Escenas pequeño Titán

By: Askarsha

Primera escena

"La cama"


Rivaille sentía que en cualquier momento la vena que estaba en su sien comenzaría a palpitar y estallaría, y es que la edad y el pasar de las décadas le habían dotado de una paciencia para poder ignorar y soportar situaciones irritantes, personas desagradables y comentarios mal intencionados, pero todo ello parecía derrumbarse en ese momento.

-mocoso, por última vez sal de mi cama.

-¡no!

Se agarró el puente de la nariz, frustrado, enojado, y a punto de asesinar a un infante irritante.

-Sargento, no se preocupe, nosotros lo sacamos.

Auruo se acercó a Eren, el mocoso había revuelto su cama, y la había ensuciado con tierra antes de que pudiera detenerlo, y en ese momento se aferraba desconfiado al cabezal de la cama mirando ceñudo al hombre.

-vamos chiquillo, sal ahora que estas molestando al sargento.

Rivaille solo tuvo unos cuantos segundos para sentir que había fracasado en el entrenamiento al ver como el mocoso ese saltaba por sobre la cabeza de su subordinado, y le pegaba una patada en la nuca dejándolo estampado contra la pared.

-Eren, mira- los vivaces ojos verdes relampaguearon ante la pequeña paleta que sostenía Petra- se buen niño y baja de la cama Sargento, si lo haces te doy esta paleta de manzana.

-pero yo quiero dormir con Rivaille- dijo el niño cruzándose de brazos e inflando los cachetes. Sintió una vena palpitar en su sien al ser llamado tan libremente por su nombre por un mocoso insolente.

-eso no puede ser, Eren, tú ya tienes tu habitación- Petra se acuclillo y extendió un poco el dulce, Eren se acercó lentamente mirando la paleta dudoso.

-pero yo… yo quiero…. Rivaille- rodo los ojos, podía entender a Petra, era mujer y estaba eso del reloj biológico y el instinto maternal, pero es que aquello era ridículo, ver a su subordinada, la cual es capaz de asesinar a un titán de 14 metros sin ayuda, acurrucando entre sus brazos a un lloroso mocoso mientras le hablaba de forma dulce rozando casi lo infantil.

Podía jurar que en un momento los ojos del demonio enano brillaron con malicia cuando al fin después de negociar, se decidió traer una cama adicional a su habitación para que él durmiera. Claro está que nadie le creería, y no tenía ninguna intención de ser catalogado como loco.

Así que, esa misma noche, tras la cena, gracias nuevamente a Petra que mantuvo al enano ocupado, iba camino a su habitación seguido muy de cerca de Eren que iba tarareando y saltando irregularmente las piedras que componían el suelo del pasillo.

-¿Qué quieres?- le espeto molesto cuando el mocoso se puso a gemir mirándolo directamente a los ojos- ¿te duele algo?

-pijama- dijo el enano levantando los brazos.

Con un suspiro derrotado tomo el pijama que había dejado Petra sobre la cama del mocoso y le cambio la ropa, en realidad, su pijama sólo consistía de una camisa verde de entrenamiento muy pequeña y unos calzoncillos que habían sido adaptados para el cuerpo del mocoso.

Abrió la cama y lo acostó, se aseguró de arroparlo bien y apretar las frazadas por debajo del colchón, sólo por si al mocoso se le ocurría levantarse de la cama. Sonrió en su mente con malicia cuando Eren comenzó a removerse en la cama un tanto incómodo.

Se dio media vuelta y se cambió su propia ropa, ignorando completamente los quejidos del menor. Abrió su cama listo para acostarse y descansar de un día agotador cuando escuchó que lo llamaban.

-Rivaille

-sargento Rivaille- le corrigió girándose, Eren le veía con sus enormes ojos verdes como si fuera un cordero a punto de degollar- ¿Qué quieres?

-¿me cuentas un cuento?- ya a esas alturas de la noche no tenía ganas de absolutamente nada, en especial, de contarle un cuento a un infante.

-es muy tarde, a dormir- ordenó, pero Eren insistió.

-por favor- rogó, logrando sacar un brazo de entre las sabanas y extendiendo su manita abriéndola y cerrándola como si quisiera agarrarlo.

-esta bien- soltó, mientras más rápido lo hiciera más rápido terminaría.

Se sentó en la orilla de la cama, Eren inmediatamente se acurruco a su lado.

-había una vez, un joven que vivía en las calles- comenzó improvisando- él deseaba conocer el mundo, pero para ello debía saltar las grandes murallas que rodeaban el reino…

Sin que se diera cuenta comenzó a relatar un poco de su propia vida, claro está, que sin los detalles escabrosos y turbios que habían rodeado toda su adolescencia. Y antes de que se diera cuenta, tenía a Eren durmiendo profundamente a su lado.

Sin meter ruido, y tratando de ser lo más suave posible, metió su brazo bajo las sabanas y lo arropó. Se le quedó mirando, el rostro redondo y rosado, los suspiro suaves y la cabellera castaña revuelta por la almohada. Era increíble que ese mismo niño terminaría siendo un mocoso hablador, valiente hasta el punto de rayar lo estúpido, y capaz de transformarse en un titán.

Sin quererlo, una mano se posó sobre la pequeña cabecita y quitó unos mechones de pelo que caían sobre las mejillas.

Apagó la lámpara de aceite y se acostó. Con los ojos cerrados aun podía ver la carita de ángel del demonio, y que sería así para el resto del mundo, pero para él, en secreto, sería la carita de un ángel al cual debía proteger.

.

.

.

.

.

.

Hola a todos! disculpen si algunos ya pensaron que no iba a hacer una continuación pero la verdad estaba un poco atorada. Pero finalmente aqui les traiga escenas que ocurrieron en esas semanitas en las que el pequeño Eren volvía loco al Sargento.

Espero les haya gustado y comenten, por último, no tengo fecha de actualización para cada escena, será según la inspiración.

Nos vemos!