1. Una extraña realidad
---En tu mochila puse algunos pastelillos de zarzamora y queso, empanadas de calabaza y unas ranas de chocolate
---Vamos querida, déjalo subir o perderá el tren
---Aquí tienes unos sickles por si te da hambre en el camino
---Gracias mamá... --- el niño abrió sus regordetes brazos y rodeó a su madre
---Te quiero mucho Jim... te voy a extrañar tanto...
---Adiós papá--- abrazó también la mago y luego subió al reluciente expreso de Hogwarts.
Iba empujando con dificultad su baúl pues en una mano traía la jaula de su lechuza Kira. Alumnos de todas las edades cruzaban por el pasillo, lo empujaban o chocaban con él pretendiendo que no existía... después de todo era de los nuevos, un simple mocoso, un chico de primer año.
Finalmente encontró un compartimiento vacío antes de que el tren iniciara su marcha, echo toda sus cosas adentros y se dejó caer en el asiento agotado. Kira revoloteaba nerviosa.
---Tranquila, prometo que no estarás mucho tiempo en la jaula, toma... --- abrió su mochila y tomó una de as empanadas de calabaza, le acercó la mitad al ave y la otra se la llevo a la boca... se miró a si mismo sobre el reflojo del cristal: su rostro redondo acentuaba más sus mejillas abultadas y sus ojos apacibles se veían muy grandes con aquellas estorbosas y gruesas gafas negras, su cabello revuelto y azabache apenas si le cubría la frente, estilo fraile de la edad media.
Se vio las moronas de empanada alrededor de la boca y recordó a su padre diciéndole: "Pronto dejaras de ver tus pies si dejas que tu estomago crecer tanto". Bueno pues, le recordaba con amabilidad el hecho de estar gordito... bonachón y abrazable, corregiría su madre. ¡Pero que hacerle! No podía resistirse a ningún postre, a ningún platillo con chocolate, caramelo, jalea, chispas de colores, crema dulce...
---¿Te sientes bien?--- el muchacho dejó de divagar y se dio cuenta que tenía la frente pegada al cristal y se relamía los labios una y otra vez
---Eh, si... --- ¡que hacerle! Así era él, así era James Potter.
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---¿Primer curso?
---¿Disculpa?
---Te pregunté pelirroja que si eres de primer año
---Eh si...
---Pues no dejes salir el miedo--- la chica tomó su brillo de labios y se lo puso, luego le sonrió a la otra--- Dice Christian que solo así no te ignorarán...
---¿Christian?
---Mi hermano... yo soy Josephine Donnely
---Hola... me llamo Lily ---se dieron un apretón de manos, pero fue más una sacudida pues la pelirroja no dejaba de temblar de nervios--- Evans...
---Yo también soy de las nuevas... ¿por qué no subimos antes de que sea tarde? --- Lily miró más detenidamente a la chica: ojos grises, labios gruesos, cabello tan negro como el carbón con suaves rizos que caían sobre su espalda y su piel tan blanca como la suya.
--Por cierto, puedes llamarme Jo--- le sonrió por segunda vez. Extrañamente le pareció sentir un poco de esa seguridad que se notaba en su nueva compañera
Entraron al tren escarlata, dentro había más ruido que fuera, o eso le parecía a Evans. Todos cruzaban sin percatarse quien estaba en el camino, parecía no haber personas amigables en el colegio mágico.
---¡Vamos, quita esa cara! No te dejes asustar tan rápido... dice mi hermano que a veces hablo demasiado, pero yo opino que la personas son las que no hablan, jaja... ¡mira, un compartimiento vacío! --- entraron y acomodaron sus cosas antes de que se iniciara el movimiento--- Christian me prohibió acercarme a sus amigos desde que uno de ellos dijo que le gustaba... se puso muy celoso de que prefiriera estar conmigo que con él... así que por el momento estoy sola en el colegio.
---Yo también... no conozco a nadie.
---Eh, creo que me expliqué mal... quiero decir que no tengo novio... usualmente Christian los espanta como moscas
---Ooooh! Bueno... eh, yo tampoco... eh, tu sabes... --- Lily se coloreó las mejillas a un tono cercano al de su cabello.
---No te preocupes, dicen que hay buena mercancía en Hogwarts para las chicas lindas--- le guiñó el ojo y sonrió
---Si claro... --- Lily comenzó a jugar con sus pulgares fijando su mirada en ellos... ¿chica linda¡¿ella!
No era más que una chiquilla flaca y pequeña, sin forma más que de tabla (nada por delante y nada por detrás), labios delgados y un poco descoloridos, su cabello ¡un desastre! No encontraba forma de controlarlo más que sujetándolo en una colita y después trenzarlo... lo único rescatable: sus ojos verdes esmeraldas.
¡Pero quien ve los ojos cuando se es controlado en un 99 por las hormonas!... ¿Linda Lily Evans¡Si, claro!
Hola a toooooooodos!
Se que probablemente me quieran asesinar todos por empezar un fic nuevo sin haber terminado los anteriores, jejeje... pero inevitablemente se me vino esta idea a la cabeza y no pude tragarmela y fingir que nunca habia nacido. El caso es que he aquí la ociosidad de las vacaciones, jeje, pero bueno le sdoy la oportunidad de leerlo, me dan su opinión y si creen qeu este fic tiene potencial DIGANMELO... si de plano no le ven futuro, pues ni lo continuo...
Por favor! Diganme: le sigo o no? Es cuestion de ustedes...bayoooooooo!
Miss Diggory Krum
