Summary: Leah agradecía enormemente que un grupo de brujas (Luna Lovegood, Hermione Granger, Ginevra Weasley, Astoria y Daphne Greengrass, Pansy Parkinson y Lavander Brown) planificasen un viaje a Forks. ¿Por qué? ¡Porqué había imprimado del hermano de una de ellas!

Charlie Weasley, el pelirrojo más guapo del mundo. Era jodidamente suertuda: su relación era segura, tranquila y ante todo fuerte. El único problema era que Charlie debía volver a Londres, ordenar un par de cosas y partir a Rumania, poco después darían el gran paso: anunciarían su compromiso a los señores Weasley's.

Pero los planes se rompieron abruptamente ya que Hermione Granger junto a su reciente pareja Paul amablemente le regalaron los pasajes a la metamorfoga para ir a Londres junto a su novio.

¿Entonces qué podría salir mal?

Dedicado a todos los que leyeron la primera parte, Lobos de Forks: Seduction, que gracias a su apoyo y ánimo lograron que esta pareja fuese mucho más fácil de llevar para mí.

Alertas: La historia contendrá lenguaje fuerte y lemmon. Muerte de un personaje. Algo de Ooc e incesto.

¡Leer bajo su propia responsabilidad!


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Lobos de Forks: insicurezza

4-02-2012

Londres, La madriguera.

Primer día

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Leah mordió con fuerza su labio mirando la extraña casa, a su lado Charlie parecía feliz de volver al lugar en el que se crió, pero por alguna razón la metamorfoga sentía que algo estaba muy mal.

Siguió al pelirrojo por la puerta principal a lo que parecía ser la cocina. Inhalo profundamente y se preparo para lo que le contaron sus amigas: su suegra era conocida por su explosivo carácter.

— ¿Mamá? –preguntó Charlie algo dudoso.

— ¿Charlie? ¡Cariño, por aquí! ¡Ayúdame con la cocina y-! –Molly Weasley se quedó callada de golpe mirando a la morena que estaba en el umbral de la puerta viendo todo lo que había con cara de la más sincera y pura curiosidad. Y entonces su ceño se frunció, haciendo que la metamorfoga sintió un enorme nudo en el estomago:- ¡Charles Weasley! ¡¿Por qué no me avisaste que venias con una chica?

—Mamá…

— ¿Es tu novia? ¡Oh cariño que contenta estoy de conocerte! –dijo Molly dándole un asfixiante abrazo a Leah quien se mantenía en silencio con sus mejillas que cada vez se colocaban más rojas:- Que flaca estas, cariño, vamos a encargarnos de eso… ¿se quedara aquí, no?

— ¡Mamá! Ya cálmate, ¿si? –dijo el pelirrojo sonando exasperado, después sonrió y abrazo a la morena quien se sonrojo y asintió:- Leah ella es mi madre.

—Mucho gusto en conocerla, señora Weasley, las chicas y Charlie me han hablado mucho de usted. Soy Leah Cleawater.

— ¡Así que ya conoces a las chicas, eh! Que bueno, ahora estas más preparada para conocer al resto de la familia. –dijo la mujer andando de un lado hacia el otro, hasta quedarse petrificada y devolverse a ver la mano de su hijo con sus ojos extremadamente abiertos:- ¿E-eso es un anillo?

—Si, mamá. Leah y yo nos casaremos en dos meses. –anuncio él sonando sumamente orgulloso.

— ¿d-dos?

—Si, y será en Forks.

— ¡¿En Forks? ¡¿Cómo que en Forks? ¡¿Por qué tan rápido? ¡Oh dios! ¿No me digan que van a ser padres?

Eso fue todo.

Leah lo supo al ver la ilusión en los ojos de la madre de Charlie, en la ilusión de tener un nieto que ella jamás podría tener en su vientre. Sus labios temblaron y quiso decir algo pero no fue capaz, las palabras se atoraron en su garganta, sus ojos se inundaron de lágrimas. No quería romper las ilusiones de aquella regordeta y acogedora mujer… ¿Entonces seria capaz de decirle que ella no podría formar una familia numerosa como la suya a menos que tengan que adoptar?

Inhaló bruscamente, queriendo correr a cualquier lugar lejos de los Weasley, apartó la mano del chico y Charlie se giró con una mueca de molestia en su rostro, le dio un suave apretón en el hombro y después miró a su madre con paciencia.

—No, mamá, Leah no esta embarazada y nos casamos ahora por que nos amamos y ya. Solo pasábamos a saludar, sacaré un par de cosas que me encargó Ginny y después nos marchamos a Rumania.

Leah no habló, por que su voz simplemente no salio, así que solo asintió rápidamente rogando por que la madre de su novio no viese sus lágrimas que estaban a punto de caer. ¿De cuando que ella no botaba una de aquellas? Probablemente desde aquel día en que Sam rompió con ella… No soportaba esta situación.

Quería salir ya de aquí, así que rápidamente sostuvo la mano de Charlie.

—No, Leah quédate aquí. –dijo con dulzura Molly.

Charlie la miró con disculpas antes de marcharse dejándola a solas con su suegra, inhaló una gran bocanada de aire y se giró a ver a la amable dueña de casa.

Pero no se encontró con eso si no con una protectora madre y odiosa mujer.

—No dejare que te robes a mi hijo, Leah Clearwater. Lo único que lograras es hacerlo sufrir, él quiere una familia, muchachita, una gran familia justo como nosotros y tú no puedes dárselo. Así que mejor ve olvidando aquel estúpido compromiso…

Leah la miró con horror. No daba crédito a lo que escuchaba, Charlie jamás había tocado ese tema y… ¿y si su madre tenia razón? Porque si lo hacia, probablemente toda su relación se iba al infierno. ¡Perdería a su imprimación por culpa de su infertilidad!

Sobresaltada miró que Charlie volvía al lugar en el que se encontraban. Él la miró con felicidad y la sostuvo de la cintura dándole un beso suave.

—Ya nos vamos, ma. –anunció el pelirrojo sonriendo hacia su seria novia.

— ¡Oh, no, nada de eso! –dijo Molly colocando sus brazos en jarras, antes de darle una sonrisa a la morena cargada de malicia:- Leah quiere conocer a tus hermanos, Charlie, ellos vienen en camino.

— ¿Eso es cierto, preciosa? –preguntó Charlie sonando lleno de emoción.

—Si. –murmuró Leah con una falsa sonrisa. Él asintió sin notarlo, demasiado eufórico por la oportunidad de reencontrarse con su familia.

Sin darse cuenta de que su novia lentamente estaba rompiéndose a pedazos.

[*****]

Pansy suspiró bebiendo su café con pereza, mientras caminaba de un lado a otro, sus pies descalzos hundiéndose en la cara alfombra.

Corrió a alcanzar su celular cuando este sonó, lo contestó rápidamente al segundo pitido.

— ¿Si? –dijo eufórica.

— ¿Pans? Hola, soy Hermione.

Ah, hola, Granger. –dijo Pansy intentando no sonar tan decepcionada como se encontraba:- ¿Qué sucede?

—Cariño, ¿estás bien?

La chica cerró sus ojos y suspiró, podía imaginarse a Hermione en su casa con su espalda recta esperando por su respuesta y sonrió con levedad. Ella jamás admitiría como se sentía o probablementela Gryffindoramiga que se consiguió estaría en Londres en un segundo.

—Si, estoy bien. ¿Y tú? ¿Cómo vas con Paul?

—Es un maldito hijo de puta, pero lo amo… –dijo Hermione riéndose divertida tras escuchar los reclamos de Paul:- Sinceramente, estoy preocupada por Leah.

Leah Clearwater.

Leah Clearwater y Charlie Weasley.

Leah.

Un horrible nudo se produjo en su estomago ante el mal presentimiento que la golpeo con excesiva fuerza, sostuvo aquel jodido celular contra su oído, respirando agitada.

— ¿Hermione, Molly no aceptara a Leah, verdad?

—No. No lo hará –contestó Hermione con un suspiro de cansancio, Pansy jadeo y se recostó sobre la pared con sus ojos firmemente apretados:- Por eso te llamaba, quería que fueses por las cosas que Ginny encargo y así que averiguases que ha sucedido.

— ¿crees que aun estén ahí? –preguntó la ex Slytherin.

— ¡Te aseguro que Molly los tiene bien ocupados!

—Voy a joderlos bien jodidos si llegan a hacerle daño a Leah… -la morena se detuvo y cerró sus ojos:- Envíale saludos, Hermione.

—Vale Pansy, le diré a Emb-

Rápidamente, ella colgó, sabiendo claramente que seria incapaz de escuchar el nombre de aquel chico. Apartó con furia su cabello y se colocó los zapatos con tacones, ajusto su vestido, agarró una chaqueta, su cartera y partió a la madriguera preparada mentalmente para atacar a cualquiera que se metiese en su camino de "salvar" a Leah.

[*****]

—Ella me cortó. –dijo Hermione perpleja.

— ¿Qué dijo?

Hermione le envió una enojada mirada a Embry Call pero después suavizó su expresión al sentir los brazos de Paul envolverla en un calido abrazo.

— ¿Amor, que dijo Pansy? –preguntó esta vez Paul acariciando levemente su pequeña y casi nada notoria barriga.

—Ella dijo que iba a joderlos bien jodidos si llegan a hacerle daño a Leah. Lo cual dice a gritos "problemas"

— ¿No te preocupa? –preguntó Paul ceñudo.

—No. Pansy se hará cargo del asunto, ella siempre ha tenido más cojones que los hombres. –gruñó Hermione viendo a Embry con enojo.

—Le has hecho daño, cariño –comentó Paul viendo como su amigo salía de la casa y entraba en fase perdiéndose por los matorrales. Hermione bufó con sorna.

—Lo merece, Paul, él ni siquiera ha dado una estúpida explicación de que sucede con él y Pansy.

—No deberías meterte.

—Ay, claro que lo hago, si no recuerdas todos se metieron en nuestra relación. ¡Fresas!

— ¿Qué?

— ¡Fresas, Paul, quiero fresas! –dijo la chica castaña con sus ojos brillante de emoción.

—Amor, es medianoche y estamos en in-

— ¡Quiero FRESAS!

Malditos antojos, pensó Paul frustrado antes de darle un suave beso en la nariz a su futura esposa y salir corriendo a buscar las jodidas fresas que ella quería. Después de todo, no podía quejarse o ella lo hechizaría.

[*****]

Leah apoyó su frente contra el espejo, sintiendo que aquello era lo único que le ayudaba a alejar su mente de las conversaciones que se habían llevado a cabo ahí abajo.

De lo felices que estaban por el futuro miembro de a familia. Uno que claramente jamás existiría. Al menos no siendo ella la pareja de Charlie.

Realmente Leah no escuchó como tocaban a la puerta y llamaban su nombre, antes de que sus ojos dejaran caer las lágrimas con las cuales habían luchado todo el día. Hundió su rostro entre sus manos y soltó un lastimero sollozo, antes de que la puerta se abriese y se cerrara con rapidez.

—Oye, Leah.

Ah, genial lo que faltaba. Pensó la chica al ver al pelirrojo apoyado en la puerta. Bill, el hermano favorito de Charlie, su cabello largo y rojo como la sangre estaba atado a una cola despreocupada y parecía un chico rockero. Sonrió temblorosamente secando las lágrimas, sintiéndose cómoda repentinamente.

—Estoy emocionada, solo es eso. -mintió con facilidad la morena mientras se apresuraba a borrar los rastros de lágrimas en sus mejillas.

—No tienes necesidad de engañarme, Leah. Conozco a mamá, ella te dijo algo, ¿no? Hermione me llamo para avisarme que viniese a rescatarlos…

— ¿Rescatarnos? –preguntó Leah sonando divertida.

—Si –dijo Bill con una enorme sonrisa, sonrisa que se esfumo cuando la puerta fue abierta con brutalidad y entro Molly llorando y señalándoles.

— ¡A eso me refería, amor! –exclamó la mujer sonando realmente angustiada:- trajo a tu hermano hasta aquí y ¡mírale! ¡De seguro que se hacia la victima para enrollarse con él!

— ¡Ey! ¿Qué mierda crees que dices, mamá? Charlie, hermano-

— ¡Cállense! ¡Todos silencio! –exclamó Charlie para después mirar sombríamente a su novia:- Tú y yo hablaremos en el camino. ¡Vámonos!

Leah no pudo más que obedecer, con los ojos llenos de lágrimas.

El viaje a Londres ya no era tan agradable como había creído seria.

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05-02-2012

Londres.

Segundo día

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Leah sollozó, acurrucándose en la cama, buscando aquel calor que había perdido la noche anterior cuando su novio había decidido ir a dormir a otro cuarto. Su llanto se calmo unos segundos para después hacerse aun más desgarrador al recordar las frías palabras de Charlie.

"necesito un tiempo a solas" había dicho él con su voz cargada de decepción "Arreglaremos esto cuando vuelva de Rumania" continuo diciendo cada vez más apagado. "Dejare el dinero encima de la mesa, paga antes del día que teníamos planeado volver a Forks" y con eso, había dejado la habitación, sin siquiera pedir una explicación.

Escuchó lejanamente como sonaba su celular y tomando las pocas fuerzas que tenia se obligo a levantarse de la cama y contestar, después de todo sabia que su Charlie no la llamaria.

— ¿Leah? Leah, soy Pansy. Bill me dijo lo que sucedió. ¿Leah me escuchas?

—Me dejo. Él me dejó. –contestó Leah rompiendo nuevamente a llorar.

—Leah, espérame, ¿Si? Solo espera un minuto. –susurró Pansy antes de cortar la comunicación.

[*****]

Charlie se apoyó en la pared y le dio un fuerte puñetazo. ¡Maldita sea! ¿Por qué dolía tanto? Agotado se dejo caer en la cama y cerró sus ojos… ¿a ella le dolería tanto como a él? Esperaba que no. Había sido demasiado apresurado el dejarla… ¿pero que podía hacer? No estaba seguro de poder reaccionar bien y decirle lo que pensaba sin dañarla, ofenderla o asustarla. ¡Él no era bueno con la mierda de los sentimientos y por eso ahora probablemente estaría perdiendo a Leah!

Suspiró cansado y quiso volver a Londres solo para explicarle a su chica que demonios había sucedido.

— ¿ey, Charlie, estás despierto?

— ¡Lo estoy! –gruñó enojado ante la interrupción de su reflexión.

— ¡Entonces ¿Qué esperas? ¡mueve tu culo, Weasley, tenemos mucho trabajo que hacer hoy!

Después. Después él podría aclarar que sucedía, por ahora, debía mantener su cabeza en el trabajo.

Solo unos días.

[*****]

Pansy miró preocupada a Leah, pero a la otra morena no pareció importarle la compañía, ella solo continuó sollozando y acurrucándose en la cama.

Mojó sus labios, tiró su bolso al suelo con furia y se sentó a su lado.

—Bien, cariño, vamos a hacer lo siguiente: te darás un baño, cambiaras tu ropa y enviaré el mismo hechizo que lancé sobre mí para que la jodida imprimación no moleste tanto.

— ¿En que ayudara eso? –preguntó Leah de forma temblorosa.

—En que no te sientas como una mierda y puedas disfrutar los días en Londres. Y créeme, linda, funcionara.

— ¿Disfrutarlos? No, yo paso. –murmuró Leah negando resignada y suspirando atormentada.

—Oye, ¿Por qué viniste a Londres? –espetó Pansy enojada.

—Para conocer… –contestó de forma automática Leah secando sus lágrimas.

— ¡Bien, eso es lo que justamente harás! Y será desde ahora mismo, así que mueve tu culo por que tenemos planes y en esos aquel pelirrojo estúpido no esta presente.

— ¿Estás loca, sabes?

—Me lo dicen a menudo –anunció Pansy satisfecha, para después aplaudir con una radiante sonrisa:- ¡Apresúrate, Leah! Tengo un montón de cosas por comprar y tú un sin fin de lugares que conocer… mientras te duchas, voy a encargar chocolate y cosas dulces, ¡Lo pasaremos bomba, cariño!

Ahora Leah entendía eso de que el apoyo femenino a veces funcionaba mejor que cualquier cosa en el mundo.

Y lo agradeció enormemente, por que parecía que iba a tener mucho tiempo libre... Lejos de Charlie.

¿En que demonios estaba pensando cuando creyó que tendría un perfecto cuento de hadas? debería haber aprendido hace tiempo que ella no iba a ser feliz con un hombre… que idiota en pensar que Charlie seria distinto, ¿Eh?

Al diablo con su "segura, tranquila y fuerte" relación. Una vez más, solo había sido un espejismo ante la emoción de haber imprimado... Ahora, ella tendría que cargar con las consecuencias.


¡Taaaaaachaaaaaaan! ¡Drama por montón!

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