Los personajes de Beyblade no son míos, todos son de su autor original, aunque no se como se llama. Si no te gusta el yaoi mejor que no lo leas, ahora que si te gusta el yaoi y no la depre, pues, léelo bajo tu responsabilidad. Ahora haré algunas acotaciones para que no se confundan en lo que estoy haciendo, sean pacientes, no soy buena escribiendo fanfics, de hecho apenas si he comenzado y para iniciar mi carrera de fanficmaniaca decidí hacerlo con Bayblade porque, bueno, fue mi victima.
Esta historia se ubica después de la batalla en Rusia, porque, simple, no me gustó la nueva temporada de Beyblade, arruinaron a mi amado Kai! Buuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaa! Y a Ray también Wuuuuuuuuuuaaaaaaaaaa! Pero que les pasa se ven horribles, bueno ese no era el punto, sino que como a mi no me agradó Beyblade VForce, pues yo hice como si ahí terminara. Por favor no me maten es sólo una opinión personal.
Ahora si:
Todo lo que esta en cursiva son pensamientos
Lo que esta escrito es lo que los personajes dicen y la narración por parte mía
(Aquí introduciré mis comentarios si es que los llega a haber)
ooooooooooooooooooo Son una especie de cambio de escena, el antes y el después
Rencores, olvidos y un nuevo comienzo
Por
AikoHiwatari
Kai estaba pacíficamente observando a la persona que dormía plácidamente a su lado, analizando sus facciones, queriendo recordar ese momento el resto de su vida pero sobre todo, lo que había pasado esa noche y en esos últimos días.
No entiendo que pasó, todo fue muy rápido. Regresé a Rusia, no por mi propia voluntad sino porque ahí era donde se iba a llevar a cabo el torneo final de Beyblade. La había vuelto a dejar por segunda ocasión. Había traicionado a mi equipo de Bayblade y ellos, increíblemente me habían perdonad. Viobolt me robó a Dranzer y, gracias a Tyson y a Ray lo había podido recuperar. Los demolition boys habían sido derrotados y para mi fue una victoria triple ya que eran ellos, Boltaire y mi abuelo.
Tyson y los demás habían ido a pasear o, al menos eso creía Kai, no lo sabía con certeza, ni le interesaba en lo más mínimo, al menos eso era lo que siempre decía, aunque por dentro sintiera todo lo contrario pero no, no podría nunca decir eso, la verdad. Los BladeBrakers habían salido de Rusia y se hospedaban en un hermoso hotel en Estado Unidos para que repararan a sus Beyblades y, como lo había dicho el Sr. Dikenson, disfrutaran unas bien merecidas vacaciones.
El hotel tenía una esplendorosa vista al mar, no por nada era uno de los más caros, y cada uno de los beyluchadores tenía su propia habitación todo por cortesía de Judy, la mamá de Max. Esto a Kai le hizo mucho bien, necesitaba pensar, analizar lo sucedido, estudiar la situación en la que se encontraba. Antes de comenzar, salió a caminar un rato, pensó que el aire fresco lo ayudaría y, si eso no sucedía no importaba porque, de todas maneras, necesitaba comprar unas cosas. No sabía si las iba a ocupar, pero no le vendría mal tenerlas de antemano.
Cuando regresó a su habitación, dejó la bolsa en una pequeña mesa que se encontraba en medio de esta. Se dirigió al balcón que la habitación tenía y se recargó en el, era hora de comenzar, todavía era temprano alrededor de las tres de la tarde y con el tiempo sobrante, Tyson y los demás no regresarían hasta dentro de mucho tiempo y, si sabían lo que les convenía, no lo molestarían en toda la tarde. Miró hacia el mar y comenzó su reflexión.
oooooooooooooooooooooooooooooooooo
No sé bien donde comenzó esta locura. Todos estaban muy emocionados, Tyson como un niño pequeño que descubría el mundo y los demás muy emocionados por conocer Rusia, pero si me lo hubieran preguntado, yo hubiera decidido no ir ahí por nada del mundo. No entiendo nada. Fuimos a la abadía, no sé el porqué se empeñaron, pero no deseaba ir, claro que no pude decirles nada.
Desde niño fui entrenado, no criado como cualquier otro, sino adiestrado. Siempre se me dijo que yo debía ser el mejor, el superior en todo y por sobre todos- Kai se quita los protectores que tiene en los brazos y los deja caer al suelo – Mi abuelo solía decirme, cuando lloraba en el entrenamiento por lo agotador que me resultaba, que yo no tenía derecho a llora, ni a llorar ni reír ni sentir, que ese sería mi punto débil, la causa de mi derrota y debía eliminarlo.
Así que, conforme pasaban los días y los años, aprendí a no llorar, a no mostrar nada, ni felicidad ni tristeza. Cuando sentía ganas de llorar, simplemente repetía en mi cabeza que yo no tenía ese derecho, que no tenía ese privilegio, era una especie de karma, solamente que muy negativo y doloroso pero, como descubriría en poco tiempo, el dolor también iría desapareciendo.
Todos mis recuerdos sobre los sentimientos se fueron desvaneciendo, cuando sentía júbilo, lo máximo que alguien lograba percatar era una diminuta sonrisa de satisfacción pero… todo esto cambió cuando pelee por primera vez con Tyson, peleó con tanto júbilo y alegría que no pude vencerlo, su determinación lo hizo invencible y, a mi me hizo vulnerable mi encierro en mi mismo.
Hubiera deseado que todo terminara con Tyson, pero no fue así. Cuando el Sr. Dickenson le ofreció a él y a los otros estar en un mismo equipo, por mi no hubo ningún inconveniente pero eso no terminó así de fácil, ya que me quería a mi para dirigirlo y entrenarlo. No me pude negar ya que Tyson, Max y Ray tenían bestias bit, y Kenny, bueno no creo que Dizzy contara.
Mi abuelo deseaba a las bestias bit, y el que yo dirigiera el equipo de uno de sus enemigos fue lo mejor que le pudo pasar, no importaba como obtuviera esas bestias bit, el objetivo era poseerlos. Aunque, ahora que lo pienso bien creo que mi abuelo y el Sr. Dickenson estaban jugando conmigo porque el Sr. Dickenson también sabía quién era mi abuelo y mi abuelo estuvo de acuerdo en que trabajara para el Sr. Dickenson.
Todo se complicó cuando yo no pude llevar a cabo mi misión a tiempo, es decir, antes del campeonato. Cuando llegamos a Rusia sabía de antemano que ahí no podría alejarme de quienes había huido en un principio. Cuando visitamos la abadía, pude recordar claramente cuando probé por primera vez el Black Dranzer. Mi falta de experiencia y fuerza hicieron que no lo pudiera controlar.
Huí de ahí, pero no puedo asegurar si fue por haber hecho todo ese desorden o en el laboratorio o reconocer que tuve miedo con el Black Dranzer y que mi abuelo me castigara por haber sentido eso; no quería recordarlo, pero no tuve opción al momento de volver a pisar la abadía. Cuando tuve al Black Dranzer frente a mí de nueva cuenta, después de tantos años, descubrí que seguía deseándolo.
Deseaba el poder de ese Beyblade, ya no era aquel chiquillo que una vez no pudo controlarlo, ahora poseía fuerza y determinación. Quería olvidar los sentimientos que empezaban a aflorar dentro de mí desde que conocía a Tyson y los demás, pero, cuando los desafíe en aquel lago congelado y vi que se preocupaban por mí, que yo les importaba, no pude negarme a mi mismo por más tiempo que yo también los estimaba. Volví por última vez a la abadía y los abandoné por segunda vez. Mi abuelo y Boris estaban furiosos, pero a mi eso ya no me importaba
Black Dranzer fue entregado a Tala, yo solamente pude desear que no le pasara lo mismo que a mí. Derrotamos a los demolition boys, fue una batalla muy dura donde yo perdía a Dranzer, me sentí triste por eso pero muy feliz porque había dado lo mejor de mí. Ray dio lo mejor de sí contra Bryan, y hasta pienso que superó sus propios límites. Cuando vi como lo había dejado, sentí como si yo me destrozara por dentro, no sabía la razón, pero ante lo que le hizo a Ray, quería yo mismo matar a Bryan
Tyson logró derrotar a tala, lo hizo por todos y con todos. Recuperé mi Dranzer y los planes de Viovolt se vinieron abajo. Pero, lo que sentí al ver a Ray en esas condiciones, tirado, sin energías, fue como si me quitaran el alma, no podía explicarlo, solamente deseaba que el estuviera bien. Al verlo entrar con Mariah fue un alivio y a la vez un sufrimiento. Me sentía feliz de que estuviera bien pero no que viniera acompañado de ella.
Kai entró en su habitación, ya era de noche, alrededor de las siete y ya casi había obscurecido completamente. Se quitó los zapatos para caminar descalzo por la habitación y también se quitó su bufanda. Se dirigió hacia donde había dejado la bolsa y con la poca luz que quedaba, buscó algo dentro de ella. No deseaba prender la habitación, y no lo haría en toda la noche. Se dirigió a su cama y se sentó en ella, miró a un espacio en el vació y continuó pensando.
Yo, en realidad, ya no se que pensar o sentir, o si debo pensar o sentir algo – sus hermosos ojos color rubí comenzaron a volverse cristalinos y gruesas lágrimas amenazaban con salir – No se si esto es lo que quiero, me siento tan vulnerable. Tan humano - Una lágrima se escapó de sus ojos y recorrió toda su mejilla y cayó a su mano, solamente para avisar que ella sería el comienzo de un río de lágrimas que vendrían – Yo no quiero sentir tristeza, no quiero llorar, no quiero sufrir, si tengo sentimientos soy tan vulnerable como cualquier otro.
Kai tomó el objeto en sus manos, era una pequeña navaja, recordó lo problemático que fue comprarla, tuvo que decir que su padre le había encargado un repuesto para su rastrillo y que lo necesitaba con urgencia, por eso lo había enviado a él. Como la navaja era nueva, estaba muy filosa – Perfecto – fueron las palabras de Kai – No tengo el deseo ni el valor para suicidarme, eso me quedo muy claro hace ya muchos años pero, - Kai comenzó a trazar una línea por su brazo izquierdo, no muy profunda, pero lo suficiente como para provocar que la herida sangrara – Esto siempre me ha ayudado cuando mis fuerzas flaquean y mus sentimientos salen a la luz.
Kai hizo otra línea en su brazo y varias veces más. Así lo hizo con el brazo derecho y las palmas de sus manos, podía sentir su piel arder, mas no la sangre derramarse, esto era porque las heridas derramaban poca sangre y esta coagulaba casi al instante, era un método perfecto con el que sabía si las heridas eran profundas o no. Mientras Kai seguía concentrado en su trabajo, pudo escuchar algo detrás de él.
Kai - ¿Quién está ahí? – Dijo esto en tono de amenaza y preparando a Dranzer para atacar
¿?- ¿Kai, estás aquí?
Kai - ¿Eres tu Ray? Pude sentir claramente como mi corazón se aceleraba al escuchar su voz, quería saber que era lo que mi corazón quería decirme, hace tanto que no lo sentía o escuchaba - ¿Qué quieres, qué haces aquí?
Ray – Caminaba hacia donde se encontraba Kai – Vi la puerta entreabierta y pensé que alguien había intentado robar en tu habitación, así que entré a revisar
Kai – Demonios, debí cerrarla mal cuando llegué – Pues bien, ya revisaste, así que ya te puedes ir. Creí que estabas con los chicos
Ray – Si, pero decidieron ir al cine y yo mejor me regrese ¿Kai, seguro que te encuentras bien?
Kai - ¿Por qué preguntas?
Ray – Oh Kai, por eso nunca te quitabas los protectores cierto. ¿Qué es lo que intentas hacer?
Kai – No sé a que te refieres
Ray – Si lo sabes, y lo sabes muy bien. Estoy hablando de eso que tienes en tu mano y de tus marcas en los brazos
Kai – ¿Cómo lo supo? – No sé de que hablas
Ray – Kai, hasta parece que no me conoces, sabes muy bien que una de mis habilidades es que puedo adaptar mi visión a la oscuridad con mucha facilidad
Kai – Pues bien, como sea, no te importa
Me voltee para darle la espalda y me dirigí de nuevo a la cama, quería sentarme, estaba muy agotado. Esperé escuchar sus pasos dirigiéndose a la salida, más nunca paso, sin esperármelo me rodeó el cuello en un abrazo de fraternidad, amistad y cariño, pude sentir todo eso al mismo tiempo. Nunca había sentido algo igual, algo tan hermoso, pude sentir como mis mejillas se sonrojaban sin que yo estuviera de acuerdo. Con el en esa posición, mi cuerpo se relajó
Ray – Muy bien, ahora que ya te relajaste, me puedes decir que es lo que hacías o pensabas hacer
Kai – ¿Por qué habría de interesarte?
Ray – Al contrario, ¿porqué no habría de interesarme?
Kai – Si tu pregunta es si me iba a suicidar o si lo suponías, te contestaré que no
Ray – Entonces, que es lo que está pasando
Varias lágrimas salieron de mi rostro, no pude contenerlas por más tiempo, salieron sin mi consentimiento. Él pudo sentir las lágrimas en sus brazos. Creí que al verme en un estado tan deplorable me iba a dejar ahí tirado con mi sufrimiento. Sin embargo, esto nunca sucedió, y nunca decayó su abrazo. Aún así, yo lo empujé con fuerza para que se alejara de mí, para que me dejara solo.
Ray – ¿Por qué quieres que me vaya? – No se movió ni un milímetro a pesar de mis esfuerzos y mi insolencia de no aceptar su ayuda
Kai – No tienes por qué estar aquí
Ray – Si, claro que tengo, porque tú eres uno de mis mejores amigos, si no es que el mejor, y me preocupas.
Kai – Creí que tu mejor amigo era Tyson
Ray – Es un amigo, pero no por el que más me intereso – Este comentario hizo que se formara un hueco en mi estomago y diera un vuelco mi corazón, qué me había querido decir con eso. - Vamos Kai, dime que es lo que te sucede
Kai – ¿Para qué quieres que te diga?
Ray – Para que descargues tus penas y te puedas sentir mejor, vamos, yo se que te ayudará contarme que es lo que te sucede
Kai – Y después va a ser un ciclo, porque entonces tú serás el que se sentirá mal
Ray – Claro que no, y si me siento mal, será menos que tu y por ti, porque son tus problemas y quiero ayudarte. – Me volteó a ver a los ojos – Vamos, por favor, dime que es lo que te entristece
Creía que en cuanto le dijera se iba a burlar de mi, de mis sentimientos y de mi debilidad, pero al ver esos ojos dorados como de gato, pude ver honestidad en sus palabras, fue curioso porque yo no soy nada honesto. Pude ver que el no se iba a reír de lo que le contara, que no se iba a enojar por lo que dijera o sintiera acerca de él o de los otros chicos. Pude ver todo eso y más en aquellos ojos que me cautivaban. No pude contener mis sentimientos, suplicaban por salir.
Esa tarde había sido muy extraña, había llorado más veces que en toda mi vida. Mi dolor era tan grande que en este día solté todas las lágrimas que había guardado desde que recuerdo. El cambió su posición, me recostó en su pecho y comenzó a arrullarme como si fuera un bebé, aunque en realidad, en ese momento si me sentía un bebé. Le conté todo lo que sentía y pensaba acerca de mi abuelo, de Boris, de la abadía, de Viovolt y de Black Dranzer.
Inclusive le dije lo que jamás creí decir a nadie, mis sentimientos hacia ellos, hacia mis amigos y compañeros de equipo, los BladeBrakers. El cómo me hacían enojar, pero al mismo tiempo me alegraba el verlos, el poder ayudarles a ser mejores. Dejé salir todo lo que pensaba sobre ellos sin que él diera muestras de enojo, solamente continuaba arrullándome. Nunca imaginé que el dejar salir todo ese dolerme haría sentir tan bien, tal libre, feliz y ligero en mi alma.
Cuando al fin terminé de relatarle todo a Ray y me pude tranquilizar, ya era muy tarde después de las diez. Tyson y los demás ya debían haber regresado o, cuando menos, estarían cenando en el restaurante del hotel. Me levanté de la cama y fui a lavarme la cara, encendí la luz del lavamanos para encontrarme con una imagen terrible, como yo no acostumbraba a llorar mis ojos lucían sumamente rojos, cansados e hinchados.
Me mojé la cara un par de veces y volví a ver el espejo, para ver si lucía mejor – Me veo muy gracioso – fue lo único que pude pensar ante una situación así – Y demasiado terrible –aunque eso ya me había quedado claro quise reiterarlo para mi mismo. Sonreí, por primera vez, sonreí honestamente. Apagué la luz del lavamanos, mis ojos tardaron un rato en volverse a acostumbrar a la oscuridad.
Por un momento creí que tal vez Ray se había marchado, puesto que no lo escuchaba, así que revisé que la puerta estuviera cerrada con llave, tal como él la había dejado.
Ray – ¿Creíste que me había marchado?
Kai – Por un momento así fue – Adoraba escuchar su voz, preocupado por mi. El desahogar mis penas me hizo darme cuenta de que era esa preocupación que yo sentía por él.
Ray – ¿Te sientes mejor?
Kai – Otra vez sentí como mis mejillas se enrojecían, agradecí tanto que no hubiera luz en la habitación – Eh, Si… muchas gracias por escucharme. Ray se encontraba sentado aún en la cama y, como yo todavía no lograba acostumbrarme por completo a la oscuridad, me golpee con la mesa antes de poder llegar hasta donde él se encontraba, pude escuchar claramente como soltaba una pequeña risita ante mi situación, mas no le reproché nada, en parte como agradecimiento y en parte porque me gustaba oírlo reír. Cuando al fin pude llegar a mi objetivo, me senté. Ray se acercó a mí y me abrazó nuevamente
Ray – No te preocupes Kai, cuando quieras, aquí estaré yo para escucharte y consolarte
Esta vez sentí la necesidad de responder ese abrazo, en cuanto el sintió que yo también lo estaba abrazando, pude sentir que él se estremeció al contacto con mis brazos, de seguro no se esperaba una respuesta así por parte mía, pero no tardó en relajarse. No quería soltarlo, no quería romper el abrazo, pero debía terminar.
Cuando nos separamos la luz de la luna me mostró sus ojos, había luna llena, así que no fue difícil distinguirlo. Otra vez mi corazón amenazaba con salir de mi pecho, Ray me miraba directamente a los ojos, como buscando una respuesta o simplemente tratando de adivinar que es lo que estaba pensando. Bajé mi mirada hacia sus labios, sentí una enorme necesidad de poseerlos, de que fueran míos y de nadie más y, a pesar de que intenté alejar esa idea de mi cabeza y esos sentimientos de mi corazón, quería evitarlo pero, no pude.
Mejor dicho, no pretendí que esos sentimientos fueran reprimidos nunca más. Ese caparazón que formé en mi corazón había desaparecido, el hielo de este se había derretido y, por alguna razón, no quería que volviera a formarse aunque, muy dentro de mí, creo que la razón por la que no quería volver a ocultar mis sentimientos era por esa persona que tenía en frente mío.
Acerqué mi rostro al de Ray, quería sentir sus labios presionados con los míos y, el parecía no tener objeción, estábamos a escasos milímetros y entonces, lo hice, lo bese. Besé a Ray como jamás creí que podría besar a alguien, no es que ya lo hubiera hecho antes, sino que creí que nunca iba a besar a nadie. El beso era inocente, pero sobre todo sincero. Dentro de poco comencé a sentir la necesidad de explorar más, quería profundizar el beso, así que como pude abrí su boca.
Ray no puso ninguna contradicción ante mi acto, al contrario, parecía gustoso de sentir ese beso. Introduje mi lengua en su boca y sentí un sobresalto de su parte tan fuerte que estuvo a punto de romper el beso, pero yo lo evité tomándolo de la cintura y acercándolo más a mi. Ray en un principio se puso tenso, pero de inmediato se relajó. No quería soltarlo, no quería alejarlo, pero tuve que hacerlo porque mis pulmones ya no daban para más
Kai – Ray yo… - No podía mirarlo a los ojos, no sabía que iba a pasar ahora que había cruzado esa barrera de la amistad
Ray – Dime Kai, ¿por qué lo hiciste, ¿por qué me besaste?
Kai – No lo sé
Ray – Acaso fue por puro capricho
Kai – ¡NO, te equivocas en eso
Ray – Entonces dime por qué fue
Kai – Por que – No pude más y me abracé de él, me acerqué a su oído para poder decirle la razón de mi comportamiento en casi un susurro – Por que yo me enamoré de ti
Ray se quedó estático, no sabía que me iba a responder y, en caso de que fuera una respuesta negativa, no estaba muy seguro de poder soportarla
Ray – ¿Estas seguro? – Pude ver en sus ojos un deje de tristeza – Tal vez solamente estés confundido porque fui el único que te escucho y te apoyó cuando nadie más lo hizo
Kai - ¡Estás equivocado, lo único que pasa es que no me había dado cuenta de ellos, desde que vi cómo te había dejado Bryan en la pelea contra los demolition boys pude percatarme de mis sentimientos, pero fue hasta hace poco que los comprendí. Cuando Mariah te acompañó a ver la pelea de Tyson, no pude evitar sentir celos, pero como no los conocía, no supe descifrarlos en ese instante. Ahora que todo ha quedado claro, puedo decírtelo.
Ray – Vaya, no pareces el mismo Kai que conozco
Kai – Escucha bien esto Ray – Dije con el mismo tono frío que siempre he usado mientras me paraba y me alejaba un poco de la cama – Si tu amas a Mariah, solamente dímelo y te dejaré en paz, de lo contrario atente a las consecuencias
Ray – Uy, el temible Kai me está amenazando, que miedo – Lo dijo con una sonrisa en sus labios y con una mirada más tranquila, acercándose a mí - He estado con Mariah desde que somos niños, solamente la veo como mi hermanita menor, como una gran amiga, al contrario de ella, que si se enamoró de mi - Me safé de su abrazo
Kai - Entonces de dejaré en paz para que puedas estar feliz
Ray - Un momento Kai, yo dije que Mariah estaba enamorada de mi - Voltee a verlo a los ojos y su rostro se tornó en uno muy amable y lleno de ternura - Mas nunca dije que yo le correspondía. No se lo que siento por ti, pero podría descubrirlo hoy, esta noche - Me acerqué a él para verle a los ojos, decía la verdad y yo, no quería hacerle daño
Lo comencé a besar otra vez, lentamente, pero al poco rato el beso se volvió más intenso. Sujeté a Ray por la cintura, quería profundizar el beso, quería profundizar las sensaciones así que lo apreté hacia mí. Cuando logré que abriera la boca introduje mi lengua, exploré todos los rincones de su boca y en medio de ese beso tan excitante, escuché un gemido de su parte, no se porqué pero ese gemido me hizo desearlo más que cuando todo esto inició.
Poco a poco fuimos retrocediendo hasta que las piernas de Ray flaquearon al tropezar con la cama. Lo recosté en ella y me puse encima de él. Comencé a acariciar su pecho por encima de su traje y el me agradecía dando pequeños gemidos con cada caricia que le daba. Recuerdo que baje mi mano hasta sus pantalones, no quería apresurar nada, así que me concreté en acariciarlo solamente por encima de su ropa, suave y delicadamente, pude sentir como su miembro comenzaba a excitarse, y como pedía y clamaba por su liberación.
Dejé a un lado ese juego y metí mis manos por debajo de su camisa, pude sentir esa piel tan tersa y suave por primera vez, era una sensación maravillosa entre mis manos, aquellas manos que antes había cortado. Ray tomó una de ellas y la miró, luego me vio a los ojos con cara de reproche, pero me dejó continuar. Harto de la espera le quité la playera, dejando al descubierto su torso.
Dejé por un lado su boca y comencé a besar su cuello, le daba besos que parecía que quería comérmelo, lo cual no estaba muy alejado de la realidad, pero tenía cuidado de no dejarle ninguna marca, no era tiempo de que alguien lo descubriera. Besé completamente su cuello, y también el lóbulo de su oreja, cada uno de estos le provocaba dar gemidos, gemidos que eran música para mí.
Dejé su cuello y comencé a bajar más, recordé que no había besado muchas partes de él y yo quería besarlas todas, todas las que fueran posibles. Besé una de sus tetillas provocando un gemido más fuerte de los que ya había escuchado, con cada uno yo ya no me podía resistir más. Y fue aún peor cuando mordí su tetilla, dio un gemido tan salvaje que yo deseaba hacerlo mío en ese instante, pero debía esperar, debía ser paciente.
Quería hacerlo disfrutar hasta el límite, aunque no sabía cuanto podría resistir el. Cuando estuve saciado de mordisquear su tetilla, seguí mi camino, bajando hasta el ombligo, que parecía que me llamaba a gritos, metí la lengua en él y estuve jugando ahí un rato, provocando pequeñas risas en mi neko-jin, por un momento pensé que se burlaba de mi pero pronto caí en la cuenta de que esto le parecía muy excitante, pero también le daba muchas cosquillas.
Cuando tenía pensado seguir, unas manos delicadas sostuvieron mi rostro, haciéndome regresar a su boca, la cual clamaba por la mía. Creí que yo tenía el control, que yo era el que estaba pervirtiendo a ese hermoso gatito, pero cuando me puso a mi debajo de él, me di cuenta de cuan equivocado estaba y que, ahora, Ray es el que quería jugar conmigo. Mi inocente gatito se había transformado en un fiero tigre.
Ray - Ahora es mi turno
Comenzó a hacer lo mismo que yo le había hecho, pero muy a su forma, ya que, con sus manos, me hacía sentir un gran placer al frotarlas en mi miembro. Provocó que diera unos gritos de placer que por un instante creí que todo el hotel los había escuchado, o tal vez así fue. En realidad no me importa. Cuando terminó, lo voltee de nuevo, quería continuar con mi recorrido.
Puse mis manos en su cadera y, mientras lo besaba, iba bajando sus pantalones. Dejé su boca y comencé a besar y a lamer su miembro por encima de la tela de su última prenda, la única que era mi obstáculo final. Esto lo estaba volviendo loco, y a mi también. Quería terminar, pero lo mejor estaba por llegar. Cuando parecía que él iba a terminar, yo detuve mi acto, y el me miró con una interrogante en su cabeza, la cual desapareció casi al instante cuando sintió que mis manos tomaban su última prenda para bajarla.
La arrojé lejos, como una señal de victoria, y comencé lo mejor. Con mis manos acaricié su miembro, ya muy enrojecido y duro por tanta espera, me sentía feliz porque fui capaz de provocar tales deseos en una persona. Podía escuchar sus gemidos clamando por más, y diciendo mi nombre a gritos.
Ray - Más, oh por favor Kai, no te detengas, más por favor. KAI!
Podía ver como su espalda se arqueaba de placer, podía sentir los espasmos que mis caricias provocaban en su cuerpo y, cuando parecía que ya no podría aguantar el placer, acerqué mis labios a su miembro y le di un pequeño beso, solamente pasaba rozando mis labios por su miembro y esto era un suplicio para él, para mi gatito, para mi neko-jin
Ray - OH POR DIOS! KAI NO PARES POR FAVOR!
Sus súplicas eran como música a mis oídos. Cuando los vi ahí recostado y perdido en el placer fue cuando entendí que estaba listo. Sin previo aviso metí su miembro en mi boca y de la excitación, terminó sentado y exclamando un gemido enorme, seguido de mi nombre. Comencé mi juego de saca y mete de poco a poco, con movimientos pausados, escuchando cada gemido a cada succión que daba y guiándome por ellos para continuar. A cada gemido yo subía la intensidad, y la intensidad de sus gritos también lo hacía
Ray - OH KAI POR DIOS… POR FAVOR… NO… TE… DETENGAS! KAI… ME VOY A … AHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Dio un grito de alivio, al tiempo que se liberaba ese líquido maravilloso por toda mi boca, lo tragué sin pensarlo, cada gota que pude, sin embargo no pude con todo y parte de su semen se me escurrió por la boca. Ray me tomó de los hombros y me atrajo hacia si, para que lo besara, el también quería probar un poco de su propia esencia
Ray - Eso fue asombroso Kai
Kai - ¿Estás seguro de querer continuar? Yo todavía me puedo detener - Dije lo último sin siquiera yo creerlo, la verdad es que, por más que lo deseara, yo ya no me podría detener
Ray - Mentiroso - Lo que dijo me dejó asombrado, porque era la verdad - Claro que quiero continuar - Se abrazó a mi cuello y me susurró al oído - Hazme tuyo Kai, por favor - Vi directamente a sus ojos, y como en todo ese día, no vi ninguna duda en su decisión. Vi su hermoso rostro, con facciones de gato, tenía un hermoso tono carmesí en sus mejillas, eso lo hacía ver tan sexy.
Kai - Muy bien, entonces relájate, te prometo no hacerte daño - dije esto al tiempo que me quitaba los pantalones y la ropa interior
Ray - Y yo se que lo cumplirás
Dicho esto le metí un dedo en la boca y él, sin pensarlo, lo chupó con una sensualidad increíble, yo ya no podía más, iba a estallar. Metí un dedo en su cavidad. Pude ver como en su rostro se formaba una pequeña mueca de dolor y, cuando se acostumbró, le metí el segundo dedo. Con este acto dio un pequeño quejido y su cara mostraba más dolor que el de antes y, antes de que se acostumbrara demasiado, le metí un tercero, con este dio un grito muy pequeño, le dolía, pero pronto iba a pasar.
Kai - Espero que estés listo
Ray - Claro
Cuando todo estuvo aclarado, metí mi miembro en él, fue tan rápido que dio un grito de dolor, se levantó y se abrazó a mi, pude ver claramente como algunas lágrimas salían de esos ojos felinos y recorrían su hermoso rostro y daba pequeños quejidos de dolor, aunque él no quería que lo viera, así que escondió su rostro en mi hombro. Me quedé quieto unos instantes, para que se acostumbrara al hecho de tener mi miembro dentro de sí. Y, en esa posición, le dije al oído, lo que quise decirle desde el principio
Kai - Ai shiteru Ray
De pronto sentí como él comenzaba a besar si cuello, fue entonces que comprendí que el dolor había pasado, además, también estaba dando pequeños gemiditos de placer que me volvían loco. Comencé a moverme dentro de él al tiempo que acariciaba su miembro, lo que hacía que pudiera arrancarle unos gritos de placer más grandes que los anteriores. Y yo me sentía en la gloria
Ray - KAI SIGUE ASÍ, POR FAVOR, MÁS, QUIERO MÁS, OH POR DIOS, NO PARES KAI
Kai - No… No lo haré
No sabía cuanto más podría resistir, la excitación era cada vez más fuerte, podía sentir los espasmos de mi miembro y los de él. Cuando creí que no podría más, él me avisó.
Ray - KAI, YA NO… YA NO PUEDO MÁS…ME VOY A…
No pudo terminar de decir lo que quería porque había terminado, se había corrido en mis manos, podía sentir su semen en mi vientre, cálido, delicioso. Al mismo tiempo ocurrió conmigo, solté mi esencia, mi semen, dentro de él. Fue algo único por que los dos terminamos al mismo tiempo. Cuando terminamos yo caí rendido sobre el. Tenía una cara de cansado, y como no iba a estarlo, después de lo sucedido.
Destendí la cama y lo recosté en ella. Después yo me metí también. En la mañana habría que pedir que cambien las sábanas. Me acosté a su lado y lo abracé por la espalda
Kai - Ray, me alegra que hayas sido el primero
Ray - A mi también me alegra que tu hayas sido el primero - y de inmediato se quedó dormido mientras yo lo contemplaba. Nunca dudé que yo había sido el primero, y espero se el único.
oooooooooooooooooooooooooooooooooo
Así fue esta noche, descubrí mis sentimientos, descubrí a la persona que amo y no pienso dejarla, claro que para los demás seguiré siendo el frío Kai, pero para él, seré otro, porque fue el único que me escuchó. Te veo dormir plácidamente y creo que yo debería hacerlo, ya son las tres de la mañana y seguro Tyson viene temprano a levantarme. Te veo por última vez antes de dormir y distingo que dices algo entre sueños
Ray - Ai shiteru, Kai. Con todo… mi corazón,
Escuchar esas palabras de ti me hicieron muy feliz, tal vez a la próxima me lo digas despierto. Me acuesto junto a ti, te doy un beso en el cuello y escucho como ronroneas. Y por fin, después de tanto tiempo, después de toda una vida, puedo dormir tranquilo y feliz.
NOTAS DE LA AUTORA
No me maten por favor, si no les gustó no lo vuelvo a hacer (Mentira).
Se aceptan críticas, consejos, halagos, chicles, cacahuates, gomitas, suicidios, bombas, dulces, caramelos, etc. etc. etc.
No sean malos déjenme un review tan siquiera no saben que feo se siente no tener nada.
A si no les gustó la historia perdónenme, pero es un día que andaba en la depre porque me pelee con mi mamá y, pues bueno, esta fue mi terapia. Intentaré hacer otros más felices. O simplemente cambiaré de serie.
Sayonara
