CAPITULO 1

—¡Vale por hoy chicas! —Dijo el manager una vez apagada la música. Todas nos tiramos al suelo y nos tumbamos boca arriba, estábamos reventadas. Llevábamos cuatro horas ensayando sin parar la canción que acababa de sacar un grupo de nuestra empresa y, siempre que realizaba el baile de algún grupo, soñaba que algún día yo estuviera ensayando un baile para mí y mi grupo, solamente para nosotras ya que eso implicaría debutar y, con ello, cumplir el sueño que siempre había esperado, dedicarme a la música y con ella, hacer feliz a miles y miles de personas.

Me llamo Lia Rogers, tengo 17 años y soy de España. Con respecto a mi físico, soy bastante baja, todo el mundo me lo dice y es que, 1.55 cm no se puede decir, ni de lejos, que sea una altura normal. Soy rubia y mi pelo es algo así como una enredadera que no se deja dominar fácilmente. Tengo los ojos azules claros y sobre todo y lo que más les sorprende a los asiáticos, son muy grandes. Mi cuerpo es normal tirando a muy delgada, no destaco en nada físicamente a nivel corporal. La gente de aquí se espera a las españolas con grandes curvas y grandes pechos pero, con lo que respecta a mí, ninguna de esas facultades tengo.

Hace 3 años me presenté a los castings que realizaba JYP, la empresa surcoreana dedicada a la música y donde no sé cómo, logré pasar superando a más de diez mil personas, una locura.

Durante estos 3 años, los trainers han ido debutando o renunciando en JYP, muchos de ellos llegando después de mí, ya han incluso debutado algo que no hace que una se sienta bien y otros, han renunciado o los han rechazado al ver que se habían equivocado al escogerlos en su día en la prueba de casting.

Todos los días mi vida era la misma rutina: levantarse temprano para ir al gimnasio de la empresa con los demás trainers y ensayar durante horas las canciones con los que algunos grupos de aquí habían debutado o hecho comeback, así día tras día.

Siempre intentaba dar lo mejor de mí en cada paso, en cada canción pero, a la hora de la prueba final nunca era elegida y esto hacía que cada vez tuviera menos esperanzas en saltar a la fama.

Una vez que se fue el manager, me levanté a coger la botella de agua y beber un trago, hoy seguramente dormiría del tirón, era el día que más habíamos ensayado desde hacía mucho tiempo.

—Vaya caña nos han dado hoy ¿Eh? —Me dijo Jin Kyong y me dio un codazo. —Yo creo que algo grande se acerca. —Me dijo esperanzada.

— ¿Tú crees? —le contesté sin creerla demasiado.

—Vamos, ¿cuatro horas de ensayo en una sola mañana? No ocurría desde… —Y no logró terminar la frase porque ya sabíamos lo que significa las dos al alzar la barbilla.

—¡Es la prueba debut de JYP! —gritamos las dos al unísono. La prueba debut de JYP, se realizaba cada 2 años si el CEO no veía a ningún trainer capacitado para debutar, por lo que realizaban una prueba general a todos y de ahí, hacían un grupo nuevo para debutar.

—Tenemos que ir a por todas. —Dijo So Young alzando un puño al aire, se la veía segura y no era para menos, de todas nosotras era la que mejor bailaba y solamente llevaba de trainer 6 meses.

—Tú lo tienes tan fácil…—le dije mirándola con envidia.

—Es verdad unnie, todo el mundo habla de ti en la empresa, me apuesto lo que sea que hasta Miss A o 2PM saben quién eres. —afirmó Jin Kyong.

—Me gustaría deciros que estáis exagerando pero la verdad es que me muero porque algunos de ellos sepan quién soy yo. —dijo esperanzada. —Sobre todo Jr. Oppa. —Y puso ambas manos a modo de rezo.

— ¿Quién? —pregunté sin saber de quién estaba hablando.

—Lia, no me digas que no sabes quién es Junior. —dijo desconcertada Jin Kyong. —"Girls girls girls they love me…" —empezó a canturrear.

—De qué me suena a mí esa canción. —dije llevándome una mano al mentón e intentando pensar.

—Te suena del grupo que ha debutado este año en nuestra compañía, GOT7. Tonta, cualquiera diría que eres trainer de JYP. —respondió Jin Kyong mientras ambas me miraban como si fuera tonta.

— ¡Oh, es verdad! —La verdad apenas recordaba a GOT7, eran la última adquisición de nuestro CEO. Un grupo de rap formado por 7 chicos de diferentes nacionalidades, algo nuevo que lanzaba el kpop y que, según decían, estaban alcanzado mucho éxito.

Dos horas más tarde So Young y yo nos dirigíamos a la cafetería para almorzar. El asunto de la prueba debut no paraba de dar vueltas en mi cabeza y sabía que mi amiga, estaba igual que yo.

— ¿Cómo crees que será la prueba? —le dije mientras me echaba un buen cuenco de arroz. —Si tenemos que bailar Miss A, a lo mejor superamos la prueba. —dije bromeando. Habíamos ensayado ya tantas veces sus canciones que soñábamos con ellas incluso.

— ¡Te imaginas! Ojalá, sea lo que sea la prueba, la superemos y sorprendamos al jurado y sobre todo a nuestro CEO quien tiene la última palabra.

Nuestras suposiciones fueron correctas ya que esa misma tarde, el manager del grupo de trainers nos anunció que la semana siguiente, teníamos la gran prueba debut y, si éramos seleccionados teníamos grandes oportunidades de debutar. En cambio, si éramos rechazados el jurado pensaría si necesitábamos un poco más de entrenamiento o, en su caso, renunciar a seguir entrenando en JYP.

El gran día llegó, Jin Kyong, So Yeong y yo esperábamos detrás de la puerta del gran gimnasio. Todos los trainers llevábamos el mismo chándal: blanco y negro con el logotipo en la espalda de JYP.

Tras veinte minutos, el CEO fue anunciando por megafonía que nos irían llamando de uno en uno. La situación era la siguiente: te presentabas, te ponían una canción y tú tenías que bailarla, parecía en teoría simple si es que te sabías la mayoría de las canciones de la empresa.

—Las chicas lo tienen más fácil. Seguramente tendréis que bailar Miss A, Wonder Girls hace meses que no se ensaya. —Se quejaba un chico detrás de nosotras.

Llamaron a Jin Kyong y cruzamos las tres los dedos. Tres minutos más tarde se escuchaba Hush de Miss A y So Yeong y yo nos moríamos de envidia, era la canción más ensayada que teníamos, estábamos seguras que So Yeong lo estaba bordando.

Hasta 15 minutos más tarde no entraba So Yeong y le bailaba al jurado la misma canción que anteriormente había hecho nuestra amiga. Qué suerte pensé.

La siguiente era yo, los nervios no paraban de hacer que me temblaran las piernas y entré al gimnasio con las manos sudando. En el jurado se encontraban 3 personas, un hombre con gafas y trajeado, se le veía bastante serio. Una mujer con el pelo recogido, no paraba de mirar la ficha que tenía delante de ella y, por último y situado en medio, se encontraba el CEO de JYP Entertainment, Park Jin Young.

—Preséntese, por favor. —dijo de manera seca el CEO.

Entonces, como tantas veces en el pasado había dicho y ensayado en un perfecto coreano, empecé a hablar.

—Mi nombre es Lia Rogers, tengo 17 años y soy de España. Soy trainer desde hace 3 años, encantada. —Hice una perfecta reverencia de 90º y sonreí para mis adentros, hasta ahora mi calificación era de 10.

—¿De España? —Dijo el CEO levantando una ceja. Asentí. —Interesante. A continuación oirá una música y usted solamente tiene que bailarla como mejor sepa, ¿de acuerdo? Buena suerte señorita Rogers. —Dijo el CEO antes de pulsar play.

A continuación la música empezó a sonar y yo ya estaba en alerta con mis 5 sentidos a la orden para empezar el que sería mi mejor actuación. Pero no ocurrió así.

Llevaba 7 segundos de canción y yo aún no la reconocía. ¿Pero qué canción era esta? ¿Dónde estaba Miss A? porque ponía la mano en el fuego que ninguna canción de Miss A sonaría de esa manera puesto que lo que mis oídos estaban escuchando era rap.

La canción paró de pronto y yo salí de mi estado de shock y miré al frente.

—Es q-que… —empecé a balbucear, las manos no me paraban de sudar.

—¿Se siente nerviosa? —dijo el CEO.

—No sé qué canción es. —Admití.

El jurado abrió la boca al unísono sorprendido y vi como la mujer empezaba a escribir algunas anotaciones en la ficha que tenía delante. Genial Lia, despídete del debut y puede que hasta de JYP, me dije para mis adentros.

—¿Qué no sabe qué canción es? ¿Y usted misma se autodefine como trainer de la empresa? —dijo la mujer dejando el bolígrafo a un lado de la mesa. —Debe de estar bromeando.

—No estoy bromeando. —Afirmé. Los ojos no me tardarían en bañarse en lágrimas.

—Señorita la canción es "Girls, girls, girls" del grupo GOT7. —Dijo de manera sería el CEO. —Puedo asegurar que es la única persona de toda la empresa, que no conoce la canción. Para un trainer es algo inadmisible no conocer una canción de debut de su propia empresa. ¿Sabe?

—A mi me han entrenado solamente para bailar grupos de chicas. —Dije en mi defensa.

—¡Eso no es excusa para no conocer una canción nuestra! —Dijo la mujer perdiendo los papeles. —En esta prueba nunca hemos dicho que las canciones iban a ser solamente de grupos femeninos y sí, aunque usted haya sido entrenada solamente para bailes de esa categoría, es imposible que una persona debute sin conocer a las personas más famosas que tenemos en JYP. —Me fulminó con la mirada y yo junté ambas manos, esto no podía estar pasándome a mí.

Entonces la puerta se abrió de pronto. —¿Quién no me conoce? —Dijo una cabeza asomándose.

Un chico alto de pelo negro y ojos marrones abría la puerta. Iba vestido con un chándal blanco aunque no era igual que el chándal de los trainers, a decir verdad, nunca había visto un chándal igual era… diferente, y con eso me bastaba para saber que yo, Lia, trainer "temporal" en esos momentos, estaba justo delante de alguien importante de JYP.

—¡Mark! —dijo una voz pava y muy aguda de detrás de mí, me giré, y ahí estaba la señora quien 3 segundos antes me había fulminado con la mirada. Ahora se encontraba con las manos juntas debajo del cuello y la cabeza daleada mientras hacía una estúpida pose. ¿Y esa era una profesional? Basta ver que le encantaban los famosos, sobre todo los chicos, puntualicé en mi mente. —¿Qué haces aquí muchacho? ¿necesitas algo? —dijo la mujer de inmediato levantándose de su asiento.

—No se preocupe. —le dijo Mark alzando una mano en señal de negación hacia la mujer. Era la primera vez que lo oía hablar, tenía la voz muy grave. —Iba hacia los ensayos en la planta de arriba y justo empecé a escuchar la canción del grupo y bueno… me dio curiosidad. —Esto último lo dijo girando la cabeza para fijar la mirada en mí, di un respingo.

Qué vergüenza, encima de fallar una súper oportunidad delante del CEO, también iba a ser mundialmente famosa en toda la empresa por no conocer una estúpida canción de GOT7 y que el mismísimo miembro de GOT7 se riera en mi cara.

—Se llama Lia Rogers y lleva siendo trainer 3 años. —dijo el CEO respondiendo a la pregunta mental del miembro de GOT7.

—Tres… ¿años? —Sonrió. —Mucho tiempo de trainer ¿eh? —dijo burlón y yo estallé en llamas.

—Hay gente que lleva más tiempo. —dije secamente.

—Y ¿cuál ha sido el problema? —dijo Mark ignorándome y girándose para hablar con el CEO.

—Esta chica no sabe quiénes sois. —dijo el hombre de las gafas, vaya se me había olvidado que ahí seguía y por un momento había olvidado que estaba en la prueba.

—¿En serio? —dijo Mark sorprendido. —Y encima de su propia empresa… —dijo el miembro de GOT7 mientras movía la cabeza de un lado a otro e intentaba ocultar su sonrisa burlona. Se estaba riendo en mi cara y yo no podía hacer nada.

—¡Demuéstrale las canciones de GOT y cómo baila un auténtico Rookie! —Dijo el CEO riéndose.

Mark asintió y sólo le hizo falta un chasquido de dedos para que la mujer le faltaran piernas para darle al play.

Lo que vino a continuación me dejó sin palabras. La misma música que había sonado un rato antes y que yo fui incapaz de reconocer, y eso que esa misma mañana mis amigas me la habían cantado, Mark empezó a bailarla. No era normal como ese chico se estaba moviendo, tenía una soltura bailando increíble, hasta los pasos más rápidos y complicados en él parecía no tener ningún esfuerzo.

Justo cuando comenzaba la parte del rap y el chico se disponía a cantar JYP con un movimiento de manos, le ordenó a la mujer que quitara la música.

—Suficiente. —dijo el CEO mostrando una sonrisa de orgullo. —Espero Lia, que hayas aprendido cómo se baila está canción.

No hice comentario alguno, ya sabía lo que venía a continuación, cuando se enteraran mis amigas me iba a morir de la decepción.

—Jovencita, creo que puede ir despidiendo- …. —intento decir el hombre de las gafas pero Mark lo silencio alzando la mano.

—Antes de que se fuera, me gustaría verla bailar. —pidió de pronto. —Tengo intriga por saber cómo ha estado aquí sobreviviendo 3 años sin saberse algunas canciones. ¿Qué dices Rogers? —me desafió el muchacho. Y desafío que acepté ya que si al menos me iba, lo hacía por la puerta grande con uno de los bailes que más me encantaba bailar.

Hush de Miss A empezó a sonar y la música y el ritmo invadió mi cuerpo. Cerré los ojos y empecé a bailar de la única forma que sabía, disfrutando el baile, sintiendo el ritmo en mis venas y dejándome llevar por la adrenalina que causaban en mí las diferentes armonías.

Cuando acabé el CEO se puso de pie y empezó a aplaudir, algo que me descolocó un poco, aunque supongo que no tanto como a la mujer que no daba crédito a lo que estaba viendo.

—Brillante. —dijo el CEO. —Si no fuera por lo de antes… hubieras debutado sin duda.

Aquellas palabras me sentaron como un jarro de agua fría. Se acababa, de verdad se acababa mi curso en JYP, 3 años para nada, tanto tiempo ilusionándome para acabar en las puertas de la final, 3 años de bailes femeninos para que mi aprendizaje se acabara por un baile masculino, ¿irónico verdad?

Cuando ya me disponía a despedirme y a abandonar la sala, el hombre de las gafas se puso de pie.

—Podría participar en un baile especial de la SBS Awards que son dentro de dos semanas. —dijo de pronto. La mujer negó en rotundo con la cabeza pero el CEO se llevó una mano al mentón.

—No es mala idea. —terminó de afirmar él. —Podemos darte una oportunidad más y ver cómo te desenvuelves. ¿Y qué mejor idea que participando de manera especial en los próximos premios? —dijo él mismo maravillándose como si la idea hubiera sido suya.

—No lo entiendo. —admití. —No soy lo suficiente buena para debutar y tampoco lo soy para ser trainer pero ¿voy a participar en los SBS Awards? —dije de manera retórica.

—Así es, porque tu prueba ha fallado por no conocer a GOT7 y, casualmente, el baile especial de los próximos premios lo van a realizar ellos por lo que al estar con ellos estas próximas dos semanas sin duda alguna, hará que nunca se te olvide las canciones y mucho menos el grupo.

—¿QUÉ? —gritamos Mark y yo al unísono.

—¿Somos el grupo especial de los premios? —dijo Mark sin poder creérselo. —¿Y vamos a tener que hacerlo con ella? —no me gustó nada de la manera en qué me señaló.

—Así es. Os lo iba a comunicar al grupo esta misma tarde pero bueno, me he adelantado. —dijo empezando a reírse.

—Me niego. —dijo Mark.

—Pienso lo mismo. —me crucé de brazos.

—¿Perdona? Aquí el enfadado soy yo chica, no sé cómo no quieres participar con GOT7 siendo una oportunidad de oro. —dijo él sorprendido.

—A ver si te crees que por debutar y ser famoso ya todas las chicas van a estar encantadas de estar a tu lado. Porque yo llevo 30 minutos y no te aguanto. —Admití.

Tanto el CEO como el señor de las gafas se empezaron a reír muy fuerte viéndonos a los dos pelear.

—Estoy segura que la actuación será genial. ¡Ánimo chicos! —dijo antes de irse.

Estupendo, dos semanas, con todo GOT7. Estaba claro que el destino me la tenía jugada y ese día, si no había aprendido aún del todo quienes eran, estaba segura que en el tiempo que iba a pasar con ellos no se me iba a olvidar en la vida.