Pilotos

Contenido Adulto. Evangelion pertenece a Gainax, este fanfic es hecho sin ánimo de lucro.

-¡Caballito!- Fue la primera palabra que Shinji pudo articular antes de "Mama" o "Papa". Yui Ikari se puso a su hijo a horcajadas en su cuello. El pequeño niño se agarraba de sus cabellos. Juntos iban a casa por la calle.

-¡Caballito, mama!- Yui puso a su vástago a galopar en una pierna. El niño estaba dándole la espalda a su madre y trataba de no perder el equilibrio. La rodilla de su madre era la cabeza del caballo y su muslo su lomo. Yui lo sujetaba por las caderas.

-¡Mama, quiero caballito!- Yui puso al pequeño a saltar arriba de su vientre. Ella estaba acostada bocarriba y Shinji tenía sus piernitas a sus costados y los brazos de su mama eran las bridas. Ella estaba acostada en el suelo elevando sus caderas con sus piernas flexionadas y mirando a su retoño a los ojos con una sonrisa. Shinji reía feliz en cada salto y rebote.

-¡Papa, mira mi caballito!- Gritaba el diminuto Shinji montado en la espalda de su madre. Yui estaba caminando a cuatro patas. Shinji mantenía el equilibrio solo, sujetando el cuello de la camisa de su mama. Yui Relincho, se paro en sus patas trasera y se irguió. Shinji como un experto jinete se sujeto del cuello de la camisa y se sujeto con sus piernitas del lomo de su mama. Balanceo su peso e instintivamente busco la forma de que su centro de gravedad estuviera sobre el centro de gravedad de su madre. El padre sonrió al ver la escena. Gendou Ikari era joven y no usaba barba en ese entonces. Yui Ikari desaparecería un año después.

-¡Tu le tienes miedo y terror a los caballos!- le dijo Gendou Ikari a su esposa. Estaban acostados en la cama. De niña la asustaban y de adulta nunca le paso por la mente superar ese miedo. Gendou Ikari había traído un poni a la primera fiesta de cumpleaños de su hijo y Yui no quiso ni acercarse al pequeño caballo. ¡A Shinji le encanto!

-¡No es ningún crimen!- Dijo Yui. -¡Mi amor, Caballito yo quiero ahora!- Dijo ella imitando a su hijo mimosa.

Gendou empezó a desnudar a su esposa. Yui era de cortos cabellos castaños y ojos verdes. Como la mayoría de las japonesas era de poco pecho, menuda y delgada. Sentado en la cama su esposo la hacía saltar y rebotar, ensartada en su sexo, como Shinji galopando su pierna. Ella le daba la espalda mientras su marido la sujetaba por las caderas. Yui después estaba a cuatro patas mientras su hombre la "montaba" como un semental. Yui galopaba la verga de su marido, rebotando en su vientre, relinchando de placer. Agotada se durmió en brazos de su consorte.

***

Era un día como cualquier otro. Las pruebas y Test eran los de siempre. Maya les había dicho a los pilotos que les tenía una sorpresa. Los tres fueron con ella a un lugar en el Geofront en que habían sido instalados un establo junto a unas caballerizas. Asuka y Shinji se sorprendieron. Rei miraba todo en su indiferencia de siempre… hasta que escucho relinchar un caballo. ¡Se puso más pálida de lo que era!

-Ninguno de los tres tiene entrenamiento previo montando caballos. Queremos que los monten y traten de jinetearlo sin ayuda de nadie. En teoría con su capacidad de sincronización ya sabrán como arreglárselas.

Los caballos se encabritaron. Nerviosos no dejaban que los pilotos se les acercaran. Relinchaban y mostraban los dientes en forma amenazadora. Rei estaba paralizada sin saber por qué. Su respiración se hacía pesada. Maya estaba como observadora y no podía ayudarlos. Shinji y Asuka eran los que hacían todo. Rei no se movía. La joven trago saliva. ¡No se podía mover de donde estaba!

-Creo que es el olor del LCL lo que los molesta Asuka…- Dijo Shinji

-Hay unas regaderas en los establos, pueden ducharse ahí si quieren- dijo Maya.

-También vamos a necesitar otra muda que no tenga ese olor-Dijo Asuka-¡Ropa apropiada!

-Todo lo tenemos listo- Dijo Maya. Los tres pilotos fueron a ducharse.

Rei sentía su corazón a punto de salirse de su pecho. Asuka se duchaba de lo más emocionada por montar a caballo que ni se percato que Rei no se enjabonaba. Solo se quedaba parada ahí dejando que el agua le cayera y le escurriera por su cuerpo. Asuka no tuvo problemas en montar en su caballo. Lo ensillo y le puso la brida sola. ¡Montaba como un jinete experto! Shinji no supo ensillar su montura, sin contar que los caballos lo seguían rehuyendo. Rei se mantenía a prudente distancia. Si trataba de acercarse los caballos se encabritaban. Ella parecía en su indiferencia habitual, pero prefería no acercarse a los animales. Maya dio por terminada la prueba.

-Asuka, ya te puedes ir-Dijo- Shinji, Rei, ustedes se quedaran hasta que puedan montar a los caballos, ¡Lo siento!... es parte de su entrenamiento como pilotos de Evangelión… se les preparo unos cuartos en los establos por si acaso ocurría esto… ¡Parece que tu cuarto se quedara vacio Asuka!... considerando que eres la piloto con la mayor sincronización no me sorprende… Shinji y Rei, ¡están de su cuenta ahora! Solo puedo volver hasta que logren montarlos. No podrán salir y nadie podrá venir. Hagan lo que crean necesario. Recuerden que si pueden pilotear a los EVA también pueden jinetear a estos caballos sin ningún tipo de entrenamiento previo. ¡Solo usen el sentido común y tengan cuidado! Solo llámenme cuando lo hayan logrado o si ocurre una emergencia.

Shinji y Rei se quedaron solos. Shinji no se daba por vencido. Rei solo se le quedaba mirando sentada en una paca de heno. Shinji logro ensillar a su caballo, un alazán negro andaluz, pero Rei le hizo la observación de que había puesto la silla al revés. Shinji volvió a ensillarlo, pero esta vez en forma correcta. Muy ufano puso un pie en el estribo y quedo del lado de la cola del caballo. Rei solo lo miraba. El nervioso animal se lo sacudió y Shinji cayó. No se lastimo, ni Rei se molesto en preguntarle. El caballo le tiro una coz con sus patas traseras que lo mando lejos. Rei ni se inmuto. Shinji si se había golpeado en forma fuerte, pero no era grave. El caballo se encabritaba y trataba de liberarse. Shinji se le acerco dando traspiés y con una mano en la cintura. Le hablaba con suavidad. No estaba desanimado por la patada recibida. ¡De niño siempre quiso montar a caballo! ¡Era su sueño!

El caballo pareció calmarse. Rei se levanto y le dijo que lo mejor era dejarlo para mañana y que fueran a comer. El caballo se dejaba acariciar por Shinji. El tercer elegido animo a la primera elegida que le acariciara la cabeza al caballo. Fue la primera vez que Shinji vio a Rei perder la serenidad.

-¡Mejor lo hago mañana!-Dijo rehuyendo su mirada.

-Rei, no has intentado montarlo, ni siquiera acercarte a uno… ¡vamos anímate!... solo le acaricias la cabeza y ya…

Rei sentía mucho miedo, pero Maya había dicho que montar a caballo mejoraría su desempeño como piloto. Lentamente acercaba la mano al caballo. Este relincho en forma amenazadora y ella retiro la mano. Se puso de cuclillas y con las manos en la cabeza como si el techo le fuera a caer encima.

-¡No puedo!, ¡No puedo!, no me pidas que lo vuelva hacer… ¡No puedo! ¡No puedo hacerlo!- Dijo ella en un ataque de pánico e histeria. Shinji se le acerco por detrás y ella lo abrazo y le pidió que no la dejara sola con los animales. Él le dijo que lo mejor era que fueran a comer. Shinji preparaba la comida y Rei se bebía nerviosa un vaso de agua. Los caballos relinchaban y eso la tenía alterada. ¡Pero tenía que vencer su miedo porque estaba condicionada y programada a anteponer sus deberes y obligaciones de piloto a todo!

-Rei… He estado pensando en dormir en los establos para que los caballos se acostumbre a nuestro olor y presencia… ¿Tú qué dices?

- Me parece buena idea…- Dijo ella. No había probado bocado. Shinji tenía ganas de decirle que no se preocupara, que todo iba a salir bien. A Shinji le dolía todavía la patada del caballo. Pero aún así quería realizar su sueño, más que pasar la prueba. Rei se dio cuenta de que Shinji no tendría problemas en pasar la prueba mañana y que se quedaría sola con los caballos hasta que los montara.

-Ikari-Kun, te pido por favor que me ayudes… ¡No entiendo de donde me sale este miedo irracional!... te pido que no me abandones hasta que pueda pasar la prueba… ¡No soportaría quedarme aquí sola!

-No te dejare sola, Ayanami… ¡Te lo prometo!

Shinji preparo dos lechos improvisados con las balas de heno en medio del establo. Los dos jóvenes se habían vuelto a duchar. Shinji tenía puesto un pijama de algodón de hospital. Rei prefería dormir con su ropa interior y su camisa del colegio. Los de Nerv habían traído ropa limpia recién comprada, según los gustos personales de los pilotos. A Rei solo le trajeron uniformes del colegio nuevos y su ropa interior blanca de algodón. A Shinji un vestuario más variado. A Shinji le choco que a Rei no le hubieran traído otras prendas.

-Shinji, ¡está bien! Me siento más cómoda con la ropa que uso siempre…

-¡Para montar a caballo necesitas ropa adecuada!

Rei no estaba muy convencida, pero no quiso discutir. Los caballos seguían nerviosos, relinchaban y bufaban. Rei estaba con los nervios de punta. Shinji estaba arrepentido de su idea, ¡los caballos no los iban a dejar dormir! Rei se levanto de su cama improvisada y se acerco a Shinji. Este pensó que sería para decirle que fueran a dormir a los cuartos que Nerv había acondicionado para ellos.

-Ikari-Kun… ¿puedo dormir contigo?- Dijo ella en un hilo de voz. Shinji tuvo que dejar que Rei le repitiera la pregunta antes de contestar.

-Rei, si quieres vamos a nuestras habitaciones…

-¡No!, ¡es necesario acostumbrar a los caballos a nuestro olor y presencia!… para mí no es problema no dormir en toda la noche si es necesario… ¡pero me dan miedo y estoy asustada!... me sentiré mejor si duermo o estoy acostada contigo- dijo ella con su monocorde voz, pero en los ojos de la muchacha había suplica.

Los dos jóvenes compartieron la cama dándose la espalda. Shinji sentía a la chica temblar y castañear sus dientes por el desasosiego y el terror que sentía. Los caballos seguían intranquilos, encabritados y tratando de liberarse. La joven trataba de fundir su espalda con la espalda del muchacho. El joven se giro y la abrazo sin malas intenciones. No se dijeron nada. Rei sentía la respiración del muchacho en su nuca y su pecho contra su espalda. Se sentía bien entre sus brazos. ¡Shinji era como su hermano mayor! Los animales se fueron calmando y ella se durmió. Se sentía a salvo acurrucada y abrazada por el tercer elegido.

Shinji no podía dormir. El tibio cuerpo de Rei era una tentación capaz de llevar a un santo a la perdición. La respiración de la joven era sosegada. Shinji tenía un brazo debajo de ella que estaba entre sus pechos sintiendo los suaves latidos del corazón. La otra mano estaba por encima de su costado, en el plano vientre. Cada mano tenía encima la mano de Ayanami con los dedos de ella entrelazados con los dedos de él. Sus desnudas piernas estaban pegadas a las de él.

El joven sentía toda la zanja de las nalgas de la joven, a pesar del faldón de la camisa y las bragas de ella, contra sus órganos genitales. Shinji sintió dolor cuando su miembro erguido dio un jalón a las perneras de su pantalón. Trato de separar sus caderas del culito de Rei, pero esta solo lo busco. En el movimiento la mano entre los pechos quedo sobre un seno. Shinji sintió la rugosidad del pezón apenas disimulada por la tela de la camisa y la tela del sujetador. La otra mano estaba entre las piernas de la muchacha, tocando la braga de algodón. El olor a sangre del LCL era más penetrante en Rei que en cualquier otro piloto. Ella usaba para disimularlo un suave y fino perfume que los de NERV habían escogido para ella precisamente para eso. Los olores y aromas de la madera, el heno, los caballos se mezclaban con el olor a sangre del cuerpo de Rei y su perfume. La mezcla era embriagante y enervante. Rei se despertó al sentir el duro y palpitante miembro entre sus nalgas suaves.

-Ikari-Kun, ¿Qué haces?- Dijo ella. Shinji sentía deseos de que la tierra se lo tragara. Su erección era enorme e imposible de ocultar. Trago saliva. Su cara estaba roja al responder.

-Rei, ¡lo siento tanto!... ¡yo no quería!...

Shinji estaba avergonzado y abochornado. Trato de huir pero la mano de Rei lo detuvo:

-Ikari-kun, ¡prometiste no dejarme sola!... solo tratemos de dormir… ¡ya se te pasara!... de todas formas no me molesta… ¡esta bien si eres tú!- Dijo ella.

Shinji se acostó dándole la espalda y separado de ella. ¡Si hubiera sido Asuka en verdad lo hubiera pasado mal! El joven adopto una posición fetal. Sentía su pene caliente y a punto de explotar entre las piernas. Trato de pensar en cualquier cosa que le quitara el cachondeo y la excitación. Muy perversamente en su interior quería aprovecharse de la vulnerabilidad de Rei. Esa misma vulnerabilidad lo paralizaba. Rei siempre le había gustado, pero el carácter serio de ella era una barrera infranqueable. Su miedo e inseguridad y no su nobleza de espíritu era lo que le impedían brincar encima de Rei y hacerla suya.

Rei trago saliva. Nuevamente volvía a tener miedo. No podría dormir en el establo si no era en brazos del tercer elegido. Los animales estaban más calmados, pero la respiración de los caballos en la total oscuridad le llenaba de espanto. Resoplaban en forma amenazante. Tenía miedo del que muchacho se fuera si ella se quedaba dormida.

-Ikari-Kun, ¡no puedo dormir!... me dejas poner mi espalda contra tu espalda… ¡solo quiero sentir que estas a mi lado!

El muchacho no dijo nada. Solo sintió la espalda de Rei contra su espalda. Ella temblaba de miedo. Ella siempre había sido la chica sin emociones. Su fragilidad era como el cristal, visible y transparente. Capaz de romperse y cuartearse con el más leve golpe. La respiración de la joven se hizo tenue y pausada. ¡Estaba profundamente dormida! Shinji trato de separarse de ella, pero ella se despertó al no sentirlo a su lado

-¿Shinji?-Dijo ella con el corazón en la mano. Solo se tranquilizo al sentir nuevamente la espalda del muchacho contra su espalda. Pensó que el muchacho estaba dormido. Ella se giro y le puso un brazo alrededor de la cintura. Shinji sentía los núbiles pechos contra su espalda en suave y rítmico movimiento por la respiración de la joven. Su respiración en su nuca. La calidez de su cuerpo. ¡No iba poder dormir!

A la mañana siguiente Rei se dio cuenta de que el ojeroso muchacho no había dormido nada en toda la noche. Seguía con la erección entre las piernas. Shinji se sentía abochornado a más no poder. Ya era de día.

-¡Eh!... –Shinji trago saliva y respiro hondo- tengo que ir al baño Rei…

El joven se dedico a estrangular a la gallina en el baño por un largo rato. Shinji aprovecho para de una vez darse una ducha con agua tibia. Sintió a Rei en el baño contiguo. La idea de que la joven estaba desnuda a pocos metros de él hizo que su erección volviera. Del agua tibia paso de golpe a la fría. A jalarse y menearse su miembro. Se sentía con la palabra perdedor marcado en la frente.

Estaba cansado y muerto de sueño. Rei había preparado el desayuno y un poco de café. Se veía extremadamente sexi recién bañada con solo su camisa y presumiblemente con su ropa interior de algodón puesta. Las largas piernas a la vista, el culito respingón y su fina silueta a contra luz casi hicieron que el muchacho tuviera otra erección. El joven no osaba levantar la vista del plato. La joven se daba cuenta de que Shinji estaba más cohibido de lo normal.

-Ikari-Kun… ¡gracias por dormir conmigo!- Dijo Rei. Ella sintió un calor extraño en sus mejillas. Shinji veía a la muchacha sonrojada hasta la raíz de sus cabellos. La joven sonrió. Shinji recordó que desde la operación Yashima no la había vuelto a ver sonreír así.

-¡De nada Rei!... creo que me iré a acostar y a dormir un rato más…

-¡Esta bien Ikari-Kun!- Dijo ella.

Rei no se atrevía a entrar sola a los establos. Era temprano y Shinji dormiría por largo rato. La joven recordó que el joven Ikari había dicho que sus ropas no eran adecuadas para montar. Rei decidió ir de compras. Durante toda la mañana fue a las tiendas. Pensó en comprarle ropa al tercer elegido también. Todos los pilotos tenían crédito ilimitado, pero ella nunca había tenido necesidad de comprar nada. De eso se encargaban los de NERV. Maya había dicho que los dos no podrían salir, pero también que estaban en libertad de hacer lo que creyeran necesario para pasar la prueba. La joven salío sin problemas. Nunca en su vida había ido de compras y mucho menos sola. La vendedora encontraba bastante problemático atender a la lacónica joven. Pero su paciencia rindió sus frutos. Rei hizo una buena compra y ella seguramente se ganaría una buena comisión.

-Pruébate este vestido… ¡volverás loco a tu novio!

-No tengo novio- fue la seca respuesta. Rei tomo el vestido de todas formas. No lo iba a comprar. Ella solo quería ropa cómoda y que le permitiera libertad de movimientos. La pobre vendedora se desesperaba con la taciturna cliente. Con su nulo sentido de la moda y poco entusiasmo. Por un momento creyó que era una broma pesada de alguien. Para Rei no había diferencia entre ponerse un saco de papas y los vestidos que le mostraba la vendedora. ¡La pobre mujer estaba que tiraba la toalla!

La joven estaba en un mostrador mirando su cuerpo en ropa interior delante del espejo. Rei pensó en lo que había pasado a noche. El joven Ikari había tenido una erección fenomenal. La joven veía su cuerpo en el espejo. Ikari seguramente no pudo evitarlo, era una reacción normal, instintiva, imposible de controlar. Ayanami no sabía por que, pero se sentía halagada. Su reflejo en el espejo le sonreía. Algo en su interior disfrutaba perversamente de haber trasnochado al muchacho toda la noche. Lo pensó mejor y decidió comprar el vestido sin siquiera probárselo.

Ayanami no era virgen. El Comandante Ikari ya hacía mucho tiempo que había ejercido su derecho de pernada. El comandante Ikari estaba en plena forma y hacer "eso" con él era parte de sus deberes y obligaciones. La unión era solamente física y carnal. En mente y alma ella se separaba de su cuerpo. Solo se preocupaba en proporcionar un rato agradable al comandante. No estaba segura de sentir placer o gozo con el comandante. Nunca le había cruzado por la mente si era agradable o desagradable lo que estaban haciendo. Tener relaciones con él no la hacía feliz, pero tampoco infeliz. El comandante Ikari era siempre frío y distante con ella, aún en esos momentos. Para Rei el comandante Ikari era la única persona en quien podía confiar, lo único a que aferrarse en su vida.

Rei se quedo de piedra al ver a Shinji montado a caballo. El joven trataba de no caerse de la silla, pero en lo general estaba claro que había pasado la prueba. Shinji había dormido unas dos o tres horas. Ayanami le había dejado una nota. Shinji recordó de la fobia de la chica a los caballos y rápidamente desmonto. Agarraba al animal por las bridas para llevarlo al establo. La joven trago saliva en lo que Shinji salía. El muchacho había preparado un almuerzo delicioso. Para Rei, que estaba acostumbrada a insípidos guisos de vegetales, la comida era muy buena. Shinji estaba muy parlanchín y alegre por haber por fin cumplido su sueño.

No había prisa. La tarde la pasaron dando de comer a los caballos. Rei no se atrevía a acercarse a ellos todavía, pero estos ya cuando menos los toleraban. Ayanami prefería mirar al tercer elegido a prudente distancia montando a cada uno de los caballos. Shinji pensó que lo mejor era no presionar a Rei. Toda la tarde se dedico a demostrarle que no había nada que temer. El joven cabalgaba con pericia, aunque Asuka lo había hecho mejor en el primer intento. Shinji sentía por primera vez confianza en si mismo. El joven dejaba que los caballos lo olfatearan y le lamieran los brazos con sus ásperas lenguas antes y después de montarlos. También les daba terrones de azúcar y les cepillaba la piel. Los de NERV no habían escatimado nada. Los caballos eran bellos y magníficos ejemplares. Para el joven Ikari era un sueño cabalgar al galope sobre ellos.

Rei no sabía que pensar, decir o sentir. Shinji irradiaba alegría. El joven era definitivamente otro. Hasta su olor era diferente. El olor a madera, a establo, a sudor de caballo no era desagradable. Rei le dijo que se quedara en su sitio por un momento. Fue al cuarto a cambiarse de ropa. La joven no sabía que ponerse de entre todas las prendas que había comprado.

Shinji se preguntaba que traería entre manos la peli azul. La joven apareció con un conjunto deportivo muy juvenil y colorido. Zapatos deportivos y medias azules de algodón. Un short licra negro a medio muslo que prácticamente era una segunda piel. Una holgada camisa blanca con una guarda camisa roja por encima. Una gorra morada coquetamente volteada hacia atrás. La vendedora había dicho que era el conjunto ideal para el verano, que le resaltaría el cabello y los ojos. Rei lo compro por que le parecía apropiado a sus necesidades. Las mejillas de la joven estaban rosas, pero sonrió al ver la reacción de estupor y sorpresa del joven.

-¿Te gusta, Ikari-kun?- Pregunto ella.

-Rei… ¡Te ves linda!- Dijo el muchacho con total honestidad. Rei le mostro lo que había comprado para él. Ikari se puso la ropa ante la insistencia de ella. Rei se mostro ahora parlanchina a la hora de contar a que tienda había ido y la ropa que había visto. Ella solo se veía así de animada con el comandante Ikari.

Rei estaba confundida. Era la primera vez que se sentía así de bien con otra persona que no fuera Gendou Ikari. Al comandante Ikari le gustaba que ella solo sonriera para él. Nunca hablaban de nada en realidad, ni tenían intimidad o algo en común. No se tuteaban. Rei sentía algo de envidia al ver a Misato con Shinji o a Asuka con Kaji. Ella sentía que el comandante Ikari era un total desconocido. Un desconocido con total acceso a su cuerpo. Un desconocido con poder de vida y muerte sobre ella. El comandante no la trataba mejor que a los otros dos pilotos. Ella no era su favorita, ni su hija, ni una amante o un juguete. Era una herramienta valiosa para sus planes.

Con Shinji era diferente y ella no sabía por que. Los dos jóvenes haraganeaban acostados en la hierba mirando la ciudad en el techo. Los trenes pasaban como estrellas fugaces por encima de sus cabezas. Por un momento se olvidaron de los EVAS y de la prueba impuesta por Maya. Shinji mordisqueaba la punta de una paja en la boca con la cabeza de Rei recostada en su estomago. No hablaban de nada. El muchacho apoyaba su cabeza en sus brazos con un pie sobre otro. Rei tenía sus manos entrelazadas sobre su vientre. Ambos jóvenes solo veían las luces titilar. Shinji y ella se pusieron de pie. ¡Ya era hora de regresar! Rei tuvo una ocurrencia.

-¡Hazme caballito hasta los establos!-Dijo con una tímida sonrisa. Shinji parecía pensarlo y ella sin más trepo a su espalda.

-¡Hey!- Dijo el muchacho tragando saliva. Rei solo dejaba que su cuerpo actuara por si mismo. La joven solo se reía. Era la primera vez en su vida que reía. Ella no entendía que era lo que le estaba pasando. ¡Definitivamente estar con Shinji era mejor que estar con Gendou Ikari!

-¡Arre!- dijo ella. Shinji olía a la verde hierba. El corazón de la chica latía con violencia.

Shinji la llevo en su espalda el trecho de donde estaban hasta los establos. El joven sentía el cálido cuerpo de la chica como una cruz. Ella no era para nada pesada, todo lo contrario. Era liviana, grácil, flexible, ¡linda y bonita! Sentía la respiración de ella en su nuca. Sus pechos clavados en su espalda. Sus brazos alrededor de su cuello. Sus suaves muslos entre sus brazos. Sintió un violento jalón en las perneras de sus pantalones.

-Rei… ¿quieres dormir en los establos o en tu cuarto esta noche?

-Ikari-Kun… ¡quiero dormir contigo!- Dijo ella dulcemente.

Ya estaban cerca de los establos. Shinji bajo a la muchacha de su espalda y la puso contra la pared de madera. Sujetaba a la muchacha por la cintura.

-Rei… ¡no creo que podamos dormir juntos como anoche!… -El joven trago saliva

-Ikari-Kun, ¡todavía no tengo sueño!...-Replico ella en un susurro. Sus caras estaban cerca y sus labios se fueron aproximando poco a poco, como si fueran un par de imanes.

Los jóvenes se besaron. Sintieron fuego en sus puntos de contacto, la boca, los pechos, los vientres y la unión de los muslos. Rei sintió un violento tirón. Los pezones se erectaron de golpe y sintió su entrepierna humedecerse. Los labios de él acariciaban su cuello de cisne y su garganta. Ella le empezó a mordisquear la oreja. ¡No podían detenerse! Algo en el interior de la muchacha se resistía. ¡Ella le pertenecía al padre del muchacho, al comandante Ikari! La excitación a Rei se le fue de golpe.

Más que hacerle el amor, el comandante Ikari parecía empeñado en remarcarle una y otra vez su dominio. Poner a prueba la lealtad y entrega de la muchacha una y otra vez. La barba de la cara del comandante era de cabellos gruesos e hirsutos, duros. Le lastimaban la piel, las mejillas… sus partes más intimas. Las manos del comandante eran ásperas, poderosas, fuertes. Su falo era enorme, de fuego. El comandante era lo suficientemente viril y experimentado para hacer gozar a una mujer hasta el punto de la locura, pero a ella le era indiferente. Ella sencillamente le pertenecía y el comandante estaba en total libertad de hacer con ella lo que quisiera. Ella pensó que si Shinji supiera que su padre ya la había poseído, hecho con ella todo lo que le había dado la gana… que era un clon, una hibrida artificial de humana y Ángel creada a partir de los restos de Yui Ikari, su madre… ¡él la rechazaría con asco! Rei no tenía nociones de lo bueno o lo malo. Pero se daba cuenta de que estaban en una situación grotesca.

-¡Ikari-Kun!- Alcanzo a decir ella entre jadeos. Shinji se detuvo expectante. El joven la acariciaba con la mirada. Rei sintió que solo bastaría pedirle que se detuviera para que el muchacho lo hiciera. Ella sintió un nudo en la garganta, ¡al comandante Ikari era impensable decirle que no! Nunca se había planteado si quería o no tener relaciones sexuales con el comandante Ikari u otra persona distinta a él. ¡Estaba muy confundida!... no, no lo estaba… ¡Si quería tener relaciones en ese momento, en ese lugar y con ese chico!... pero el Comandante Ikari no lo aprobaría… desobedecerlo o contrariarlo era imposible para Rei.

-Ikari-Kun, ¡perdóname!... pero es mejor que paremos… - dijo. Se escabullo y se encerró en su cuarto. Shinji se quedo en el establo bastante confundido y dolido.

Rei se hizo una paja por primera vez en su vida. Desnuda en sus aposentos, acostada boca abajo y mordiendo las sabanas para no emitir sonido alguno su dedito entraba y salía de su interior. Convulsamente frotaba sus senos contra la mullida cama, clavaba sus uñas en el colchón, en la almohada. Sentía los ojos hinchados, con algo tratando de salir de ellos. No quería pensar en nada, ni en nadie. Solo después de alcanzar el orgasmo su cuerpo se relajo. El sexo con el comandante Ikari era solo eso. Algo mecánico sin significado, como una paja. Rei solo sentía esa relajación en todo su cuerpo. Luego era vestirse o bañarse. Hablar de trivialidades con el comandante y luego esperar a que el comandante volviera a llamarla con ese propósito.

Ella trato de dormir. Pero le hacía falta Shinji. Sentir su cuerpo contra su cuerpo. Rei se preguntaba que era lo que le estaba pasando. Lo que sentía no era desde ahora. Desde que conoció a Shinji Ikari, el hijo del comandante Ikari todo había dado un vuelco en su vida. Se preguntaba si el muchacho estaba molesto con ella, si se iría mañana o si ya se había ido. ¡Ya había pasado la prueba!... para irse solo tenía que llamar a Maya y hacerle una demostración de sus habilidades ecuestres.

Solo miraba el techo con la mirada perdida, vacía, ¡muerta! Su programación y acondicionamiento de toda la vida empezaba a actuar por su cuenta. El comandante Ikari no aprobaría ninguna relación con su hijo que fuera algo más que la de compañeros y colegas. Ella era ante todo una piloto de evangelión y montar a caballo era necesario para mejorar su desempeño como piloto. ¡Su fobia y terror a esos animales eran irrelevantes e inadmisibles!

-¡Irrelevantes e inadmisibles!- repitió en un murmullo inaudible mientras miraba el techo.

En su mente había cerrojos mentales que le impedían revelar información secreta o ser indiscreta con respecto a lo que veía o escuchaba. Incluso bajo tortura jamás diría nada. El miedo a los caballos habían aflojado las cadenas que la mantenían dócil y sumisa. Los tenues e invisibles hilos del comandante la movían a su antojo como una marioneta, incluso sin estar él presente. ¡Su fobia y terror a esos animales eran irrelevantes e inadmisibles!

-¡Irrelevantes e inadmisibles!- repitió en un murmullo inaudible mientras miraba el techo.

Mientras miraba el techo las imágenes del pasado llenaron su mente. El Comandante Ikari era su todo. El eje de su vida. Ella volvía a despertar en Central Dogma y allí estaba el comandante Ikari. La primera Rei había muerto y su cadáver había sido destruido. Ella despertaba con sus recuerdos y experiencias, pero ella era ante todo otra persona… otra cosa…

Ella creció bajo su supervisión. Vivió sus primeros años en Central Dogma y cuando fue mayor se le asigno un departamento. Desde entonces vivía sola.

-Me mandó llamar Comandante Ikari?

La voz dulce de Rei resonó por el amplio despacho del jefe de Nerv, su silueta destacó en la oscuridad.

-Si Rei, ¡acércate!

La primera elegida hizo lo que se le ordenó como siempre y avanzó a paso rápido hasta estar en frente de la mesa del hombre, este se levantó y caminó hacia su lado.

-¿Rei, conoces tus responsabilidades como piloto verdad?

Le preguntó sin mirarla.

-Claro que si comandante.

A la chica de pelo azul le sorprendió que le hiciera esa pregunta, pero no dejó que ese sentimiento se exteriorizase. Con sus emociones y sentimientos bloqueados era obediente, dócil y sumisa. Para ella el Comandante Ikari se encontraba por encima de todo. Contrariarlo o desobedecerlo era herejía.

-Entonces sabrás que aunque eres joven tienes unas responsabilidades que van más allá de tu edad, ¡que eres una adulta!

Le dijo dando vueltas a su alrededor mientras se quitaba las gafas y las ponía encima de la mesa. Rei estaba intranquila, no entendía que era lo que quería el comandante o lo que deseaba. Ella solo esperaba sus órdenes, sus instrucciones para obedecerlas al pie de la letra.

-Si señor.

Respondió alzando la mirada hacia él. El comandante Ikari sonrió en forma enigmática. Sus manos no estaban quemadas en ese entonces. Halo el lazo rojo del uniforme de la muchacha y este se deshizo. La muchacha se sorprendió, sus mejillas se sonrojaron. Pero antes de que pudiera decir o pensar algo su acondicionamiento y programación se impuso. Definitivamente no iba hacer nada que contrariara a Gendou Ikari. Ella le pertenecía en cuerpo, mente y alma. ¡El podía hacer con ella lo que quisiera! El comandante le acariciaba la mejilla con una mano, mientras la otra le desabotonaba la blusa. Dijo:

-Eso esperaba de ti.

Rei volvía al tiempo presente. Solo miraba el techo con la mirada perdida, vacía, ¡muerta! Su programación y acondicionamiento de toda la vida empezaba a actuar por su cuenta. El comandante Ikari no aprobaría ninguna relación con su hijo que fuera algo más que la de compañeros y colegas. Ella era ante todo una piloto de evangelión y montar a caballo era necesario para mejorar su desempeño como piloto. ¡Su fobia y terror a esos animales eran irrelevantes e inadmisibles!

-¡Irrelevantes e inadmisibles!- repitió en un murmullo inaudible mientras miraba el techo.

Los dos amanecieron ojerosos y trasnochados. Desayunaron en un tenso silencio. Shinji había estado despierto toda la noche cavilando sobre que había hecho mal. Rei volvía a su estado autista robótico de siempre… no tuvo problemas con los caballos. Pudo jinetearlos sin ningún tipo de contratiempo. En la tarde llamaron a Maya. Maya los felicito por haber pasado la prueba en forma tan satisfactoria.