Siempre dudé de las lealtades que debía tener.
Estaba tan asustado que no podía ver.
Tengo una reputación que, por un sistema injusto, debo sostener.
Me educaron de una manera en la cual yo era el rey de una hegemonía de los sangre pura. Y me cuesta creer que hay otra realidad realidad.
Era feliz sin saber del Señor tenebroso. Temía su regreso como muchos de los mortífagos.
No entendía nada. No entiendo nada.
Me presionaron. Me usaron. Estaba mal. Sufro por tener que ser lo que soy. Y lo peor es que no se quién soy. Y soy muy cobarde para descubrirlo.
Me dicen que soy un Malfoy. Pero no se que es ser un Malfoy.
Y ni siquiera importa. Nada importa a los ojos del señor tenebroso. Mientras hagas lo que te pide, sigues vivo.
Trato de ser astuto. Ellos son más fuertes, pero yo soy más inteligente.
No puedo estar enfadado, ni ser fuerte, soy como un cráter profundo, débil.
No hay vuelta atrás.
No se que hacer.
He roto promesas, mis palabras de lealtad y de aliento, se pierden en el eco de mi alma.
Un alma vacía, sin amor, sin cariño, con sentimientos tan ocultos que no se notan.
Me forcé a tomar malas y apresuradas decisiones.
Sumergido en el dolor y la locura.
Ahora soy mortífago.
Pero no estoy de ningún bando.
Es tan frustrante.
No se quién es el enemigo.
Promesas rotas, profundo, débil, cada palabra se perdió en el eco.
Una última mentira, en la que yo me pueda ver, donde finalmente dejo a mi cordura ir.
¿Qué se supone que debo hacer?
Lost in the Echo le pertenece a Linkin Park.
Harry Potter y todo su universo le pertenecen a J.K. Rowling
