Scion y los Endbringers estaban muertos.

Nadie podía creerlo pero sus cadáveres estaban donde todo el mundo pudiese verlos, sin heridas o daños pero claramente muertos, algo que molestaba a Cauldron más de lo que les gustaría admitir. Mientras el planeta entero respiraba aliviado por la muerte de los Endbringers y lloraban la de Scion, los pocos que conocían su verdadera naturaleza no eran capaces de celebrar su defunción porque no sabían como se había logrado.

¿Lo peor? Nadie daba un paso adelante y decía que había sido él o ella. La persona que lograse matar a esas criaturas se volvería famosa rápidamente y seria mencionada en los libros de historia como una leyenda, algo por lo que millones matarían. Así que, ¿por que razón nadie aparecía para cobrar la recompensa?

Jamas sabrían la respuesta.

Mientras tanto, en una pequeña ciudad llamada Brockton Bay, una niña estaba tomando tranquilamente un café junto a su padre mientras ambos reían recordando anécdotas de su infancia. Tras acabar de reír, el padre le pregunto algo que llevaba un tiempo deseando saber.

"¿Eres una parahumana, pequeña?"

Su hija, una chica no mayor de catorce años, silenciosamente dejo su bebida sobre la mesilla.

Tras unos incómodos dos minutos de solo mirarlo, Taylor Hebert pregunto preocupada"¿Como lo descubriste?"

Danny Hebert suspiro. No le gustaba en absoluto tener sus sospechas confirmadas.

"Desde que tu madre murió cada vez que estas triste todo se vuelve frío a tu alrededor y al poco tiempo sonríes. Te he visto caminar por la calle evitando todo lo que podría hacerte daño sin prestar atención a tu entorno. Y, por último, ayer te encontré susurrando a algo en tu habitación mientras tu pelo se movía como si hubiese un fuerte viento, pero las ventanas estaban cerradas"

Repentinamente Danny noto como todo se enfriaba a su alrededor y un viento frío paso rozando su cara, provocándole un escalofrío antes de que escuchase algo ininteligible proveniente del mismo.

Su hija, en cambio, parecía ser capaz de entenderlo y negó con la cabeza.

El viento susurro algo más y se movió hacia ella, que sonrío de una forma que le recordaba dolorosamente a la de su esposa. Ellos habían estado algo separados desde que había muerto un año atrás y solo recientemente habían comenzado a comportarse como padre e hija otra vez.

Francamente esperaba no perderla. No quería perder a nadie más tan pronto.

"Papa, puedes preguntarme lo que quieras al respecto, pero necesito que me jures algo antes"

"Lo que sea, pequeña"respondió sinceramente"Sabes que puedes pedirme lo que desees"

"Por favor, júrame que no me llevaras al P.R.T. bajo ninguna circunstancia"pidió.

"¿Por que no debería?"pregunto confundido, sabiendo que no le iba a gustar la respuesta"Podrían enseñarte como usar mejor tus habilidades"

"Van a tratar de matarme"

Su padre la miro perplejo, como si desease no haber escuchado esa última frase. Finalmente su proceso de pensamiento se puso en marcha otra vez y dijo"¡¿Que?!"

"Van a tratar de matarme"dijo con toda la naturalidad del mundo, como si estuviese hablando del tiempo, lo que envío otro escalofrío por la espalda de Danny"Mis poderes no ofrecen buena publicidad y probablemente los consideren demasiado peligrosos para permitirse continuar viva incluso si no los usase, aunque morirían antes de lograrlo"

A él no le gustaba nada la dirección en la que la conversación estaba dirigiéndose"De acuerdo, juro por la memoria de tu madre que no te delatare al P.R.T. u otras organizaciones encargadas de tratar con parahumanos. Ahora, si te sientes cómoda al respecto, ¿podrías explicarme por que morirán?"

Ella se encogió de hombros y miro a su izquierda, donde susurro por un rato con lo que suponía que era esa especie de viento, que por el momento se encontraba acariciando sus rizos delicadamente. Tras llegar a lo que supuso que era un acuerdo, ella lo volvió a mirar.

"Te quedan 42 años, 9 meses, 21 días, 13 horas, 54 minutos y 12 segundos de vida"

Danny se quedo paralizado mientras su mente analizaba las implicaciones de lo que su hija acababa de decirle. Tras unos segundos pregunto nerviosamente"¿Como?"

"Tu cuerpo dejara de funcionar por la edad. Lo último que veras sera a mi, a alguien que podríamos llamar mi compañera sentimental y a muchas nietas y bisnietas rodeándote"respondió"¿Quieres saber más?"

Danny estuvo a punto de negarse pero su curiosidad pudo con él"¿Tienes algún otro poder aparte de esta...Visión de la Muerte?"

Ella asintió y el viento la rodeo de forma juguetona, casi como si fuese un gato queriendo que su dueña le rasque"Soy necrokinética"

"¿Necro...que?"pregunto confundido. En los treinta años en los que los superpoderes habían sido públicos jamas había escuchado ese termino, aunque suponía que tenia algo que ver con el movimiento.

Ella suspiro con resignación, como si intentase convencer a un niño que comer verduras era sano"¿Sabes lo que es este viento?"

"No"

"Bueno, digamos que, cuando mama murió, estuve algo sorprendida al comprobar que esto venia a recogerla en lugar de un esqueleto con una guadaña"

Por un segundo Danny suplico haber oído mal. No podía haberle dicho eso.

"Si, papa, controlo a la Muerte"revelo como si fuese un gran secreto, lo que, siendo justos, era"Puedo ordenarla matar a quién quiera, alargar vidas indefinidamente por sacar el tiempo que le queda de vida a alguien y transferirlo a otros, ver cuanto tiempo le queda a la gente si siguen con su estilo de vida actual, ver y conversar con las almas junto a retenerlas aquí o enviarlas al otro lado y sentir cada muerte y nacimiento en todo en el universo, aunque solo lo noto como un ligero zumbido en mis oídos porque le gusto y no desea que me vuelva loca"

"Mataste a los Endbringers"dedujo Danny rápidamente"Y a Scion"

"La humanidad no llegaría a ver los siguientes diez años si los Endbringers continuaban existiendo y Scion, como parte de su ciclo reproductivo, aniquilaría todas las versiones de este planeta en cada universo existente"explico con calma antes de coger su taza y tomar otro sorbo"¿Crees que podía dejar pasar cualquiera de esos futuros?"

Danny se quedo en silencio. Tras un rato negó con la cabeza, mostrando que estaba de acuerdo con su razonamiento.

Se pasaron el resto de la tarde hablando de otros temas hasta que Taylor recibió una llamada y fue con su padre a los muelles, donde le presento a una chica de su edad llamada Sophia. Viendo la interacción entre las dos se pregunto como podrían tener hijas, aunque finalmente supuso que adoptarían o emplearían fecundación in vitro.

Sophia no le cayo tan mal, incluso si lo ponía nervioso su obsesión con la idea de que los débiles mueren para que los fuertes sobrevivan. Al cuestionarla, ella admitió que su filosofía era la razón por la que inicialmente se había hecho amiga de Emma Barnes, la amiga de la infancia de Taylor que había decidido romper su amistad con su hija sin darle explicaciones hacia aproximadamente un mes.

De acuerdo con Sophia, Emma había sido casi violada por unos pandilleros hasta que la había ayudado y, en un intento de demostrar que era más fuerte, le dijo que Taylor era débil porque lloro por la muerte de su madre y, por tanto, era el último vinculo de debilidad que tenia con su pasado.

Dado que solo tenia su palabra, había decidido investigar y descubrió a Taylor hablando sola en un callejón cuando una cuadrilla de Merchants las asalto. De repente el aire se había enfriado y los hombres cayeron muertos ante ellas por culpa de una serie de accidentes ridículos que comenzaron con la meada de un perro y acabaron con un atropello. Taylor entonces le había pedido que no hablase de lo que había visto a cualquier otra persona o tendría un desafortunado accidente.

Eso explica porque estaba tan segura de que cualquiera que la amenazase morirá, pensó para si mismo mientras Sophia revelo que, a pesar de que estaba muy asustada, trato de hacerse amiga de su hija, quién le revelo su secreto y confeso que podría haber resucitado a su madre si quería pero que sabia que eso provocaría un desequilibrio en el flujo de la vida y la muerte. Taylor estaba triste al respecto hasta que su nueva amiga la animo al decirle que eso mostraba su responsabilidad y carácter debido a que cualquier otro habría usado ese poder sin pensar en las consecuencias.

Además, de acuerdo con Sophia no había mayor depredador que quién dominaba a la Muerte, algo en lo que los tres estaban de acuerdo sin ninguna duda.