Nota de la Autora: Ante todo quiero agradecer a todo aquel que se tome el tiempo de leer la siguiente historia. Es la primera que me animo a publicar. Desde ya, todo comentario, sugerencia o queja es bienvenida (eso si, no sean muy crueles, que soy novata). Ah, por ultimo, quisiera dedicar esta historia a mi buena amiga Gilraen Shaulah. Muchas gracias por tu ayuda!

Bueno, los dejo con la historia...

Antes que me olvide: Saint Seiya no me pertenece, es propiedad de Masami Kurumada.

COWBOYS DEL LEJANO ATENAS

Capitulo 1

Es una hermosa mañana en el pueblo de Atenas. Sus habitantes van y vienen por las calles, como todos los días. Casi todos se conocen entre sí, por lo cual saludarse es algo de lo más normal.

Sin embargo, detrás de tanta calma, se esconde un secreto...

Cualquier forastero que llegase hasta aquí no imaginaria nunca que a pesar de la tranquilidad que se transmite y la bondad de sus residentes, todos los que viven en este lugar, lo hacen con miedo... y tristeza.

Ya hace 13 años que Atenas perdió su libertad, y por consiguiente, sus derechos. Aquí ya no se puede pensar distinto ni mucho menos demostrarlo. Intentar cambiar las cosas solo traía problemas y oponerse solo llevaba a la muerte. Es la triste realidad, y nada se podía hacer al respecto... hasta ahora.

Por la calle principal venia un joven de cabellos castaños y ojos color café montado a su caballo. El animal caminaba a paso lento, y su jinete miraba para todos lados como buscando algo.

Mas de uno de los que lo veían pasar lo miraba con curiosidad. No es de extrañar esa actitud teniendo en cuenta que para los pueblerinos, un desconocido era fácilmente identificable.

El muchacho detuvo el paso de su corcel. Tras echar otro vistazo al lugar, opto por preguntarle un anciano que estaba por ahí:

- Disculpe... Si no es mucha molestia¿podría indicarme donde esta la oficina del Sheriff?

- Con que la oficina del Sheriff... –respondió el anciano.- No eres de aquí¿verdad?

- A decir verdad... no. ¿Cómo se dio cuenta?

- Porque lo que estas buscando esta justo detrás de ti.

El joven giro la cabeza para ver el edificio que se alzaba justo a sus espaldas. Efectivamente, ése era el lugar que estaba buscando. No pudo evitar reírse un poco de la situación.

- Je je, es verdad... gracias.

- No hay de que, jovencito.

El chico bajo del caballo, y tras atar las riendas a la baranda que se ubicaba frente a la entrada, ingreso a la oficina. Allí lo atendió un hombre de largos cabellos color lila y ojos verdes:

- ¿En que puedo ayudarte?

- Buenos días, me llamo Seiya y vine porque el sheriff me cito aquí.

- Ah, si, estoy al tanto... pero el señor Aioria no se encuentra en este momento...

- ¿¡Que no esta!?... Y me vine hasta aquí ¿¿para nada??

- ¿Puedes dejarme terminar de hablar? Gracias... Como ya te dije, el señor Aioria no esta. Pero me ordeno que te dijera que lo vayas a esperar a Star Hill.

- Aja... ¿y eso qué es?

- Es un bar que esta a un par de cuadras de aquí. Espéralo ahí, que ni bien termine con su diligencia se reunirá contigo.

- Eso espero... iré allá... Ah, me olvidaba¿con quien tuve el gusto de tratar?

- Mi nombre es Mu.

- Gracias Mu. Hasta luego.

Seiya regreso por su caballo, y como esta vez el camino era corto, solo tomo las riendas del animal y se fue caminando a la par suyo.

Ni bien atraviesa la puerta del bar, se acerca a atenderlo una joven de cabellos enrulados color rojo oscuro:

- Buenos días, mi nombre es Lady ¿en que puedo ayudarlo?

- Ah, buenos días... el señor Aioria me dijo que lo esperara aquí.

- Si, mira... – le responde ella, señalando una de las mesas- tienes que ir donde están esos tres chicos.

- Entendido. Gracias.

- No hay de que.

El recién llegado se acerco a la mesa donde estaban los tres chicos en cuestión y les pregunto:

- ¿Ustedes están por lo mismo que yo?

- Depende... ¿por qué es?- contesto reacio uno de ellos, rubio, de ojos celestes.

- Para encontrarme con el Sheriff.

- ¿Tu también?- se asombra el segundo, un chico de cabellos tan verdes como el color de sus ojos.

- Sí...

- Entonces, si... estamos por lo mismo- confirma el tercero, un pelinegro de ojos azul profundo.

- Bien... pues si no les molesta, me siento aquí con ustedes.

Los cuatro permanecieron en silencio por un instante.

- Ah, disculpen, olvide presentarme... me llamo Seiya... Pegasus Seiya. ¿Y ustedes?

- Cygnus Hyoga- responde el rubio.

- Dragón Shiryu- se presenta al pelinegro.

- Andrómeda Shun- concluye el peliverde.

- Ya veo... Y por cierto¿alguno tiene idea de por que nos citaron?

Los tres negaron con la cabeza.

En ese momento, se acerco Lady a atenderlos:

- ¿Desean pedir algo?

Los cuatro muchachos se miraron entre sí. La verdad es que ninguno tenía ni una moneda en los bolsillos. La camarera se dio cuenta y les aclaro:

- No se preocupen... lo que consuman corre por cuenta del señor Aioria.

Los chicos suspiraron aliviados.

La joven anota sus pedidos y regresa a la barra, donde están sus compañeras de trabajo: Shaina, Marin y June.

- ¿Y¿Que pidieron los chicos nuevos?- quería saber Shaina.

- Unas sodas... nada del otro mundo -responde Lady.- Marin, tenías que haber ido tú a atenderlos, después de todo, fue tu novio quien los cito aquí. Por cierto... ¿tienes idea de para qué?

-No... no acostumbro a hablar con el de sus asuntos laborales.

- Si, claro, cuando te conviene...

- Eso que importa -comento Shaina.- Lady, tienes algún dato acerca del chico de cabellos castaños?

- No... ni siquiera se como se llama. Que ¿te interesa?

- Pues... no esta nada mal.

- Ay Dios... aquí vamos de nuevo...

- De todas formas parece que Shaina no es la única que se fijo en los nuevos- se sumo Marin a la conversación, y con un leve movimiento de cabeza señalaba a June, quien tenia el rostro apoyado sobre sus manos y no dejaba de mirar a la mesa de los "citados".

- Ah, si- coincidió Lady.- Desde que llego no le quito los ojos de encima al de cabellos verdes.

- No es cierto- intento desmentir June, quien sin embargo no apartaba la mirada en ningún momento del mismo lugar. Sus tres amigas rieron divertidas.

Media hora después, llego al bar el esperado Sheriff, quien luego de saludar a su novia y a sus amigas se dirigió a la mesa donde lo esperaban los muchachos.

- Buenos días, disculpen la demora, tuve que atender unos asuntos- los saludo Aioria.

- Buenos días -responden los cuatro al unísono.

- Desde ya, gracias por venir- comenzó la charla Aioria mientras tomaba asiento. – Me imagino que deben estar ansiosos por saber el motivo por los cuales fueron citados aquí en el pueblo, así que iré directo al grano.

Los cuatro jóvenes centraron su atención en el recién llegado, dispuestos a escucharlo. Tras respirar profundo, el Sheriff empezó a contar:

- Supongo que cada uno de ustedes conoce y es testigo de la forma en que vivimos... o mejor dicho, la forma en que nos obliga a vivir quien nos gobierna... pues bien, ha llegado el momento de decir basta. Hay que sacar a ese bastardo alcalde del poder. Los cuatro se miraron un poco sorprendidos por la forma de expresarse del sheriff, pero más por hacerlo de forma decidida.

- Suena interesante...- opino Seiya- ¿Pero cómo?

- Digamos que iremos a visitarlo a su despacho... en patota. Y armados, por si acaso.

- Genial... -exclamó Hyoga.

- ¿Yeso, cuándo sería? -pregunto Shiryu.

- Pues... aun no hemos decidido cuando... obviamente seria cuanto antes. Sucede que nos estamos organizando despacio y discretamente... no queremos llamar la atención de la Alcaldía. No aún.

- Tengo una pregunta- dijo tímidamente Shun- ¿Sólo seremos nosotros cinco y Usted en esto?

- No, claro que no, Shun... somos varios los que vamos a participar. No deseo adelantarles mucho todavía, pero no desesperen, mañana tendrán más detalles acerca de todo lo que tenemos pensado hacer. Por lo pronto, éste es el plan: a partir de hoy, trabajaran para mí. Serán mis vigilantes de calle, para no despertar sospechas. Y además puede servirles para ir conociendo a quienes trabajan para el alcalde. ¿Qué me dicen?

- ¡De acuerdo! -contestaron los cuatro jóvenes.

- Perfecto... A propósito, no se preocupen por su hospedaje, se alojaran en la posada que esta al lado de mi oficina. Y desde ahora, todos sus gastos correrán por cuenta mía.

Los muchachos asintieron.

- Bien... creo que no tengo nada mas que decirles. Debo volver a mi oficina, así que pueden retirarse -dicho esto, Aioria se puso de pie.- Ah, y si llegan a ver algo que les llame la atención... sobre todo con respecto al alcalde o cualquiera de sus lacayos, no tienen mas que avisarme a mi o a Mu. Ahora si, es todo. Suerte... y manténganse atentos.

El Sheriff estrecho la mano de cada uno de los chicos y se fue.

Ha anochecido en el pueblo, y el lugar donde más se concentran los pueblerinos es en el bar Star Hill, como todas las noches. Y más aun esta noche, que cantaran las Amazonas. ¿Qué quienes son ellas? Pues las cuatro camareras del bar: Shaina, Marin, June y Lady. Así es: no solo se ocupan de atender a la clientela, sino que además la entretienen haciendo algo que las divierte: cantar y bailar.

A pesar de hacerlo por hobbie, lo cierto es que son muy aplaudidas por su publico, así que por lo menos dos veces a la semana suben al pequeño escenario del bar a hacer su numero.

- Buenas noches, gente de Star Hill- empezaba la presentación Tatsumi, el barman (y patrón de las chicas).- Como ya es costumbre, es un honor para mi presentar a mis queridas muchachas¡¡Las Amazonas!!

Llovieron los aplausos en el ambiente. Las cuatro chicas ya están en escena, cada una frente a su micrófono. La música empieza a sonar...

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS AMARME

COMO PUEDE SER QUE QUIERAS ESCAPARTE, SI ES TUYO MI CORAZON...

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS TOCARME

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS BESARME, SI NECESITO TU AMOR.

NO PENSABA ASI ANTES DE CONOCERTE Y NO TE TUVE Y PERO TEMO PERDERTE

TE SIENTO CERCA DE MI CORAZON PERO ME ESQUIVAS Y TE OLVIDAS

Y ME DUELE ESTE AMOR...

En el bar también están presentes Seiya, Shiryu, Shun y Hyoga, compartiendo la mesa con el Sheriff Aioria, que los había invitado a comer ahí.

- Estas muchachas son las estrellas del pueblo- les comentaba Aioria a los chicos.- Cantan muy bien¿no creen? Por cierto... una de ellas es mi novia.

- ¿Ah, sí¿Quién es? -quería saber Seiya.

- La colorada.

- ¿Cuál¿Lady?

- No, sonso, la otra... la que esta en la punta. Se llama Marin.

Y ESTOY PENSANDO EN TI... Y NO QUIERES SABER DE MÍ

Y ESTOY SUFRIENDO ASI... PERO NUNCA VIENES A AQUI

ESCUCHA MI CORAZON... ESCUCHA MI CORAZON

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS AMARME

COMO PUEDE SER QUE QUIERAS ESCAPARTE, SI ES TUYO MI CORAZON...

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS TOCARME

COMO PUEDE SER QUE NO QUIERAS BESARME, SI NECESITO TU AMOR

En ese instante del show, entro al bar el mismísimo alcalde: Geminis Saga. Viene custodiado por dos de sus sirvientes: Cancer Death Mask y Pisces Afrodita.

- Manténganse alerta, chicos... el alcalde esta aquí -les informo Aioria a los muchachos.-

Discretamente, los cuatro observaban la mesa donde este se sentó a presenciar el espectáculo.

NO SÉ QUE DECIR PERO IGUAL QUIERO HABLARTE

ES QUE NO QUIERO SOLAMENTE MIRARTE

Y CADA VEZ QUE TE VEO PASAR SOLO ME ESQUIVAS Y TE OLVIDAS

Y NO ME HABLAS JAMAS

Y ESTOY PENSANDO EN TI Y NO QUIERES SABER DE MÍ

Y ESTOY SUFRIENDO ASI PERO NUNCA VIENES A AQUI

ESCUCHA MI CORAZON, ESCUCHA MI CORAZON...

Al terminar la canción, todos los presentes aplaudieron de pie a las muchachas, quienes agradecieron con una reverencia y bajaron del escenario. El alcalde, por su parte, se levantó de su mesa para acercarse a la barra a hablar con Tatsumi.

- Cantinero -le llama la atención el señor Saga- Déjeme felicitarlo por sus muchachas, son en verdad muy talentosas.

- Ah, gracias, señor.

- Sabe, disfrute mucho su show, y me preguntaba... cuánto me costaría una presentación en privado... solo para mí.

Tatsumi tardo en responderle:

- Lo siento, señor alcalde, pero... mis señoritas no se venden.

- ¡Oh, vamos! Qué tanto puede costar... dígame una cifra.

- Lamento decepcionarlo... pero no es posible ninguna negociación. Mis muchachas no se presentan en ningún otro lado más que en este bar. Aquí puede venir a verlas cuantas veces desee y sin pagar cifra alguna. No pudo ofrecerle más que eso.

En ese momento, las chicas se acercaron a la barra tras ver que el alcalde estaba hablando con su patrón.

- ¿Sucede algo, Tatsumi? - pregunto Shaina.

Antes de que él respondiera, Saga se apresuro a preguntarles:

- A ver, señoritas... me gustaría saber si ustedes gustarían de presentarse en privado para mí.

Las cuatro chicas miraban a su patrón sin saber que responder.A lo lejos, los muchachos ( sobre todo Aioria) no dejaban de contemplar la situación

- Hum... esto no me gusta... pretende algo con las chicas -murmura el Sheriff.- Estén atentos.

- ¿Y¿Qué dicen? -se impacientaba el alcalde Saga.

Ninguna de las Amazonas se animaba a contestar, hasta que Lady junta valor y toma la palabra:

- Señor alcalde... nosotras sólo obedecemos las órdenes de Tatsumi. Si él le dijo que si, entonces será así, pero si dijo no... es no.

- ¿Ve, señor? Se lo dije...- le demostraba Tatsumi.

Saga miraba muy serio a las muchachas, tanto era así que June disimuladamente se oculto tras Marin, quien a su vez miraba hacia cualquier parte, demostrando su incomodidad. Lady y Shaina, en cambio, lo observaban desafiantes.

- ¿Y una buena suma no les haría cambiar de opinión?- insistía el alcalde.

- No señor -le responde Lady, con tanta seguridad que se le notaba en la voz.- Gracias, pero no.

Mas serio que antes (si era eso posible), el alcalde decidió dar por terminada la conversación.

- ¡Bah! Que caso tiene...- exclamó.- Esta bien, será como ustedes quieran... ya encontraré otras que SI quieran cantar para mí. No me pierdo de nada si no las contrato.

A las chicas esas palabras les sonaron a ofensa, sin embargo, ninguna se animaba a responder, tratándose del mismísimo alcalde, tan temido por toda la gente del pueblo. Éste dio media vuelta para decirle a uno de sus guardaespaldas:

- Afrodita, vamonos... Y recuérdame buscar un grupo de profesionales... no unas mediocres aficionadas como estas.

Para Lady eso fue demasiado. No podía agraviarlas de esa manera solo por rechazar su oferta. Sintiéndose ofendida, se animo a levantarle la voz.

- Señor alcalde ¡Usted no tiene por que insultarnos!

El giro la cabeza para mirarla con aires de superioridad, lo que irrito mas a la camarera, que enojada por la situación le grito:

- ¡¡¡VAYASE AL DIABLO!!!

Todos los presentes escucharon las palabras de Lady, y no dejaban de mirarla con incredulidad: desde el Sheriff y los chicos -que lograron escuchar parte de la conversación- pasando por los guardaespaldas del alcalde, los pueblerinos presentes, y por supuesto, su patrón y sus amigas.

Lady no dejaba de mirar desafiante al alcalde Saga, quien dio unos pasos hasta ponerse frente a ella y observarla de manera intimidante. Todos esperaban que la insultara o le pegara... pero sorpresivamente el señor Saga decidió retirarse.

El bar era silencio puro. Todos observaban como la máxima autoridad del pueblo se marchaba sin siquiera defenderse de las ofensas de la muchacha, de una simple camarera. Sin embargo, antes de cruzar la puerta, el alcalde le ordeno por lo bajo a su otro guardaespaldas:

- Death Mask... ya sabes que tienes que hacer.

- Si, señor, le daré una buena lección.

Y de la forma más despreocupada, Saga se retira... e inmediatamente después de eso, Death Mask saca su revolver y comienza a disparar al aire, provocando un escándalo en el bar.

- ¡Muchachos, cúbranse! -les ordeno Aioria a los chicos.

- Aprovechemos ahora y salgamos a buscarlo- insistió Seiya.

- ¡Ya te dije que no, Seiya! Ese no es la idea...

- Muchachas ¡a sus habitaciones! -fue la orden que le dio Tatsumi a sus empleadas.

Shaina, Marin y June logran cruzar la puerta que las conduce fuera del bar. Lady intento ir también, pero antes de que llegara, sintió que alguien la tomo del brazo.

- Tú te vienes conmigo preciosa...- le dijo Death Mask, mientras la amenazaba con el arma.

Los presentes no terminaban de reponerse de la situación cuando ven a Cáncer Death Mask huir del lugar... llevándose a Lady

- ¡Lady! -gritaron sus amigas desesperadas.

- ¡Pero que demonios...! - se asombro Aioria.

- ¡Se ha llevado a una de las chicas! Hay que ir por él -sugirió Hyoga, pero antes de que intentaran seguir al sirviente del alcalde, este amenazó desde el umbral de la puerta:

- ¡No se atrevan a detenerme... o lo pagaran caro! –amenazó con una mirada maliciosa.- ¡Adiós!

Y se fue, llevándose a su victima alzada al hombro, como si fuera una bolsa de papas, ante la impotente mirada de los demás.

CONTINUARÁ...

N/A: Les reitero, cualquier comentario es bienvenido. Los espero! Y otra vez, gracias por leer!

Scorpio Lady.