¿Qué puedo decir? En primer lugar, para no alarmar a los lectores, diré que publicaré diariamente un capítulo. Que este fic está prácticamente escrito en su totalidad y que no tendrá más de seis capítulos, este incluido.

En segundo lugar, y esto sí es escrito con el fin de alarmar, es un lime, lo que significa que es una versión suave de un lemon. Para quien no esté familiarizado con los términos, este es un fic Rated Mature, y ciertamente la parte sexual será explorada. Es el momento, huyan. El fic se centrará en ello, en realidad. Si siguen aquí, bueno, debo decir que aún hay advertencias que les pueden hacer desistir de leerlo, Emma y Regina no están muy bien de la cabeza, especialmente esta última, tampoco es que estén locas de remate, pero sí desequilibradas, su relación no será del todo sana, pero les funciona, y son felices con esto, ¿qué podemos hacer?

Para los valientes y los retorcidos que sigan aquí, ¡disfrutenlo!, pero hay algo más, todo eso que prometí arriba, no vendrá en el capítulo de hoy. Habrá que esperar un poco, pero valdrá la pena, o eso quiero creer.


THE QUEEN

Prólogo

Una vez más, como todos los días, asomaba a la ventana esperando ver a Emma. La había conocido hacía unos doce años, cuando yo apenas acababa de cumplir nueve y ella no tendría más de siete. Esa fue la primera y única vez que logré escaparme del castillo y jugar con un niño de mi edad, sin la presión que ejercían sobre mí como la futura heredera; el día que fui libre sin que mis padres estuviesen demasiado asustados de mi seguridad como para no dejarme vivir.

―¡Vamos, Regina! Ser reina no puede ser tan terrible para que tengas esa cara ―comentó mi hermana mientras se sentaba junto a mí en el alfeizar de la ventana ―. ¿Qué miras con tanto interés? ―preguntó dirigiendo la mirada al mismo punto.

―Emma ―respondí tranquilamente.

―¡Oh! ¿Sigues con esa obsesión? Ya veo que el deseo de confinarte la parte más alta de la torre del castillo no era por nada ―ignoré su comentario.

―No soy la reina. No hasta que tenga veintiuno, mientras tanto la reina seguirá siendo mi madre ―agregué con total indiferencia.

―Tengo noticias de Emma ―soltó como si dijera cualquier cosa―. Solo no sabía que aún tenías tanto interés ―dirigí mi mirada hacía ella, pues había captado totalmente mi atención―, pero como veo que estás tan calladita el día de hoy, creo que es mejor dejarte sola ―sonrío retorcidamente y se dispuso a salir de la recámara.

―¡Zelena! ―la llamé con aquel tono peligroso que usaba cuando ella jugaba con mis sentimientos ―¿Qué sabes sobre Emma? ¡Ahora! ―exigí.

―Hasta donde recuerdo dijiste que no eras la reina ―se burló mientras yo la fulminaba con la mirada ―. Pero de acuerdo, te lo diré, Emma se unirá a la guardia real en la próxima primavera ―aquello me dejo sin palabras.

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La frase se repetía una y otra vez en mi mente, a pesar de que mi hermana hacía mucho que se había ido. Eso significaba que dentro de poco más de dos años Emma estaría a mi servicio.

En apenas un par de semanas me haría mayor de edad y la regencia de mi madre llegaría a su fin. Había planeado introducir a Emma a la corte a como diera lugar, pero ahora los planes se retrasarían dos años, el tiempo que dura la formación de un guardia real.


Así que pido paciencia, mañana habrá más y será más interesante.

¿O será posible que publique el próximo hoy mismo? No lo sé, ustedes lo dirán.

Saludos.