Personajes: Mayaka Ibara, Satshi Fukube. One-sided love.
Advertencias: Básicamente me he inventado cómo se conocieron y esas cosas, pero fuera de eso no hay spoilers. Escrito para el Evil Plot Raven de la comunidad fandom_insano de LJ.


"Debes recordar que eres totalmente capaz de arruinarlo todo. La pregunta que enfrentas es ¿cuál es el camino más rápido que elegirás para hacerlo?"

I. La insoportable levedad de una sonrisa.

En el principio sólo fue una sonrisa y las ganas de hacerla morir. El corazón de una niña de diez años no decodifica de forma correcta las relaciones interpersonales cuando se trata de esos seres del sexo opuesto llamados niños. Cuando ese niño sonriente llega con pelotazos y gritos a su zona de estudio en el jardín de la escuela, Mayaka siente un odio desmedido y la necesidad de pedirle con los mismos golpes que se vaya. Al final opta por dirigirse a él y le exige que dirija su escándalo a otra parte, porque ella está haciendo los deberes. La primera sonrisa dirigida a Mayaka por parte de Satoshi es esa. Él sonríe ampliamente, afirma con la cabeza y le desea acabar pronto la tarea.

Ella se acuerda bien de él a partir de ese día y cuando se lo encuentra en los pasillos de la escuela rehúye, pero lo busca siempre de nuevo. No es hasta la secundaria cuando se entera de su nombre, las palabras desgraciadas que serán su desdicha a partir de conocerlas: Fukube Satoshi. Sa-to-shi-Fu-ku-be. Fukube-kun. Después de un tiempo Fuku-chan, cuando la sonrisa del chico ya no provoca odio dentro de ella sino algo mucho más triste. Mayaka se vuelve su amiga y ese es el comienzo de la desgracia. Para tercer año ella sabe que está condenada al fracaso porque ahora sí, su corazón de quince años decodifica la relación que tiene con Satoshi y entiende que no quiere que sean sólo amigos.

Desde el principio existió el deseo de destruir esa sonrisa desinteresada porque no era sólo para ella. Pero para lograrlo Mayaka debía arruinar su amistad con el chico; arruinar los saludos eufóricos, la resonancia de su nombre cuando él lo pronuncia, la imagen de su cabello despeinado cuando duerme en clases. Un modo de exorcizar sus sentimientos para que se diluyan poco a poco hasta llegar a la indiferencia de antes de conocerlo. Mayaka decide enfrentar el problema de frente y con las piernas temblorosas y el corazón a punto de reventar, le confiesa a Fuku-chan que él le gusta.

La sonrisa confundida del muchacho es una de esas cosas extravagantes que Mayaka guarda en su corazón como un secreto valioso, a pesar de lo doloroso del rechazo disimulado con amabilidad y bromas forzadas de Satoshi. La risa espontánea del chico regresa después de unas semanas y la predicción de Mayaka se hace una realidad: nunca habrá un camino fácil para alejarse del chico porque todos conducen a él nuevamente.

Lo verdaderamente insoportable es esa sonrisa despreocupada que ella ama un poco más todos los días.

I. End.