Mi primer fic serio~ xD Éste es el primero que hago (decente) así que no seáis muy malos ;^; Creo que no hay advertencias... ¿Uso de OC's? xD Ah, y algunas palabras malsonantes, eso sí.
El fic surge de una parida que me inventé con una amiga xD empezamos a rolear con los OC's de las madres de los personajes de Hetalia en plan broma, y al final empezó a ponerse dramático y acabamos roleando en serio .w. A partir de ahí se me ocurrió hacer un fic donde salgan las madres. w Y de momento, solo conozco a algunas, que son las siguientes (Nombre del país/región, entre paréntesis los hijos, y después el nombre humano):
La Atlántida (Madre de todos los Antiguos) Naida Vilmaris
Escandinavia (Dinamarca, Suecia y Finlandia -adoptados- , Noruega e Islandia -no adoptados (?)-) Vera Lindström
Saami, hermana de Escandinavia y tía de los cinco nórdicos, su región ocupa una parte de Finlandia, Suecia y Noruega (No tiene hijos) Noeli Lindström
La Galia, hermana mayor de Britania (Francia, Bélgica, Luxemburgo y Holanda) Aimée Bonnefoy
Britania, hermana menor de La Galia (Inglaterra, Gales, Escocia y Sealand) Alanna Kirkland
Aestii o Baltia (Lituania, Letonia, Estonia y Prusia) Gintaré Laurinaitis
La Rus de Kiev o Kievan Rus (Bielorrusia, Rusia y Ucrania) Anastasiya Braginskaya
América Nativa (Estados Unidos y Canadá) Jena Williams Jonnes
De momento pondré a esas, y sí, son todas tías xD, ¡pero si a alguien se le ocurre otra madre, u otro hijo que pudieran tener alguna de las que ya he dicho, que me lo diga! D:
Seguramente al principio os parezca un poco lioso, ¡pero se irán aclarando las cosas según se vaya desarrollando la historia! Si tenéis dudas también podéis dejar un review con vuestras preguntas (¡y críticas, quiero críticas... constructivas! èwé Me gustaría saber vuestras opiniones)
Bueno, ya os dejo en paz, y empiezo con el fic.
La cursiva son recuerdos, pero al principio de éste capítulo, lo que dice la persona con la que habla Noruega mediante la magia también está en cursiva
Los nombres de los personajes que salen en éste capítulo (los que no pongo, es que aunque salgan, no se les nombra):
Lukas Bonnewik (Noruega) / Mathias Kohler (Dinamarca) / Tino Väinämöinen (Finlandia) / Emil Stilsson (Islandia) / Berwald Oxenstierna (Suecia)
Dear Mother (Capítulo 1)
-¿Estás segura de lo que dices?- Murmuró Lukas en voz baja, apenas podía hablar y concentrarse en mantener el hechizo al mismo tiempo, le costaba un gran esfuerzo hacerlo, a diferencia de la mayoría de los demás hechizos, los cuales podía realizar sin cansarse lo más mínimo. Sentía la cabeza a punto de explotarle, y el dolor aumentaba a cada segundo; estaba empezando a dudar que el hechizo aguantara mucho más.
La habitación estaba en la más completa oscuridad, iluminada únicamente por el fuerte brillo azul de las runas nórdicas que flotaban por la habitación, chocando entre ellas, desapareciendo, y creando nuevas runas constantemente, pero cada vez aparecían menos y más débiles. Delante de Noruega, al que le costaba ya mantenerse en pie, había una especie de columna de humo azul oscuro con una leve forma humana, pero era difícil averiguar la verdadera forma, ya que el humo se movía y transparentaba cada vez más.
-Sabes que no estoy mintiendo.-La voz sonaba en la cabeza del noruego, muy lejana, le costaba entender lo que decía, ya que las palabras le llegaban cortadas o a medias. -Estáis todos en peligro... hablar contigo supone un gran esfuerzo, y sé que no vas a aguantar mucho más. Todos debéis ayudaros, colaborar, antes de que sea tarde. Recuerda lo que te he dicho.
En ese mismo instante, un fuerte "Noru" sonó por toda la clase, y el que le estaba llamando no podía ser otro que el danés. Lukas gruñó, molesto, y en un solo segundo las runas desaparecieron al mismo tiempo que el humo huía, colándose por cualquier hueco, y la persiana que impedía el paso de la luz se abrió bruscamente. Entonces, la puerta se abrió de golpe, y antes de que Lukas pudiera darse cuenta, tenía a Mathias abrazándole.
-Joder... -Lukas intentó apartar al danés que se pegaba como una lapa, inútilmente. -Anko... siempre apareces en el momento menos oportuno...
El danés rió de manera boba, aunque en realidad agradecía no haberse llevado un puñetazo o algo similar, porque era lo que solía pasar cuando le abrazaba. Y, milagrosamente, le soltó, aunque seguía muy pegado a él, demasiado para el gusto de Lukas.
-¿Con quién estabas hablando, Noru?- El danés le miró con curiosidad, y le pareció notar que la seria expresión del menor se tensaba un poco, como si estuviera nervioso, pero pensó que era su imaginación e ignoró aquello.
-No te importa.
-¡Pero tienes que decírmelo!
-No.
-¿¡Por qué!
-Porque no.
Mathias hizo un mohín, sabía que era inútil, si el noruego decía que no, era que no, y punto. Antes de que pudiera volver a protestar, Lukas le arrastró fuera de la habitación, y cerró la puerta después de que ambos salieran, para seguidamente caminar hacia el salón, ignorando las protestas del mayor. Ninguno de los dos se dio cuenta de que una pequeña cortina de humo azulado serpenteaba a un par de centímetros sobre el suelo, siguiéndoles. En realidad no se dieron cuenta los primeros tres minutos, porque la indiscreta 'serpiente de humo' empezó a dar vueltas por entre sus pies, y Mathias no tardó en verla, y... bueno, gritó de manera poco masculina cuando del humo salió una especie de risa.
-¡Noru! ¡Yo te protegueré! -Exclamó, poniéndose delante del noruego, y señaló hacia el humo, que se había alzado y cambiaba constantemente de volúmen, como si no supiera que forma adquirir. -¡Tú, lo que seas! ¡El Rey del Norte te ordena que desaparezcas!
-Anko, eres un verdadero idiota...
-No es necesario que me des las gracias, Noru.
Lukas puso los ojos en blanco, y frunció el ceño, mirando hacia el humo, que empezaba a adquirir forma humana, pero, antes de adquirir su aspecto definitivo, volvió a deshacerse y el humo flotó por la habitación, dando vueltas a una gran velocidad, tirando cosas a su paso, mientras seguía emitiendo ese ruido tan molesto parecido a una risa. Tiró un par de jarrones que se estrellaron contra el suelo, rompiéndose. En ese momento, Lukas apartó al danés de un pequeño empujón y se encaró al humo.
-MØR! Stopp det! (*1) -Alzó la voz, pareciendo bastante molesto y algo enfadado, pero seguía tan inexpresivo como siempre. En ese momento, el humo se quedó completamente quieto y la risa cesó, y no fue el único que se quedó paralizado: el danés también lo hizo, al escuchar lo que acababa de decir Lukas, y le miró de manera interrogante, aunque el noruego le ignoró.
En cuestión de segundos, el revoltoso humo adquirió su forma humana finalmente, la cual se veía con total claridad, y ya ni siquiera parecía humo, sino que era como un holograma azulado, de una mujer alta y delgada, vestida con un traje vikingo antiguo de mujer y un cinturón con una espada en él; tenía el cabello claro (aún siendo de color azul, se apreciaba ese detalle, ya que era de un azul muy claro) y los ojos violetas, que eran lo único que no era color azul. Tenía una expresión sorprendida, y parecía a punto de echarse a llorar, aunque mantenía una sonrisa para intentar disimularlo.
La mujer se acercó flotando (sus pies no tocaban el suelo, se mantenían a unos centímetros sobre él) hacia los dos nórdicos, mientras el danés la miraba con cara de estar viendo un fantasma, y el noruego se comportaba como si fuera lo más normal del mundo.
Lukas suspiró y miró a Dinamarca.
-¿No querías saber con quién estaba hablando, Anko? Aquí la tienes.
Mathias parecía sorprendido y... ¿serio? Sí, milagrosamente, estaba serio, algo (muy) raro en él.
-Min Konge... (*2)-La mujer sonrió de manera dulce, reteniendo las lágrimas que amenazaban con escapar en cualquier momento. Extendio la mano hacia él, despacio, para acariciarle la mejilla, pero no lo consiguió, y su mano traspasó al danés antes de poder tocarle.
En ese momento, Mathias recordó al instante quién era aquella mujer.
*Recuerdos*
-¡No! -Una mujer miraba a un niño rubio con el pelo de punta, que reía animadamente, con la ropa llena de barro. Estaban en un jardín, y había una casa detrás de ellos, ni pequeña ni grande. -¡Has vuelto a ensuciarte, pequeño revoltoso! Si sigues desobedeciéndome tendré que castigarte...
Aunque sus palabras parecían una reprimenda, cuando el niño empezó a sentirse culpable por haberla enfadado, ella comenzó a hacerle cosquillas por todo el cuerpo.
-¡No! ¡Mamá! ¡Para! -El niño se retorcía y pataleaba, y se le empezaban a saltar las lágrimas de la risa. Al cabo de unos segundos, ella paró y le revolvió el cabello, despeinándolo. La mujer sonrió y le cogió en brazos, besando la frente del menor antes de comenzar a andar hacia la puerta de la casa.
-Vamos dentro con los demás, nos están esperando, ya casi es la hora de cenar.
Abrió la puerta de la casa, y nada más dar un par de pasos, un crío de ojos violetas y cabello rubio, de aspecto inocente y tierno, con un conejo blanco en los brazos, salió a recibirles, seguido por otros dos también rubios, ambos serios, uno daba algo de miedo y llevaba gafas (llevaba otro conejo), y el otro simplemente inexpresivo; y finalmente otro más pequeño que estaba en brazos del inexpresivo, de cabellos platinados.
-¡Habéis tardado mucho, moi! Berwald (*3) iba a hacer la cena si tardabáis algo más. -Tino miró al sueco unos segundos, y seguidamente siguió hablando, animado.- ¡Estábamos dando de comer a los conejos! Como te prometimos, nos estamos ocupando de ellos... Aunque no tienen nombre aún, Berwald ha dicho que se lo puedo poner yo, ¿verdad?
El sueco simplemente asintió, igual de serio.
-Me parece genial, cariño. -La mujer sonrió y miró a los cinco detenidamente, dejando a Mathias en el suelo.- ¡Pero no os vais a librar del baño! Vamos, no hay cena hasta que estéis bien limpios, ¡todos afuera! -Canturreó alegremente, con alegría infantil, y abrió la puerta para que todos salieran al jardín. Solían jugar ahí fuera con el agua, ya que vivían en pleno campo, y nadie podía verlos.
Cinco minutos después, estaban los cinco en ropa interior, metidos en una pequeña piscina de piedra que la madre había construído ella misma. Lukas se concentraba en ignorar al danés que estaba intentando abrazarlo, y en limpiar al pequeño Emil, mientras que Berwald ayudaba a Tino a bañar a los conejos, ya que ambos solían terminar el baño los primeros, y el finlandés se había empeñado en lavar a los conejos también.
Mientras tanto, la madre los observaba en silencio, con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.
*Fin del recuerdo*
Mathias miró fijamente a la mujer que luchaba por no llorar, la misma mujer descarada, infantil y extrovertida que le había criado a él y a los otros cuatro nórdicos cuando eran pequeños. La tenía ahí mismo, y no podía abrazarla, ni siquiera tocarla.
-Mis niños... os necesito a los cinco juntos, es importante que consigáis que se haga una conferencia de emergencia, necesitamos la ayuda de todos los países si queremos evitar el mal que os acecha... -Sonrió levemente, aunque parecía algo triste. Tenía las mismas ganas de abrazarlos a ellos que Mathias a ella.- No pongas esa cara, Mathias, ahora te lo explicaré todo.
...
¡Y fin del capítulo! ¿Que os ha parecido? Ya sé que no explica casi nada, pero es que si no se hacía muy largo y no quiero que resulte pesado de leer. En el siguiente capítulo se explican muchas cosas :3
(*1) - MØR! Stopp det! = ¡Madre! ¡Basta!
(*2) - Min Konge = Mi rey
(*3) - Finlandia llama a Suecia por su nombre simplemente, Berwald, en vez de decirle Su-san, ya que aún no eran países, y por tanto, él no era Suecia aún
¡Si tenéis alguna duda sobre el capítulo, decírmela! También acepto las críticas :3 ..
Y, porfa, dejar reviews, que así me animo. (?)
