Pieces of a life
Este fic participa en el 30 Day OTP Challenge
Harry Potter y todo el potterverso es de JK Rowling. Que en realidad la K no es de su nombre, es J Rowling, pero queda peor así que lo vamos a dejar en JotaKá.
¡Drarry!
1. Holding hands
No espero ni pido que nadie crea el extraño aunque simple relato que voy a escribir. Estaría completamente loco si lo esperase. El suceso en cuestión ocurrió en sexto curso para ambos chicos, tanto Harry como Draco. Harry se hallaba en ese momento intentando descubrir los horrocruxes y ayudando a Dumbledore en todas las misiones que el anciano director le imponía; Draco, por su lado, estaba siendo presionado por todos los lugares y flancos imaginables, obligado a efectuar misiones que tampoco deseaba realizar, con la diferencia de que tenía a un mago tenebroso tras él, deseando lanzarle crucios hasta partirle las vértebras, próximo a introducir mortífagos en el colegio y asesinar a Dumbledore para que el Señor Tenebroso triunfe.
Draco estaba sentado en una ventana cualquiera de las cientos de miles que había en el castillo, pensando en eso, más pálido de lo que solía estar; en el mejor de los casos, el director se enteraría y le mataría de una manera rápida e indolora, en el peor algo saldría mal y sería torturado hasta que no fuese más que comida de serpiente. Suspiró, suspiró con fuerza antes de cerrar los ojos, apretando los párpados tanto como los puños. No quería hacer nada, hiciese lo que hiciese todo saldría mal, se sentía como una persona encerrada en arenas movedizas, hiciese lo que hiciese iba a acabar hundido en el fango.
Sintió una presencia corpórea a sentarse a su lado. Abrió entonces los ojos para encontrarse a su lado con el que durante años había sido su mayor enemigo, la causa de su furia y sus deseos homicidas. Pero por una vez, ni siquiera él vio al Gran Potter, a San Potter el perfecto; incluso Malfoy y su retorcida forma de ver el mundo vio en Harry que se sentía mal, fatal, casi tan mal como él mismo se sentía. Estaba pálido, cansado, parecía que no había dormido bien en días, que no comía bien en semanas, casi tan escuálido como cuando llegó a Hogwarts en primer años. Por primera vez en mucho tiempo, Draco se compadeció de alguna manera del Gryffindor.
No dijeron nada, no hicieron nada. Ambos estaban sobre el marco de la misma ventana, sintiendo el aire chocando contra su nuca ya que la ventana se encontraba abierta, mirando a la nada y pensando en sus cosas. No habían comentarios sarcásticos, no habían hechizos ni miradas de odio; casi se podía sentir incluso un aura de ¿amistad? Más bien compasión el uno por el otro y por sí mismos. No iban a preguntar, no les interesaba, pero sabían que el otro estaba tan mal como ellos mismos.
No dijeron nada en todo el tiempo que estuvieron en esa posición, que fueron unos diez minutos, diez minutos del más cómodo y reconfortante silencio. Pero sí que ocurrió algo casi al final. Harry alzó la mano derecha, el lado en el que estaba Draco. El Malfoy sabía perfectamente lo que quería el Potter; como si un hechizo se hubiese adueñado de ellos, o quizá como si el dolor fuese más fuerte que unos apellidos o unas idioteces, Draco alzó sin pensarlo la mano, agarrando la de Harry y dando un suave apretón.
No era un abrazo, no era algo de un ser querido o amado, pero por un momento se sintieron reconfortados. Quizá la retorcida alma de ambos se sintió un poco mejor de saber que había otra persona pasándolo peor, quizá el saber que había alguien pasándolo mal y que aun así seguía adelante les hizo querer ser más fuertes y sobreponerse a lo que tenían encima.
Ninguno habló, ninguno comentó el apretón ni en ese momento ni posteriormente. Cuando hubo acabado, ambos se pusieron en pie como si estuviesen sincronizados, casi a la vez y cada uno caminó hacia un lado, dispuestos a seguir con sus vidas como si eso nunca hubiese ocurrido, aunque sin poder evitar sentirse mejor por ello y sin poder dejar de pensar en ello.
21/03/2.017
