***Danger : Continuación de " Se ama por que se ama", un fic terminado hace un tiempo y centrado en la pareja Draco/Hermione.
En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días.
Alatristre, Sealtiel
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"Las dos caras de la Luna".
Capítulo 1 : Cambios.
-
Aquel día de principios de Abril, el sol salió de entre las montañas más temprano de lo habitual. Corría entre los arboles un viento fresco parecido a un susurro, que los hacía botar algunas hojas y formar parte del bello concierto de huerta de aquella mañana. Si se tuviese que describir todo lo que en aquel paisaje recién desnudado por el sol sirviese como presagio de tan extraño y negro día, se tendría que mencionar que el pasto se movía como olas temblorosas, que las montañas parecían más altas de lo normal o que los arboles que formaban las faldas del Bosque Prohibido parecían más bellos con el sol de aquel día, como si con su recién adquirida hermosura quisieran desviar la atención de lo que tras de ellos se ocultaba. Para una persona podrían parecer ideas de loco, como para Hermione Granger, que era una chica seria que no se dejaba llevar por la idea de que una montaña se agrandó de repente. Mucho menos que aquello fuese como un recogimiento de la tierra, que esperaba a dar un gran salto, como mencionó Lavender mientras se peinaba el cabello las cien veces requieridas por la estricta regla de belleza.
No, quizá la idea de la montaña agigantada no tuviese nada de relación con todo lo que ocurrió después, pero de que el pasto parecía temblar, incluso rechinar los dientes, si la tuvo.
**
Cuando Lucius Malfoy, acompañado de trece mortífagos más, llegó cerca de las faldas del Bosque Prohibido del Colegio Hogwarts - por medios que nunca nadie supo-, de inmediato se propuso ir solo a buscar a su hijo. Claro, él era el padre del niño privilegiado y el con más poder de todo el grupo, y nadie se atrevió a contrariarlo de una forma que no fuese casi de sumisión. Y como ese no era el espíritu de los mortifagos entre ellos - ya que solo lo guardaban para manifestarlo en presencia de su señor-, nadie le dijo nada. Solo los miró y se fue. Nadie supo que ocurrió desde ese momento hasta cuando llegó con su hijo de vuelta, por que nadie le preguntó y él tampoco comentó nada al respecto. Por que Lucius era una hombre serio, normalmente catalogado de callado por que reservaba palabras solo para ocaciones precisas, y que solían ser, generalmente, por cortesía, para herir a alguien con comentarios sardónicos, o para vanagloriarse. Más de eso, no era mucho respecto al aspecto comunicativo de Lucius Malfoy lo que se puede contar.
- Tu hijo a crecido.- Murmuró uno de los mortífagos, sentado en una roca y masticando algo que parecía ser un poky japonés. El hombre ni siquiera miraba a Draco Malfoy, pero parecía no hablar por hablar.
- Claro, los niños crecen.- Dijo Lucius, burlándose. Draco Malfoy miraba al hombre con interés, y por mucho tiempo no pudo ver más que la capucha negra que lo cubría.
- Algunos no.- dijo el hombre levantándose y sacudiéndose la capucha. Parecía ser de aquellos meticulosos burgueses del círculo social de los Malfoy, pero para Draco la voz era completamente nueva.-
- McLyn llegó justo cuando te fuiste.- Dijo un mortífago a Lucius, respondiendo a una mirada interrogativa que este le había lanzado.-
- ¿Podemos irnos? No es precisamente mi lugar favorito para reemplazar a una sala de té.- Dijo Draco con ironía, tomando por seguro de que a todos aquellos encapuchados, exceptuando a aquel que le había llamado particularmente la atención, los conocía. Aquel detalle significaba para un Malfoy tener cierto poder sobre las personas.
- Bueno, vamos.- Dijo Lucius, con media sonrisa. El mortifago de dudosa identidad se acercó a Draco, y a pesar de que sus ojos no se veían, pareció mirarlo con desprecio.-
- No deja de ser mimada la estirpe Malfoy.- murmuró, provocando que Lucius le mirara con un odio tan brillante en el gris de sus ojos, que cualquier mortal hubiese escapado de allí. Más, el otro mortífago no movió ni un dedo.
- No te conviene insultarme.- dijo Lucius
- No te conviene amenazarme.- respondió el otro, dandole la espalda y luego, con un suave chasquido, desapareciendo. Draco, quien no era más que un observador de aquella escena, al igual que los otro trece mortífagos que también estaban allí, pareció sorprendido ante tal falta de respeto para con su padre. Era extraño que alguien se le enfrentara así...
- Vamos.- dijo Lucius a su hijo, quien, además de aquellos pensamientos, parecía sumido en un mar de otros más complicados. - Vamos a casa, para que te bañes y cambies esa ropa. - Añadió con cierto desdén, y luego le ofreció una medalla de plata, que era un translador bastante conocido para Draco.
- ¿Por qué tanta gente?- Preguntó Draco, observando a los últimos mortífagos que usaban translador para irse a quizá que destino. Cuando se fueron todos, añadió:- Pareciera que Lord Voldemort no confiara en ti.-
- No confia en ti, que es distinto. - dijo Lucius con una expresión que bien se podía expresar como que ni él poseía completo el significado de aquella oración. Para Draco pareció algo, en cierta forma, halagador.- Además, estamos en un territorio que no nos favorece del todo.
- Ya veo. Hay muchos Gryffindor.- dijo Draco, que con tan solo pronunciar la palabra " Gryffindor", perdió todos los colores del rostro. Estaba pensando, por primera vez en aquellos diez minutos desde que salió del castillo, en escaparse. Escaparse por ella. Y cuando la idea comenzaba a tomar fuerza, a hundirse en su pecho, a caminar con piernas firmes, Draco se dio cuenta que ya había tocado el translador y que se encontraba en la puerta de su mansión. Miró a su padre, y se dio cuenta de que ya era tarde. No podía huir. Y se sintió horrible, asqueroso, débil, mentiroso, infiel... porque en el fondo no quería escapar.
**
Harry Potter y Ron Weasley se encontraban en el Gran Comedor desayunando sin la compañía de Hermione Granger, y parecían en extremo extrañados por el comportamiento de un sector de la mesa de Slytherin. Era como si guardaran un secreto que solo les pertenecía a ellos, y que si se abría el círculo de serpientes silbantes, una gran maldad escaparía.
- Como una Caja de Pandora.- Le escuchó decir a Ron Weasley, quien le comentaba de aquella situación desde su punto de vista. -Además Snape ni Dumbledore están. McGonagall parece demasiado nerviosa y pálida allí, entre dos asientos vacíos, ¿No lo crees?
- Ron... ¿ Y si está pasando algo malo?- preguntó Harry, con la mirada perdida en la mesa de Serpientes.-
- ¡¿Te volvió a doler la cicatriz?!- preguntó exaltado.
- No.- negó Harry, mirándolo.-Pero... Bueno, no sé como explicarlo.
- Quizá solo estemos peinando la muñeca*, Harry- Comentó Ron, haciendo uso de aquel humor que parecía nunca abandonarlo. Harry rió y luego ambos siguieron desayunando, pero en el fondo a ninguno de los dos se les quitó aquella sensación de que algo malo estaba ocurriendo. [* Significa "estar loco" expresado de un modo más gracioso, incluso un poco más vulgar. ]
- Ron...- Harry quizo retomar la conversación luego de un instante de silencio, pero justo en aquel momento un cuervo negro se paró frente a él y lo miró de una forma que al joven de gafas se le erizó hasta el último cabello de la nuca.
- Exótico.- Murmuró Ron, mirando al ave.- Trae algo en el pico...- Ron trató de sacar el pergamino que el cuervo tenía en su pico, pero estaba tan fuertemente agarrado que al primer intento le fue imposible. El pelirrojo miró entonces a su amigo, para que él intentara quitarle el mensaje al cuervo, pero lo único que logro fue que este extendiera la alas como en señal de advertencia.
- El mensaje no es para nosotros.- Dijo Ron, tomando una galleta. Para él no resultaba extraño que un cuervo mirara directamente a los ojos a su amigo y que no quisiera entregarle el mensaje que llevaba. En verdad le extrañaba que alguien lo usara como lechuza.
- Oye, disculpa.- murmuró una voz femenina hacia Harry. Él muchacho levantó la vista, y sintió como el ave se dirigía a la joven que lo observaba. - Perdona si te causó molestia, es que le atraen los ojos verdes.- dijo ella, quien traía el uniforme de Ravenclaw y una misteriosa sonrisa en el pálido rostro, y luego se marchó, murmurando lo que parecía una reprimenda cariñosa a su cuervo.
Harry la observó hasta que la muchacha se sentó en la mesa de Ravenclaw, y luego volvió a tomar desayuno de la misma forma de antes, es decir, pensando que algo malo ocurría y sin comunicarlo. Quizá Ron tenía razón : Podían ser solo ideas.
- ¿ Hermione?-
Harry Potter levantó la vista, y se encontró con una Hermione Granger pálida, con la mirada congelada y de cuerpo lánguido.
- ¿ Qué... ?- Harry no se atrevió a terminar la pregunta. Hermione le miró de una forma que él pudo facilmente adivinar que una tristeza enorme se ocultaba tras sus ojos, y que su tamaño era tal que ni siquiera podía escaparse en forma de lágrima. Era cierto que los dos amigos tenían esa extraña conexión de hermanos, de que con solo mirarse entienden todo lo que ha ocurrido, pero ahora parecía haberse agudizado más. Ron también entendió esa mirada, al igual que había entendido muchas, y de igual forma se quedó callado, como si la mente se le quedara en blanco.
- Draco se fue. Se hará mortífago.- murmuró Hermione, con voz endurecida por la tristeza que la embargaba. Harry y Ron se quedaron helados, demasiado sorprendidos como para articular palabra, y solo pudieron mirarse entre ellos, como preguntándole al otro el significado real de lo que acababa de decir Hermione.
- No puede ser cierto.- Logró decir Ron, con la voz algo trancada de impresión.
- Lo es. - dijo Hermione tomando su recién aparecida taza de té como lo haría cualquier mañana de cualquier día. Parecía normal, completamente igual a siempre. Y eso asustaba.
**
- El baño está listo, amo- comunicó la voz chillona pero servicial del elfo doméstico que se ocupaba de servir a la gente, ya que el otro se ocupaba de las labores domésticas. Draco, quien estaba tirado en la cama de brazos cruzados, se levantó de un salto, y se dirigió al baño sin siquiera mirar al elfo, quien bajó la vista algo sentido.
Cuando cerró la puerta del baño y todo se quedó quieto, Draco Malfoy se sintió algo más relajado. No había ruido que pudiese interrumpir sus pensamientos, y por ello quizá, solo quizá, podría llegar a ordenarlos. Desabotonó su pijama tomando todo el tiempo del mundo, y siguió desvistiendose con igual calma hasta que el reloj marcó las seis y media de la mañana en punto. Se hundió en la tina, dejando que la espuma cubriera todo su cuerpo, y cerró los ojos.
"¿ Qué estoy haciendo? ¿ Por qué lo estoy haciendo? "
Las preguntas se dieron a conocer claras por primera vez en aquellos veinte ultimos minutos de su vida. Las preguntas estaban dadas, pero las respuestas parecían haberse escondido en algún lugar recóndito lugar de su mente.
" ¿ Por qué lo hago si le hago daño a Hermione ? ¿ Por qué sigo adelante si sé que le hago daño? "
Abrió los ojos, y sintió como un hilo de agua triste caía de uno de ellos, resbalaba por su mejilla, acariciaba sus labios y se reunía con el mar de espuma perfumada. Draco dudó un momento si aquello había sido una lágrima. Podía haber sido incluso veneno, pues parecía lo único que podía salir de los de su familia.
"- No hay escapatoria cuando no se quiere que la haya- "
Las palabras de Severus Snape resonaron en su cabeza. Una vez, en una conversación, le había mencionado el tema de los mortífagos. Le había pedido que el no lo fuera. Se lo había exigido.
" Estoy fallándole a Snape... y a Hermione"
Y el no había cumplido. Había escogido el camino fácil, el primero que se le presentó. Estaba siendo un maldito cobarde... ¡ Y se creyó cobarde por amar!
" Nunca le dije que la amaba... Nunca. Y quizá no la vuelva a ver "
¿Se había escondido ese sentimiento o en verdad hasta ese momento no estaba completamente maduro? ¿ No tenía, acaso, las piernas suficientemente fuertes como para levantarse aquel sentimiento, o solo se estaba sentado ante el miedo de que lo descubrieran?
Salió de la tina, y se envolvió la mitad del cuerpo con una toalla.
" Siempre he sido un débil. Un maldito débil"
Ya no era momento para seguir siendolo. Había llegado el momento de demostrar que en verdad podía ser fuerte, podía ser mejor... mejor que su padre, mejor que todos. Podía salir de la sombra de su padre, podía andar sin personas al lado que lo defendieran de los peligros, de los riegos. Debía hacerse fuerte... debía hacerse poderoso, temible, respetado... y luego volver donde Hermione.
Volver para decirle que la amaba, que en verdad la amaba...
Y solo entonces no habría nada que temer.
" Draco Malfoy- se dijo- la idea no era tan estúpida después de todo".
Solo entonces.
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AkaNe ha revivido!!! Se acuerdan de quien soy, cierto?? T.T Ojalá que sii!!
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Hola!!
Bueno, es un pequeño capítulo. Como se habran dado cuenta, el tiempo esta " algo quebrado", pero espero haya sido comprensible. En caso de que no... pues... no sé ñ.ñ
¿Ven que no había muerto? jejeje O sea, si fallecí, pero volví a la vida solo para escribir este fic, que se iba a llamar LOS GRITOS DEL PASADO y que terminó llamandose LAS DOS CARAS DE LA LUNA, por razones que se darán a conocer luego. Si, por que este cap. es solo una " introducción" a todo lo que pasara, y les puedo adelantar que en el segundo vendran cosas algo más " interesantes", como *cierta conversación* de Hermione con *alguien*, o el inicio del plan de Draco. Espero que la gente que se leyó Se ama por que se ama se lea este fic no solo por que es la continuación y quieren saber como coño termina la relación de la niña Granger y el niño Malfoy - que lindo suena ^^- , si no también por que la historia que se presente aquí les guste, al igual que *ciertos personajes* que aparecerán. Ese mortífago que apareció allí tiene historia, si que si :P
Ya, ya, que parece que me comí galletas Gritón *:D Me despido muchachit@s fanáticos de Harry Potter.
ByEs!
AkaNe WakasHiMaTzU De lIoNcoUrT.
[Si me dejan un review, no sean tan malos para las criticas, vale? Soy sensible!! jajaa.. No, en serio... ojalá les haya gustado :)]
[MI Msn explotó T.T Si alguien piadoso tiene ICQ y ganas de enseñarme a usarlo - el ICQ!!-, mi número es : 280652134 ... Si me quieren basurear por e-mail, o mandarme mails bomba, etc , mis mails son : selene_9@hotmail.com, akane_wakashimatzu_de_lioncourt@yahoo.com o akanewakashimatzu1@starmedia.com ]
[No he leído el quinto libro]
[No lo quiero leer!! o.O xD]
[En mi país se vende en español]
[y eso que no existe x( ]
NINGÚN PERSONAJE QUE HAYAN LEÍDO EN LOS CINCO LIBROS DE HARRY POTTER LE PERTENECEN A AKANE WAKASHIMATZU, NI, CREO, A NINGÚN ESCRITOR DE FAN FIC. - O si no los estarían escribiendo ¬¬-
En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días.
Alatristre, Sealtiel
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"Las dos caras de la Luna".
Capítulo 1 : Cambios.
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Aquel día de principios de Abril, el sol salió de entre las montañas más temprano de lo habitual. Corría entre los arboles un viento fresco parecido a un susurro, que los hacía botar algunas hojas y formar parte del bello concierto de huerta de aquella mañana. Si se tuviese que describir todo lo que en aquel paisaje recién desnudado por el sol sirviese como presagio de tan extraño y negro día, se tendría que mencionar que el pasto se movía como olas temblorosas, que las montañas parecían más altas de lo normal o que los arboles que formaban las faldas del Bosque Prohibido parecían más bellos con el sol de aquel día, como si con su recién adquirida hermosura quisieran desviar la atención de lo que tras de ellos se ocultaba. Para una persona podrían parecer ideas de loco, como para Hermione Granger, que era una chica seria que no se dejaba llevar por la idea de que una montaña se agrandó de repente. Mucho menos que aquello fuese como un recogimiento de la tierra, que esperaba a dar un gran salto, como mencionó Lavender mientras se peinaba el cabello las cien veces requieridas por la estricta regla de belleza.
No, quizá la idea de la montaña agigantada no tuviese nada de relación con todo lo que ocurrió después, pero de que el pasto parecía temblar, incluso rechinar los dientes, si la tuvo.
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Cuando Lucius Malfoy, acompañado de trece mortífagos más, llegó cerca de las faldas del Bosque Prohibido del Colegio Hogwarts - por medios que nunca nadie supo-, de inmediato se propuso ir solo a buscar a su hijo. Claro, él era el padre del niño privilegiado y el con más poder de todo el grupo, y nadie se atrevió a contrariarlo de una forma que no fuese casi de sumisión. Y como ese no era el espíritu de los mortifagos entre ellos - ya que solo lo guardaban para manifestarlo en presencia de su señor-, nadie le dijo nada. Solo los miró y se fue. Nadie supo que ocurrió desde ese momento hasta cuando llegó con su hijo de vuelta, por que nadie le preguntó y él tampoco comentó nada al respecto. Por que Lucius era una hombre serio, normalmente catalogado de callado por que reservaba palabras solo para ocaciones precisas, y que solían ser, generalmente, por cortesía, para herir a alguien con comentarios sardónicos, o para vanagloriarse. Más de eso, no era mucho respecto al aspecto comunicativo de Lucius Malfoy lo que se puede contar.
- Tu hijo a crecido.- Murmuró uno de los mortífagos, sentado en una roca y masticando algo que parecía ser un poky japonés. El hombre ni siquiera miraba a Draco Malfoy, pero parecía no hablar por hablar.
- Claro, los niños crecen.- Dijo Lucius, burlándose. Draco Malfoy miraba al hombre con interés, y por mucho tiempo no pudo ver más que la capucha negra que lo cubría.
- Algunos no.- dijo el hombre levantándose y sacudiéndose la capucha. Parecía ser de aquellos meticulosos burgueses del círculo social de los Malfoy, pero para Draco la voz era completamente nueva.-
- McLyn llegó justo cuando te fuiste.- Dijo un mortífago a Lucius, respondiendo a una mirada interrogativa que este le había lanzado.-
- ¿Podemos irnos? No es precisamente mi lugar favorito para reemplazar a una sala de té.- Dijo Draco con ironía, tomando por seguro de que a todos aquellos encapuchados, exceptuando a aquel que le había llamado particularmente la atención, los conocía. Aquel detalle significaba para un Malfoy tener cierto poder sobre las personas.
- Bueno, vamos.- Dijo Lucius, con media sonrisa. El mortifago de dudosa identidad se acercó a Draco, y a pesar de que sus ojos no se veían, pareció mirarlo con desprecio.-
- No deja de ser mimada la estirpe Malfoy.- murmuró, provocando que Lucius le mirara con un odio tan brillante en el gris de sus ojos, que cualquier mortal hubiese escapado de allí. Más, el otro mortífago no movió ni un dedo.
- No te conviene insultarme.- dijo Lucius
- No te conviene amenazarme.- respondió el otro, dandole la espalda y luego, con un suave chasquido, desapareciendo. Draco, quien no era más que un observador de aquella escena, al igual que los otro trece mortífagos que también estaban allí, pareció sorprendido ante tal falta de respeto para con su padre. Era extraño que alguien se le enfrentara así...
- Vamos.- dijo Lucius a su hijo, quien, además de aquellos pensamientos, parecía sumido en un mar de otros más complicados. - Vamos a casa, para que te bañes y cambies esa ropa. - Añadió con cierto desdén, y luego le ofreció una medalla de plata, que era un translador bastante conocido para Draco.
- ¿Por qué tanta gente?- Preguntó Draco, observando a los últimos mortífagos que usaban translador para irse a quizá que destino. Cuando se fueron todos, añadió:- Pareciera que Lord Voldemort no confiara en ti.-
- No confia en ti, que es distinto. - dijo Lucius con una expresión que bien se podía expresar como que ni él poseía completo el significado de aquella oración. Para Draco pareció algo, en cierta forma, halagador.- Además, estamos en un territorio que no nos favorece del todo.
- Ya veo. Hay muchos Gryffindor.- dijo Draco, que con tan solo pronunciar la palabra " Gryffindor", perdió todos los colores del rostro. Estaba pensando, por primera vez en aquellos diez minutos desde que salió del castillo, en escaparse. Escaparse por ella. Y cuando la idea comenzaba a tomar fuerza, a hundirse en su pecho, a caminar con piernas firmes, Draco se dio cuenta que ya había tocado el translador y que se encontraba en la puerta de su mansión. Miró a su padre, y se dio cuenta de que ya era tarde. No podía huir. Y se sintió horrible, asqueroso, débil, mentiroso, infiel... porque en el fondo no quería escapar.
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Harry Potter y Ron Weasley se encontraban en el Gran Comedor desayunando sin la compañía de Hermione Granger, y parecían en extremo extrañados por el comportamiento de un sector de la mesa de Slytherin. Era como si guardaran un secreto que solo les pertenecía a ellos, y que si se abría el círculo de serpientes silbantes, una gran maldad escaparía.
- Como una Caja de Pandora.- Le escuchó decir a Ron Weasley, quien le comentaba de aquella situación desde su punto de vista. -Además Snape ni Dumbledore están. McGonagall parece demasiado nerviosa y pálida allí, entre dos asientos vacíos, ¿No lo crees?
- Ron... ¿ Y si está pasando algo malo?- preguntó Harry, con la mirada perdida en la mesa de Serpientes.-
- ¡¿Te volvió a doler la cicatriz?!- preguntó exaltado.
- No.- negó Harry, mirándolo.-Pero... Bueno, no sé como explicarlo.
- Quizá solo estemos peinando la muñeca*, Harry- Comentó Ron, haciendo uso de aquel humor que parecía nunca abandonarlo. Harry rió y luego ambos siguieron desayunando, pero en el fondo a ninguno de los dos se les quitó aquella sensación de que algo malo estaba ocurriendo. [* Significa "estar loco" expresado de un modo más gracioso, incluso un poco más vulgar. ]
- Ron...- Harry quizo retomar la conversación luego de un instante de silencio, pero justo en aquel momento un cuervo negro se paró frente a él y lo miró de una forma que al joven de gafas se le erizó hasta el último cabello de la nuca.
- Exótico.- Murmuró Ron, mirando al ave.- Trae algo en el pico...- Ron trató de sacar el pergamino que el cuervo tenía en su pico, pero estaba tan fuertemente agarrado que al primer intento le fue imposible. El pelirrojo miró entonces a su amigo, para que él intentara quitarle el mensaje al cuervo, pero lo único que logro fue que este extendiera la alas como en señal de advertencia.
- El mensaje no es para nosotros.- Dijo Ron, tomando una galleta. Para él no resultaba extraño que un cuervo mirara directamente a los ojos a su amigo y que no quisiera entregarle el mensaje que llevaba. En verdad le extrañaba que alguien lo usara como lechuza.
- Oye, disculpa.- murmuró una voz femenina hacia Harry. Él muchacho levantó la vista, y sintió como el ave se dirigía a la joven que lo observaba. - Perdona si te causó molestia, es que le atraen los ojos verdes.- dijo ella, quien traía el uniforme de Ravenclaw y una misteriosa sonrisa en el pálido rostro, y luego se marchó, murmurando lo que parecía una reprimenda cariñosa a su cuervo.
Harry la observó hasta que la muchacha se sentó en la mesa de Ravenclaw, y luego volvió a tomar desayuno de la misma forma de antes, es decir, pensando que algo malo ocurría y sin comunicarlo. Quizá Ron tenía razón : Podían ser solo ideas.
- ¿ Hermione?-
Harry Potter levantó la vista, y se encontró con una Hermione Granger pálida, con la mirada congelada y de cuerpo lánguido.
- ¿ Qué... ?- Harry no se atrevió a terminar la pregunta. Hermione le miró de una forma que él pudo facilmente adivinar que una tristeza enorme se ocultaba tras sus ojos, y que su tamaño era tal que ni siquiera podía escaparse en forma de lágrima. Era cierto que los dos amigos tenían esa extraña conexión de hermanos, de que con solo mirarse entienden todo lo que ha ocurrido, pero ahora parecía haberse agudizado más. Ron también entendió esa mirada, al igual que había entendido muchas, y de igual forma se quedó callado, como si la mente se le quedara en blanco.
- Draco se fue. Se hará mortífago.- murmuró Hermione, con voz endurecida por la tristeza que la embargaba. Harry y Ron se quedaron helados, demasiado sorprendidos como para articular palabra, y solo pudieron mirarse entre ellos, como preguntándole al otro el significado real de lo que acababa de decir Hermione.
- No puede ser cierto.- Logró decir Ron, con la voz algo trancada de impresión.
- Lo es. - dijo Hermione tomando su recién aparecida taza de té como lo haría cualquier mañana de cualquier día. Parecía normal, completamente igual a siempre. Y eso asustaba.
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- El baño está listo, amo- comunicó la voz chillona pero servicial del elfo doméstico que se ocupaba de servir a la gente, ya que el otro se ocupaba de las labores domésticas. Draco, quien estaba tirado en la cama de brazos cruzados, se levantó de un salto, y se dirigió al baño sin siquiera mirar al elfo, quien bajó la vista algo sentido.
Cuando cerró la puerta del baño y todo se quedó quieto, Draco Malfoy se sintió algo más relajado. No había ruido que pudiese interrumpir sus pensamientos, y por ello quizá, solo quizá, podría llegar a ordenarlos. Desabotonó su pijama tomando todo el tiempo del mundo, y siguió desvistiendose con igual calma hasta que el reloj marcó las seis y media de la mañana en punto. Se hundió en la tina, dejando que la espuma cubriera todo su cuerpo, y cerró los ojos.
"¿ Qué estoy haciendo? ¿ Por qué lo estoy haciendo? "
Las preguntas se dieron a conocer claras por primera vez en aquellos veinte ultimos minutos de su vida. Las preguntas estaban dadas, pero las respuestas parecían haberse escondido en algún lugar recóndito lugar de su mente.
" ¿ Por qué lo hago si le hago daño a Hermione ? ¿ Por qué sigo adelante si sé que le hago daño? "
Abrió los ojos, y sintió como un hilo de agua triste caía de uno de ellos, resbalaba por su mejilla, acariciaba sus labios y se reunía con el mar de espuma perfumada. Draco dudó un momento si aquello había sido una lágrima. Podía haber sido incluso veneno, pues parecía lo único que podía salir de los de su familia.
"- No hay escapatoria cuando no se quiere que la haya- "
Las palabras de Severus Snape resonaron en su cabeza. Una vez, en una conversación, le había mencionado el tema de los mortífagos. Le había pedido que el no lo fuera. Se lo había exigido.
" Estoy fallándole a Snape... y a Hermione"
Y el no había cumplido. Había escogido el camino fácil, el primero que se le presentó. Estaba siendo un maldito cobarde... ¡ Y se creyó cobarde por amar!
" Nunca le dije que la amaba... Nunca. Y quizá no la vuelva a ver "
¿Se había escondido ese sentimiento o en verdad hasta ese momento no estaba completamente maduro? ¿ No tenía, acaso, las piernas suficientemente fuertes como para levantarse aquel sentimiento, o solo se estaba sentado ante el miedo de que lo descubrieran?
Salió de la tina, y se envolvió la mitad del cuerpo con una toalla.
" Siempre he sido un débil. Un maldito débil"
Ya no era momento para seguir siendolo. Había llegado el momento de demostrar que en verdad podía ser fuerte, podía ser mejor... mejor que su padre, mejor que todos. Podía salir de la sombra de su padre, podía andar sin personas al lado que lo defendieran de los peligros, de los riegos. Debía hacerse fuerte... debía hacerse poderoso, temible, respetado... y luego volver donde Hermione.
Volver para decirle que la amaba, que en verdad la amaba...
Y solo entonces no habría nada que temer.
" Draco Malfoy- se dijo- la idea no era tan estúpida después de todo".
Solo entonces.
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AkaNe ha revivido!!! Se acuerdan de quien soy, cierto?? T.T Ojalá que sii!!
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Hola!!
Bueno, es un pequeño capítulo. Como se habran dado cuenta, el tiempo esta " algo quebrado", pero espero haya sido comprensible. En caso de que no... pues... no sé ñ.ñ
¿Ven que no había muerto? jejeje O sea, si fallecí, pero volví a la vida solo para escribir este fic, que se iba a llamar LOS GRITOS DEL PASADO y que terminó llamandose LAS DOS CARAS DE LA LUNA, por razones que se darán a conocer luego. Si, por que este cap. es solo una " introducción" a todo lo que pasara, y les puedo adelantar que en el segundo vendran cosas algo más " interesantes", como *cierta conversación* de Hermione con *alguien*, o el inicio del plan de Draco. Espero que la gente que se leyó Se ama por que se ama se lea este fic no solo por que es la continuación y quieren saber como coño termina la relación de la niña Granger y el niño Malfoy - que lindo suena ^^- , si no también por que la historia que se presente aquí les guste, al igual que *ciertos personajes* que aparecerán. Ese mortífago que apareció allí tiene historia, si que si :P
Ya, ya, que parece que me comí galletas Gritón *:D Me despido muchachit@s fanáticos de Harry Potter.
ByEs!
AkaNe WakasHiMaTzU De lIoNcoUrT.
[Si me dejan un review, no sean tan malos para las criticas, vale? Soy sensible!! jajaa.. No, en serio... ojalá les haya gustado :)]
[MI Msn explotó T.T Si alguien piadoso tiene ICQ y ganas de enseñarme a usarlo - el ICQ!!-, mi número es : 280652134 ... Si me quieren basurear por e-mail, o mandarme mails bomba, etc , mis mails son : selene_9@hotmail.com, akane_wakashimatzu_de_lioncourt@yahoo.com o akanewakashimatzu1@starmedia.com ]
[No he leído el quinto libro]
[No lo quiero leer!! o.O xD]
[En mi país se vende en español]
[y eso que no existe x( ]
NINGÚN PERSONAJE QUE HAYAN LEÍDO EN LOS CINCO LIBROS DE HARRY POTTER LE PERTENECEN A AKANE WAKASHIMATZU, NI, CREO, A NINGÚN ESCRITOR DE FAN FIC. - O si no los estarían escribiendo ¬¬-
