con las rameras que solían ser mujeres mayores que ellos. Carl pestañó sin entender, aún seguía siendo un niño en varios aspectos. Ambos castaños dirigieron sus miradas en dirección a donde yacía la menor de los Greene improvisando algo para alimentar a Daryl.
—Tienes buen gusto —Carl sonrió y Daryl volvió a observar a Judith quien dormía plácidamente.
—¿Daryl, crees que ella… alguna vez… se fije en mi?
El aludido posicionó nuevamente la vista en Beth, no había tanta diferencia de edad entre ellos, o al menos no era superior a 6 años, y en realidad no sabía qué contestar sin ser tan cruel, pues dudaba que la pequeña Greene se fijase en un niñato como Carl, no obstante, nadie conocía con exactitud cuanto más continuarían con vida, no podía darle a ese mocoso una respuesta desalentadora tampoco. Entonces recordó una frase que Merle le decía cuando él tenía unos quince años y pensaba en el futuro y las absurdas consecuencias de sus actos.
"Disfruta el momento, Darylina"
La frase quedaba perfecta para el puto Apocalipsis. Su semblante se relajó y se dirigió al niño con cautela.
—Disfruta el momento, Carl, vívelo como si fuese el último, créeme, no importa el futuro, ni el pasado, sólo está el jodido presente, vívelo lo más que puedas sin desaprovechar ninguna oportunidad. —Beth le informó a Daryl que su cena o lo qué diablos fuese a comer estaba preparado, los dos hombres la miraron y ella sonrió, parecía una muñeca que no cambiaba nunca la sonrisa del rostro. Daryl regresó la vista a Carl. — Ella es una chica inteligente, sabrá reconocer a un gran hombre. — Sin más palabras y esperando haber alentado al hijo de Rick en algo se alejó de allí.
Carl sonrió tímidamente, por personas como Beth valía la pena crecer, seguir batallando y vivir el día a día, por ahora seguiría el consejo de Daryl y gozaría de cada momento como si fuese el último.
No sé por qué, pero siempre me imagino que Daryl se da cuenta de todo lo que sucede con sus compañeros de grupo jajaja
Espero que les haya gustado! creo que hacen falta relatos así por el frandom. Y obviamente los comentarios también, los reviews animan a continuar escribiendo : D
