Hola a todos

Después de casi un año de no actualizar nada de nada debido a un bloqueo maligno que monopolizo mi mente, he vuelto con esta pequeña historia de San Valentin para indicarles que mi musa se puso a trabajar nuevamente (¡Banzai! /* . * / ) y que retomare los proyectos que tengo pendientes lo mas pronto posible( ya era hora, lo se , discúlpenme, PERDÓNENME T-T)

u.u no pude terminar este especial a tiempo para el 14, pero la intención es lo que cuenta n.n Espero que les guste

Disclaimer: One piece no me pertenece, es propiedad de Eiichiro Oda-sama. Esta historia es sin fines de Lucro

Special chapter: Valentine's Day

Chapter 1: Un "San Valentín" para olvidar

Chocolates, peluches, parejas felices y un sinfín de corazones. Eso era lo único que veía Nami al caminar por las calles de un pueblo que les quedaba de paso. Corazones, corazones y más corazones, además de sentir un fuerte aroma a chocolate en el ambiente que la ponía de los nervios.

-Odio este lugar, y odio aún más este aroma ¿por qué está por toda la isla? ¿acaso no saben regalar otra cosa?-refunfuño de mala gana, apretando los nudillos mientras fruncía fuertemente el ceño-¡Cielos! ¡¿Qué le pasa a todo el mundo?! ¡¿por qué no pueden actuar como siempre lo hacen?!-chilló a los cuatro vientos, centrando las miradas de todas las personas a su alrededor.

Y si, pues, era 14 de febrero, o "San Valentín" como todo el mundo le dice. Esa fecha especial donde le regalas chocolates al chico que te gusta, o a tus amigos cercanos, agradeciéndoles el hecho de haber cuidado de ti durante todo el año; esa fecha única en la cual todo el mundo se embriaga de romanticismo, y dicen y hacen cosas que en otro día del año jamás se atreverían, ignorando por completo el "que dirán" mientras logren arrancarle una sonrisa a la persona que aman; esa fecha en la cual todos son felices y no temen gritarlo si es necesario.

Si, esa fecha era justo hoy, y Nami no podía escapar de ella.

Mientras soltaba un sonoro suspiro y aceleraba el paso, se propuso entrar al primer bar que encontrara en su camino, ya que no estaba de humor para celebraciones.

¿Y quién tenía la culpa?:

Robín.

Si, Robín.

Si su nakama no hubiera tenido esa extraña conversación con Luffy la noche anterior, las cosas no habrían terminado tan mal como lo hicieron, y ella no habría salido enfurecida del Sunny go tras haberle tirado el chocolate que le había hecho a su capitán por la cabeza, ni tampoco lo hubiera enviado al diablo de la forma en la que lo hizo; porque no fue un simple "déjame en paz", sino que fue un "vete al diablo" con todo el odio que pudo expresar. Y lo peor de todo es que ni siquiera sabe porque lo hizo, y la duda poco a poco la está carcomiendo al temer lo peor.

-Bienvenida-fue lo primero que escucho del viejo cantinero que atendía el lugar, el cual colocó un vaso limpio sobre la barra-¿qué le sirvo?-

-Una botella de su mejor vino-respondió ella con ojos entrecerrados, sentándose en un taburete de madera.

-En seguida-y sin más, el anciano sacó el vaso que puso sobre la barra y lo reemplazó por una copa, llenándola sólo hasta la mitad-¿quiere que le deje la botella?-pero al no recibir respuesta alguna, decidió guardar silencio y dejar la botella de todos modos, ya que el semblante de la pelirroja hablaba por sí solo-Cualquier cosa me llama-

-Está bien-susurró Nami sin ánimo, tomando la copa con su mano derecha mientras observaba su reflejo en el vino.

Las palabras de Luffy aun seguían resonando en su cabeza, angustiándola al no saber cómo debía interpretarlas

-Cuando regrese… ¿qué debería hacer? yo…-


Flashback

Esa mañana…

-Bien, este es el último-dijo alegremente la navegante, acomodando una cinta en la cajita de chocolates que acababa de preparar-mmm…quedaron mejor de lo que pensaba. Ahora sólo me queda entregárselos a todos. Me pregunto dónde estarán…- y cogiendo los presentes que estaban sobre su escritorio, salió de la biblioteca para buscar a sus nakamas.

Después de estar dando vueltas por todos lados, encontró con Usopp, Chopper, Franky y Sanji conversando animadamente en la cocina. No dudo en saludarlos y entregarle a cada uno su respectivo chocolate, los cuales hizo a mano la noche anterior, logrando arrancar varias sonrisas apenadas y un "gracias" en cada uno de ellos.

-¡Nos vemos después!-se despidió la navegante, soltando una pequeña risita-Espero mi regalo de vuelta el próximo mes…¡por tres!-

-¡OYE!-exclamaron Usopp y Chopper al unísono, centrando su atención -¡No sabíamos nada de eso!-

-Pues ahora lo saben. Mas les vale no olvidarlo-

-Si…-susurraron, resignados.

-Bien… ¿ahora quién sigue?-murmuró para sí misma, escuchando de repente un -Ahora ¿Qué hacemos? ya lo hemos aceptado…-por parte de Usopp, logrando arrancarle otra sonrisa más.

Realmente se divertiría el día de hoy.

Al avanzar por el corredor se encontró con Robín, la cual estaba haciendo lo mismo que ella. Sólo cargaba una caja de chocolates, así que estaba pronta a finalizar la repartición.

-Veo que terminaste de envolverlos justo a tiempo-dijo Robín con una sonrisa, apuntando a los chocolates-¿quién te falta?-

-Pues…Brook, Zoro y Luffy-respondió revisando las cajas-¿sabes dónde están?-

-Brook está en el acuario afinando su violín-

-Ya veo. Entonces iré a verlo primero...-dijo ensimismada, buscando la caja del músico

-Se puso muy feliz cuando recibió mi chocolate-agregó Robín en una risita

-Sólo espero que no me pida alguna estupidez-dijo con ojos entrecerrados la navegante, causando otra risita en la morena- por cierto…-y miró a su alrededor-¿dónde está Luffy?-

-Estaba durmiendo en la cabeza del Sunny hace un momento-

-Lo dejaré para el final, antes tengo que subir allá arriba-y apuntó a la sala de observación.

-Buena suerte-le deseo la arqueóloga, sonriendo ampliamente al imaginar el semblante del espadachín al recibir el presente-¡Oh!Por cierto, hable con Luffy ayer-

-¿Eh? ¿Con Luffy?-repitió, curiosa

-Así es. Le explique el verdadero significado de "San Valentín"-

Nami guardó silencio, notando un leve brillo de malicia en aquellos ojos celestes.

-Me voy primero-finalizó la morena, desconcertando a Nami.

-Ah…Si, hablamos después-terminó por decir, observando como la arqueóloga entraba a la cocina antes de seguir-así que el verdadero significado de "San Valentín", eh…-susurro ensimismada, dirigiéndose al acuario-No sé para que se lo explico, después de todo Luffy es como un niño. No creo que lo entienda. Además…-y observó uno de los chocolates que cargaba, el cual tenía una "L" gigante de mazapán-…estos son...sólo chocolates obligatorios y no románticos ¿verdad?- y se quedó pensando, observando la caja por varios segundos.

Hizo chocolates para todos sus nakamas, incluso para Robín, pero…¿por qué estaba tan inquieta cuando pensaba en el chocolate de su capitán?

Sacudió la cabeza y retomo su camino. Estaba pensando demasiado.

Al entrar al acuario, un sonriente y emocionado Brook la recibió con los brazos abiertos, asustandola al no esperarselo. Así que después de golpearlo por tratar de abrazarla sin permiso, le entregó la caja de chocolates y le deseo un feliz día de San Valentín. Entonces, en agradecimiento, Brook tocó una bella melodía en su violín para conmemorar la ocasión, logrando arrancarle una sonrisa al verlo tan feliz.

-Gracias por la presentación-

-No ha sido nada, Nami-san, después de todo has alegrado mi corazón al obsequiarme este dulce chocolate. Aunque yo no tengo corazón yohohoho-y se acercó a la pelirroja, mirándola con seriedad-Por cierto, Nami-san ¿me enseñarías tus panti—?-

-¡NO LO HARÉ!-bramó la navegante, golpeándolo en la cabeza de una patada-¿podrías parar de preguntármelo?-

-¡Que dolor!-chilló el esqueleto, causando un suspiro en la chica.

Algunas personas nunca cambian.

Después de salir del acuario, subió la escalera que daba a la sala de observación y alzó la mirada, encontrándose a un concentrado Zoro haciendo ejercicio. Entonces cuando el espadachín reparó en su presencia y se dio cuenta de la caja que cargaba, se asustó de tal manera que dejó caer la pesa, rozando por poco uno de sus pies.

-¿Qué es "eso"?-preguntó con nerviosismo, retrocediendo varios pasos mientras apuntaba a la caja acusadoramente.

-Feliz día de "San Valentín", Zoro-kun. Espero ansiosa tu regalo el próximo mes -pronuncio Nami con una sonrisita traviesa, causando que el espadachín comenzara a sudar-¡Recuérdalo bien! debe ser el triple de lo que te di hoy. No espero menos-y guiñandole el ojo mientras movía su mano en señal de despedida, bajó por la escotilla mientras escuchaba las maldiciones que Zoro le gritaba por el chocolate-¡Nos vemos!-

-¡ME LAS PAGARAS, MALDITA TIMADORA!-escuchó gritar a sus espaldas, causándole una carcajada

-¡Di lo que quieras!- exclamó de vuelta, observando su último chocolate-Ahora sólo queda Luffy-

Bajó las escaleras en silencio y se dirigió a la proa, buscando con la mirada al mugiwara

-Ahí esta…-susurró para sí misma, acercándose a la baranda para verlo mejor.

Seguía durmiendo.

-Luffy-lo llamó-¡Luffy!-

-Hmm-murmuró el susodicho, abriendo los ojos perezosamente

-Luffy ¿Estás despierto?-lo llamó nuevamente la pelirroja, observándolo desde la proa

-¿Eh? ah…Nami-dijo adormilado, rascándose la cabeza-¿qué pasa?-

-Ten, es para ti-y le extendió el chocolate, sorprendiendo al mugiwara

-¿Qué es eso?-preguntó curioso, bajando de su asiento favorito-¡¿es chocolate?!-exclamó alegre, cogiendo la caja

-Ah…sí- confirmó dudosa, comenzando a sentirse nerviosa-pues, verás…hoy es San Valentín y yo…- pero el semblante de su capitán se tornó serio de un momento a otro, desconcertándola-¿Luffy?-

-No lo quiero-sentenció, devolviéndole la caja

-¿Eh? ¿por qué?-exigió saber

-Es un chocolate de amor ¿verdad? Robín me lo explico ayer. Dijo que se los das a la persona que te gusta-explicó el mugiwara, apuntando a la caja acusadoramente- Si lo acepto significa que te quiero. Es por eso que no lo haré-

-¿Qué quieres decir con eso?-

-¿Eh? ¿A qué te refieres?-pregunto de vuelta, confundido.

-"¡Eso quiero saber yo también, idiota!"- Nami guardó silencio varios segundos, procesando la información que acababa de recibir- Entonces, si este fuera un chocolate de amor… ¿no lo aceptarías?-

Luffy parpadeo varias veces, sorprendido por la pregunta-¿Eh? ¿no lo era?-dedujo simplemente, dibujando una sonrisa.

-¡POR SUPUESTO QUE NO!-"¿Eh? ¿Por qué me quedó este mal sabor de boca al aclarárselo?"-se seguía interrogando internamente, desconcertada por sus propias reacciones-"¿qué es lo que me pasa?"

-Ya veo. Si es así podré comérmelo shishishi-

-¿Eh?-

-Menos mal que no era de amor- dijo sonriente el mugiwara, abrumando aún más a su nakama.

-"¿Por qué está feliz? ¿Acaso tanto le alegra saber que no lo quiero?"-pensó dolida, sin saber realmente porque se sentía así. Ambos eran nakama, y el chocolate era sólo por obligación, entonces ¿por qué?- Ya veo. Me alegra que te sientas tan feliz al saber que no siento nada por ti. En ese caso...-pronunció con molestia, apretando el chocolate con todas sus fuerzas para luego tirarselo por la cabeza-¡Espero que lo disfrutes! ¡Ahora puedes aceptarlo ¿verdad?! ¡Cómelo o tíralo, no me importa!-exclamó con rencor, notando que su voz se quebró por un segundo. Entonces al darse cuenta de lo que hizo, Nami giró sobre sus tacones y caminó lo más rápido que sus piernas le permitían.

Tenía que alejarse de su capitán.

-¡Nami!-

-"¿Por qué me afecta tanto? ¿Por qué me duele…?"-se preguntaba a sí misma una y otra vez cuando Luffy apareció de la nada en su campo visual, observándola con notoria molestia.

-¡Oye, Nami! ¡¿por qué hiciste eso?!-le reclamo

-"¡No lo sé!"-pensó ella en su interior, escondiendo la mirada detrás de su cabello-déjame en paz...-susurró con voz ronca, pasando de su capitán

-¡No! ¡Primero respóndeme!- insistió el mugiwara, impidiendo que avanzara¿por qué lo hiciste?!-

-¡Luffy, déjame pasar!-le ordenó, tratando de hacerse paso-"¿Eh? ¿Por qué estoy temblando?"-se preguntó desconcertada, notando el leve temblor que dominaba su cuerpo

-¡No lo haré hasta que me lo digas!-refunfuño el sombrero de paja, atravesándose una vez más en el camino de su nakama

-Luffy…por favor...-"¡Ya basta!¡sólo apártate!"-

-¡Nami!-

-¡DÉJAME PASAR!-terminó por gritar, notando aún más lo quebrada que estaba su voz-¿acaso no lo entiendes?...¡NO QUIERO SEGUIR HABLANDO CONTIGO!¡SÓLO DÉJAME EN PAZ!-y sin más continuó su camino, desconcertando a su capitán.

Luffy la observó en silencio varios segundos, viéndola de repente subir sobre el barandal-Oye, Nami-susurró con seriedad, sin quitarle la vista de encima-¿por qué tú—?-

-No me hables...-le advirtió ella de mala gana, saliendo rápidamente del Sunny antes de que Luffy decidiera detenerla una vez más. Necesitaba calmarse o las cosas se pondrían peor-"¿Qué es lo que me pasa?"-

Fin flashback


-Oji-chan-

-¿Qué se le ofrece, señorita?-

-¿No tiene algo más fuerte?-preguntó sin ánimo, sacudiendo la botella vacía de vino.

-En seguida-y así el cantinero le trajo una botella de su mejor sake, y la destapó, vertiendo el contenido en un vaso para servírselo a la pelirroja-aquí tiene-

-Gracias-y se bebió el sake de un trago, tratando de olvidar esa conversación con todas sus fuerzas.

Porque lo sabía, que aquello no fue un simple enojo pasajero, sino algo más. Lo supo en el instante en que Luffy malinterpretó el chocolate y la rechazó completamente, dándole a entender con ese "no lo quiero" que no sentía nada por ella. Una respuesta que no esperaba recibir y que nunca decidió preguntar, porque temía notar ese cálido sentimiento que estaba oculto en un pequeño rincón de su corazón. Si, porque no quería estar consciente de él.

Nunca quiso saber que estaba enamorada de Luffy.

OOOOOOOOOO

Horas después...

-Señorita ¿no cree que debería irse a casa?-la aconsejo el cantinero, notando el estado etílico de la navegante-ha bebido demasiado-

-No…-soltó en un susurro, tratando de levantar la mirada-no quiero regresar…no hasta que me haya olvidado…de todo...-moduló pausadamente, dejando caer nuevamente su cabeza sobre la comodidad de sus brazos, los cuales descansaban sobre la barra-otra botella...-

-No insista, por favor, ya le dije que no le daré más-se justificó el cantinero, preocupado por la muchacha-el sol se está poniendo, por favor, hágame caso-

-¡No!-respondía tercamente, arrancándole varios suspiros al anciano-Si regreso tendré que dar explicaciones…y yo…no quiero...-

-¿Qué fue lo que le paso?-pregunto curioso.

-Sólo…me di cuenta de algo…que no debía...-

En ese momento un muchacho entró al bar y caminó directo hacia la barra, lugar donde se encontraba la pelirroja.

-¿Qué le sirvo?-preguntó el cantinero.

-¿Eh? no...yo sólo…-y miró a la navegante, preocupado al ver lo mucho que había bebido.

-¿La conoce?-

-Si, es mi nakama-

-Me alegro. Es mejor que se la lleve de aquí, ha bebido más de lo que ha podido aguantar-

Nami sonrió entre sus brazos, podría reconocer esa voz donde sea-¿Qué haces aquí, Sanji-kun?-

-Me enteré por ese idiota de lo que pasó-respondió con rencor mientras le daba una bocanada a su cigarro, botando el humo con suavidad mientras reflexionaba-¿Qué te dijo Luffy?-

-Sólo...algo sin importancia...-

Sanji la observó por algunos segundos, sabiendo muy bien que la navegante le estaba mintiendo-ya veo…-soltó sin más, dirigiéndose ahora al cantinero-oye, la cuenta...-

-¡En seguida!-

Luego que el anciano le entregará el recibo, pagó inmediatamente, centrando nuevamente su atención en la pelirroja-Nami-san, regresemos. Todos están preocupados-

-No…aún no…-

-Nami-san…-susurró, más que preocupado. Sea lo que sea que haya pasado, la culpa definitivamente era de Luffy, lo cual lo alteraba aún más al no saber lo que estaba pasando-¡No te preocupes, Nami-san!¡No permitiré que ese idiota se acerque a ti sin antes disculparse!-exclamó con seriedad, tratando de aguantar las ganas de romperle la cara a su capitán en cuanto lo viera-¡lo prometo, así que volvamos!-y colocó una rodilla en el piso, ofreciéndose a cargarla.

Nami alzó la mirada y lo observó por unos segundos, insegura. Entonces Sanji le dirigió una sonrisa, indicándole que todo estaba bien-Lo siento, Sanji-kun-se disculpó, subiéndose a su espalda-no debí beber tanto…- y sin más la navegante cerró sus ojos, relajándose con el aroma a tabaco que estaba impregnado en la ropa de rubio. Lo único que deseaba era poder aclarar las cosas sin tener que admitir lo que sentía, ya que a pesar de tomarse casi todo el bar no pudo sacar en ningún momento a Luffy de su cabeza, afligiéndose al no saber cómo sobrellevar sus propios sentimientos-"Espero que pueda olvidar todo esto mañana"-

-Nos vamos. Gracias por todo-

-Vuelvan cuando quieran-se despidió el cantinero-Cuida bien a la señorita-

-Eso haré- y observándola por el rabillo del ojo, Sanji notó que se había quedado dormida, logrando sumergirlo en un mar de dudas que no hacían más que ir y venir a cada paso que daba-"¿Qué te dijo Luffy para dejarte en este estado, Nami-san?"- y con esa duda, ambos nakama se dirigieron al barco pirata.

.

.

.

"Ese día de San Valentín no desaparecería de la memoria de los mugiwaras en un largo tiempo, ya que sin pensarlo fue el principio de algo más grande que cambiaría sus vidas"

¿Fin?


¿Qué les pareció? ¿creen que esta historia merece una continuación?