"MANÍAS".
… Aun no logró comprender cómo hace el destino para decidir el momento justo en el que se deben presentar los cambios más drásticos de tu vida. No alcanzo a entender, o mejor dicho, no quiero entender por qué las personas tienen que irse cuando más las necesitas, cuando más cómodo te sientes en su compañía… cuando existe un lazo tan fuerte que te une a ellas.
Me niego a aceptar tu ausencia; rechazo tu decisión de huir y dejarme aquí, sola, con mis recuerdos, con la sombra de tu presencia… con tu partida.
¿Por qué no me esperaste? Una explicación… creo que al menos eso merecía. Seguramente se te olvidó llevarme, y al irte te llevaste contigo un gran pedazo de mi vida.
Llegué a casa esperando verte con tu habitual sonrisa y me encontré un espacio vacío en la que ahora me parece una habitación inmensa. El simple hecho de no encontrarte hizo que un mal presentimiento doblara mis rodillas. Te busqué con gran angustia, te busqué con tanta prisa, te busqué como una loca y lo único que encontré fue una casa fría y falta de tu compañía. Lo único que alcancé a ver fueron las claras marcas de tu apresurada huida.
Ahora, después de que el sol se ha puesto, que no queda ya ni una luz en el cielo, que tu imagen sonriente no es más que un recuerdo, veo frente a mí, en la oscuridad, pasar la vida en blanco y negro. No ha transcurrido siquiera un día, pero necesito hacerte ver que tu ausencia me estruja con un frío inmenso… necesito que sepas cuánto te echo de menos, cuánto necesito tu compañía.
¿A dónde fuiste? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué si te marchabas, dejaste tu esencia impregnada en cada esquina? Acaso no sabías que contigo se iría mi vida, que nunca he sabido estar sola, que la soledad no ha sido jamás la mejor de mis amigas; que desde ahora extraño nuestros momentos juntos, que todos nuestros recuerdos los tengo guardados en un enorme cajón, aquí dentro de mi pecho.
En estas horas he visto la luna y las estrellas nacer, y al igual que a ti, las siento cerca pero en lontananza veo su lejanía. Y estando aquí, sin ti, no encuentro cómo curar mi dolor. Porque fue tanto lo que te llevaste, en solamente un día… por qué no te llevaste todo, incluidas tus manías.
Se te olvidó tu aroma, dejaste el eco de tu risa, aún veo tu recuerdo cocinando en la cocina, en el aire te escucho cantarme una dulce melodía… se te olvidó explicarme porqué partías. Se te olvidó llevarme, pedazo de mi vida.
Hablando con la nada, con tu recuerdo, la melancolía y con tú fotografía por fin se asoma el día, pero lo único que tengo para acompañarme es la ausencia que dejaste… y todas tus manías.
No sé qué hice mal… no sé cómo hacerte regresar, no sé qué hacer sin ti; y lo peor es que no sé cómo hacerte llegar las siguientes palabras: "regresa, lo siento. Te necesito a ti, no sólo a lo que dejaste. Te quiero a ti, aquí, al lado de tus manías".
Inspirado en las canciones: "Manías" de Raúl Ornelas y "Con tu partida" de Edgar Oceranzky.
