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Candy White Ardley
Era una joven de 16 años provenía de una familia buena y aristócrata, estudiaba enfermería en un colegio prestigiado de Londres, donde le enseñarían todo lo necesario para convertirse en una gran enfermera, eso esperaba, pues aquello le apasionaba enormemente, no esperaba realmente que su familia lo entendiera pero con la aprobación de Albert Ardley su tutor era más que suficiente.
Aquella joven era alegre, amable, dulce y simpática, le encantaba estar en la escuela pues realmente deseaba con todo su ser dedicarse a curar personas y ayudar al que mas lo necesita, pero ahora tendría un gran problema si un problema…problema llamado Terrence Grandchester.
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Terrence Graham Grandchester
Era un joven algo rebelde pero que finalmente termino realizando la santa voluntad de su padre al ser ingresado a una escuela de enfermería para poder ser preparado para estudiar medicina y convertirse en un gran doctor en un futuro, algo que el joven odiaba, el no quería convertirse en ello y no era precisamente porque odiara a los doctores, por supuesto que no, los admiraba, admiraba su pasión por querer salvar vidas, por como querer ayudar al que menos tiene, etc.
Pero nuestro joven de 18 años no deseaba esa vida, el quería estudiar para ser un gran actor, deseaba dejar impregnado su gran potencial y talento en los escenarios, ser recordado como un gran actor.
Pero en fin, termino entrando a esta escuela y su único y gran consuelo era su pecosa (jejejeje le dije mi pecosa, claro, ella es mi luz en medio de esta oscuridad) le encantaba estar con ella y hacerla enojar, hacía que las pecas se notaran más, tiene algo especial y no es como cualquier otra amiga eso lo supo siempre pero nunca pensó que llegaría a cambiar tanto su vida.
Ambos llegaron a la vida del otro para…cambiar todo.
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Era un día común en la escuela "Santo Tomas" de enfermería en Londres, el día era colorido y luminoso tal como le gustaban a Candy, esa semana estaban en exámenes por lo que se apresuraba por los pasillos para no llegar tarde, había estado esperando a Annie pero esta no aparecía por lo que se apresuró a seguir su camino cuando…
Tal cual rayo paso arrasando con todo y con la rubia también que término en el suelo molesta, quien inmediatamente se disponía a insultarlo pero…
-¡¿Qué…?! –Sus ojos se cruzaron inmediatamente Candy sintió que el suelo desaparecía debajo de sus pies al encontrar esos ojos azules, tan azules como el mar, inmensamente hermosos y llenos de incógnitas que ya deseaba averiguar aun sin saber.
Terrence por su parte miraba a la rubia, un tanto molesto pero a la vez divertido, además la pequeña pecosa le causaba una hermosa calidez en su corazón que no podía explicar a que se debía pero solo sabía que esos hermosos zafiros verdes eran los más hermosos que nunca antes había visto.
-¡¿Qué te pasa niña?! ¡Fíjate mejor por donde caminas para que no te cruces en mi camino!
Eso basto para devolver a la realidad a la rubia –Estoy muy bien, gracias, solo fue un pequeño raspón.
-Raspón, herida o lo que sea, me da igual no me importa ni me interesa, ¿entiendes niña?
-¡Eres un bruto, cretino!
-Fue un placer, adiós
Y así como llego se fue, dejando haciendo rabietas a la rubia, quien después miro ida hacia donde se había ido el castaño, molesta y maldiciendo por haberse topado a un joven tan maleducado.
"Es un completo idiota no sabe cómo se debe tratar una dama, que imbécil" pensaba la rubia molesta
-Candy… ¿Candy? –Nada -¡Candy!
-¿Qué pasa Annie? –Pregunto mirando a su amiga quien le miraba preocupada
-¿Estas bien? ¿Qué es lo que te ocurre? Estabas como ida
-Nada no te preocupes no me paso nada, seguramente solo es el cansancio por los exámenes
-Bien, ¿Qué te parece si saliendo del examen cambiamos de aire? Vamos de día de campo ¿Qué opinas, Candy?
-Me parece una idea estupenda. –Dijo la rubia emocionada entrando con su amiga al salón de clases para apresurarse a ir a su día de campo.
Pero en el examen no pudo dejar de pensar en aquel joven que la había tratado mal, es que en realidad pese a como la trato, el joven era de buen ver, varonil, apuesto, encantador aunque no sabía porque pensaba eso después de como la trato.
"Espero no volvérmelo a topar nunca más en la vida" pensó después molesta tratando de concentrarse en su examen.
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"Vaya allá va la joven que me tope esta mañana" pensó el castaño al ver a la ojiverde dirigirse con otra joven a la laguna "Creo que debería disculparme, ya que fui un verdadero grosero, además…esa joven es realmente…linda" se fue dirigiendo lentamente hacia donde vio a las jóvenes.
Mientras tanto las amigas comían, reían y disfrutaban el tiempo juntas, habían sido inseparables desde que se conocían, Candy sentía a Annie como más que una amiga, para ella era su hermana.
-Candy, vamos por un helado, hace demasiado calor –Dijo la pelinegra
-Ve tú, Annie, yo me quedare aquí a meditar un poco
-Bien ahorita vuelvo
Terry vio que tal vez podía ser su oportunidad para acercarse pero la verdad era que no encontraba una excusa perfecta para ir y antes de decidirse a ir, observo como la rubia quien se había cansado de esperar a su amiga se dirigía a un árbol cerca.
"Seguro que Annie se tarda porque hay mucha gente, bueno, mientras trepare este hermoso árbol, es un día hermoso y la laguna es preciosa pero me relajare más si trepo" pensaba divertida mientras subía al árbol.
Mientras la rubia disfrutaba de la hermosa vista que le ofrecía la altura del árbol, escucho una fuerte carcajada, haciendo que por poco cayera.
-Mira nada más ¿A quién tenemos aquí? –Terrence estaba muerto de risa y hablo irónicamente viendo a la rubia burlón –A la "damita" que me encontré en la mañana y trepando arboles como varoncito –Dijo sonriéndole a la rubia molesta -¡Qué gran espectáculo, hermosa vista! –Añadió antes de ponerse a aplaudir.
Fue todo la rubia se bajó del árbol y se le fue encima, mientras este reía.
-¡¿Qué demonios te pasa, cretino?! ¡A mí no me hablaras de esa forma y para tu información soy una dama!
-Vamos tranquila, pecosa, no te alteres o se te verán más las pecas –Dijo sosteniendo las muñecas de Candy
-¿Qué? –Pregunto confundida la rubia y dejando de momento su enojo
-Que se te notan más las pecas si te alteras…aparte de trepadora, sorda
-¡¿Trepadora yo?! ¡Ni siquiera me conoces como…!
-Trepadora de árboles, no pienses mal
-Más te vale –Dijo molesta la joven
-Se me ha ocurrido que apodo ponerte, ¿Qué te parece Tarzan pecosa? –Dijo burlón
-Ve y ponle apodos a tu madre
-¡No te metas con mi madre o te arrepentirás! –Dijo cambiando radicalmente su humor del joven, tomándola con más fuerza de los brazos y haciéndola hacia él, Candy quedo impactada por el repentino cambio de aquel joven, observo los ojos azules que llameaban de enojo, si las miradas mataran ella estaría muerta.
-Yo…lo dije…como a cualquier persona…yo
Terrence reacciono en aquel momento al ver la mirada asustada e impactada de la joven y trato de tranquilizarse –Yo…lo…en verdad yo…lo siento…es que… ¡espera!
Candy quien logró zafarse en aquel momento, salió huyendo lejos de aquel hombre, dejándolo solo y arrepentido en aquel hermoso lugar al lado de la laguna, tan azul y oscura a la vez como eran los hermosos zafiros azules que tuvo frente a ella, tan hermosos pero de un momento a otro tan temibles que no pudo soportarlo y huyo.
Hola queridos lectores
bueno esta idea no surgio de mi, me pidieron que le diera continuacion originalmente la historia solo tiene cuatro capitulos asi que yo le dare una continuacion esperando que sea de su agrado ;D
paulayjoaqui lo prometido es deuda este es el segundo fic que mencionaste, no te preocupes tratare de darle una continuacion tambien a los demas ;D espero que este primer capitulo sea de tu agrado y pues como veras cambie el titulo para que no haya problemas como la vez pasada jejeje pero espero te guste ;D
muchas gracias por tomarse el tiempo y leer este nuevo fic :D
saludos
