Disclaimer: Digimon es propiedad de Bandai y Toei Animation, no hago esto con fines lucrativos.

Imagen 241: Pareja a contraluz en coche, propuesta por Chia Moon.

La imagen de la portada no me pertenece, sino a Varichina. Gracias a ella por permitirme usarla y a la bella Riens, tanto por leer esto primero como por preguntarle en mi nombre si podía utilizarla.


Se pasaron el verano…

O quizá el verano se pasó.

Se pasaron el verano hablando y besándose, besándose más que hablando; el verano anterior al último año de Yamato en la secundaria.

Ambos, sabedores de que el tiempo habría de escurrírseles entre los dedos, se construyeron su propia burbuja en la que el tiempo no corría. En la que el tiempo se detenía en las pestañas de Mimi, largas y lacias, sin una gota de maquillaje porque el calor se lo estropeaba (Waterproof obviamente no significaba a prueba del verano japonés); o en las manos de Yamato, que recorrían con lentitud la diminuta cintura de su novia que, él creía y juraba y volvía a jurar, no podía ser tan larga, pero se volvía eterna entre sus dedos, que dejaban huellas en sus costillas y causaban exabruptos en su respiración.

Así que se pasaron el verano hablando y besándose, más besándose que hablando.

Se subían en el viejo Mustang de Yamato y salían a recorrer la ciudad. Mimi con su cabello al viento y Yamato, de vez en cuando o de cuando en vez, con los ojos más en Mimi que en la desierta carretera, cuando Odaiba se quedaba atrás de ellos y caminos desconocidos se los devoraban, o más bien ellos se dejaban devorar.

Así que se pasaron el verano hablando y besándose, más besándose que hablando. Aunque sí que hablaban. Quienes los veían no lo hubieran creído porque no movían los labios, no al menos para pronunciar palabra. Pero vaya que hablaban. Hablaban con las manos y con los ojos, con el silencio que se balanceaba entre ambos, expectante. Por sobre todo con el tacto de sus bocas, sumergidas en una guerra en la que no habría tregua ni un ganador.

Puede que en una de esas oportunidades Yamato aparcara cerca de la playa con la luna sobre sus cabezas, porque Mimi y el mundo sabían que a él no le gustaba broncearse de más, más que nada porque en lugar de broncearse adquiría la tonalidad nada sexy de un tomate maduro, y de eso ya se habían burlado suficientemente sus amigos y novia por toda la eternidad.

Se pasaron el verano hablando y besándose, más besándose que hablando.

Y cada instante de ese verano que se congeló entre ellos, sin pensar en el futuro ni en proyecciones que sólo hubieran servido para arruinar el momento, fue perfecto, tan perfecto como ellos nunca lo serían ni necesitaban ser.


Notas finales:

¡Monito!

No hemos hablado mucho y probablemente no tengamos mucho en común (respecto a Digimon quiero decir), pero en cuanto supe que era tu cumple quise escribirte algo. Y salió esto. Muy improvisado, no lo niego, aunque no por ello con menos cariño.

Si bien me basé en la imagen que cité al principio, Riens me dijo que conocía un fanart que le quedaba perfecto y de allí que lo usara de portada.

¡Que tengas un bello día!