¡¡ala!! Una cosita muy rara que se me ocurrió de casualidad. Espero que os guste, la cosa irá evolucionando.
AVISO: esta historia es flash, aunque bastante ultra light, esto quiere decir, relación hombre/hombre. Si no te interesa, te decepciona o te sienta mal no sigas leyendo. Y todo arregladito.
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Tom levantó la vista irritado. Draco siempre le hacía lo mismo. Quizás si no le hubiese rechazado de aquella manera… Pero si él era orgulloso, Tom no iba a ser menos, no, él nunca era menos.
–¡¡Maldita sea!! ¡Estaba fría!
–¿Aún encima querías que la calentase? Lo siento Tom, pero estabas dormido como una marmota.
–Podrías haber usado otro método –bufó.
–Podría, sí. Pero este es más divertido. ¿no crees? Y deja de quejarte, que es tarde. Los demás ya están en el comedor.
–Está bien… Draco. –rumió Tom.
–Granger volverá a quitarte los puntos. –dijo bromista.
–Maldita sangre sucia. Siempre igual, no la soporto.
–Pues entones, date prisa en vestirte.
Draco rió. Tom era su mejor amigo, desde que le podía recordar. Unos amigos muy íntimos. El chico tenía el pelo negro azabache, ahora empapado aunque normalmente despeinado, y los ojos verde esmeralda. El perfecto Slytherin. Sangre limpia, orgulloso e hijo de uno de los mejores magos. Además era muy poderoso, no había manera de echarle encima un imperius, y eso que lo había intentado muchas veces. Si no hubiera sido por Tom, Draco tendría que pasarse todo el día con los estúpidos de Crabbe y Goyle, Zabini no estaba mal, pero tampoco era para echar chispas de colores al aire.
– Oye Draco ¿Tu padre sigue convencido de que conseguirá el puesto?
– ¡Por supuesto! –sonrió el rubio– tú espera. Mi padre en Hogwarts, quién lo iba a decir.
–¡Sí! Profesor de Defensa contra las Artes Oscuras… ¿Quién diablos creó esa asignatura?
–No te preocupes, pronto tendremos Artes Oscuras como Dios manda. Solamente tu padre tiene que conseguir que echen a Dumbledore. Entonces…
– ¡Ese maldito carcamal! No creas que es tan fácil de echar. Bicho malo nunca muere. A menos que… lo mates…
–¿Estás loco? No lo lograrías.
–Hoy en día, quizás no. Pero espera unos añitos. –dijo guiñando un ojo– la pena es que para entonces ya no seremos estudiantes.
Los dos muchachos se rieron. Draco se quedó mirando intensamente a su 'amigo' Le volvían loco aquellos ojos verdes. Tan perfectos, tan soberbios, tan Slytherin. Esa manera de moverse, como observando completamente toda la estancia de un solo vistazo. Todo detrás de unos cristales que le daban aspecto casi perfecto. Quedaron callados y Draco se acercó a Tom. Le besó, y en cuanto sus labios entraron en contacto comenzó una extraña batalla. Lo suyo era pasión explosiva, estaban tranquilos, y de repente no podían soportar no estar en contacto. Empezó a meter las manos bajo la camisa del pijama. Tenía la piel de gallina por el agua.
¡¡crash!!
–¡Mierda mis gafas!
–No importa. –dijo el rubio.
–¿No íbamos a llegar tarde? –sonrió su compañero.
Draco puso cara de desilusión. Ton rió de su aspecto despeinado y con las mejillas sonrosadas. Exhaló un suspiro y salió una pequeña nubecilla.
–Tenemos que vestirnos… pero… primero déjame terminar esto.
Se acercó al rubio y empezó a succionar sus labios. Ahora era tiernamente. Cuando terminó dejó al muchacho anhelante de más.
–Eres malo. –dijo el rubio.
–Hay mucho día por delante. –se encogió de hombros.
Draco contrajo el entrecejo.
–¡Vamos! –le tiró la almohada– me despiertas y me das prisa para luego quedarte ahí clavado.
–Esssta bien. –siseó.
Tom sonrió divertido por la reacción de su amigo. Sabía que no le gustaba nada que le dejasen 'a medias'.
Al rato salieron del cuarto hacia el comedor para desayunar. En la entrada se cruzaron con Ron Weasley que les miró con cara de pocos amigos. Pero ya hacía mucho tiempo que habían dejado de hacerle caso. A fin de cuentas, él sólo era escoria, nada a lo que prestar atención.
-llegáis tarde –les dijo Zabini- no os va a dar tiempo tomar el desayuno
-¿En serio? –preguntó el chico de ojos verdes- de todas maneras, valió la pena.
Balise entornó los ojos.
-¿a qué te refieres?
Tom rió para sí. Que inocente podía llegar a ser a veces el chico.
-Bueno, aproveché bien la cama. –respondió.
-Tom, no seas malo con el chico. –le susurró Draco.
-O sí, si soy bueno, se acostumbrará. Las cosas hay que ponerlas difíciles. ¿No crees? ¿A caso nuestros padres nos daban todo hechito?
-Tienes razón.
Blaise era un chico de familia rica, como Draco y Tom. Pero a diferencia de ellos, a él lo mimaron y le dieron todo masticado. Era algo simple, pero de confianza.
-Muchachos…
Los chicos se giraron. Un hombre con el pelo grasoso y túnica negra les hablaba.
-Hola profesor SSsssnape –a Tom le encantaba sisear su nombre.
Severus miró al chico. Nunca le había hecho mucha gracia su desparpajo. Le recordaba a un Gryffindor con el que se las había tenido que ver cuando era estudiante. Pero al igual que con Draco era una especie de 'protegido' de la casa. A fin de cuentas, los padres de los dos eran magos muy pudientes y poderosos, no solo desde un punto de vista mágico, sino también político. Y los dos se parecían mucho a sus progenitores.
-Esta tarde el director quiere hablar con ustedes.
-¿Dumbledore? –preguntó Draco elevando una ceja.
-El profesor Dumbledore para ustedes. A las seis, en su despacho.
-Allí estaremos. –siseó un no muy contento Tom.
Cuando Severus se marchó los muchachos se giraron para seguir hablando. El rubio apuraba un zumo de calabaza mientras su compañero comía sin ganas una tostada.
-Nos va a amargar la tarde. –murmuró.
-Al menos no hay entrenamiento de Quiddich. –dijo Draco intentando ser positivo.
-Menos mal, sería incapaz de agarrar la snicht después de hablar con ese viejo loco.
-¿Qué tenemos ahora?
-Adivinación –dijo desdeñosamente.
Habían elegido esa optativa, porque era eso o aritmacia, y a ninguno de los dos les hacía mucha ilusión. En Adivinación al menos se podían sentar juntos en una mesa apartada, y hablar. Aunque Trelawey se pasaba el día mirando a Tom y murmurando cosas.
-Espero que hoy no le de por volver a augurar un futuro negro para mí y mi familia.
-¿Tan negro como tu cabello?
-Muy gracioso –dijo sarcásticamente- ya sé que mi madre está muerta, no necesita recordármelo. Y que mi padre no está en uno de sus mejores momentos desde entonces, pero tampoco es para…
-¿Te diga que vives entre fantasmas? –dijo Blaise tímidamente.
-Eso fue muy fuerte.
-Y que lo digas, porque ahora estás viviendo entre nosotros. –asintió Draco.
-Bruja loca y obsoleta…
-Tranquilo, todo el mundo sabe que es un fraude. Todo lo que dice es completamente contrario a lo que ocurrirá. –le dio un medio abrazo por la espalda.
Tom le sonrió con complicidad.
-Bueno ¡vámonos!
En cuanto entraron por la trampilla un fatigante aroma a incienso les llenó la cabeza. El chico odiaba ese olor. Las pulseritas de la profesora sonaron a su espalda.
-¡¡¡O señor Riddle que oscuras visiones he tenido esta mañana sobre su vida!!!
-Normal… -murmuró sarcástico.
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Hola *^^*
Esto es un raro invento. Espero que lo vayáis entendiendo, según avance la historia se irán entendiendo las cosas. ;)
Esta historia va a ser bastante suave, porque… bueno, yo soy así :)
¡¡dejad reviews please!!
¡¡muchas gracias pro leerme!!
Nios leemos
Bkñs
Tiz
