Diabolik Lovers no me pertenece.
Palabras.- 261
Él es un estupido, un estupido sin remedio.
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Él, Subaru Sakamaki, jamás, ¡jamás en su vida! Se imaginaría estar en medio de aquella situación que era de lo más extraño, vergonzoso e incómodo. Era el más joven de la familia por lo que estaba acostumbrado a ser su conejillo de indias. Pero eso estaba fuera de los estándares, incluso para ellos. Un beso, cosa que sería normal si fuera una chica, pero no, era su hermano mayor, Shu, quien estaba sosteniéndolo por la cintura y lo besaba. Incluso pensaría que era una apuesta o algún tipo de juego extraño de los que solían hacer, aunque de inmediato descartó la idea, sus expresiones los delataban, eso no era su idea, incluso diría que ni siquiera sabían que estaba sucediendo.
Estaba abusando de su inocencia frente a cinco personas, si contaba a la humana y ¡joder!, ¡había metido su lengua en su boca!. Cualquiera que viera sus posiciones dirían que lo estaba abrazando, pero no, ¡había estado jalándole el cabello en busca de libertad! Casi desde que empezó la extraña situación, ¿acaso esperaba que respondiera ese beso?.
Lo sintió sonreír cuando, en un intento de hablar, había movido la lengua con sutileza, rozando la suya. El maldito rubio le seguía besando desde hace ya unos minutos y ninguno de los observadores parecía reaccionar. Jadeo de manera involuntaria cuando una de sus manos apretó su cintura y su rodilla se metió entre las suyas. Miro con odio al estupido que le robo su inocencia frente a cinco personas, uno que metió su lengua sin aparente remordimiento y sin duda lo había manoseado.
