INTERNADO DE SEÑORITAS GINTAMA
CAPITULO I
El internado exclusivo de mujeres Gintama, es una preparatoria donde se enseña a ser una señorita de bien, con modales y etiqueta. O eso era lo que decía la publicidad, pero demandarían a la escuela por publicidad engañosa si vieran a cierto par de chicas que habitan en la habitación 233, que no tienen nada de modales. Los nombres de las chicas que conforman ese par son Yato Kagura y Okita Souko.
Una de sus mañanas, la más tranquila, consistía en tres intentos fallidos de asesinato, diez golpes y más de veinte palabras altisonantes. Y si se preguntan el porqué de su enemistad es por la envidia de cierta chica plana hacia las curvas de su compañera de habitación.
Un día de estos, esas dos chicas seguían peleando. Y como siempre, Souko, para ganar las discusiones, ameritaba su cuerpo enfrente de Kagura, quien no dudaba en golpear a Souko en las partes más abultadas de su cuerpo. Se podía decir que ambas estaban locas en ese sentido. Pero entre tanta pelea, cosas azotadas en las paredes y gritos de guerreras en trabajo de parto, llamó la atención de las demás chicas, sobretodo de las que dormían a lado: Nobume y Soyo.
Se asomaron por la puerta y pudieron ver a las dos chicas con los cabellos hechos un nido, y la ropa algo rota, sin mencionar la habitación que estaba patas arriba.
— ¿Que ha pasado aquí?— Preguntó Soyo horrorizada
— ¿No lo ves Soyo? Están haciendo "cositas"—. Pronuncio Nobume quien se entraba parada a un lado de la pelinegra
Los rostros de aquellas despeinadas chicas reflejaron furia contra la inexpresiva chica que las miraba. Por otro lado, Soyo se limitó a reír por las acciones de ella.
— ¡No digas estupideces sádica loca yo no soy de esas!—. Grito Souko. —Es esta china tonta que me tiene envidia.
— ¡¿Envidia yo?! ¿De qué te tendría envidia perra sádica? —. Grito Kagura furiosa
—Cielos no lo sé ¿por qué no le preguntas a tu vacío sostén?—. Dijo Souko con sarcasmo
Las mejillas de Kagura se pintaron de los mil colores a la vez que se lanzaba sobre la castaña. Pegó un grito de guerra posando su mano sobre un de los pechos de la chica
— ¡Estas mierdas solo son grasa!—. Gritó Kagura
— ¡Suéltame maldita china!—. Gritaba Souko jalando de los cabellos a la pelirroja
— ¡Souko! ¡Kagura—chan! ¡Deténganse!—. Gritaba Soyo tratando de separar a las chicas.
Y lo logro, pero la mano de Kagura sostenía bastante bien a Souko, tanto que término arrancándole la blusa cuando Soyo la jalo.
Cuando voltearon a ver a Souko ya sin blusa, vieron que no traía sostén y que están en todo su esplendor los sobresalientes de la castaña, Soyo y Kagura se lamentaron, esa chica sí que tenía buenos atributos. Soyo y Kagura de tristeza se fueron a la pared más cercana y la empezaron a rascar con el dedo índice como si buscaran un tesoro en lo ancho y largo de la pared.
—Están enormes —murmuraban al mismo tiempo — Con razón tiene una gran fila de sirvientes masoquistas.
La única que no le afectaba eso fue Nobume, no tenía nada que envidiar, ella estaba a la par o incluso tenía un poco más, así que le acerco una blusa.
—Creo que deberías vestirte Okita, yo me llevare a Soyo, recuerden que las clases empiezan en media hora, no deben llegar tarde —habló la chica de azulados cabellos. Mientras jalaba a su compañera de habitación, que seguía en un trance emocional.
Una vez ya solas Souko intento sacar de su trance a Kagura.
—China no sé de qué te quejas de no tener adelante, si todo se te fue a atrás —mientras decía esto le dio una nalgada.
—Perra sádica deja de andar toqueteando donde no debes. —reclamó una enfadada Kagura.
—Somos compañeras de habitación, nos conocemos bien —dijo Souko al oído de Kagura, esta sintió un nervio por toda su espina dorsal. —Bueno hay que arreglarnos para ir a clases, si no la maestra Zurako se va a enfadar.
Dicho esto ambas chicas se arreglaron, quien sabe cómo le hacen pero antes de salir a clases su habitación siempre esta impecable y su uniforme también.
Una vez ya en el salón de clases llegaron justo a tiempo, pareciera que su maestra le venía pisando los talones.
Su maestra de historia, Zurako, era una persona muy bella, su cabello largo y negro, sedoso. Un esbelto cuerpo, pero era una de las mujeres más planas que en su vida hayan visto, hasta Kagura parecía tener mucho junto a esa maestra.
—China deberías ser como la maestra Zurako, ella casi no tiene y no sede ante las provocaciones de las demás.
— ¿De qué hablas maldita sádica? Yo no me enojo por eso, me enojo de sólo ver tu cara engreída— Infló las mejillas y se cruzó de brazos
A Souko este gesto le dio gracia. Le encantaba que Kagura hiciera ese tipo de gestos, era una chica tierna después de todo.
— Cuando seas vieja los pechos te van a colgar como los de una vaca— Masculló la pelirroja
La castaña no dijo nada, ya estaba acostumbrada a esa clase de comentarios por parte de ella, así que cuando la clase empezó, Souko se puso su antifaz y sus audífonos para comenzar su siesta.
— Señoritas— Habló Zurako— Abran su libro en la página 320
Luego de decir eso se volteó para escribir en el pizarrón, y tenía una nota pegada en la espalda. "Plana" tenía escrito con torpeza. Las chicas contenían la risa, por semejante broma de mal gusto.
— Kagura pasa al frente para escribir tus respuestas— Ordenó Zurako
Cansada, se levantó de su banca. Souko levantó la cabeza, y le dio una palmada a Kagura en la espalda.
— Suerte— Le dijo
Eso había confundido a esa chica, no sabía el porqué de tan repentina actitud. Llegó al frente, y se posicionó junto a la profesora. De nuevo las risas volvieron. "Dúo de planas", eso era lo que estaba escrito en la espalda de esa pobre chica, y Souko sonreía con satisfacción.
La mirada furiosa de Kagura estaba fija en una sola persona, aquella chica que reía incontrolable burlándose de ella. Rechinó sus dientes tomando aquel papel pegado en su espalda arrugándolo hasta darle forma de una bola que lanzó contra Souko, con tal fuerza que el golpe le hizo voltear la cara dejándole aquella parte completamente roja.
— ¡¿Qué te pasa maldita china?!—. Gritó Souko fingiendo dolor tras aquel golpe
— ¡Fuiste tú maldita perra sádica!—. Gritó Kagura
— ¡Claro que no!—. Mintió Souko.
Esas palabras sólo hicieron enfurecer más a Kagura quien corrió hasta ella a punto de arrojársele encima, eso hasta que la profesora Zurako la sostuvo del cuello del uniforme.
— ¡Basta de una vez ustedes dos!—. Gritó la profesora
— ¡Pero nos llamó planas!—. Gritó Kagura
—Sí y será castigada por eso—. Respondió Zurako. —Pero tú serás castigada con ella Kagura
— ¡Ja! Estúpida china—. Dijo Souko de forma triunfal
— ¡¿Yo por qué?! Es esta perra salvaje la que se portó mal—. Gritó Kagura sintiéndose ofendida.
—Ahí está tu respuesta, siempre estas iniciando pelea con tu compañera—. Dijo Zurako. —Se quedaran juntas a ver si así se llevan mejor...
—Profesora, es la idea más tonta que se le pudo ocurrir—. Pronuncio una chica de cabellos azulados que se encontraba sentada detrás.
—Imai te quedas castigada con ellas—. Dijo Zurako
—Pero Nobume—san tiene razón, ellas terminara peleando y más si Nobume se une—. Agregó Soyo quien estaba sentada a un lado de la peliazul
—Tokugawa será la réferi ¿alguien más?—. Dijo Zurako mirando a todos los puntos del salón de clases
Todas las alumnas se quedaron en silencio mientras Kagura y Souko se miraban con despreció entre ellas
Las clases transcurrieron como de costumbre, Kagura no les dirigió las palabras en todo el día a sus amigas. Incluso en la hora de receso salió corriendo para no toparse con ellas, durante su recorrido paso por el aula de profesoras, y escucho un fuerte grito, así que pego la oreja a la puerta para ver que lograba captar.
Mientras tanto estaban la maestra Zurako y otra profesora de plateados cabellos.
—Zurako no deberías castigarlas por eso, son jóvenes con las hormonas alborotadas, o es que en cierta forma estas resentida de que le hayan llamado planas — lo último que había dicho le costaría su pecho derecho, porque la maestra Zurako no estaba de humor para soportar burlas sobre su físico — Ay, Ay Zurako cálmate, o es ¿qué tanto me deseas? — esa persona utilizó un tono de coqueteo, rápido la profesora Zurako la soltó.
—Cállate Ginko, no digas estupideces, tener dos bolas de grasa pegadas en el torso no las hace mejor personas — la maestra de historia ya había tomado asiento enfrente de la voluptuosa de cabellos plateados.
—Pero bien que te gustaría tenerlas — al terminar eso la de cabello azabache le dedico una mirada matadora.
—Está bien, tanto que las defiendes te tocara cuidar su castigo —finalizó la pelea, dejando inconsciente a la maestra que tenía en frente, si bien era sabido que la profesora Ginko era una floja y que no le gustaba llevar alumnas a castigo por qué significa más tiempo de trabajo.
—Zurako perdón, no te volveré a llamar plana pero por favor no
—Lo siento Gin, pero ya así lo decidí, serás la maestra a cargo del castigo de las cuatro chicas del salón Z
Kagura al escuchar eso se puso muy contenta, tener a la profesora Ginko a cargo significaría salida temprano.
Kagura regreso al salón de clase a comer sus alimentos, y solo le dirigía la palabra a Soyo y Nobume, seguía resentida con Souko. Las clases llegaron a su fin y el cuarteto de amigas llegó al salón de castigo. Todas iban con cara de terror, es bien sabido que la maestra Zurako es muy cruel con sus castigos, pero Kagura sabía que era Ginko quien estaría a cargo de ellas así que entro con una sonrisa al aula, Souko al notar esto, empezó a hablar
—China, te hiciste masoquista o ¿por qué vienes feliz a un castigo?
—Cállate grasosa, ahorita lo verás.
Pronto entró Ginko al salón, con pasos flojos y expresión de no querer hacer nada de su vida. Al verla, Kagura se lanzó contra ella y la abrazó con fuerza.
— ¡Gin!— Exclamó ella mientras apretaba más a la profesora contra su cuerpo
Ver esa escena de alguna manera molestaba a Souko, quien las observaba de reojo, e inflando su interminable goma de mascar.
Pero esta simplemente la separó y le dio un golpe en la cabeza con la Jump que tenía en la mano.
— Ni creas que eso te va a salvar del castigo mocosa— La reprendió y Kagura le musitó una grosería dirigiéndose de nuevo a su asiento
Estuvieron en silencio unos segundos, sentadas mientras esa profesora se hurgaba la nariz y leía la Jump.
De entre ese silencio, un celular sonó. Era el de Souko, quien alzó la mano para poder contestar.
— Haz lo que quieras— Fue lo único que dijo Ginko, y con todo el desinterés del mundo
Corrió a contestar, lejos, y de nuevo hubo silencio. Ahora Nobume alzó la mano.
— ¿Puedo ir al baño?
— Si, si ve— Otra vez ese tono de desinterés
Pasó un rato y esas dos chicas no volvían. El estómago de Kagura sonó. Alzó su mano.
— Si, puedes salir— Esa mujer de plateada cabellera seguía concentrada en la Jump.
— ¡Hey no me dejen sola!— Exclamó Soyo indignada, hasta que su profesora hizo una señal para que se marchara también
Luego de que Kagura estuviera dirigiéndose a la cafetería, escuchó a Souko hablando en un pasillo.
—... Ya te lo dije, me vueles a hablar y esta vez voy por tu bola izquierda... ¿Por qué? Por qué no voy a dejar impune al idiota que me agarró los bustos como si nada... ¿Tortillera?— Soltó una carcajada— Tal vez
Luego de eso colgó, y vio a Kagura escondida.
"¿Que significa tortillera?" se preguntaba Kagura sumergida en sus pensamientos. Ni siquiera había sido capaz de darse cuenta de que cierta chica castaña estaba parada detrás de ella mirándole fijamente.
— ¿Que estás haciendo china?—. Preguntó Souko, Kagura dejó escapar un chillido sorprendida a escuchar la voz de la chica.
— ¡Nada!—. Gritó
— ¿Me estabas espiando?—. Dijo Souko alzando una ceja
—Cla... Claro que no—. Negó Kagura, por alguna razón se sintió nerviosa al escucharla hablar con ese tono de voz
—Claro que si—. Afirmo Souko
— ¿Qué significa tortillera?—. Preguntó directamente Kagura
Aquella pregunta sorprendió a la castaña haciéndola sentir como si le vaciaran un balde de agua fría en la espalda, además estaba el hecho de la mirada que Kagura le dedicaba.
—Ya... Ya... Ves—. Se mordió la lengua por tartamudear ¿por qué se había puesto así? ¿Dónde estaba su arrogancia y sadismo?— ¿Ya ves que si me estabas espiando china?
—No—. Negó Kagura. —Pasaba por aquí y te escuche, solo me dio curiosidad por que te oías muy enojada hablando de tus bolas de grasa
— ¿Qué es lo único que te importa?—. Bromeo la castaña
—Vete a la mierda—. Dijo Kagura. —Yo solo preguntaba
Souko suspiro, le causó cierta gracia ver a la pelirroja preguntando. Siempre iba diciendo que la vida de que no le importaba pese a que llevaran mucho tiempo de conocerse, era la primera vez que parecía interesada en ella o al menos un poco.
—Tuve un problema con un idiota hace unos días...—. Dijo Souko. —Quiso pasarse de listo y le rompí la nariz...
—Tú... ¿Sales con chicos?—. Preguntó Kagura. Estaba enojada con la estúpida zorra sádica
—Bueno...
— ¡Aquí estas Souko!—. Exclamo Nobume estoica llegando desde atrás rodeando con sus brazos a la pelirroja a la vez que recargaba su barbilla en la cabeza de esta.
Souko nanas le dedico una mirada de ira, mientras Kagura sonreía
— ¿Qué quieres estúpida tragadonas?
—Oh disculpa, ¿interrumpí su declaración de amor? —hablaba con sarcasmo Nobume, esto hizo que ambas chicas se pusieran rojas.
—Souko, Kagura, Nobume ¿pueden regresar al salón? —Gritaba Soyo desde la puerta del salón — la profesora quiere hablar con nosotros
—Ahí vamos — respondió Nobume — me adelantare, por favor no tarden — Souko solo le dedico una mirada de irá y Kagura seguía roja.
—China seguimos con esta plática en nuestra habitación, te compraré comida, pero por favor lo que te cuente no le digas a nadie —Souko emprendió camino mientras Kagura seguía ida.
"Espera ¿qué?, la grasosa sádica le había pedido algo por favor, esto tenía que ser muy serio para pedirlo por favor". Era lo que Kagura pensaba en lo que llegaba al salón de castigo. Una vez dentro se sentó y presto atención a lo que su maestra de plateados cabello fuera a decir.
—Chicas por favor controlen sus hormonas —empezó diciendo la maestra Ginko — están muy chicas para preocuparse por el tamaño —decía mientras miraba a cierta chica pelirroja. —Todavía tienen la oportunidad de crecer o si no se las pueden operar ¿cuál es el problema? Espero no tener que verlas por aquí otra vez por algo similar, en especial ustedes dos —señaló a Souko y Kagura — Son compañeras de habitación, deberían llevarse mejor. Bueno ya se pueden ir, que ya casi es hora para el toque de queda, y no quiero que me echen la culpa de que no llegaron a tiempo por eso. Además ya se perdieron la hora de la comida por estar aquí, eso es suficiente castigo. Hasta mañana —concluyendo de decir eso salió corriendo, bien conocía a cierta chica pelirroja que armaría un escándalo por no haber comido. La profesora ya se encontraba en el piso de abajo y se sorprendió no escuchar ningún grito de guerra.
Holo, otra historia más :D, si había estado ausente durante mucho tiempo, y tengo muchos proyectos en mente, entre ellos los que subi hoy :D
Espero les sea de su agrado, solo es comedia :3
GRACIAS POR LEER
