Un colgante en forma de trébol que Clarión le dejo a Milori cuando se separaron esconde más de lo que cualquiera imagina y ahora en su reencuentro un hombre lo quiere por su poder, una chica llena de maldad que puede volver, sueños que muestran cosas que pasaron, misterio y cosas que no se pueden decir ¿Milori estará listo para todo lo que se viene? En caso de fallar seria el fin de la tierra de las hadas y la oscuridad reinaría. Clarión x Milori
La habitación estaba desordenada, los espejos rotos igual que la mesa, las flores que alguna vez habían adornado el lugar estaban rotas en el piso… se escuchaba un sollozo, y un lastimero y leve gemido de culpa. La niña de pelo castaño miraba el desastre que había provocado con su control del polvillo… hasta la alfombra en el piso estaba hecha añicos. Bajo su mirada mientras sus manos cubrían su rostro y se sentaba en una esquina, para luego abrazar sus rodillas y dejar que el llanto fluya
–Soy peligrosa…- murmuro con temor mientras daba leves tiembles. No era su culpa enojarse tanto, no lo era, después de todo su furia se había desatado al saber que no lo volvería a ver nunca más… -Milori dijo que todo iba a estar bien…- murmuro para sí misma llena de miedo por lo que podía hacer –él nunca miente…- trato de convencerse. El llanto resonaba en la habitación y desde la puerta había un hombre que la espiaba, sus ojos eran grises y la miraba sorprendido; quería entrar, pero la puerta no se abría. Frunció levemente el ceño y trato de vuelta de entrar, estaba por decir algo cuando una sombra apareció.
Era un hombre con ojos rojos y piel blanca, estaba vestido de negro y dejo salir una carcajada
-¿no has visto lo peligrosa que eres?- rio haciendo que la niña solo se encogiera más contra la pared –cariño…. Es tu naturaleza… no podrás mantener atrapada a Cali dentro de ti para siempre, es parte tuya- sonrió con malicia mientras se acercaba a la joven. Ella levanto la mirada, mirándolo con sus hermosos ojos celestes
–el polvillo nos da vida y nos permite volar… no es malo- murmuro parándose a la defensiva
–Pero mira lo que causa… destrucción…- dijo sonriendo mientras miraba el desastre
-¡yo no lo usare para mal!- dijo enojada mientras daba pasos para atrás
–No, tu no- dijo con desagrado –Cali si…- sonrió y la volvió a mirar con sus ojos rojos
–No cambiare mi forma a la de ella…- dijo asustada mientras volvía a sentarse en el piso y abrazar sus rodillas
–Con el colgante te volverás ella- rio de forma macabra para luego agarrarla del cuello y elevarla a escasos centímetros del suelo -¿Dónde está el colgante?- ordeno saber.
El chico desconocido trato de entrar, pero algo se lo impedía, iba a pedir ayuda pero pronto noto que no podía moverse ni emitir sonido alguno ¿Qué clase de magia sería esta?
-no lo sé…- dijo tratando de mantener el aire. Se asfixiaba, sus alas no servían de nada. Un inmenso dolor en el pecho la cubrió
–Dímelo… o matare a toda hada de esta tierra- amenazo. Clarión sabía que no mentía, pero tampoco podía decírselo ¡no podía rendirse tan fácilmente! ¡Tenía que resistir!
–no… no se- volvió a decir entre un leve gemido de dolor. El cuello le sangraba y el hombre en frente suya frunció el ceño poniéndola contra la pared
–Vamos a usar otra técnica…- sonrió con una sonrisa perversa y ella noto enseguida sus intenciones
-¡ni lo sueñes!- dijo con el poco aire que aún le quedaba
–Dímelo… o esto se pondrá más bueno… o por lo menos para mí- dijo mientras agarraba un cuchillo y la amenazaba con el
–mi… mi… hermano- murmuro mientras las lágrimas corrían por su mejilla. Él la soltó y se dirigió a la ventana
–Nunca lo encontraras- dijo ella mientras trataba de controlar las lágrimas, su hermano mayor se había ido hace un mes y nadie sabía a donde, no lo encontraría, las posibilidades eran nulas
–Eso es lo que crees- sonrió el hombre antes de saltar a su cuervo y desaparecer entre la oscuridad de la noche. Ella puso sus manos en su pecho y bajo la mirada mientras rompía en un llanto desconsolado.
El chico de ojos grises volvió a tratar de entrar, pero no lo logro.
Un chico de pelo castaño y ojos azules como el mar entro a la habitación muy preocupado
-¡Denis!- dijo mientras se abrazaba al recién llegado –él lo buscara… ¡buscara a Dante!- dijo mientras sus lágrimas corrían
-¡no lo encontrara!- trato de calmarla
–hermano… cuando lo encuentre y se entere de que él no tiene el colgante lo matara e ira atrás de ti- murmuro mientras lloraba. Las alas de ambos brillaban, el chico parecía de la misma edad que ella y acariciaba con cariño su pelo
–lo se…- tenía que ser realista, ese hombre podría tardar milenios en encontrar a Dante pero lo haría… y cuando se entere de que él no tiene lo que buscaba iría tras él porque ella no había especificado cuál de sus dos hermanos lo tenía –pero tú sabes que mañana iba a partir de todas formas…- murmuro abrazándola más fuerte –tardara mucho tiempo en encontrar a ambos… no te preocupes- dijo con cariño mientras secaba sus lágrimas, la chica se aferró a él
-¡no podía decirle que lo tenía él! ¡No debí haberle dado el colgante! ¡Lo he metido en problemas!- dijo mientras lloraba
–claro que no hermosa… en el bosque del invierno no buscara, yo y Dante somos hadas cálidas incapaces de sobrevivir el frio… él jamás sospechara que en realidad lo tiene ese hado invierno- dijo mientras tomaba su rostro con sus manos
-¿crees que Milori esté bien con el colgante?- murmuro asustada, no había querido meterlo en esto ¡pero fue inevitable!
–si… el podrá mantenerlo a salvo… fue tu mejor decisión- sonrió con dulzura, ella bajo la mirada
–Se lo di porque era lo más preciado que tenía… pero no quería involucrarlo en esto- murmuro bastante dolida mientras seguía llorando. El castaño la abrazo y le dio un beso en la frente mientras trataba de reconfortarla.
El chico de ojos grises quedo en shock ¿Milori tenía el colgante que ese hombre buscaba? Dio varios pasos para atrás y se dispuso a irse y a decirle algo a él, pero la voz del chico de ojos azules lo detuvo
–Milori no debe saber lo que posee, porque si no si estará en graves problemas- escucho. Se quedó quieto unos instantes, no iba a decirle nada, no quería meterlo en ninguno problema. Salió volando a toda prisa por la ventana sin darse cuenta que el castaño había alcanzado a verlo irse.
Llego al palacio de hielo de inmediato, quería por lo menos poder ver el colgante. Respiro hondo, Milori seguía encerrado en su habitación sin hablar con nadie y apenas comiendo algo, hace unos tres días se habían separado y Milori andaba con el ánimo por más abajo que el suelo. Toco la puerta, no hubo respuesta. Toco otra vez con el mismo resultado
–Milori, soy yo…- explica, en estos días con él era con únicamente se comunicaba. Como no hubo respuesta entro. El peliblanco estaba sentado en la cama mientras miraba un colgante que tenía en sus manos. El chico se acercó a su amigo que ni siquiera se molestó en levantar la mirada
–Milori… ¿me dejas ver el colgante?- pregunto, el chico de ojos castaños suspiro y dejo con suma delicadeza el colgante en la mano de su amigo. Tenía la forma de un trébol de cuatro hojas, era de oro pintado de verde con los bordes plateados, tenía pequeñas esmeraldas que adornaban los bordes… la cadenita era de plata y tenía unos pequeñísimos rubís. Dio vuelta el trébol y noto un diamante pequeño y blanco de ese lado… no parecía nada raro –te lo devuelvo- dijo mientras volvía a ponerlo en el cuello de su amigo –deberías tratar de sentirte mejor, o no vas a terminar vivo cuando vuelvan a verse ¿o sí?- trato de reanimarlo el de ojos grises, el peliblando suspiro y volvió a tomar al trébol en su mano
–ella lo tenía siempre, nunca se lo quitaba… jamás me lo había dejado tocar… hasta que me lo dio- murmuro tristemente. El de ojos grises suspiro.
Luego de un rato el chico salió de la habitación del futuro señor del invierno caminando por unos pasillos
–No le digas nada- esa voz se le hiso conocida, al darse vuelta se encontró con el castaño que había estado hablando con la princesa
–No se lo diré- dijo seguro
-¿sabes porque es muy importante? Te explicare todo… pero es un secreto- dicho esto se acercó más al hada invierno y empezó a contarle la historia desde el principio.
Perdón, pero es algo tan secreto que por ahora no lo escribiré.
-eso es imposible- dijo sorprendido
–Lo sé… solo que cuando notes que el trébol se volvió negro se lo quites…- lo miro unos segundos antes de continuar –eso significara que ya perdió el sentimiento hacia mi hermana y ya no podrá hacerse cargo del trébol…- dicho esto el muchacho desapareció.
Pasaron los siglos y el ojigris noto que jamás el trébol cambio su color.
¡Primer capítulo! Esta sería mi primera historia larga, estoy practicando aun como usar fanfiction…
Habrá cosas que rebelare más adelante y es "T" por algunas escenas ¿extrañas? Saludos
Este sería el prólogo…
