Disclaimer: Neh, sólo 'Kashi, y DeiDi.
Claim: Kakashi/Sakura —ItsLoooove~
Advertencias: ¿Y eso?
Notas: TO MY BELOVED COQUITO, A.K.A. CAROLAIN BELÉN CALVO. FELICES QUINCE, HERMOSA, YA SOS UNA SEÑORITA, QUÉ ORGULLO :'D Mucho más no te digo porque lo gasté todo en la carta y en el foro x3 Queda decirte que hope you like it, my dear.
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Todas aquellas cosas
A Sakura le agradaban muchas cosas.
Le encantaba sentarse bajo un árbol de cerezo y sentir las pequeñas flores caer alrededor suyo, rozando y acariciando su piel. Le encantaba dormir hasta tarde algún que otro fin de semana y pasearse en pijama por su casa si nadie requería de sus servicios en el campo de batalla o en el hospital. Le encantaba quedarse a la noche viendo la luna a través de su ventana, o contando las estrellas. Le encantaba, a veces, ver la fotografía del que fue una vez su equipo. Ir al hospital y hacer su trabajo, ver con satisfacción que su chakra emanaba de sus manos e iluminaba de un verde claro todo, poder sentir gracias a éste cómo sanaba las heridas, poder sentir que era buena en algo, poder ver la sonrisa de sus pacientes y oír ese 'Gracias, Sakura-san, eres la mejor', poder sonreírles de regreso, poder esntir todo eso. Porque entre el hospital y sus amigos se conformaba su familia. Le encantaba también poder romper algo con sus puños, el golpear algo y hacerlo añicos, casi sin pensar en reunir el chakra en sus puños, haciéndolo inconscientemente. Le encantaba ver algo roto entre sus manos, le agradaba la idea de poder destruir y sanar con esas mismas manos.
A Sakura le encantaban todas esas cosas y muchas otras más. Y a pesar de ser complicada, prefería las cosas simples.
Pero amaba, adoraba, ver a Kakashi dormir a su lado cada vez que pasaba la noche en su apartamento. Amaba respirar el perfume de su cabello, sentir la aspereza de las sábanas contra su piel, el frío liso y suave de las baldosas contra sus pies cuando se levantaba y no se molestaba en calzarse. Adoraba abrazarlo por la espalda, sentir el calor de su cuerpo como si la camiseta de él que le servía de camisón no estuviese fastidiando entre ella y su ancha espalda desnuda. Ver cómo la comisura de sus labios se estiraba en respuesta a su saludo y cómo se formaban aquellas adorables arrugas en su ojo visible.
Adoraba el poder sentir sus manos contra su piel, poder sentir sus labios en los suyos, poder oír su voz contra su oído y verlo sonreír, sólo para ella. Adoraba poder besarle donde pudiese; en las comisuras de los labios, en las arrugas de sus ojos, en la cicatríz que atravezaba uno de éstos, en la punta de la nariz, en cada pequeño rasguño o marca de lucha distribuídas por su cuerpo que escondían miles de historas que ella moría por oír. Adoraba poder entrelazar sus pies en los suyos bajo las sábanas, adoraba cuando Kakashi se quejaba de ello y adoraba reír en respuesta.
Adoraba todas aquellas cosas, aquellas sensaciones, porque las podía compartir con él.
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